Proverbios
1
El propósito de los proverbios
1 Estos son los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
2 El propósito de los proverbios es enseñar sabiduría y disciplina, y ayudar a las personas a comprender la inteligencia de los sabios.
3 Su propósito es enseñarles a vivir una vida disciplinada y exitosa, y ayudarles a hacer lo que es correcto, justo e imparcial.
4 Estos proverbios darán inteligencia al ingenuo, conocimiento y discernimiento al joven.
5 Que el sabio escuche estos proverbios y se haga aún más sabio. Que los que tienen entendimiento reciban dirección
6 al estudiar el significado de estos proverbios y estas parábolas, las palabras de los sabios y sus enigmas.
7 El temor del SEÑOR es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.
La exhortación de un padre: adquiere sabiduría
8 Hijo mío, presta atención cuando tu padre te corrige; no descuides la instrucción de tu madre.
9 Lo que aprendas de ellos te coronará de gracia y será como un collar de honor alrededor de tu cuello.
10 Hijo mío, si los pecadores quieren engatusarte, ¡dales la espalda!
11 Quizás te digan: Ven con nosotros. ¡Escondámonos y matemos a alguien! ¡Vamos a emboscar a los inocentes, sólo para divertirnos!
12 Vamos a tragarlos vivos, como lo hace la tumba[a]; vamos a tragarlos enteros, como a quienes descienden a la fosa de la muerte.
13 ¡Piensa en todas las grandes cosas que conseguiremos! Llenaremos nuestras casas con todo lo robado.
14 Ven, únete a nosotros; entre todos compartiremos el botín.
15 ¡Hijo mío, no vayas con ellos! Mantente alejado de sus caminos.
16 Ellos corren a cometer malas acciones; van de prisa a matar.
17 Si un pájaro ve que le tienden una trampa, sabe que tiene que alejarse.
18 En cambio esa gente se tiende una emboscada a sí misma, pareciera que busca su propia muerte.
19 Así terminan todos los que codician el dinero; esa codicia les roba la vida.
La sabiduría hace oír su voz en las calles
20 La sabiduría hace oír su voz en las calles; clama en la plaza pública.
21 La sabiduría clama a los que están reunidos frente a la entrada de la ciudad y a las multitudes por la calle principal:
22 Simplones, ¿hasta cuándo insistirán en su ignorancia? Burlones, ¿hasta cuándo disfrutarán de sus burlas? Necios, ¿hasta cuándo odiarán el saber?
23 Vengan y escuchen mi consejo. Les abriré mi corazón y los haré sabios.
24 Los llamé muy a menudo pero no quisieron venir; les tendí la mano pero no me hicieron caso.
25 No prestaron atención a mi consejo y rechazaron la corrección que les ofrecí.
26 ¡Por eso me reiré cuando tengan problemas! Me burlaré de ustedes cuando les llegue la desgracia,
27 cuando la calamidad caiga sobre ustedes como una tormenta, cuando el desastre los envuelva como un ciclón, y la angustia y la aflicción los abrumen.
28 Entonces, cuando clamen por ayuda, no les responderé. Aunque me busquen con ansiedad, no me encontrarán.
29 Pues odiaron el conocimiento y decidieron no temer al SEÑOR.
30 Rechazaron mi consejo y no prestaron atención cuando los corregía.
31 Por lo tanto, tendrán que comer el fruto amargo de vivir a su manera y se ahogarán con sus propias intrigas.
32 Pues los simplones se apartan de mí hacia la muerte. Los necios son destruidos por su despreocupación.
33 En cambio, todos los que me escuchan vivirán en paz, tranquilos y sin temor del mal.
2
Los beneficios de la sabiduría
1 Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos.
2 Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento.
3 Clama por inteligencia y pide entendimiento.
4 Búscalos como si fueran plata, como si fueran tesoros escondidos.
5 Entonces comprenderás lo que significa temer al SEÑOR y obtendrás conocimiento de Dios.
6 ¡Pues el SEÑOR concede sabiduría! De su boca provienen el saber y el entendimiento.
7 Al que es honrado, él le concede el tesoro del sentido común. Él es un escudo para los que caminan con integridad.
8 Él cuida las sendas de los justos y protege a los que le son fieles.
9 Entonces comprenderás lo que es correcto, justo e imparcial y encontrarás el buen camino que debes seguir.
10 Pues la sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento te llenará de alegría.
11 Las decisiones sabias te protegerán; el entendimiento te mantendrá a salvo.
12 La sabiduría te salvará de la gente mala, de los que hablan con palabras retorcidas.
13 Estos hombres se alejan del camino correcto para andar por sendas tenebrosas.
14 Se complacen en hacer lo malo y disfrutan los caminos retorcidos del mal.
15 Sus acciones son torcidas, y sus caminos son errados.
16 La sabiduría te librará de la mujer inmoral, de las palabras seductoras de la mujer promiscua.
17 Ella abandonó a su marido y no hace caso del pacto que hizo ante Dios.
18 Entrar a su casa lleva a la muerte; es el camino a la tumba[b].
19 El hombre que la visita está condenado; nunca llegará a los senderos de la vida.
20 Tú, en cambio, sigue los pasos de los hombres buenos y permanece en los caminos de los justos.
21 Pues sólo los justos vivirán en la tierra y los íntegros permanecerán en ella.
22 Pero los perversos serán quitados de la tierra, y los traidores serán arrancados de raíz.
3
La confianza en el SEÑOR
1 Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón.
2 Si así lo haces, vivirás muchos años, y tu vida te dará satisfacción.
3 ¡Nunca permitas que la lealtad ni la bondad te abandonen! Átalas alrededor de tu cuello como un recordatorio. Escríbelas en lo profundo de tu corazón.
4 Entonces tendrás tanto el favor de Dios como el de la gente, y lograrás una buena reputación.
5 Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, no dependas de tu propio entendimiento.
6 Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.
7 No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al SEÑOR y aléjate del mal.
8 Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos.
9 Honra al SEÑOR con tus riquezas y con lo mejor de todo lo que produces.
10 Entonces él llenará tus graneros, y tus tinajas se desbordarán de buen vino.
11 Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR ni te enojes cuando te corrige.
12 Pues el SEÑOR corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite[c].
13 Alegre es el que encuentra sabiduría, el que adquiere entendimiento.
14 Pues la sabiduría da más ganancia que la plata y su paga es mejor que el oro.
15 La sabiduría es más preciosa que los rubíes; nada de lo que desees puede compararse con ella.
16 Con la mano derecha, te ofrece una larga vida; con la izquierda, riquezas y honor.
17 Te guiará por sendas agradables, todos sus caminos dan satisfacción.
18 La sabiduría es un árbol de vida a los que la abrazan; felices son los que se aferran a ella.
19 Con sabiduría el SEÑOR fundó la tierra, con entendimiento creó los cielos.
20 Con su conocimiento se abrieron las fuentes profundas de la tierra e hizo que el rocío se asiente bajo el cielo de la noche.
21 Hijo mío, no pierdas de vista el sentido común ni el discernimiento. Aférrate a ellos,
22 porque refrescarán tu alma; son como las joyas de un collar.
23 Te mantienen seguro en tu camino, y tus pies no tropezarán.
24 Puedes irte a dormir sin miedo; te acostarás y dormirás profundamente.
25 No hay por qué temer la calamidad repentina ni la destrucción que viene sobre los perversos,
26 porque el SEÑOR es tu seguridad. Él cuidará que tu pie no caiga en una trampa.
27 No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos.
28 Si puedes ayudar a tu prójimo hoy, no le digas: Vuelve mañana y entonces te ayudaré.
29 No trames hacerle daño a tu vecino, porque los que viven cerca confían en ti.
30 No busques pelea sin motivo, cuando nadie te ha hecho daño.
31 No envidies a las personas violentas, ni imites su conducta.
32 El SEÑOR detesta a esa gente perversa; en cambio, ofrece su amistad a los justos.
33 El SEÑOR maldice la casa del perverso, pero bendice el hogar de los justos.
34 El SEÑOR se burla de los burlones, pero muestra su bondad a los humildes[d].
35 Los sabios heredan honra, ¡pero los necios son avergonzados!
4
El sabio consejo de un padre
1 Hijos míos, escuchen cuando su padre los corrige. Presten atención y aprendan buen juicio,
2 porque les doy una buena orientación. No se alejen de mis instrucciones.
3 Pues yo, igual que ustedes, fui hijo de mi padre, amado tiernamente como el hijo único de mi madre.
4 Mi padre me enseñó: Toma en serio mis palabras. Sigue mis mandatos y vivirás.
5 Adquiere sabiduría, desarrolla buen juicio. No te olvides de mis palabras ni te alejes de ellas.
6 No des la espalda a la sabiduría, pues ella te protegerá; ámala, y ella te guardará.
7 ¡Adquirir sabiduría es lo más sabio que puedes hacer! Y en todo lo demás que hagas, desarrolla buen juicio.
