¡QUÉ MAL HA TRATADO LA HISTORIA A DIÓGENES!
Si preguntan en la calle por Diógenes, la mayoría de la gente lo relacionará con el síndrome de Diógenes (caracterizado por el total abandono personal, el aislamiento social, la reclusión en el propio hogar y, por lo que más le suena a la gente, la acumulación de grandes cantidades de basura) o, como mucho, lo relacionará con una tinaja. Después de leer esta pequeña historia, podrán decir algo más de este ilustre cínico.
Diógenes de Sínope (412 a. C.-323 a. C.) fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica (la felicidad se alcanza siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza). Se exilió a Atenas, donde se convirtió en el discípulo aventajado del fundador de la escuela cínica, Antístenes. La fama, en este caso la miseria, de Diógenes se extendió. Dejó todo y se retiró a vivir a una tinaja junto a unos perros que siempre le acompañaban. Su modelo de vida era el que predicaba su maestro, pero llevado a su extremo más radical. En cierta ocasión, Alejandro Magno, el hombre más poderoso sobre la faz de la tierra y la antítesis de la doctrina cínica, quiso conocerlo. Se presentó ante él y, viendo las condiciones en las que vivía, le dijo:
«Pídeme lo que quieras».
Mostrando todo su desprecio e ingenio ante lo que representaban Alejandro, el poder y la riqueza, le contestó:
«Apártate, me quitas el sol».