Enxiemplo del ladrón que fiso carta al diablo de su ánima
En tierra sin justiçia eran muchos ladrones,
fueron al rey las nuevas, querellas e pregones,
envió allá su alcalde, merinos e sayones,
al ladrón enforcavan por quatro pepiones.
Dixo el un ladrón d'ellos: 'Ya yo só desposado
con la forca, que por furto ando desorejado,
si más yo só con furto del merino tomado,
él me fará con la forca ser del todo casado.'
Ante que el desposado penitençia presiese,
vino a él un diablo, porque non lo perdiese,
dixol' que de su alma la carta le feçiese,
et furtarse sin miedo quanto furtar podiese.
Otorgole su alma, físole dende carta,
prometiole el diablo, que d'él nunca se parta;
d'esta guisa el malo sus amigos enarta:
fue el ladrón a un cambio, furtó de oro grand sarta.
El ladrón fue tomado, en la cadena puesto,
llamó a su amigo, que l' consejó aquesto;
vino el mal amigo; dis': 'Heme aquí presto.
non temas, ten esfuerzo, que non morrás por esto.
Quando a ti sacaren a judgar hoy o cras,
aparta al alcalde et con él fablarás,
pon mano en tu seno, et da lo que fallarás,
amigo, con aquesto en salvo escaparás.'
Sacaron otro día los presos a judgar,
él llamó al alcalde, apartol' e fue fablar,
metió mano en el seno et fue dende sacar
una copa de oro muy noble de preçiar.
Diógela en presente callando al alcalde;
dis' luego el judgador: 'Amigos, el ribalde
non fallo porque muera, prendístel' de balde,
yo le dó por quito, suelto: vos, merino, soltalde.'
Salió el ladrón suelto sin pena de presión,
usó su mal ofiçio grand' tiempo e grand' sasón,
muchas veses fue preso, escapaba por don;
enojose el diablo, fue preso su ladrón.
Llamó su mal amigo, así como solía,
vino el malo, et dixo: '¿A qué me llamas cada día?
fas' ansí como sueles, non temas, en mí fía,
darás cras el presente, saldrás con arte mía.'
Apartó al alcalde el ladrón segund lo avía usado,
puso mano a su seno e falló negro fallado,
sacó una grand soga, diola al adelantado
el alcalde dis': 'Mando que sea enforcado.'
Levándolo a la forca, vido en altas torres
estar su mal amigo, dis': '¿Por qué non me acorres?'
Respondió el diablo: ¿Et tú por qué non corres?
andando et fablando, amigo, non te engorres.
Luego seré contigo desque ponga un frayle
con una freyla suya, que me dise: '¡trayle, trayle!'
Engaña a quien te engaña, a quien te fay, fayle,
entre tanto, amigo, vete con ese bayle.
Cerca el pie de la forca començó de llamar:
'Amigo ¡valme, valme! que me quieren enforcar.'
Vino el malo e dixo: 'Ya te viese colgar,
que yo te ayudaré como lo suelo far.
Súbante, non temas, cuélgate a osadas,
e pon tus pies entrambos sobre las mis espaldas,
que yo te soterné segund que otras vegadas
sotove a mis amigos en tales cabalgadas.'
Entonçes los sayones al ladrón enforcaron
cuydando que era muerto, todos dende derramaron;
a los malos amigos en mal lugar dexaron,
los amigos entrambos en uno rasonaron.
El diablo quexose, dis': '¡Ay, qué mucho pesas!
¡Tan caros que me cuestan tus furtos et tus presas!'
Dixo el enforcado: 'Tus obras mal apresas
me troxieron a esto, porque tú me sopesas.'
Fabló luego el diablo, dis': 'Amigo otea,
e dime lo que vieres toda cosa que sea.'
El ladrón paró mientes, dis': 'Veo cosa fea
tus pies descalabrados e ál non sé que vea.
Veo un monte grande de muchos viejos çapatos,
suelas rotas e paños rotos e viejos hatos,
e veo las tus manos llenas de garabatos,
d'ellos están colgados muchas gatas e gatos.'
Respondió el diablo: 'Todo esto que dixiste,
et mucho más dos tanto que ver non lo podiste,
he roto yo andando en pos ti segund viste;
non puedo más sofrirte, ten lo que mereçiste.
Aquellos garabatos son las mis arterías,
los gatos et las gatas son muchas almas mías,
que yo tengo travadas; mis pies tienen sangrías
en pos ellas andando las noches et los días.'
Su rasón acabada, tirose, dio un salto,
dexó a su amigo en la forca tan alto:
quien al diablo cree, trával' su garabato,
él le da mala çima et grand' mal en chico rato.
El que con el diablo fase la su criança,
quien con amigo malo pone su amistança,
por mucho que se tarde, mal galardón alcança,
es en amigo falso toda la malandança.
El mundo es texido de malos arigotes,
en buena andança el omen tiene muchos galeotes,
parientes apostisos, amigos paviotes,
desque le ven en coyta, non dan por él dos motes.
De los malos amigos vienen malos escotes,
non viene d'ellos ayuda más que de unos alrotes,
si non falsas escusas, lisonjas, amargotes:
guárdevos Dios, amigos, de tales amigotes.
Non es dicho amigo el que da mal consejo,
ante es enemigo et mal queriente sobejo,
al que te dexa en coyta, non l' quieras en trebejo.
Al que te mata so capa, non l' salves en conçejo.»
«Señora», dis la vieja, «muchas fablas sabedes:
mas yo non vos consejo eso que vos creedes,
si non tan solamente ya vos que lo fabledes,
avenidvos entre ambos desque en uno estedes.»
«Farías», dixo la dueña, «segund que ya te digo,
lo que fiso el diablo al ladrón su amigo,
dexarme ías con él sola, çerrarías el postigo,
sería mal escarnida fincando él conmigo.»
Dis la vieja: «¡Señora, qué coraçón tan duro!
De eso que vos resçelades ya vos yo aseguro,
et que de vos non me parta, en vuestras manos juro,
si de vos me partiere, a mí caya el perjuro.»
La dueña dixo: «Vieja, non lo manda el fuero,
que la muger comiençe fablar de amor primero,
cumple otear firme que es çierto mensajero.»
«Señora, el ave muda», dis, «non fase agüero.»
Díxol' doña Garoça: «Que ayas buena ventura
que de ese arçipreste me digas su figura,
bien atal qual sea, dime toda su fechura,
non respondas en escarnio do te preguntan cordura.