DESPUÉS
Yayeko por fin me cree.
Quiere hablar con la gente del Centro de Biología Genómica y de Sistemas de la Universidad de Nueva York. Estudió allí y tiene una amiga que también lo hace. Tiene otra amiga en el laboratorio de ciencia deportiva de Fordham. Ellas pueden determinar hasta qué punto estoy fuera de los límites de lo humano.
No estoy segura.
El lobo no es solo mi secreto. También lo es de toda mi familia. La abuela y la tía abuela morderán a cualquiera que intente quitarles un poco de sangre. Ellas no creen en la ciencia.
Ni en la civilización.
No se llevan bien con los forasteros. No quieren que nadie descubra lo que son. Por Dios, no quieren saber lo que son, ni cómo funciona la transformación.
Pero yo sí quiero saberlo.
Si hacen más análisis y estos demuestran lo que sé que demostrarán, Yayeko cree que conseguirán fondos para estudiarme. Podría pagarme la universidad. Sería el proyecto de investigación de otra persona, una rata de laboratorio remunerada.
Si dejo que me hagan pruebas.
Si les muestro lo que soy.
Pero ¿qué tipo de vida sería esa? Me convertiría en un monstruo peor del que ya soy.
Hay becas deportivas. Una vez Zach me preguntó sobre eso. Lo único que me impedía hacerlo era papá repitiéndome que debía ocultar mi naturaleza. Pero ahora no tengo ningún impedimento: puede correr lo suficientemente rápido para conseguir una beca; aunque no tanto para asustarlos.
Tengo opciones.
Pero esta es muy fácil: no puedo traicionar a mi familia, a mi verdadera familia, a los Mayores, a todo el mundo en la granja. No quiero que Pete pierda su nueva casa.
Iré a la escuela. Una buena escuela con un buen programa de atletismo y un buen departamento de biología. Descubriré qué soy.