Black Easter. The Day After Judgment
En las últimas décadas han aparecido muchas novelas sobre magia negra -Dennis Wheatley fue un autor popular que las elaboraba como artículos de granja-, pero pocas han sido tan escrupulosamente investigadas, o tan secamente convincentes, como esta obra en dos partes del escritor norteamericano de ciencia ficción James Blish (1921-1975). Como declara el autor en un prefacio al primer volumen, «está basada todo lo posible en los escritos y los manuales de trabajo reales de magos activos que trabajaron en la tradición cristiana desde el siglo xIII hasta el xvIII, desde el Ars Magna de Raimundo Lulio, pasando por las diversas Claves del seudo Salomón, el seudo Agripa, el seudo Honorio, etc., hasta los mismos grimoires. Todos los libros mencionados en el texto existen realmente…». Blish trata la magia medieval como si fuese una ciencia exacta o una tecnología factible, un cuerpo de conocimiento tan eficaz como la física y la ingeniería modernas.
Estas dos pequeñas novelas constituyen una sola obra, aunque Blish no les dio un título conjunto. La primera (y mejor) mitad es llamada Black Easter [Pascua Negra], o Faust Aleph-Null. La principal figura fáustica del relato es un mago negro llamado Theron Ware, nacido en Estados Unidos pero que vive en Italia. Aunque originalmente impulsado por un afán de conocimiento, practica las artes negras de un modo comercial, vendiendo sus diabólicas habilidades sólo a los muy ricos. Uno de tales clientes es el señor Baines, un fabricante de equipos militares, quien teme que su sangriento negocio se vea amenazado por la existencia de armas nucleares, y que contrata los servicios de Theron Ware para apuntalar el caos y la matanza en un mundo demasiado pacífico. Ware explica que todos los actos de magia, sin excepción, dependen del control de los demonios. Es invocando a estos ángeles caídos como podrá dar al señor Baines lo que desea. Los dos sellan el trato, y empiezan planeando la muerte de un político y un científico famoso. Después del éxito de estos casos que sirven de prueba, Baines divulga su verdadero deseo, o sea, liberar a todos los demonios del Infierno sobre la Tierra por una noche.
Hay escasa fluidez narrativa en Black Easter, y la pintura de los personajes es superficial (el Hermano Domenico Garelli, el representante de Dios, parece una figura superflua). Los puntos fuertes del relato son los elementos descriptivos elaborados y el definido estremecimiento que provocan. En la escena culminante del conjuro de los demonios, se traza un «Gran Círculo» en el suelo del laboratorio de Ware: «El círculo propiamente dicho estaba hecho de tiras del cabrito ceremonial, con el pelo aún en ellas, fijadas al suelo en los puntos cardinales con cuatro clavos que, explicó Ware, habían sido tomados del ataúd de un niño. En el arco nordeste, bajo la palabra BERKAIAL, había sobre las tiras el cuerpo de un murciélago macho que había sido ahogado en sangre; en el noroeste, bajo la palabra AMASARAC el cráneo de un parricida; en el sudeste, bajo la palabra ASARADEL, los cuernos de una cabra; y en el sudoeste, bajo la palabra ARIBECL, se sentaba el gato de Ware» (un animal groseramente gordo que se alimentaba solamente de la carne de bebés muertos). Estos espantosos preparativos dan su fruto, y el desenlace de esta primera novela es apropiadamente horrible e impresionante. El segundo volumen, The Day After Judgment [El día después del juicio] parece una obra menor, que a veces degenera en farsa, aunque la imagen de la ciudad infernal de Dios que se levanta en el Valle de la Muerte es ciertamente memorable.