8 Si valoras la sabiduría, ella te engrandecerá. Abrázala, y te honrará.
9 Te pondrá una hermosa guirnalda de flores sobre la cabeza; te entregará una preciosa corona.
10 Hijo mío, escúchame y haz lo que te digo, y tendrás una buena y larga vida.
11 Te enseñaré los caminos de la sabiduría y te guiaré por sendas rectas.
12 Cuando camines, no te detendrán; cuando corras, no tropezarás.
13 Aférrate a mis instrucciones, no las dejes ir; cuídalas bien, porque son la clave de la vida.
14 No hagas lo que hacen los perversos ni sigas el camino de los malos.
15 ¡Ni se te ocurra! No tomes ese camino. Aléjate de él y sigue avanzando.
16 Pues las personas malvadas no pueden dormir sin hacer la mala acción del día. No pueden descansar sin antes hacer tropezar a alguien.
17 ¡Se alimentan de la perversidad y beben el vino de la violencia!
18 El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor.
19 Pero el camino de los perversos es como la más densa oscuridad; ni siquiera saben con qué tropiezan.
20 Hijo mío, presta atención a lo que te digo. Escucha atentamente mis palabras.
21 No las pierdas de vista. Déjalas llegar hasta lo profundo de tu corazón,
22 pues traen vida a quienes las encuentran y dan salud a todo el cuerpo.
23 Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida.
24 Evita toda expresión perversa; aléjate de las palabras corruptas.
25 Mira hacia adelante y fija los ojos en lo que está frente a ti.
26 Traza un sendero recto para tus pies; permanece en el camino seguro.
27 No te desvíes, evita que tus pies sigan el mal.
5
Evita a las mujeres inmorales
1 Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, escucha cuidadosamente mi sabio consejo.
2 Entonces demostrarás discernimiento, y tus labios expresarán lo que has aprendido.
3 Pues los labios de una mujer inmoral son tan dulces como la miel y su boca es más suave que el aceite.
4 Pero al final ella resulta ser tan amarga como el veneno, tan peligrosa como una espada de dos filos.
5 Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen derecho a la tumba[e].
6 Pues a ella no le interesa en absoluto el camino de la vida. Va tambaleándose por un sendero torcido y no se da cuenta.
7 Así que ahora, hijos míos, escúchenme. Nunca se aparten de lo que les voy a decir:
8 ¡Aléjate de ella! ¡No te acerques a la puerta de su casa!
9 Si lo haces perderás el honor, y perderás todo lo que has logrado a manos de gente que no tiene compasión.
10 Gente extraña consumirá tus riquezas, y otro disfrutará del fruto de tu trabajo.
11 Al final, gemirás de angustia cuando la enfermedad consuma tu cuerpo.
12 Dirás: ¡Cuánto odié la disciplina! ¡Si tan sólo no hubiera despreciado todas las advertencias!
13 ¿Por qué no escuché a mis maestros? ¿Por qué no presté atención a mis instructores?
14 He llegado al borde de la ruina y ahora mi vergüenza será conocida por todos.
15 Bebe el agua de tu propio pozo, comparte tu amor sólo con tu esposa[f].
16 ¿Para qué derramar por las calles el agua de tus manantiales teniendo sexo con cualquiera[g]?
17 Deben reservarla sólo para los dos; jamás la compartan con desconocidos.
18 Que tu esposa sea una fuente de bendición para ti. Alégrate con la esposa de tu juventud.
19 Es una cierva amorosa, una gacela llena de gracia. Que sus pechos te satisfagan siempre. Que siempre seas cautivado por su amor.
20 Hijo mío, ¿por qué dejarte cautivar por una mujer inmoral o acariciar los pechos de una mujer promiscua?
21 Pues el SEÑOR ve con claridad lo que hace el hombre, examina cada senda que toma.
22 Un hombre malvado queda preso por sus propios pecados; son cuerdas que lo atrapan y no lo sueltan.
23 Morirá por falta de control propio; se perderá a causa de su gran insensatez.
6
Lecciones para la vida diaria
1 Hijo mío, si has salido fiador por la deuda de un amigo o has aceptado garantizar la deuda de un extraño,
2 si quedaste atrapado por el acuerdo que hiciste y estás enredado por tus palabras,
3 sigue mi consejo y sálvate, pues te has puesto a merced de tu amigo. Ahora trágate tu orgullo; ve y suplica que tu amigo borre tu nombre.
4 No postergues el asunto, ¡hazlo enseguida! No descanses hasta haberlo realizado.
5 Sálvate como una gacela que escapa del cazador, como un pájaro que huye de la red.
6 Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas. ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio!
7 A pesar de que no tienen príncipe ni gobernador ni líder que las haga trabajar,
8 se esfuerzan todo el verano, juntando alimento para el invierno.
9 Pero tú, holgazán, ¿hasta cuándo seguirás durmiendo? ¿Cuándo despertarás?
10 Un rato más de sueño, una breve siesta, un pequeño descanso cruzado de brazos.
11 Entonces la pobreza te asaltará como un bandido; la escasez te atacará como un ladrón armado.
12 ¿Cómo son las personas despreciables y perversas? Nunca dejan de mentir,
13 demuestran su engaño al guiñar con los ojos, al dar golpes suaves con los pies o hacer gestos con los dedos.
14 Sus corazones pervertidos traman el mal, y andan siempre provocando problemas.
15 Sin embargo, serán destruidos de repente, quebrantados en un instante y sin la menor esperanza de recuperarse.
16 Hay seis cosas que el SEÑOR odia, no, son siete las que detesta:
17 los ojos arrogantes, la lengua mentirosa, las manos que matan al inocente,
18 el corazón que trama el mal, los pies que corren a hacer lo malo,
19 el testigo falso que respira mentiras, y el que siembra discordia en una familia.
20 Hijo mío, obedece los mandatos de tu padre, y no descuides la instrucción de tu madre.
21 Guarda siempre sus palabras en tu corazón; átalas alrededor de tu cuello.
22 Cuando camines, su consejo te guiará. Cuando duermas, te protegerá. Cuando despiertes, te orientará.
23 Pues su mandato es una lámpara y su instrucción es una luz; su disciplina correctiva es el camino que lleva a la vida.
24 Te protegerán de la mujer inmoral, de la lengua suave de la mujer promiscua.
25 No codicies su belleza; no dejes que sus miradas coquetas te seduzcan.
26 Pues una prostituta te llevará a la pobreza[h], pero dormir con la mujer de otro hombre te costará la vida.
27 ¿Acaso puede un hombre echarse fuego sobre las piernas sin quemarse la ropa?
28 ¿Podrá caminar sobre carbones encendidos sin ampollarse los pies?
29 Así le sucederá al hombre que duerme con la esposa de otro hombre. El que la abrace no quedará sin castigo.
30 Tal vez haya excusas para un ladrón que roba porque se muere de hambre.
31 Pero si lo atrapan, deberá pagar siete veces la cantidad que robó, aunque tenga que vender todo lo que hay en su casa.
32 Pero el hombre que comete adulterio es un necio total, porque se destruye a sí mismo.
33 Será herido y deshonrado. Su vergüenza no se borrará jamás.
34 Pues el marido celoso de la mujer se enfurecerá, y no tendrá misericordia cuando se cobre venganza.
35 No aceptará ninguna clase de compensación ni habrá suma de dinero que lo satisfaga.
7
Más advertencia sobre mujeres inmorales
1 Hijo mío, sigue mi consejo, atesora siempre mis mandatos.
2 ¡Obedece mis mandatos y vive! Guarda mis instrucciones tal como cuidas tus ojos[i].
3 Átalas a tus dedos como un recordatorio; escríbelas en lo profundo de tu corazón.
4 Ama a la sabiduría como si fuera tu hermana y haz a la inteligencia un querido miembro de tu familia.
5 Deja que ellas te prevengan de tener una aventura con una mujer inmoral y de escuchar las adulaciones de una mujer promiscua.
6 Mientras estaba junto a la ventana de mi casa, mirando a través de la cortina,
7 vi a unos muchachos ingenuos; a uno en particular que le faltaba sentido común.
8 Cruzaba la calle cercana a la casa de una mujer inmoral y se paseaba frente a su casa.
9 Era la hora del crepúsculo, al anochecer, mientras caía la densa oscuridad.
10 La mujer se le acercó, vestida de manera seductora y con corazón astuto.
11 Era rebelde y descarada, de esas que nunca están conformes con quedarse en casa.
12 Suele frecuentar las calles y los mercados, ofreciéndose en cada esquina.
13 Lo rodeó con sus brazos y lo besó, y mirándolo con descaro le dijo:
14 Acabo de hacer mis ofrendas de paz y de cumplir mis votos.
15 ¡Tú eres precisamente al que estaba buscando! ¡Salí a encontrarte y aquí estás!
16 Mi cama está tendida con hermosas colchas, con coloridas sábanas de lino egipcio.
17 La he perfumado con mirra, áloes y canela.
18 Ven, bebamos sin medida la copa del amor hasta el amanecer. Disfrutemos de nuestras caricias,
19 ahora que mi esposo no está en casa. Se fue de viaje por mucho tiempo.
