41
SIR EUGEN 2
Durante esa misma visita, sir Eugen invitó a cenar a sus amistades porteñas en el departamento prestado del edificio Kavanagh donde se hospedaba. En mitad de la comida, el mucamo anunció una llamada telefónica desde Londres y el anfitrión se excusó ante sus invitados. Quince, veinte minutos más tarde, estos empezaron a inquietarse por su ausencia, y por el silencio que llegaba del resto del departamento. Enviaron al mucamo en busca de noticias y este volvió sumamente incómodo. Aparentemente —explicó— sir Eugen se había sentado en el borde de la cama para hablar por teléfono; una vez terminada la comunicación, debe de haberse preguntado qué estaba haciendo allí, y al ver el lecho preparado para la noche se le ocurrió desvestirse y acostarse. El mucamo lo había hallado plácidamente dormido.
Fuente: oral, Vera Macarov, Buenos Aires, c. 1970.