interrumpida diecinueve de octubre de mil novecientos setenta y seis ka su peng encontrada por un policía en una cabina de teléfono de white abey en bradford con dos agujeros en la cabeza que requirieron cincuenta y ocho puntos de sutura agredida por un hombre de barba negra y rizada que la recogió en la puerta del perseverance en lumb lane en mi coche oscuro con mis ojos cansados y mi barba rizada vamos al parque y le pregunto cuánto y dice que cinco libras y digo vale pero tienes que salir del coche desnudarte y tumbarte en la hierba y vi en sus ojos que no quería porque los copos de nieve bailaban en el aire pero dijo que tenía que hacer pis y se agachó como una señora para orinar en la hierba y cuando se me cayó el martillo dijo que esperaba que no fuera un cuchillo y le dije que no que era mi cartera que se desnudara y cuando ya casi estaba terminando de orinar le pegué con el martillo en la cabeza y volví a pegarle con el martillo en la cabeza y cayó sobre la hierba con una mano en la cabeza llena de sangre y no se movió y yo me quedé mirando cómo se miraba la mano llena de sangre tendida en la hierba entre el baile de los copos de nieve y me masturbé y luego le tiré encima los pañuelos de papel y le puse un billete de cinco libras en la mano llena de sangre y le dije por favor no llames a la policía porque si lo haces vuelvo y la próxima vez te mato cuando bailen los copos de nieve lo vi de pie a mi lado moviendo la mano arriba y abajo mientras los copos de nieve bailaban y dijo por favor no llames a la policía porque si lo haces te mato y me puso un billete de cinco libras en la mano y se largó y medio andando medio arrastrándome conseguí llegar hasta la cabina de teléfono y llamar a una ambulancia y vinieron a buscarme y me dieron cincuenta y ocho puntos en la cabeza y en la espalda y estuve siete semanas en el hospital y me dijeron que tenía suerte de estar viva pero sólo recuerdo que marqué el nueve nueve nueve y me quedé tirada en el suelo de la cabina de teléfono mientras los copos de nieve bailaban y un hombre pasó por delante en un coche oscuro y parecía como si me estuviera buscando y era el hombre que me había pegado tienes suerte de estar viva me dijeron pero los fenómenos psíquicos activados por las descargas epilépticas en el lóbulo temporal pueden producirme complicadas alucinaciones visuales o auditivas o una mezcla de las dos cosas o ilusiones o fogonazos de recuerdos o distorsiones del presente a partir del pasado como una extraña sensación de familiaridad o de extrañeza o déjà vu jamais vu o emociones de simple miedo fenómenos que se conocen como vivenciales porque se manifiestan con una nitidez asombrosa para el paciente y éste los compara con la realidad aunque a la vez sabe que son fenómenos incongruentes que se producen fuera de contexto como superpuestos al flujo de conciencia con la excepción del miedo que a menudo se interpreta como miedo a un suceso o a una agresión inminente o a los copos de nieve aunque tienes suerte de estar viva suerte de estar viva de estar viva pero no es verdad porque vivo en el lugar donde las hojas de los árboles son negras y las ramas se enredan y se enmarañan y se llenan de espinas envenenadas rodeada por un eco constante de gemidos de dolor tienes suerte de estar viva suerte de estar viva de estar viva pero en cuanto cortas la madera la sangre negra fluye alrededor de la herida y del tronco astillado mana una mezcla de palabras y de sangre que devora mis hojas en este bosque de tristeza donde mi cuerpo arrancado de sí mismo cuelga para siempre entre las espinas de mi propia sombra ajena en mi hogar suspendido en el aire donde mis muchas heridas susurran dolorosos sermones de sangre y las mutilaciones me han separado de todas mis hojas las amontonan a los pies de este triste arbusto entre el alegre baile de copos de nieve sobre la hierba con cinco libras en la mano llena de sangre transmisión número tres recibida