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La personalidad narcisista
El narcisismo aparenta ser una especie de “amor excesivo a sí mismo”, que, a la postre, resulta perjudicial para la propia persona y para los que se relacionan con ella.
Se pronostica que la personalidad narcisista es precursora de todo tipo de interferencias y problemas de relación social.
En la raíz de la mayoría de las agresiones psicológicas se encuentran de manera sistemática individuos que presentan rasgos de una personalidad narcisista.
Estos rasgos incluyen una autoevaluación exagerada, irreal e inflada, y una autoimagen muy frágil que se considera amenazada sistemáticamente por la capacidad o valía profesional de los demás (Baumeister, 1996).
El narcisista necesita mirarse continuamente en el espejo de los demás para saber quién es.
Al hacerlo, descubre una pésima imagen, que necesita ocultarse y esconderse a sí mismo.
Para conseguirlo desarrolla, de forma compensatoria, una imagen de sí mismo enfermizamente sobrevalorada, y percibe a las personas más agraciadas, capacitadas o más valiosas profesionalmente que él, como amenazas para esa imagen falsa que tanto le ha costado crear y mantener ante sí mismo y ante los demás.
Todos los que a su alrededor pueden suponer una fuente de amenaza para esa imagen interna o social de sí mismo suelen ser objeto de procesos de persecución, abuso, maltrato o eliminación.
Su forma de mantenerse en pie emocionalmente exige el dominio, el maltrato, la humillación o denostación de los que se encuentran en su entorno más inmediato y, de un modo especial, de su propia pareja.