A mi marido, Sid, que llegó a mí desde donde sale el sol y caminará conmigo hasta donde se pone, luz que guía mi camino, fuerza que me sostiene y, siempre, el impulso que necesito
Cuando no sea más que un susurro en el viento, presta atención, porque puede que tenga algo que decirte: Nei-na-su-tama-habi