Extractos de Los orígenes del mal, de Harry L. Quebert
El drama tuvo lugar un domingo. Ella era infeliz y había intentado matarse.
Su corazón ya no tenía fuerzas para luchar si no luchaba por él. Necesitaba de él para vivir. Y en cuanto lo hubo comprendido, él visitaba el hospital todos los días para verla en secreto. ¿Cómo una persona tan bella podía haber querido matarse? Estaba enfadado consigo mismo. Era como si hubiese sido él quien la hubiese dañado.
Todos los días se sentaba discretamente sobre un banco del gran parque público que rodeaba la clínica y esperaba el momento en que ella salía a tomar el sol. La observaba vivir. Vivir era tan importante. Después, aprovechaba que estaba fuera de su habitación para entrar a dejarle una carta bajo su almohada.
Cariño mío:
No debe morir nunca. Es usted un ángel. Los ángeles no mueren.
Ya ve que nunca me alejo de usted. Seque sus lágrimas, se lo suplico. No soporto saber que está triste.
Un beso para aliviar su pena.
Mi amor:
¡Qué sorpresa encontrar su nota al ir a acostarme! Le escribo a escondidas: por la noche no se nos permite estar despiertos después del toque de queda y las enfermeras son unas auténticas harpías. Pero no he podido resistirme: apenas he leído sus palabras, he tenido que responderle. Sólo para decirle que le quiero.
Sueño que bailo con usted. Estoy segura de que baila como nadie. Me gustaría pedirle que me llevase al baile de verano, pero sé que no querrá. Dirá que si nos ven juntos, estaremos perdidos. Creo que de todas formas no habré salido de aquí. Pero ¿para qué vivir, si no se puede amar? Eso fue lo que me pregunté cuando hice lo que hice.
Suya para siempre.
Mi maravilloso ángel:
Un día bailaremos, se lo prometo. Llegará el día en que vencerá el amor y podremos amarnos a la luz del día. Y bailaremos, bailaremos en la playa. La playa, como el primer día. Es usted tan hermosa cuando está en la playa.
¡Recupérese pronto! Un día bailaremos, en la playa.
Amor mío:
Bailar en la playa. Sólo sueño con eso.
Dígame que un día me llevará a bailar a la playa, solos usted y yo…