20 Se llevó la cartera llena de dinero y no regresará hasta fin de mes[j].
21 Y así lo sedujo con sus dulces palabras y lo engatusó con sus halagos.
22 Él la siguió de inmediato, como un buey que va al matadero. Era como un ciervo que cayó en la trampa,
23 en espera de la flecha que le atravesaría el corazón. Era como un ave que vuela directo a la red, sin saber que le costará la vida.
24 Por eso, hijos míos, escúchenme y presten atención a mis palabras.
25 No dejen que el corazón se desvíe tras ella. No anden vagando por sus caminos descarriados.
26 Pues ella ha sido la ruina de muchos; numerosos hombres han caído en sus garras.
27 Su casa es el camino a la tumba[k]. Su alcoba es la guarida de la muerte.
8
Llamado de la Sabiduría
1 ¡Escuchen cuando la Sabiduría llama! ¡Oigan cuando el entendimiento alza su voz!
2 La Sabiduría toma su puesto en las encrucijadas, en la cumbre de la colina, junto al camino.
3 Junto a las puertas de entrada a la ciudad, en el camino de ingreso, grita con fuerza:
4 ¡A ustedes los llamo, a todos ustedes! Levanto mi voz a toda persona.
5 Ustedes, ingenuos, usen el buen juicio. Ustedes, necios, muestren un poco de entendimiento.
6 ¡Escúchenme! Tengo cosas importantes que decirles. Todo lo que digo es correcto
7 pues hablo la verdad y detesto toda clase de engaño.
8 Mi consejo es sano; no tiene artimañas ni falsedad.
9 Mis palabras son obvias para todos los que tienen entendimiento, claras para los que poseen conocimiento.
10 Elijan mi instrucción en lugar de la plata y el conocimiento antes que el oro puro.
11 Pues la sabiduría es mucho más valiosa que los rubíes. Nada de lo que uno pueda desear se compara con ella.
12 Yo, la Sabiduría, convivo con el buen juicio. Sé dónde encontrar conocimiento y discernimiento.
13 Todos los que temen al SEÑOR odiarán la maldad. Por eso odio el orgullo y la arrogancia, la corrupción y el lenguaje perverso.
14 El sentido común y el éxito me pertenecen. La fuerza y la inteligencia son mías.
15 Gracias a mí reinan los reyes y los gobernantes dictan decretos justos.
16 Los mandatarios gobiernan con mi ayuda y los nobles emiten juicios justos[l].
17 Amo a todos los que me aman. Los que me buscan, me encontrarán.
18 Tengo riquezas y honor, así como justicia y prosperidad duraderas.
19 ¡Mis dones son mejores que el oro, aun el oro más puro; mi paga es mejor que la plata refinada!
20 Camino en rectitud, por senderos de justicia.
21 Los que me aman heredan riquezas; llenaré sus cofres de tesoros.
22 El SEÑOR me formó desde el comienzo, antes de crear cualquier otra cosa.
23 Fui nombrada desde la eternidad, en el principio mismo, antes de que existiera la tierra.
24 Nací antes de que los océanos fueran creados, antes de que brotara agua de los manantiales.
25 Antes de que se formaran las montañas, antes que las colinas, yo nací,
26 antes de que el SEÑOR hiciera la tierra y los campos y los primeros puñados de tierra.
27 Estaba presente cuando él estableció los cielos, cuando trazó el horizonte sobre los océanos.
28 Estaba ahí cuando colocó las nubes arriba, cuando estableció los manantiales en lo profundo de la tierra.
29 Estaba ahí cuando puso límites a los mares, para que no se extendieran más allá de sus márgenes. Y también cuando demarcó los cimientos de la tierra,
30 era la arquitecta a su lado. Yo era su constante deleite, y me alegraba siempre en su presencia.
31 ¡Qué feliz me puse con el mundo que él creó; cuánto me alegré con la familia humana!
32 Y ahora, hijos míos, escúchenme, pues todos los que siguen mis caminos son felices.
33 Escuchen mi instrucción y sean sabios; no la pasen por alto.
34 ¡Alegres son los que me escuchan, y están atentos a mis puertas día tras día, y me esperan afuera de mi casa!
35 Pues todo el que me encuentra, halla la vida y recibe el favor del SEÑOR.
36 Pero el que no me encuentra se perjudica a sí mismo. Todos los que me odian aman la muerte.
9
1 La Sabiduría edificó su casa, labró sus siete pilares.
2 Preparó un gran banquete, mezcló los vinos y puso la mesa.
3 Envió a sus sirvientes para que invitaran a todo el mundo. Ahora convoca desde el lugar más alto con vista a la ciudad:
4 Entren conmigo, clama a los ingenuos. Y a quienes les falta buen juicio, les dice:
5 Vengan, disfruten mi comida y beban el vino que he mezclado.
6 Dejen atrás sus caminos de ingenuidad y empiecen a vivir; aprendan a usar el buen juicio.
7 El que reprende a un burlón recibirá un insulto a cambio; el que corrige al perverso saldrá herido.
8 Por lo tanto, no te molestes en corregir a los burlones; sólo ganarás su odio. En cambio, corrige a los sabios y te amarán.
9 Instruye a los sabios, y se volverán aún más sabios. Enseña a los justos, y aprenderán aún más.
10 El temor del SEÑOR es la base de la sabiduría. Conocer al Santo da por resultado el buen juicio.
11 La sabiduría multiplicará tus días y dará más años a tu vida.
12 Si te haces sabio, serás tú quien se beneficie. Si desprecias la sabiduría, serás tú quien sufra.
Llamado de la Necedad
13 La mujer llamada Necedad es una atrevida y aunque no se da cuenta es una ignorante.
14 Se sienta a la entrada de su casa, en el lugar más alto con vista a la ciudad.
15 Llama a los hombres que pasan por ahí, ocupados en sus propios asuntos.
16 Entren conmigo, les dice a los ingenuos. Y a los que les falta buen juicio, les dice:
17 ¡El agua robada es refrescante; lo que se come a escondidas es más sabroso!
18 Pero lo que menos se imaginan es que allí están los muertos. Sus invitados están en lo profundo de la tumba[m].
10
Proverbios de Salomón
1 Los proverbios de Salomón: Un hijo sabio trae alegría a su padre; un hijo necio trae dolor a su madre.
2 Las riquezas mal habidas no tienen ningún valor duradero; pero vivir debidamente puede salvar tu vida.
3 El SEÑOR no dejará que el justo pase hambre, pero se niega a satisfacer los antojos del perverso.
4 Los perezosos pronto se empobrecen; los que se esfuerzan en su trabajo se hacen ricos.
5 El joven sabio cosecha en el verano, pero el que se duerme durante la siega es una vergüenza.
6 Los justos se llenan de bendiciones; las palabras de los perversos encubren intenciones violentas.
7 Tenemos buenos recuerdos de los justos, pero el nombre del perverso se pudre.
8 El sabio con gusto recibe instrucción, pero el necio que habla hasta por los codos caerá de narices.
9 Las personas con integridad caminan seguras, pero las que toman caminos torcidos tropezarán y caerán.
10 Quien guiña el ojo aprobando la maldad, causa problemas, pero una reprensión firme promueve la paz[n].
11 Las palabras de los justos son como una fuente que da vida; las palabras de los perversos encubren intenciones violentas.
12 El odio provoca peleas, pero el amor cubre todas las ofensas.
13 Las palabras sabias provienen de los labios de la gente con entendimiento, pero a los que les falta sentido común, serán castigados con vara.
14 Las personas sabias atesoran el conocimiento, pero el hablar por hablar del necio invita al desastre.
15 La riqueza del rico es su fortaleza, la pobreza del pobre es su ruina.
16 Las ganancias de los justos realzan sus vidas, pero la gente malvada derrocha su dinero en el pecado.
17 Los que aceptan la disciplina van por el camino que lleva a la vida, pero los que no hacen caso a la corrección se descarriarán.
18 Encubrir el odio te hace un mentiroso; difamar a otros te hace un necio.
19 Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada.
20 Las palabras del justo son como la plata refinada; el corazón del necio no vale nada.
21 Las palabras del justo animan a muchos, pero a los necios los destruye su falta de sentido común.
22 La bendición del SEÑOR enriquece a una persona y él no añade ninguna tristeza.
23 Al necio le divierte hacer el mal, pero al sensato le da placer vivir sabiamente.
24 Los temores del perverso se cumplirán; las esperanzas del justo se concederán.
25 Cuando lleguen las tormentas de la vida, arrasarán con los perversos; pero los justos tienen un cimiento eterno.
26 Los perezosos irritan a sus patrones, como el vinagre a los dientes o el humo a los ojos.
27 El temor del SEÑOR prolonga la vida, pero los años de los perversos serán truncados.
28 Las esperanzas del justo traen felicidad, pero las expectativas de los perversos no resultan en nada.
29 El camino del SEÑOR es una fortaleza para los que andan en integridad, pero destruye a los que hacen maldad.
30 Los justos nunca serán perturbados, pero los perversos serán quitados de la tierra.
31 La boca del justo da sabios consejos, pero la lengua engañosa será cortada.
32 Los labios del justo hablan palabras provechosas, pero la boca de los malvados habla perversidad.
11
1 El SEÑOR detesta el uso de las balanzas adulteradas, pero se deleita en pesas exactas.
2 El orgullo lleva a la deshonra, pero con la humildad viene la sabiduría.
3 La honestidad guía a la gente buena; la deshonestidad destruye a los traicioneros.
4 Las riquezas no servirán para nada en el día del juicio, pero la vida recta puede salvarte de la muerte.
5 La honestidad dirige los pasos de los justos; los perversos caen bajo el peso de su pecado.
6 La justicia rescata a las personas buenas; los traidores quedan atrapados por su propia ambición.
7 Cuando los perversos mueren, sus esperanzas mueren con ellos, porque confían en sus propias y deficientes fuerzas.
8 Los justos son rescatados de dificultades, y éstas caen sobre los perversos.
9 Los que no tienen a Dios destruyen a sus amigos con sus palabras, pero el conocimiento rescatará a los justos.
10 Toda la ciudad festeja cuando el justo triunfa; grita de alegría cuando el perverso muere.
11 Los ciudadanos íntegros son de beneficio para la ciudad y la hacen prosperar, pero las palabras de los perversos la destruyen.
