La química y la física del amor
En la diferenciación específica, dentro de un género, para elegir a un organismo en particular en lugar de a otro desempeñan un papel importante factores como la simetría y la compatibilidad entre los sistemas inmunitarios de la pareja.
Encontrar una pareja receptiva constituye una empresa suficientemente compleja como para que la evolución haya admitido la necesidad de crear un sistema olfativo específico e independiente. Se trata de un segundo sistema olfativo accesorio, llamado vomeronasal, capaz de detectar las señales olfativas emitidas por una especie y un sexo determinados, ya que no sólo contienen información acerca de la ubicación del individuo, sino también del sistema reproductivo y de su disponibilidad.
Las feromonas se han detectado, entre otras muchas criaturas vivas, en bacterias, algas, reptiles, primates y peces. La única omisión llamativa de esta lista son los pájaros. Fue con mujeres con quien se realizó la primera demostración de que las feromonas también operaban en los humanos.
Según Hermann Weyl, «la simetría es la idea a través de la cual la humanidad, en todos los tiempos, ha intentado comprender y crear el orden, la belleza y la perfección». Las últimas investigaciones apuntan también a la simetría como factor decisorio en la selección sexual.
El equilibrio en el desarrollo de un organismo refleja la capacidad metabólica para mantener su morfología en el entorno que le tocó vivir. No es posible precisar ni medir la estabilidad del metabolismo de un organismo, pero sí pueden medirse las desviaciones con relación al prototipo ideal.