CAPÍTULO XLV
-BUENO —dijo Lorenzo—, ya dejé en el aeropuerto de Miami las dos cartas con el primer mensaje. Ahora ya sabrán que todo está relacionado y lo que se les viene encima.
—¿A quién mandaste el mensaje exactamente? —preguntó Lorencito.
—A dos ciudadanos cualesquiera, para que lo lleven a la policía y a los periódicos.
—Tiemblo pensando que ejecuten a Carlos de forma inmediata —dijo temblorosa Carmen.
—No pienses en ello —respondió Lorenzo—. Aún no están todos los plazos legales finalizados. Además, ahora tienen muchos problemas por delante. En cualquier caso, si eso llegara, era lo que esperábamos ocurriera. Sólo nos quedará la terrible venganza y saber que serán muchos más que nosotros los que llorarán.