12 Es necio denigrar al vecino; una persona sensata guarda silencio.
13 El chismoso anda contando secretos; pero los que son dignos de confianza saben guardar una confidencia.
14 Sin liderazgo sabio, la nación se hunde; la seguridad está en tener muchos consejeros.
15 Es peligroso dar garantía por la deuda de un desconocido; es más seguro no ser fiador de nadie.
16 La mujer bondadosa se gana el respeto, pero los hombres despiadados sólo ganan riquezas.
17 Tu bondad te recompensará, pero tu crueldad te destruirá.
18 Los malvados se enriquecen temporalmente, pero la recompensa de los justos permanecerá.
19 Los justos encuentran la vida; los malvados hallan la muerte.
20 El SEÑOR detesta a los de corazón retorcido, pero se deleita en los que tienen integridad.
21 Los malvados seguramente recibirán castigo, pero los hijos de los justos serán liberados.
22 Una mujer hermosa sin discreción es como un anillo de oro en el hocico de un cerdo.
23 Los justos pueden esperar una recompensa, mientras que a los perversos sólo les espera juicio.
24 Da con generosidad y serás más rico; sé tacaño y lo perderás todo.
25 El generoso prosperará, y el que reanima a otros será reanimado.
26 La gente maldice a los que acaparan el grano, pero bendice al que lo vende en tiempo de necesidad.
27 Si buscas el bien, hallarás favor; pero si buscas el mal, ¡el mal te encontrará!
28 El que confía en su dinero, se hundirá, pero los justos reverdecen como las hojas en primavera.
29 Los que traen problemas a su familia heredan el viento. El necio será sirviente del sabio.
30 La semilla de las buenas acciones se transforma en un árbol de vida; una persona sabia gana amigos[o].
31 Si los justos reciben su recompensa aquí en la tierra, ¡cuánto más los pecadores perversos[p]!
12
1 Para aprender, hay que amar la disciplina; es tonto despreciar la corrección.
2 El SEÑOR aprueba a los que son buenos, pero condena a quienes traman el mal.
3 La perversidad nunca produce estabilidad, pero los justos tienen raíces profundas.
4 Una esposa digna es una corona para su marido, pero la desvergonzada es como cáncer a sus huesos.
5 Los planes de los rectos son justos, pero el consejo de los perversos es traicionero.
6 Las palabras de los perversos son como una emboscada mortal, pero las palabras de los justos salvan vidas.
7 Los perversos mueren y no dejan rastro, mientras que la familia de los justos permanece firme.
8 La persona sensata gana admiración, pero la persona con la mente retorcida recibe desprecio.
9 Más vale ser una persona común con sirvientes, que darse aires de grandeza y no tener para comer.
10 Los justos cuidan de sus animales, pero los perversos siempre son crueles.
11 El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene sentido común.
12 Cada ladrón envidia el botín del otro, pero los justos están bien arraigados y dan su propio fruto.
13 Los perversos quedan atrapados por sus propias palabras, pero los justos escapan de semejante enredo.
14 Las palabras sabias producen muchos beneficios, y el arduo trabajo trae recompensas.
15 Los necios creen que su propio camino es el correcto, pero los sabios prestan atención a otros.
16 Un necio se enoja enseguida, pero una persona sabia mantiene la calma cuando la insultan.
17 Un testigo honrado dice la verdad, un testigo falso dice mentiras.
18 Algunas personas hacen comentarios hirientes, pero las palabras del sabio traen alivio.
19 Las palabras veraces soportan la prueba del tiempo, pero las mentiras pronto se descubren.
20 El corazón que trama el mal está lleno de engaño; ¡el corazón que procura la paz rebosa de alegría!
21 Nada malo le sucederá a los justos, pero los perversos se llenarán de dificultades.
22 El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad.
23 Los sabios no hacen alarde de sus conocimientos, pero los necios hacen pública su necedad.
24 Trabaja duro y serás un líder; sé un flojo y serás un esclavo.
25 La preocupación agobia a la persona; una palabra de aliento la anima.
26 Los justos dan buenos consejos a sus amigos[q], los perversos los llevan por mal camino.
27 Los perezosos ni siquiera cocinan la presa que han atrapado, pero los diligentes aprovechan todo lo que encuentran.
28 El camino de los justos conduce a la vida; ese rumbo no lleva a la muerte.
13
1 El hijo sabio acepta la disciplina de sus padres[r]; el burlón se niega a escuchar la corrección.
2 Con palabras sabias te conseguirás una buena comida, pero la gente traicionera tiene hambre de violencia.
3 Los que controlan su lengua tendrán una larga vida; el abrir la boca puede arruinarlo todo.
4 Los perezosos ambicionan mucho y obtienen poco, pero los que trabajan con esmero prosperarán.
5 Los justos odian las mentiras; los perversos son motivo de vergüenza y deshonra.
6 La justicia protege el camino del intachable, pero el pecado engaña a los malvados.
7 Hay quienes son pobres y se hacen pasar por ricos; hay otros que, siendo ricos, se hacen pasar por pobres.
8 El rico puede pagar rescate por su vida, pero al pobre ni siquiera lo amenazan.
9 La vida del justo está llena de luz y de alegría, pero la luz del pecador se apagará.
10 El orgullo lleva a conflictos; los que siguen el consejo son sabios.
11 La riqueza lograda de la noche a la mañana pronto desaparece; pero la que es fruto del arduo trabajo, aumenta con el tiempo.
12 La esperanza postergada aflige al corazón, pero un sueño cumplido es un árbol de vida.
13 Los que desprecian el consejo buscan problemas; los que respetan un mandato tendrán éxito.
14 La instrucción de los sabios es como una fuente que da vida; los que la aceptan evitan las trampas de la muerte.
15 Una persona de buen juicio es respetada; una persona traicionera va directo a la destrucción[s].
16 Las personas sabias piensan antes de actuar; los necios no lo hacen y hasta se jactan de su necedad.
17 El mensajero no confiable cae en problemas, pero el mensajero fiel trae alivio.
18 Si desprecias la crítica constructiva, acabarás en pobreza y deshonra; si aceptas la corrección, recibirás honra.
19 Es agradable ver que los sueños se hacen realidad, pero los necios se niegan a abandonar el mal para alcanzarlos.
20 Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades.
21 Los problemas persiguen a los pecadores, mientras que las bendiciones recompensan a los justos.
22 La gente buena deja una herencia a sus nietos, pero la riqueza de los pecadores pasa a manos de los justos.
23 La granja del pobre puede que produzca mucho alimento, pero la injusticia arrasa con todo.
24 Quienes no emplean la vara de disciplina odian a sus hijos. Los que en verdad aman a sus hijos se preocupan lo suficiente para disciplinarlos.
25 Los justos comen hasta quedar bien satisfechos, pero el estómago de los perversos quedará vacío.
14
1 La mujer sabia edifica su hogar, pero la necia con sus propias manos lo destruye.
2 Los que siguen el buen camino temen al SEÑOR; los que van por mal camino lo desprecian.
3 Las palabras arrogantes del necio se convierten en una vara que lo golpea, pero las palabras de los sabios los protegen.
4 Sin bueyes un establo se mantiene limpio, pero se necesita un buey fuerte para una gran cosecha.
5 El testigo honrado no miente; el testigo falso respira mentiras.
6 El burlón busca la sabiduría y nunca la encuentra; pero para el entendido, el conocimiento es cosa fácil.
7 No te acerques a los necios, porque no encontrarás conocimiento en sus labios.
8 Los prudentes saben a dónde van, en cambio los necios se engañan a sí mismos.
9 Los necios se burlan de la culpa, pero los justos la reconocen y buscan la reconciliación.
10 Cada corazón conoce su propia amargura, y nadie más puede compartir totalmente su alegría.
11 La casa de los perversos será destruida, pero la humilde morada de los justos prosperará.
12 Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte.
13 La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece.
14 Los descarriados reciben su merecido; la gente buena recibe su recompensa.
15 ¡Sólo los simplones creen todo lo que se les dice! Los prudentes examinan cuidadosamente sus pasos.
