A Feast Unknown
Philip José Farmer (nacido en 1918) es un reputado escritor de ciencia ficción, aunque buena parte de su ciencia ficción tiene una «atmósfera» fantástica. Desde hace mucho tiempo ha estado obsesionado por los superhéroes, particularmente de la variedad de las revistas baratas que había leído en la infancia, y en esta novela extravagante une a dos de los más grandes: el Tarzán de los Monos, Señor de la Jungla, y Doc Savage, el Hombre de Bronce. Aquí están disimulados como «Lord Grandrith» y «Doc Caliban», y en verdad el subtítulo en broma de la novela es «Volume IX of The Memoirs of Lord Grandrith, edited by Philip José Farmer». Es evidente que Grandrith no es otro que el Tarzán (o Lord Greystoke) de Edgar Rice Burroughs: nacido en 1888, hijo de una pareja aristocrática inglesa abandonada en la costa occidental africana, y recogido por restos de una tribu de homínidos prehumanos («grandes-monos») llamados «la Gente». Al comienzo del libro tiene setenta años pero el aspecto y disposición de un hombre de treinta. En esta mala y apócrifa adición a la saga de Tarzán, el héroe está dotado de una juventud perpetua (él y Doc Caliban son sirvientes involuntarios de «los Nueve», una sociedad secreta de inmortales que posee un elixir de la vida). También tiene una gran potencia sexual.
A Feast Unknown [Un festín desconocido] fue escrita para una serie de novelas pornográficas publicadas por un editor californiano poco fiable a finales de los años sesenta. Tiene un carácter fuertemente sexual (y específicamente sadomasoquista) que muchos lectores pueden hallar repugnante. Ciertamente, no es adecuada para niños. Sin embargo, no es un mero ejercicio enfermizo y explotador de «obscenidades»: está escrito con un brío y una fuerza imaginativa que han mantenido vivo el libro. Por momentos es muy divertido, pero puede verse que tiene una finalidad seria. Farmer intenta sacar a luz muchas de las fantasías ocultas e inconscientes que subyacen en todos los relatos de aventuras de superhéroes. Dice que la violencia a menudo está enraizada en la sexualidad, y que la violencia sustitutiva de la ficción de evasión apela de un modo perverso a los instintos sexuales de sus lectores. Tal vez no nos guste que nos digan esas verdades, pero nos es difícil negarlas.
Es un relato en primera persona de movimiento rápido, narrado por Lord Grandrith. Como resultado de varios malentendidos, Grandrith y Doc Caliban son enemigos durante la mayor parte de la novela. Ambos padecen de una disfunción sexual presumiblemente causada por el desagradable elixir que les administran los Nueve: ambos se horrorizan al descubrir que cada uno de sus actos de violencia va acompañado de un orgasmo involuntario. En cierto momento Grandrith mata a un león, en una repetición de una conocida escena importante de las novelas de Burroughs y las películas de Johnny Weissmuller, pero esta vez hay una diferencia: «Cuando sentí que se me debilitaban los músculos del cuello… mientras los músculos de mi brazo ganaban en fuerza… me di cuenta de que estaba a punto de experimentar un orgasmo. No sé cuándo mi pene se había hinchado y mis testículos se prepararon para la explosión. Pero mi pene estaba apretado entre el lomo del león y mi vientre, y palpitaba y empezaba a eyacular… En ese momento, el cuello del león se quebró. Cuando los músculos se aflojaron y los huesos se rompieron, yo chorreaba, ensuciando la piel y mi vientre». Después de la muerte del animal, Grandrith traga algo del esperma del león, disfrutando del «fuerte sabor y olor de gran felino». Acciones y reacciones similares se describen cuando los dos héroes se encuentran y por primera vez luchan entre sí fuera de las cavernas de los Nueve. Su rivalidad es intensa y crudamente sexual, y este elemento manifiesto hace de este libro una obra de literatura fantástica y de aventuras amorosas probablemente incomparable en la ficción popular moderna.