LO QUE TUVO QUE AGUANTAR MARIE CURIE EN LA ENTREGA DEL NOBEL
Todo el mundo sabe, o debería saber, que Marie Sklodowska, Marie Curie, fue una científica pionera en el estudio de la radiactividad. Por sus trabajos consiguió, junto a su marido Pierre Curie y Henri Becquerel, el Nobel de Física en 1903.
Además, sería la primera mujer en obtener un doctorado e impartir clases en la Universidad de París. En 1911, obtuvo su segundo Nobel, esta vez en Química, por el descubrimiento y aislamiento de dos nuevos elementos: el radio y el polonio (en honor de su patria). Asimismo, su hija Irene Joliot-Curie y su yerno, Frederic Joliot, también serían galardonados con el Nobel de Química por el descubrimiento de la radiactividad artificial.
Pero, para muchos, seguía siendo una mujer antes que una científica. En 1903, durante la ceremonia de entrega de los Nobel, el Presidente de la Academia incluyó una cita bíblica en su discurso de entrega:
«No es bueno que el hombre esté solo, haréle ayuda idónea para él (Génesis)».
Los Curie no pudieron acudir hasta 1905 a recoger el premio, pero cuando Marie se enteró de aquella cita dijo:
«Las mentiras son muy difíciles de matar pero una mentira que atribuye a un hombre lo que en realidad era el trabajo de una mujer tiene más vidas que un gato».
En un principio, la Academia sólo iba a conceder el Nobel a Pierre y Becquerel, pero cuando un científico se lo comunicó a su marido, éste luchó porque el reconocimiento también incluyese a Marie. Además, el segundo Nobel también estuvo a punto de perderlo por un supuesto lío amoroso con el físico Langevin. Cuando Marie se enteró:
«No hay conexión alguna entre mi trabajo científico y mi vida privada. No puedo aceptar la idea de que la apreciación del valor del trabajo científico pueda ser influida por el libelo y la injuria respecto a la vida privada».