16 Los sabios son precavidos[t] y evitan el peligro; los necios, confiados en sí mismos, se precipitan con imprudencia.
17 Los que se enojan fácilmente cometen locuras, y los que maquinan maldad son odiados.
18 Los simplones están vestidos de necedad[u], pero los prudentes son coronados de conocimiento.
19 Los malvados se inclinarán ante los buenos; los perversos harán reverencia a las puertas de los justos.
20 A los pobres hasta sus vecinos los desprecian, mientras que a los ricos les sobran amigos.
21 Denigrar al prójimo es pecado; benditos los que ayudan a los pobres.
22 Si te propones hacer el mal, te perderás; si te propones hacer el bien recibirás amor inagotable y fidelidad.
23 El trabajo trae ganancias, ¡pero el sólo hablar lleva a la pobreza!
24 La riqueza es una corona para los sabios; el esfuerzo de los necios sólo produce necedad.
25 El testigo veraz salva vidas, pero el testigo falso es un traidor.
26 Los que temen al SEÑOR están seguros; él será un refugio para sus hijos.
27 El temor del SEÑOR es fuente que da vida, ofrece un escape de las trampas de la muerte.
28 Una población que crece es la gloria del rey; un príncipe sin súbditos no tiene nada.
29 Los que tienen entendimiento no pierden los estribos; los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad.
30 La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son como cáncer en los huesos.
31 Quienes oprimen a los pobres insultan a su Creador, pero quienes los ayudan lo honran.
32 Los perversos son aplastados por el desastre, pero los justos tienen un refugio cuando mueren.
33 La sabiduría es venerada en el corazón comprensivo; la sabiduría no[v] se encuentra entre los necios.
34 La justicia engrandece a la nación, pero el pecado es la deshonra de cualquier pueblo.
35 El rey se alegra de los siervos sabios, pero se enoja con aquellos que lo avergüenzan.
15
1 La respuesta apacible desvía el enojo, pero las palabras ásperas encienden los ánimos.
2 La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo, pero la boca de un necio escupe tonterías.
3 Los ojos del SEÑOR están en todo lugar, vigilando tanto a los malos como a los buenos.
4 Las palabras suaves son un árbol de vida; la lengua engañosa destruye el espíritu.
5 Sólo un necio desprecia la disciplina de sus padres[w]; el que aprende de la corrección es sabio.
6 En la casa del justo hay tesoros, pero las ganancias del perverso le acarrean dificultades.
7 Los labios del sabio dan buenos consejos; el corazón del necio no tiene nada para ofrecer.
8 El SEÑOR detesta el sacrificio de los perversos, pero se deleita con las oraciones de los íntegros.
9 El SEÑOR detesta el camino de los perversos, pero ama a quienes siguen la justicia.
10 El que abandona el buen camino será severamente disciplinado; el que odia la corrección morirá.
11 Ni la Muerte ni la Destrucción[x] ocultan secretos al SEÑOR, ¡mucho menos el corazón humano!
12 Los burlones odian ser corregidos, por eso se alejan de los sabios.
13 El corazón contento alegra el rostro; el corazón quebrantado destruye el espíritu.
14 El sabio tiene hambre de conocimiento, mientras que el necio se alimenta de basura.
15 Para el abatido, cada día acarrea dificultades; para el de corazón feliz, la vida es un banquete continuo.
16 Más vale tener poco, con el temor del SEÑOR, que tener grandes tesoros y vivir llenos de angustia.
17 Un plato de verduras con alguien que amas es mejor que carne asada con alguien que odias.
18 El que pierde los estribos con facilidad provoca peleas; el que se mantiene sereno, las detiene.
19 El camino de los perezosos está obstruido por espinas, pero la senda de los íntegros es una carretera despejada.
20 Los hijos sensatos traen alegría a su padre; los hijos necios desprecian a su madre.
21 La necedad alegra a los que les falta juicio; la persona sensata permanece en el buen camino.
22 Los planes fracasan por falta de consejo; muchos consejeros traen éxito.
23 A todo el mundo le gusta una respuesta apropiada; ¡es hermoso decir lo correcto en el momento oportuno!
24 Para los sabios, el camino de la vida avanza hacia arriba; ellos dejan la tumba[y] atrás.
25 El SEÑOR derriba la casa de los orgullosos, pero protege la propiedad de las viudas.
26 El SEÑOR detesta los planes perversos, pero se deleita en las palabras puras.
27 El avaro causa mucho dolor a toda la familia, pero los que odian el soborno vivirán.
28 El corazón del justo piensa bien antes de hablar; la boca de los perversos rebosa de palabras malvadas.
29 El SEÑOR está lejos de los perversos, pero oye las oraciones de los justos.
30 Una mirada alegre trae gozo al corazón; las buenas noticias contribuyen a la buena salud.
31 Si escuchas la crítica constructiva, te sentirás en casa entre los sabios.
32 Si rechazas la disciplina, sólo te harás daño a ti mismo, pero si escuchas la corrección, crecerás en entendimiento.
33 El temor del SEÑOR enseña sabiduría; la humildad precede a la honra.
16
1 Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del SEÑOR.
2 La gente puede considerarse pura según su propia opinión, pero el SEÑOR examina sus intenciones.
3 Pon todo lo que hagas en manos del SEÑOR, y tus planes tendrán éxito.
4 El SEÑOR ha hecho todo para sus propios propósitos, incluso al perverso para el día de la calamidad.
5 El SEÑOR detesta a los orgullosos. Ciertamente recibirán su castigo.
6 Con amor inagotable y fidelidad se perdona el pecado. Con el temor del SEÑOR el mal se evita.
7 Cuando la vida de alguien agrada al SEÑOR, hasta sus enemigos están en paz con él.
8 Es mejor tener poco con justicia, que ser rico y deshonesto.
9 Podemos hacer nuestros planes, pero el SEÑOR determina nuestros pasos.
10 El rey habla con sabiduría divina; nunca debe juzgar injustamente.
11 El SEÑOR exige el uso de pesas y balanzas exactas, él es quien fija los parámetros de la justicia.
12 El rey detesta las fechorías, porque su gobierno se basa en la justicia.
13 El rey se complace en las palabras de labios justos; ama a quienes hablan con la verdad.
14 El enojo del rey es amenaza de muerte; el sabio tratará de aplacarlo.
15 Cuando el rey sonríe, hay vida; su favor refresca como lluvia de primavera.
16 ¡Cuánto mejor es adquirir sabiduría que oro, y el buen juicio que la plata!
17 El camino de los íntegros lleva lejos del mal; quien lo siga estará a salvo.
18 El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la caída.
19 Es mejor vivir humildemente con los pobres, que compartir el botín con los orgullosos.
20 Los que están atentos a la instrucción prosperarán; los que confían en el SEÑOR se llenarán de gozo.
21 Los sabios son conocidos por su entendimiento, y las palabras agradables son persuasivas.
22 La discreción es fuente que da vida para quienes la poseen, pero la disciplina se desperdicia en los necios.
23 De una mente sabia provienen palabras sabias; las palabras de los sabios son persuasivas.
24 Las palabras amables son como la miel: dulces al alma y saludables para el cuerpo.
25 Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte.
26 Es bueno que los trabajadores tengan hambre; el estómago vacío los motiva a seguir su labor.
27 Los sinvergüenzas crean problemas; sus palabras son un fuego destructor.
28 El alborotador siembra conflictos; el chisme separa a los mejores amigos.
29 Los violentos engañan a sus compañeros, los llevan por un camino peligroso.
30 Con los ojos entrecerrados se trama el mal; con una sonrisita se planean las maldades.
31 Las canas son una corona de gloria que se obtiene por llevar una vida justa.
32 Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.
