DESPUÉS
Pero no tengo adónde ir. Ni casa, ni dinero, ni nada. Mis padres no me quieren. Me abandonaron aquí sin mirar atrás. Si mis propios padres no me quieren, ¿quién me acogerá en la ciudad?
¿Tayshawn?
No puedo contener la risa. Sus padres son tan pobres como los míos. Tayshawn estudia gracias a una beca. Es imposible que sus padres puedan acoger a otra persona en su casa. Sobre todo a alguien que come tanto como yo.
¿Sarah?
Bueno, ella es rica. O, por lo menos, lo son sus padres. Pero no. La puse en una situación muy embarazosa. Se siente avergonzada por lo que ocurrió entre nosotros tres. No es probable que acepte acogerme en su casa, cederme una de sus habitaciones. ¿Y si aceptara? No me sentiría cómoda en un lugar como aquel. Tendría miedo de romper algo, de hacer mal las cosas, de decir algo inoportuno. Nunca podría vivir allí.
Además, ¿qué podría decirles? Mis padres me han echado de casa porque… porque no quieren seguir conviviendo con un lobo. Ah, sí, por cierto, soy un lobo. ¿No lo sabías? Bueno, pues verás…
Creo que no funcionaría.
¿Cómo podría demostrárselo? Solo existe una prueba convincente, y es una que a nadie le gustaría ver.
Mi análisis de ADN. El que está dentro del sobre que nunca abrí. ¿Y si allí aparece algo?
Pero eso no les diría nada a Sarah, ni a Tayshawn, ni a sus padres.
Entonces pienso en alguien a quien sí le diría algo:
Yayeko Shoji. Mi profesora de biología.