el pecho con las manos diciendo mira lo que me has hecho mira qué castigo tan monstruoso tú que todavía sigues respirando y mirando a los muertos dime si encuentras un sufrimiento comparable a este bulto envuelto en mantas en la cama en el silencio de un apartamento después de la muerte llaman a la puerta insistentemente transmisión número siete recibida a las tres y diez de la tarde del viernes veintisiete de enero de mil novecientos setenta y ocho en un mundo en que a nadie le importa nadie cruelmente abandonada y tratada como una bestia sin afecto sin el amor que todos los padres deben ofrecer pero ellos te abandonan y se olvidan de ti te entregan en adopción no hay amor aunque los trabajadores son muy entregados de lo contrario no estarían ahí pero por qué yo señor por qué sola y abandonada en un almacén de madera de great northern street en huddersfield por qué yo vista con vida por última vez el martes veinticuatro de enero de mil novecientos setenta y ocho donde la soledad es salir de casa y subir a un corsair blanco para ganar cinco libras rápidas ir hasta el almacén de madera de great northern streen entre la nieve negra y sucia el viaducto por encima de los trenes de mercancías liverpool leeds sola y abandonada el taxi repugnante los ladrillos negros la madera negra la humedad negra el vertedero negro y mojado el colegio en ruinas mojado los trabajos de mierda y las casas abandonadas mojadas el canal y el mercado de ganado ensangrentado y mojado donde la nieve no se posará donde a nadie le importa nadie los retretes públicos un horrible paisaje de angustia y de dolor donde caes en la desesperación te arrodillas para rezar y pedirle a dios que te libere de esta trampa cruel pero no viene nadie no viene nadie más que él en su corsair blanco con sus cinco libras para un polvo rápido entre la madera los troncos la leña en un mundo donde a nadie le importa nadie me dejé engañar y caí en el agujero más profundo y me bajé los pantalones y él dijo espera porque tenía que orinar y salió del coche y cuando volvió me pidió que saliera para hacerlo en el asiento de atrás y entonces me pegó y al principio pensé que había sido un manotazo y le dije no hace falta que te pongas así ni siquiera hace falta que pagues pero volvió a pegarme y no era con la mano sino con un martillo y me pegó otra vez me arrastró del pelo hasta un rincón del almacén y yo no gemía pero no estaba muerta y no podía dejar de mirarlo y dijo no hagas ningún ruido y no te pasará nada entonces me quitó las bragas me penetró y yo estaba ahí tirada con él encima sin afecto y cuando terminó sacó un cuchillo y me dio seis puñaladas en el corazón y en el pecho me desnudó tiró mi ropa y mis cosas por ahí y me escondió en un hueco entre un montón de madera y un garaje abandonado me cubrió con una tela de amianto y se fue a casa a la mañana siguiente un conductor encontró mis bragas negras manchadas de sangre y las colgó en la puerta para que los chicos se rieran un rato ellos también vieron manchas de sangre en el barro y en los plásticos pero no les llamó la atención porque en el almacén pasaba de todo por la noche y me dejaron entre el montón de madera y el garaje abandonado en este horrible paisaje de angustia y de dolor donde sigo esperando a que vengan y me encuentren el viernes me dieron oficialmente por desaparecida así que le dieron a oler mis bragas negras manchadas de sangre al perro policía alsaciano y a los diez minutos el alsaciano me había encontrado entre el montón de madera y el garaje abandonado con el jersey y el sujetador subidos y sólo un par de calcetines puestos a las tres y diez del viernes veintisiete de enero de mil novecientos setenta y ocho y dicen que no hay dolor más grande que recordar en el sufrimiento del presente la felicidad del pasado pero yo te digo que no hay dolor más grande que recordar en el sufrimiento del presente el sufrimiento del pasado y sólo sufrimiento