¿POR QUÉ LOS TURCOS NO COMEN CROISSANT?
Sólo es una pregunta que podría plantearse si hacemos caso a la leyenda sobre el origen del croissant.
Tras asolar los Balcanes y toda Hungría, el visir Kara Mustafá y su ejército de 150.000 turcos se plantaron ante Viena, capital del Sacro Imperio Romano Germánico, en el llamado Segundo Sitio de Viena. Si conquistaban la ciudad toda Europa Central sería islamizada. El emperador Leopoldo I solicitó la ayuda al Papa. Éste llamó a cruzada y acudieron todos los países cristianos de Europa (excepto el propio rey de Francia, al que llamaron «el rey Moro»), siendo notable la presencia de polacos y alemanes. Las fuerzas cristianas derrotaron al ejército turco en una batalla librada delante de los muros de la ciudad el 12 de septiembre.
Para celebrar la victoria, los pasteleros vieneses crearon el croissant, cuya forma se debe a la media luna presente en la bandera turca. Comerse un croissant representaba comerse a un turco y, por tanto, vengarse de ellos.