Lanark: una vida en cuatro libros
Ésta es otra gran novela, obra de toda una vida, realmente, pues pequeñas partes de ella aparecieron como cuentos breves en los años cincuenta y sesenta. Alasdair Gray (nacido en 1934), artista y autor teatral, es un escocés de Glasgow, y Lanark (Lanark: A Life in Four Books), su primera novela, ha sido considerada en cierto modo como una obra épica escocesa. Escrita con toda la lozana energía de un autodidacta idealista, el libro ha sido descrito por su autor como una «autobiografía espiritual exagerada, una Divina Comedia enloquecida»; también es, con palabras de Anthony Burgess, «una obra de ficción fulgurante en el lenguaje moderno». El lenguaje de Gray puede ser moderno, pero abarca muchas cosas tradicionales; no sólo realismo autobiográfico, sino también farsa, fantasía sobre la vida futura, sátiras dispersas, alegoría de pesadilla, metaficción autorreferencial, erotismo tierno, erudición maníaca y profusos préstamos literarios.
Dividida en cuatro «libros», Lanark es una novela con dos personajes principales, y dos encuadres importantes. La mitad de la narración es de tono realista: el Bildungsroman de un joven habitante de Glasgow llamado Duncan Thaw, que quiere llegar a ser un artista (en esto y en muchos otros aspectos indudablemente se asemeja al autor), y que eventualmente muere y pasa al otro mundo. La segunda mitad es fantástica y desconcertante: en las ciudades imaginarias de Unthank y Provan, un hombre llamado Lanark hace frente a varias transformaciones grotescas, da testimonio de la vida de Duncan Thaw en el mundo «real», tiene una cita de amor y viaja a través de las llamadas Zonas Intercaléndricas. Hay sugerencias de que Lanark y Duncan Thaw son una y la misma persona; ciertamente, la oscura ciudad de Unthank -todas las viviendas, astilleros, autopistas y baldíos, poblados por gente de piel correosa, como dragones- parece una oscura versión de Glasgow, el mal sueño de un nativo de esta metrópoli industrial. Hacia el final, hay un divertido capítulo en el que Lanark conoce a su creador, el autor. Aquí el protagonista descubre que su mundo no está hecho de átomos sino de tipos de imprenta: «Diminutas marcas que marchan en líneas ordenadas, como ejércitos de insectos, a través de páginas y páginas y páginas de papel blanco… Tu supervivencia como personaje y la mía como autor depende de que seduzcamos a un alma viva para que entre en nuestro mundo impreso y la mantengamos atrapada allí un tiempo y podamos robar la energía imaginativa que nos dé vida».
El autor procede a dar clases sobre literatura mundial a su personaje, y repentinamente el texto se llena de notas al pie y al margen que comentan toda la historia y nos señalan los «plagios» del autor. Nos enteramos de que ha citado autoridades que van desde John Milton hasta James Hadley Chase. De particular importancia para él es la influencia de anteriores escritores de literatura fantástica: Edgar Allan Poe, Lewis Carroll, George MacDonald, Franz Kafka, Jorge Luis Borges y Wynd-ham Lewis, y un par de autores y textos que hemos considerado en este libro, Pincher el náufrago de William Golding [17] y El tercer policía de Flann O'Brien [36]; «Los futuros mundos modernos son siempre infiernos, nunca paraísos, presumiblemente porque la imaginación secular moderna es más capaz de degradar que de exaltar». Este capítulo, y en verdad toda la extraña obra maestra de Gray, es una divertida enciclopedia burlesca y un delicado tributo a la Gran Tradición de lo fantástico.