AGRADECIMIENTOS

A mi familia, simplemente por estar ahí, por alentarme, aconsejarme y apoyarme. Mi suerte empezó con ellos.

A mi hermana Llanos y a mi cuñado Juan Fran, por su ayuda, opiniones y pasión.

A Tiaré Pearl, por ser como es y naturalmente por su cariño diario, su atención y su entrega; no sé si agradecerle a ella o al destino haberla puesto en mi camino.

A Raquel García Rodríguez, por su apoyo leal y desinteresado, su pertinaz y cálida lealtad, su persistencia en aullar al mundo en mi nombre, en definitiva, por estar a mi lado.

A mis queridísimas «wolfas»; a todas y cada una de ellas, porque hace tiempo que dejaron de ser solo lectoras para colarse en mi corazón como grandes amigas que espero cuidar, mimar y reverenciar mientras ellas me lo permitan.

A Paqui Rodrigo Martín, Marisa Pascual Alfaro, Cristina Egea, Eva Alonso, Pamela Revuelta y Noemí Agudo, por esa cruzada a favor de un lobo desconocido, primer latido de esta imperecedera amistad.

A mis «Lobas de Gunnar», por compartir su tiempo, su afecto y su apoyo de manera tan emotivamente altruista.

A Susana Granados Gambeta, por el empuje constante, el aliento incansable y la sonrisa permanente, pero sobre todo por confiar ciegamente en mí.

A Cristy Cobos de Zea, por su dulzura y su cariño desde el otro lado del océano.

A todas, absolutamente a todas las personas que creyeron en mí desde un principio.

Gracias a mi editora Mercedes y al gran trabajo de todo el equipo editorial.