Marco

3 de octubre, primera antorcha
Hogar de Próculo Creón, Roma

Vientre y Verruga están visitando al amo. Están sentados con él bajo la columnata. Vientre ha traído hidromiel. Llevan horas bebiendo. Normalmente, a estas alturas ya estarían borrachos, pero hoy no. Hoy parecen más tranquilos.

Vientre y Verruga no son sus verdaderos nombres. No sé cuáles son sus verdaderos nombres. A Vientre lo llamo así porque está tan gordo que el vientre le cuelga entre las rodillas. Y a Verruga lo llamo así porque tiene una verruga marrón en la mejilla del tamaño de mi pulgar. Es redonda como una bola, pero tiene tres pelos muy recios que sobresalen y se balancean cuando se mueve. Vientre y Verruga son mercaderes libertos, como maese Creón.

—Más loco que un tracio —dice Verruga—. Siempre lo he sabido.

—No, no tenías ni idea —dice Vientre.

—¡Sí que lo sabía! —dice Verruga—. Te lo dije hace más de un mes: Nimfidio piensa que es el césar.

—¡No me lo dijiste! —insiste Vientre.

El amo dice:

—Vamos, vamos. A lo mejor lo dijiste, pero no sabías que ocurriría «esto». ¿Verdad?

Verruga dice:

—Lo sospechaba.

—¡Y un cuerno! —grita Vientre.

El amo mira por encima de mí y de Sócrates, los dos de pie con las jarras de hidromiel.

—Marco, ve a por más olivas. Y dile a Elsie que nos prepare algo de comer, joder.

Voy a la cocina, le digo a Elsie lo que ha dicho el amo, lleno un cuenco con olivas y vuelvo.

—¿Crees que era verdad? —pregunta Verruga—. ¿Crees que Calígula era su padre? Su madre era una esclava de palacio…

El amo dice:

—No importa si es cierto o no. ¿Con cuántas esclavas crees que Tiberio o Claudio tuvieron hijos? Se podría llenar el circo con ellos. Incluso Augusto, que era muy mojigato en todo, tenía algunos pequeños Octavios corriendo por la ciudad. Pero ninguno de ellos podría ser emperador jamás. ¡Por el amor de Júpiter, nacieron de esclavas!

Verruga menea la cabeza.

—Más loco que un tracio.

—Pero, aun así —dice Vientre—, sus hombres se volvieron contra él muy rápido. Le cortaron el cuello en un abrir y cerrar de ojos.

—Esos pretorianos tienen mucha sangre fría —dice el amo—. He oído que fue su centurión quien le traicionó. Robó las cartas de Nimfidio y le dijo a todo el campamento lo que planeaba. Un hombre que se llama Terencio…

El corazón se me sube a la garganta cuando oigo el nombre del Zorro.

—Se ha nombrado a sí mismo prefecto, en el lugar de Nimfidio. El otro prefecto, Tigelino, sigue desaparecido.

Verruga dice:

—No estoy seguro de poder echarles la culpa. El Jorobado ha estado cortando el cuello a los desobedientes en provincias. ¿Qué hará cuando llegue a Roma y vea al jefe de los pretorianos asegurando que es hijo ilegítimo de Calígula y que el emperador debería ser él? Galba habría matado a Nimfidio y a cualquiera que pensara que estaba con él. No, no les echo la culpa, la verdad. Yo habría hecho lo mismo.

Aquella misma noche, cuando cenaban solos, el amo dijo al ama:

—Otón será adoptado por Galba en cuanto llegue a Roma. Y Otón será el siguiente en la línea sucesoria para la púrpura. Entonces el principado me deberá a mí (¡a mí!) un millón de sestercios nada menos. Estaremos bien situados para siempre, querida mía. Cualquier nombramiento o negocio, lo que queramos, será nuestro.

El ama duda un poco, como siempre.

—¿Y cómo sabes que Galba adoptará a Otón? ¿Cómo lo sabes? He oído que hay otros candidatos.

El amo se ríe.

—¿Quién? ¿A quién se puede considerar?

—He oído que será uno de los Pisones.

El amo se echa a reír. De su boca salen volando las migas.

—¿Uno de los Pisones? ¡Por favor, cariño! —Levanta las manos como si le fueran a atacar—. Por favor, deja de meter las narices en el mundo de los hombres. No tienes ni idea de política, de Roma en sus ochocientos años de historia ni… de este mismo año. Las viejas familias son solo eso: «viejas». Son reliquias antiguas, polvorientas y moribundas. El Senado quedará rejuvenecido con hombres como Otón, con familias de Benevento, Ferento… Familias de las colinas sabinas. Y cuando esos hombres se trasladen al Senado, ¿quién llenará los huecos de las clases de abajo? —Se señala a sí mismo—. Emprendedores. Hombres de Minerva, como tu querido esposo.

Intento recordar todos esos nombres: Otón, Pisón, Galba el Jorobado. Sigo diciendo los nombres, para poderlos recordar mañana. Otón, Pisón, Galba.

Otón, Pisón, Galba.

Otón, Pisón, Galba.

El emperador destronado
titlepage.xhtml
part0000.html
part0001.html
part0002.html
part0003.html
part0004.html
part0005.html
part0006.html
part0007.html
part0008.html
part0009.html
part0010.html
part0011.html
part0012.html
part0013.html
part0014.html
part0015.html
part0016.html
part0017.html
part0018.html
part0019.html
part0020.html
part0021.html
part0022.html
part0023.html
part0024.html
part0025.html
part0026.html
part0027.html
part0028.html
part0029.html
part0030.html
part0031.html
part0032.html
part0033.html
part0034.html
part0035.html
part0036.html
part0037.html
part0038.html
part0039.html
part0040.html
part0041.html
part0042.html
part0043.html
part0044.html
part0045.html
part0046.html
part0047.html
part0048.html
part0049.html
part0050.html
part0051.html
part0052.html
part0053.html
part0054.html
part0055.html
part0056.html
part0057.html
part0058.html
part0059.html
part0060.html
part0061.html
part0062.html
part0063.html
part0064.html
part0065.html
part0066.html
part0067.html
part0068.html
part0069.html
part0070.html
part0071.html
part0072.html
part0073.html
part0074.html
part0075.html
part0076.html
part0077.html
part0078.html
part0079.html
part0080.html
part0081.html
part0082.html
part0083.html
part0084.html
part0085.html
part0086.html
part0087.html
part0088.html
part0089.html
part0090.html
part0091.html
part0092.html
part0093.html
part0094.html
part0095.html
part0096.html
part0097.html
part0098.html
part0099.html
part0100.html
part0101.html
part0102.html
part0103.html
part0104.html
part0105.html
part0106.html
part0107.html
part0108.html
part0109.html
part0110.html
part0111.html
part0112.html
part0113.html
part0114.html
part0115.html
part0116.html
part0117.html
part0118.html
part0119.html
part0120.html
part0121.html