¿QUÉ CANTAN LAS AVES?

Primero las letras, con su figura y su palabra al lado. La C tenía un castillo y una cabra, la X ofrecía algo así como un barco de vela, Xabeque. Después los niños del sube y baja, la zorra que busca el gallo y el perro que busca la zorra. Más adelante, el lobo es cruel y feroz y este pájaro no es un jilguero sino un sinsonte, hasta llegar a la plena decoración, de pie, al lado del maestro y en voz alta: «Cuando nosotros vamos en un carruaje muy de prisa, nos parece que los árboles caminan hacia atrás (cuando el caballo corre, los árboles navegan). Muchas cosas parecen verdades, y no lo son. Por eso se dice que las apariencias engañan». Por fin, seis lecciones más adelante:

¿Qué dicen las olas Rompiéndose solas En recios peñascos? Murmuran a Dios

De las olas, el golpe del río contra las lajas de la orilla, y cuando crecía con furia, el agua hirviente trompeando el monte. Las palabras, con su oleaje, se dejaban venir en la memoria y brotaban en voz alta cuando estaba solo:

¿Qué cantan las aves En trinos suaves

Volando en el monte?

Le cantan a Dios

Cuando iba de viaje con mi padre, el canto de los gonzalicos y el golpe búfano de los fotes de pecho amarillo, y cola negra y larga. Los azulejos. Las torcaces de cola blanca y rumor apagado. El sol de las chicharras desangrándose, mientras se incendiaban los montes y el viento traía las cenizas como con ganas de sufrir. Cuando al anochecer llevaba los caballos al potrero, el canto rápido de las bravitas, ta-tí, ta-tí, ta-tí. El trigueñito chiquito y gordo como don Pablo Ruiz; y el gemido siempre lejano del juangil, que canta cuando ya no es tarde y todavía no es noche. Nadie lo ve, pájaro de Dios en trino suave volando en el monte.

Decía los versos junto al río, iba por agua, y en voz alta los decía y lloraba.