33 Podremos tirar los dados[z], pero el SEÑOR decide cómo caen.
17
1 Mejor comer pan duro donde reina la paz, que vivir en una casa llena de banquetes donde hay peleas.
2 El sirviente sabio gobernará sobre el hijo sinvergüenza de su amo y compartirá la herencia con los demás hijos.
3 El fuego prueba la pureza del oro y de la plata, pero el SEÑOR prueba el corazón.
4 Los malhechores están ansiosos por escuchar el chisme; los mentirosos prestan suma atención a la calumnia.
5 Los que se burlan del pobre insultan a su Creador; los que se alegran de la desgracia de otros serán castigados.
6 Los nietos son la corona de gloria de los ancianos; los padres[aa] son el orgullo de sus hijos.
7 Las palabras elocuentes no son apropiadas para el necio; mucho menos las mentiras para el gobernante.
8 El soborno es como tener un amuleto de la suerte; ¡el que lo da, prospera!
9 Cuando se perdona una falta, el amor florece, pero mantenerla presente separa a los amigos íntimos.
10 Es más efectivo un solo regaño al que tiene entendimiento que cien latigazos en la espalda del necio.
11 Los malvados están ansiosos por rebelarse, pero serán severamente castigados.
12 Es menos peligroso toparse con una osa a la que le han robado sus crías que enfrentar a un necio en plena necedad.
13 Si pagas mal por bien, el mal nunca se irá de tu casa.
14 Comenzar una pelea es como abrir las compuertas de una represa, así que detente antes de que estalle la disputa.
15 Absolver al culpable y condenar al inocente son dos actos que el SEÑOR detesta.
16 Es absurdo pagar por la educación de un necio, puesto que no tiene deseos de aprender.
17 Un amigo es siempre leal, y un hermano nace para ayudar en tiempo de necesidad.
18 Es una insensatez dar garantía por la deuda de otro o ser fiador de un amigo.
19 Al que le gusta pelear, le gusta pecar; el que confía en sus altas murallas invita al desastre.
20 El corazón retorcido no prosperará; la lengua mentirosa cae en problemas.
21 Los padres de un necio sufren; no hay alegría para el padre de un rebelde.
22 El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas.
23 Los perversos aceptan sobornos a escondidas para pervertir el curso de la justicia.
24 Los sensatos mantienen sus ojos en la sabiduría, pero los ojos del necio vagan por los confines de la tierra.
25 Los hijos necios traen[ab] dolor a su padre y amargura a la que los dio a luz.
26 Está mal castigar al justo por ser bueno o azotar a los líderes por ser honestos.
27 El verdadero sabio emplea pocas palabras; la persona con entendimiento es serena.
28 Hasta los necios pasan por sabios si permanecen callados; parecen inteligentes cuando mantienen la boca cerrada.
18
1 La gente poco amistosa sólo se preocupa de sí misma; se opone al sentido común.
2 A los necios no les interesa tener entendimiento; sólo quieren expresar sus propias opiniones.
3 Hacer el mal resulta en la vergüenza, y la conducta escandalosa trae desprecio.
4 Las palabras sabias son como aguas profundas; la sabiduría fluye del sabio como un arroyo burbujeante.
5 No es correcto absolver al culpable o negarle la justicia al inocente.
6 Con sus palabras, los necios se meten continuamente en pleitos; van en busca de una paliza.
7 La boca de los necios es su ruina; quedan atrapados por sus labios.
8 Los rumores son deliciosos bocaditos que penetran en lo profundo del corazón.
9 El perezoso es tan malo como el que destruye cosas.
10 El nombre del SEÑOR es una fortaleza firme; los justos corren a él y quedan a salvo.
11 Los ricos piensan que su riqueza es una gran defensa; imaginan que es una muralla alta y segura.
12 La arrogancia va delante de la destrucción; la humildad precede al honor.
13 Precipitarse a responder antes de escuchar los hechos es a la vez necio y vergonzoso.
14 El espíritu humano puede soportar un cuerpo enfermo, ¿pero quién podrá sobrellevar un espíritu destrozado?
15 Las personas inteligentes están siempre dispuestas a aprender; tienen los oídos abiertos al conocimiento.
16 Ofrecer un regalo puede abrir puertas; ¡es una vía de acceso a la gente importante!
17 El primero que habla en la corte parece tener la razón, hasta que comienza el interrogatorio.
18 Tirar una moneda [ac] puede acabar con la disputa; resuelve los desacuerdos entre grandes oponentes.
19 Un amigo ofendido es más difícil de recuperar que una ciudad fortificada. Las disputas separan a los amigos como un portón cerrado con rejas.
20 Las palabras sabias satisfacen igual que una buena comida; las palabras acertadas traen satisfacción.
21 La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias.
22 El hombre que halla esposa encuentra un tesoro, y recibe el favor del SEÑOR.
23 El pobre ruega misericordia; el rico responde con insultos.
24 Hay quienes parecen amigos pero se destruyen unos a otros; el amigo verdadero se mantiene más leal que un hermano.
19
1 Es mejor ser pobre y honesto, que deshonesto y necio.
2 El entusiasmo sin conocimiento no vale nada; la prisa produce errores.
3 La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el SEÑOR.
4 Las riquezas atraen muchos amigos; la pobreza los aleja a todos.
5 El testigo falso no quedará sin castigo; el mentiroso tampoco escapará.
6 Son muchos los que buscan favores del gobernante; ¡todos son amigos del que da regalos!
7 Los parientes del pobre lo desprecian; ¡cuánto más lo evitarán sus amigos! Por más que el pobre les ruegue, los amigos ya no están.
8 Adquirir sabiduría es amarse a uno mismo; los que atesoran el entendimiento prosperarán.
9 El testigo falso no quedará sin castigo, y el mentiroso será destruido.
10 ¡No es correcto que un necio viva rodeado de lujos ni que un esclavo gobierne sobre príncipes!
11 Las personas sensatas no pierden los estribos; se ganan el respeto pasando por alto las ofensas.
12 El enojo del rey es como el rugido del león, pero su favor es como el rocío sobre el pasto.
13 El hijo necio es una calamidad para su padre; una esposa que busca pleitos es tan molesta como una gotera continua.
14 Los padres[ad] pueden dar en herencia a sus hijos casa y fortuna, pero sólo el SEÑOR puede dar una esposa comprensiva.
15 Los perezosos duermen profundamente, pero su ocio los deja con hambre.
16 Guarda los mandamientos y guardarás tu vida; despreciarlos te llevará a la muerte.
17 Si ayudas al pobre, le prestas al SEÑOR, ¡y él te lo pagará!
18 Disciplina a tus hijos mientras haya esperanza; de lo contrario, arruinarás sus vidas.
19 Los que pierden los estribos con facilidad tendrán que sufrir las consecuencias. Si los proteges de ellas una vez, tendrás que volver a hacerlo.
20 Consigue todo el consejo y la instrucción que puedas, para que seas sabio por el resto de tu vida.
21 Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del SEÑOR prevalecerá.
22 Lo que hace atractiva a una persona es su lealtad. Es mejor ser pobre que deshonesto.
23 El temor del SEÑOR conduce a la vida; da seguridad y protección contra cualquier daño.
24 Los perezosos toman la comida en la mano, pero ni siquiera se la llevan a la boca.
25 Si castigas al burlón, los ingenuos aprenderán una lección; si corriges al sabio, será aún más sabio.
26 Los hijos que maltratan a su padre o echan fuera a su madre son una deshonra pública y una vergüenza.
27 Hijo mío, si dejas de escuchar la instrucción, le darás la espalda al conocimiento.
28 Un testigo corrupto ridiculiza la justicia; la boca del perverso se traga de golpe la maldad.
29 El castigo está hecho para los burlones, y la espalda de los necios, para recibir golpes.
20
1 El vino produce burlones; la bebida alcohólica lleva a la pelea. Los que se dejan llevar por la bebida, no pueden ser sabios.
2 La furia del rey es como el rugido del león; quien provoca su enojo, pone en peligro su vida.
3 Evitar la pelea es una señal de honor; sólo los necios insisten en pelear.
4 Los que por pereza no aran en la temporada correspondiente, no tendrán alimento en la cosecha.
5 Aunque el buen consejo esté en lo profundo del corazón, la persona con entendimiento lo extraerá.
6 Muchos se dicen ser amigos fieles, ¿pero quién podrá encontrar uno realmente digno de confianza?
7 Los justos caminan con integridad; benditos son los hijos que siguen sus pasos.
8 Cuando el rey se sienta a juzgar en el tribunal, analiza todas las pruebas, y separa lo malo de lo bueno.
9 ¿Quién puede decir: He limpiado mi corazón; soy puro y estoy libre de pecado?
10 El SEÑOR detesta las pesas falsas y las medidas engañosas[ae]; al igual que cualquier tipo de engaño.
11 Aun a los niños se les conoce por su modo de actuar, si su conducta es o no pura y recta.
12 Los oídos para oír y los ojos para ver; ambos son regalos del SEÑOR.
13 Si te encanta dormir terminarás en la pobreza. ¡Mantén los ojos abiertos y tendrás comida en abundancia!
14 El comprador regatea el precio diciendo: Esto no vale nada, ¡y después se jacta por una buena compra!
15 Las palabras sabias son más valiosas que mucho oro y multitud de rubíes.
16 Al que salga fiador por la deuda de un desconocido, pídele una garantía. Exígele un depósito como garantía si lo hace por extranjeros[af].
17 El pan robado tiene un sabor dulce, pero se transforma en arena dentro de la boca.
18 Con buenos consejos los planes tienen éxito; no entres en guerra sin consejos sabios.
19 El chismoso anda por ahí ventilando secretos, así que no andes con los que hablan de más.
20 Si insultas a tu padre o a tu madre, se apagará tu luz en la más densa oscuridad.
21 Una herencia que se obtiene demasiado temprano en la vida al final no es de bendición.
22 No digas: Me voy a vengar de este mal; espera a que el SEÑOR se ocupe del asunto.
23 El SEÑOR detesta el engaño; no le agradan las balanzas adulteradas.
24 El SEÑOR dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?
25 No te acorrales al hacer una promesa apresurada a Dios y calcular el costo después.
26 El rey sabio esparce a los perversos como trigo, y luego los atropella con su rueda de trillar.
27 La luz del SEÑOR penetra el espíritu humano[ag] y pone al descubierto cada intención oculta.
28 El amor inagotable y la fidelidad protegen al rey; su trono se afianza por medio de su amor.
29 La gloria de los jóvenes es su fuerza; las canas de la experiencia son el esplendor de los ancianos.
30 El castigo físico limpia la maldad[ah]; semejante disciplina purifica el corazón.
21
1 El corazón del rey es como un arroyo dirigido por el SEÑOR, quien lo guía por donde él quiere.
2 La gente puede considerarse en lo correcto según su propia opinión, pero el SEÑOR examina el corazón.
3 Al SEÑOR le agrada más cuando hacemos lo que es correcto y justo que cuando le ofrecemos sacrificios.
4 Los ojos arrogantes, el corazón orgulloso, y las malas acciones, son pecado.
5 Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.
