44
El 4 de junio de 1958, Marshall McLuhan y Hugh Kenner visitaron a Ezra Pound en el hospital psiquiátrico St. Elizabeth de Washington, donde el poeta había hallado refugio para escapar a una condena por alta traición gracias al talento de sus abogados más que a la movilización de innumerables hombres de letras. Pound tenía un cuarto propio donde no estaba autorizado a recibir visitas; sus visitantes debieron conversar con él en un rincón entre dos pasillos.
En cierto momento, el poeta les pidió que acercaran sus sillas a la que él ocupaba; a modo de explicación señaló a un paciente que recorría los pasillos con un cepillo para alfombras del que se había retirado la parte mecánica. Ese hombre, explicó, padecía una obsesión con las impurezas del mundo exterior que podían traer las visitas. Agregó que en una ocasión reciente, T.S. Eliot no había acercado suficientemente su silla a la de Pound y se vio obligado a alzar los pies cada pocos minutos para que el infatigable paciente pasara entre ellos con su inútil instrumento.
Fuente: oral, Hugh Kenner a Alberto Manguel, este a E.C., 2003.