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La técnica del acoso psicológico en la pareja
El proceso de acoso sigue 4 fases que culminan en la indefensión, la satanización y la destrucción psicológica de la víctima de un psicópata.
Proceso de destrucción psicológica
1. Acoso: acusación y manipulación
Se repiten las conductas de acoso que tienen como objetivo montar el mito o mentira fundamental que va a servir para proseguir hasta someter a la víctima.
Las acusaciones son utilizadas contra la víctima gracias a la capacidad de manipulación típica del psicópata que busca todo tipo de métodos: inventarlas, exagerarlas, dramatizarlas y presentarlas como muestras globalizantes de todo cuanto la víctima hace.
El mito que quiere crear el psicópata mediante el acoso es la invalidación de la valía y sensación de valor en su víctima respecto a sí misma y respecto a los demás.
La repetición de esa mentira fundamental (creación del mito central) una y otra vez produce un efecto de gota a gota.
Difícilmente ninguna de esas actuaciones puntual o aisladamente tendrían efecto alguno en la víctima. Sin embargo, su reiteración en un entorno de cohabitación íntima o doméstico en el que no se puede escapar fácilmente produce un efecto devastador, modificando muy pronto lo que la víctima piensa de sí mismo y su merecimiento del maltrato.
2. Culpabilización: tú tienes la culpa
Todas esas faltas se atribuyen a la incapacidad, falta de aptitud, o directamente a la mala intención de la víctima, imputando una y otra vez a la víctima un mal comportamiento.
El cuento narra los tres síntomas nucleares del daño en las víctimas cuando dice: “Blancanieves, al verse sola, sintió miedo y lloró.” La tríada terrible de la soledad, el terror y la depresión o distimia (el llanto y la tristeza).
3. Vergüenza tóxica: no vales
Lo que busca desarrollar el acosador en la víctima es un sentimiento de vergüenza tóxica que le induzca a participar activamente en su propio linchamiento. El psicópata pretende que la víctima se vea a sí misma a través de sus ojos perversos y malintencionados.
Es un tipo de trance mimético por el cual una persona normal termina compartiendo la percepción negativa que proyecta sobre ella su pareja psicópata. Se trata de una especie de hechizo o de trance hipnótico, inducido por la repetición, la focalización del ensañamiento, la soledad y el abandono social de las víctimas.
No resulta extraño que termine creyendo míticamente que merece lo que le hace el psicópata.
La recuperación psicológica exige salir de esa representación mítica y falsa en la que les ha introducido el maltrato, y aceptar la verdad técnica y científica de su inocencia y no merecimiento del maltrato.
4. Satanización de la víctima: eres mala
La víctima ya no hace nada para detener su linchamiento, que se consuma, por decirlo así, con su participación. Para que funcione, bien engrasado este mecanismo, se requiere a una víctima que no se queje, que no rechiste, que no solicite ayuda. Que ni siquiera hable de lo que le ocurre con nadie.
Convencerla de que es malvada o satanizarla es el objetivo final del psicópata.