6 La riqueza fruto de una lengua mentirosa es una neblina que se esfuma y una trampa mortal[ai].
7 La violencia de los perversos arrasará con ellos, porque se niegan a hacer lo que es justo.
8 El culpable camina por un sendero torcido; el inocente anda por un camino recto.
9 Es mejor vivir solo en un rincón de la azotea que en una casa preciosa con una esposa que busca pleitos.
10 Los malvados desean el mal; no muestran compasión a sus vecinos.
11 Si castigas al burlón, los ingenuos llegan a ser sabios; si instruyes al sabio será aún más sabio.
12 El Justo[aj] sabe lo que ocurre en el hogar de los perversos; él traerá desastre sobre ellos.
13 Los que tapan sus oídos al clamor del pobre tampoco recibirán ayuda cuando pasen necesidad.
14 El regalo en secreto calma el enojo; el soborno por debajo de la mesa aplaca la furia.
15 La justicia es una alegría para los justos, pero hace temblar a los malhechores.
16 La persona que se aparta del sentido común terminará en compañía de los muertos.
17 Los que aman el placer se vuelven pobres; los que aman el vino y el lujo nunca llegarán a ser ricos.
18 Los perversos son castigados en lugar de los justos, y los traidores, en lugar de las personas honradas.
19 Es mejor vivir solo en el desierto que con una esposa que se queja y busca pleitos.
20 Los sabios tienen riquezas y lujos, pero los necios gastan todo lo que consiguen.
21 El que busca la justicia y el amor inagotable encontrará vida, justicia y honor.
22 El sabio conquista la ciudad de los fuertes y arrasa la fortaleza en que confían.
23 Cuida tu lengua y mantén la boca cerrada, y no te meterás en problemas.
24 Los burlones son orgullosos y altaneros; actúan con una arrogancia que no tiene límites.
25 Por mucho que desee, el perezoso acabará en la ruina, porque sus manos se niegan a trabajar.
26 Hay quienes se la pasan codiciando todo el tiempo, ¡pero a los justos les encanta dar!
27 El sacrificio del malvado es detestable, sobre todo cuando lo ofrece con malas intenciones.
28 El testigo falso será silenciado, pero al testigo creíble se le permitirá hablar.
29 El perverso finge para salir del apuro, pero el honrado piensa antes de actuar.
30 No hay sabiduría humana ni entendimiento ni proyecto que puedan hacerle frente al SEÑOR.
31 El caballo se prepara para el día de la batalla, pero la victoria pertenece al SEÑOR.
22
1 Elige una buena reputación sobre las muchas riquezas; ser tenido en gran estima es mejor que la plata o el oro.
2 El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los hizo el SEÑOR.
3 El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón avanza a ciegas y sufre las consecuencias.
4 La verdadera humildad y el temor del SEÑOR conducen a riquezas, a honor y a una larga vida.
5 Los corruptos van por un camino espinoso y traicionero; el que aprecie la vida lo evitará.
6 Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.
7 Así como el rico gobierna al pobre, el que pide prestado es sirviente del que presta.
8 Los que siembran injusticia cosecharán desgracia, y su régimen de terror se acabará[ak].
9 Benditos son los generosos, porque alimentan a los pobres.
10 Echa fuera al burlón, y también se acabarán las peleas. Los pleitos y los insultos desaparecerán.
11 El que ama la pureza del corazón y habla con gracia tendrá al rey como amigo.
12 El SEÑOR preserva a los que tienen conocimiento, pero arruina los planes de los traicioneros.
13 El perezoso afirma: ¡Hay un león allí afuera! ¡Si salgo, me puede matar!
14 La boca de la mujer inmoral es una trampa peligrosa; los que provoquen el enojo del SEÑOR caerán en ella.
15 El corazón del muchacho está lleno de necedad, pero la disciplina física la alejará de él.
16 La persona que saca ventaja oprimiendo al pobre, o llenando de regalos al rico, terminará en la pobreza.
Dichos de los sabios
17 Escucha las palabras de los sabios; aplica tu corazón a mi enseñanza.
18 Pues es bueno guardar estos dichos en tu corazón y tenerlos siempre a flor de labios.
19 Yo te enseño hoy —sí, a ti— para que confíes en el SEÑOR.
20 Te he escrito treinta dichos[al] llenos de consejos y de conocimiento.
21 Así podrás conocer la verdad y llevar un informe preciso a quienes te enviaron.
22 No le robes al pobre tan sólo porque puedes hacerlo, ni saques provecho de los necesitados en la corte,
23 porque el SEÑOR es su defensor. Él destruirá a todo el que los destruya.
24 No te hagas amigo de la gente irritable, ni te juntes con los que pierden los estribos con facilidad,
25 porque aprenderás a ser como ellos y pondrás en peligro tu alma.
26 No te comprometas a garantizar la deuda de otro ni seas fiador de nadie.
27 Si no puedes pagar, te quitarán hasta la cama en la que duermes.
28 No engañes a tu vecino cambiando de lugar los antiguos límites de propiedad establecidos por generaciones pasadas.
29 ¿Has visto a alguien realmente hábil en su trabajo? Servirá a los reyes en lugar de trabajar para la gente común.
23
1 Cuando te sientes a la mesa de un gobernante, fíjate bien en lo que te sirven.
2 Si eres de buen comer, ponle un cuchillo a tu garganta;
3 no desees todos los manjares, porque tal vez tenga la intención de engañarte.
4 No te desgastes tratando de hacerte rico. Sé lo suficientemente sabio para saber cuándo detenerte.
5 Las riquezas desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, porque les saldrán alas y se irán volando como las águilas.
6 No aceptes comer con los tacaños ni desees sus manjares.
7 Están siempre pensando cuánto cuesta[am]. Come y bebe, te invitan, pero no lo dicen con sinceridad.
8 Vomitarás lo poco que hayas comido, y se desperdiciarán tus cumplidos.
9 No gastes saliva con los necios, porque despreciarán hasta el más sabio consejo.
10 No engañes a tu vecino cambiando de lugar los antiguos límites de propiedad; ni te apropies de la tierra de huérfanos indefensos.
11 Pues el Redentor[an] de ellos es fuerte; él mismo levantará cargos en tu contra.
12 Entrégate a la instrucción; presta suma atención a las palabras de conocimiento.
13 No dejes de disciplinar a tus hijos; no morirán si les das unos buenos azotes.
14 La disciplina física bien puede salvarlos de la muerte[ao].
15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, ¡mi propio corazón saltará de alegría!
16 Todo mi ser celebrará cuando hables con rectitud.
17 No envidies a los pecadores, en cambio, teme siempre al SEÑOR.
18 Si lo haces, serás recompensado; tu esperanza no se frustrará.
19 Hijo mío, presta atención y sé sabio: mantén tu corazón en el camino recto.
20 No andes de juerga con borrachos ni festejes con glotones,
21 porque van camino a la pobreza, y por dormir tanto, vestirán harapos.
22 Escucha a tu padre, que te dio la vida, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.
23 Adquiere la verdad y nunca la vendas; consigue también sabiduría, disciplina y buen juicio.
24 El padre de hijos justos tiene motivos para alegrarse. ¡Qué satisfacción es tener hijos sabios[ap]!
25 ¡Por eso, alegra a tu padre y a tu madre! Que sea feliz la que te dio a luz.
26 Oh, hijo mío, dame tu corazón; que tus ojos se deleiten en seguir mis caminos.
27 Una prostituta es una trampa peligrosa; la mujer promiscua es tan peligrosa como caer en un pozo estrecho.
28 Se esconde y espera como lo hace un ladrón, ansiosa por hacer que más hombres sean infieles.
29 ¿Quién tiene angustia? ¿Quién siente tristeza? ¿Quién es el que siempre pelea? ¿Quién está siempre quejándose? ¿Quién tiene moretones sin motivo? ¿Quién tiene los ojos rojos?
30 Es el que pasa muchas horas en las tabernas, probando nuevos tragos.
31 No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo burbujea en la copa, ni en lo suave que se desliza.
32 Pues al final muerde como serpiente venenosa; pica como una víbora.
33 Tendrás alucinaciones y dirás disparates.
34 Te tambalearás como un marinero en alta mar, aferrado a un mástil que se mueve.
35 Y entonces dirás: Me golpearon pero no lo sentí. Ni siquiera me di cuenta cuando me dieron la paliza. ¿Cuándo despertaré para ir en busca de otro trago?
