El cuerno de caza
Esta breve novela de terror pertenece a la gran tradición británica de relatos horripilantes contados junto a la chimenea. El narrador, Alan Querdilion, cuenta la historia a un amigo que fuma su pipa mientras están sentados, a altas horas de la noche, ante un hogar lleno de leños crepitantes. Pero las experiencias de la guerra que relata están lejos de ser agradables. Sarban es el seudónimo de John W. Wall (nacido en 1910), escritor conocido por sus historias de fantasmas. En una introducción escrita para la edición americana, Kingsley Amis arguye que El cuerno de caza (The Sound of his Horn), aunque en gran medida situado en un futuro cuidadosamente imaginado, es literatura fantástica más que ciencia ficción: «el universo paralelo en el que se sitúa el cuento principal no debe ser abordado mediante ningún género de técnica científica»; además, el encuadre es rural (y neofeudal), mientras que los horrores característicos de la ciencia ficción comúnmente son urbanos.
Alan Querdilion cuenta su fuga de un campamento alemán para prisioneros, y su viaje a través de los bosques de pinos de Europa Oriental. Bajo la brillante luz de la luna, llega a un fresco y atractivo paisaje: «¡Eran bosques tan diferentes!; no monótonos bosques de pinos, sino un bello bosque verde de robles, hayas y espinos de flores blancas». Corre hacia un pequeño lago que estaba entre estos árboles, pero tropieza con una barra de energía mágica y queda inconsciente: «Mis ojos fueron horadados por el dolor que me causó una luz amarilla, y mi cuerpo, despojado de todo su peso y cohesión, salió girando y describiendo una espiral hacia arriba, como un gas en la oscuridad». Se despertó y se encontró otra vez cautivo, en el hospital anexo a un lujoso pabellón de caza, donde era atendido por sirvientes mudos. Después de una conversación con el médico, descubre que ha llegado a un mundo futuro donde los nazis han ganado la segunda guerra mundial y donde se ha hecho volver a una gran extensión de Europa a la condición de un bosque primitivo, un lugar de juego salvaje de su gobernante, el conde Von Hackelnberg, Gran Guardabosques del Reich.
La narrativa de Querdilion se convierte en una gran pesadilla. De noche, oye el cuerno de caza del conde, «tocado a largos intervalos, cada nota tan solitaria en la oscuridad y el silencio total como una sola vela en mar abierto». Se le permite observar una caza a la luz del día, y queda horrorizado al descubrir que la presa no es algún animal desdichado sino una muchacha casi desnuda, con la cabeza y la espalda engalanada con plumas como «una de las diosas con cabeza de pájaro del Antiguo Egipto». Pero lo peor viene luego: el conde no sólo persigue presas humanas sino que también utiliza «sabuesos» humanos. El lugar de honor en esta horrible colección de fieras se otorga a los gatos-mujeres-muchachas que han sido «buscadas y seleccionadas con cuidado de experto entre todas las granjas criadoras de esclavos del gran Reich… (ellas) eran totalmente inhumanas: eran mujeres transformadas, mediante una demoníaca habilidad en la crianza y la preparación, en grandes gatos ágiles, rápidos y peligrosos». Estas criaturas salvajes son bellas y aterradoras: Querdilion ve cómo destrozan dos conejas con garras y dientes. Luego es llevado al bosque por los hombres del conde, para convertirlo en la presa de la siguiente cacería.
La breve novela de Sarban es una obra de horror hábilmente elaborada, con imágenes convincentes y una trama muy tensa. Socava las ideas sentimentales, especialmente caras a corazones ingleses, del bosque como un lugar tranquilo y de la caza como deporte de caballeros. En un plano es directamente un cuento sobre la bestialidad nazi, aunque perturbador en sus implicaciones sexuales. En otro plano, es una fantasía intemporal sobre los seres humanos como cazadores y cazados, sobre la humanidad brutal y la naturaleza bruta.