24
1 No envidies a la gente malvada, ni desees su compañía.
2 Pues en su corazón traman violencia y sus palabras siempre traen problemas.
3 Una casa se edifica con sabiduría y se fortalece por medio del buen juicio.
4 Mediante el conocimiento se llenan sus cuartos de toda clase de riquezas y objetos valiosos.
5 Los sabios son más poderosos que los fuertes[aq], y los que tienen conocimiento se hacen cada vez más fuertes.
6 Así que, no vayas a la guerra sin consejo sabio; la victoria depende de que tengas muchos consejeros.
7 La sabiduría es demasiado elevada para los necios. Entre los líderes en la puerta de la ciudad, los necios no tienen nada que decir.
8 Una persona que maquina el mal se gana la fama de alborotador.
9 Las intrigas del necio son pecaminosas; todos detestan al burlón.
10 Si fallas bajo presión, tu fuerza es escasa.
11 Rescata a los que están injustamente condenados a morir, sálvalos mientras van tambaleando hacia su muerte.
12 No te excuses diciendo: Ay, no lo sabíamos. Pues Dios conoce cada corazón y él te ve. El que cuida tu alma sabe bien que tú sabías. Él pagará a cada uno según merecen sus acciones.
13 Come miel, hijo mío, porque es buena, y el panal es dulce al paladar.
14 Así también, la sabiduría es dulce a tu alma. Si la encuentras, tendrás un futuro brillante, y tus esperanzas no se truncarán.
15 No estés al acecho frente a la casa del justo, ni ataques el lugar donde vive.
16 Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse. En cambio, basta una sola calamidad para derribar al perverso.
17 No te alegres cuando tus enemigos caigan; no te pongas contento cuando tropiecen.
18 Pues el SEÑOR se molestará contigo y quitará su enojo de ellos.
19 No te inquietes por causa de los que hacen el mal, ni envidies a los perversos.
20 Pues la gente mala no tiene futuro; la luz de los perversos se apagará.
21 Hijo mío, teme al SEÑOR y al rey. No te juntes con los rebeldes,
22 porque repentinamente les vendrá la calamidad. ¿Quién sabe qué castigo les caerá de parte del SEÑOR y del rey?
Más dichos de los sabios
23 A continuación hay más dichos de los sabios: No es correcto mostrar favoritismo al emitir un juicio.
24 El juez que dice al perverso: Eres inocente, será maldecido por muchos y denunciado por las naciones.
25 En cambio les irá bien a los que condenan al culpable; recibirán bendiciones en abundancia.
26 Una respuesta sincera es como un beso amistoso.
27 Antes de construir tu casa haz tus planes y prepara los campos.
28 No testifiques contra tus vecinos sin motivo; no mientas cuando hables de ellos.
29 No digas: ¡Ahora me voy a vengar de lo que me hicieron! ¡Me desquitaré con ellos!
30 Pasé por el campo de un perezoso, por el viñedo de uno que carece de sentido común.
31 Vi que habían crecido espinos por todas partes. Estaba cubierto de maleza, y sus muros destruidos.
32 Entonces, mientras miraba y pensaba en lo que veía, aprendí esta lección:
33 un rato más de dormir, un poquito más de sueño, un breve descanso con los brazos cruzados,
34 entonces la pobreza te asaltará como un bandido; la escasez te atacará como un ladrón armado.
25
Más proverbios de Salomón
1 Estos son más proverbios de Salomón, reunidos por los consejeros del rey Ezequías de Judá.
2 Es privilegio de Dios ocultar un asunto, y privilegio del rey descubrirlo.
3 Nadie puede comprender la altura de los cielos, la profundidad de la tierra, ¡ni todo lo que pasa por la mente del rey!
4 Quita las impurezas de la plata y quedará lista para el orfebre.
5 Quita al perverso de la corte del rey y su reino se afianzará por medio de la justicia.
6 No exijas una audiencia con el rey ni insistas en hacerte un lugar entre los grandes.
7 Es mejor esperar a que te inviten a la mesa principal y no que te echen y pases vergüenza en público. Tan sólo por haber visto algo,
8 no vayas corriendo a los tribunales. Pues, ¿qué harás si a fin de cuentas tu prójimo te desmiente y te hace pasar vergüenza?
9 Cuando discutas con tu prójimo, no reveles los secretos que otros te confiaron.
10 Te podrían acusar de chismoso, y nunca recuperarás tu buena reputación.
11 El consejo oportuno es precioso, como manzanas de oro en canasta de plata.
12 La crítica constructiva es, para quien la escucha, como un pendiente u otras joyas de oro.
13 Los mensajeros confiables refrescan como la nieve en verano. Reviven el espíritu de su patrón.
14 La persona que promete un regalo pero nunca lo da es como las nubes y el viento que no traen lluvia.
15 La paciencia puede persuadir al príncipe, y las palabras suaves pueden quebrar los huesos.
16 ¿Te gusta la miel? ¡No comas demasiada, porque te darán ganas de vomitar!
17 No visites a tus vecinos muy seguido, porque se cansarán de ti y no serás bienvenido.
18 Decir mentiras acerca de otros es tan dañino como golpearlos con un hacha, herirlos con una espada o lanzarles una flecha afilada.
19 Confiar en alguien inestable en tiempos de angustia es como masticar con un diente roto o caminar con un pie cojo.
20 Cantar canciones alegres a quien tiene el corazón afligido es como quitarle a alguien el abrigo cuando hace frío o echarle vinagre a una herida[ar].
21 Si tus enemigos tienen hambre, dales de comer. Si tienen sed, dales agua para beber.
22 Amontonarás carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza, y el SEÑOR te recompensará.
23 Tan cierto como que el viento del norte trae lluvia, ¡la lengua chismosa causa enojo!
24 Mejor vivir solo en un rincón de la azotea que en una casa preciosa con una esposa que busca pleitos.
25 Las buenas noticias que llegan de lejos son como el agua fresca para el que tiene sed.
26 Si el justo se doblega ante el perverso es como contaminar una fuente o enturbiar un manantial.
27 No es bueno comer mucha miel, ni buscar honores para uno mismo.
28 Una persona sin control propio es como una ciudad con las murallas destruidas.
26
1 Como la nieve no es para el verano ni la lluvia para la cosecha tampoco el honor es para los necios.
2 Como gorrión que revolotea o golondrina que vuela sin rumbo, la maldición inmerecida no llegará a quien iba dirigida.
3 Guía al caballo con el látigo, al burro con el freno, ¡y al necio con la vara en la espalda!
4 No respondas a los argumentos absurdos de los necios o te volverás tan necio como ellos.
5 Responde a los argumentos absurdos de los necios o se creerán sabios en su propia opinión.
6 Confiarle a un necio que lleve un mensaje, ¡es como cortarse los pies o tomar veneno!
7 Un proverbio en boca de un necio es tan inútil como una pierna paralizada.
8 Honrar a un necio es tan absurdo como atar la piedra a la honda.
9 Un proverbio en boca de un necio es como una rama espinosa agitada por un borracho.
10 El patrón que contrata a un necio o a cualquiera que pasa es como un arquero que lanza su flecha al azar.
11 Así como el perro vuelve a su vómito, el necio repite su necedad.
12 Hay más esperanza para los necios que para los que se creen sabios.
13 El perezoso afirma: ¡Hay un león en el camino! ¡Sí, estoy seguro de que allí afuera hay un león!
14 Así como la puerta gira sobre sus bisagras, el perezoso da vueltas en la cama.
15 Los perezosos toman la comida con la mano pero ni siquiera se la llevan a la boca.
16 Los perezosos se creen más listos que siete consejeros sabios.
17 Entrometerse en los pleitos ajenos es tan necio como jalarle las orejas a un perro.
18 Tanto daña un loco que dispara un arma mortal
19 como el que miente a un amigo y luego le dice: Sólo estaba bromeando.
20 El fuego se apaga cuando falta madera, y las peleas se acaban cuando termina el chisme.
21 El buscapleitos inicia disputas con tanta facilidad como las brasas calientes encienden el carbón o el fuego prende la madera.
22 Los rumores son deliciosos bocaditos que penetran en lo profundo del corazón.
23 Las palabras suaves[as] pueden ocultar un corazón perverso, así como un barniz atractivo cubre una olla de barro.
24 La gente podrá encubrir su odio con palabras agradables, pero te están engañando.
25 Fingen ser amables, pero no les creas; tienen el corazón lleno de muchas maldades[at].
26 Aunque su odio esté encubierto por engaños, sus fechorías serán expuestas en público.
27 Si tiendes una trampa para otros, tú mismo caerás en ella. Si echas a rodar una roca sobre otros, no los aplastará a ellos sino a ti.
28 La lengua mentirosa odia a sus víctimas, y las palabras aduladoras llevan a la ruina.
27
1 No te jactes del mañana, ya que no sabes lo que el día traerá.
2 Que te alabe otro y no tu propia boca; que lo haga un desconocido, no tus propios labios.
3 Una piedra es pesada, y la arena también, pero el resentimiento causado por el necio es aún más pesado.
4 El enojo es cruel, y la ira es como una inundación, pero los celos son aún más peligrosos.
5 ¡Una reprensión franca es mejor que amar en secreto!
6 Las heridas de un amigo sincero son mejores que muchos besos de un enemigo.
7 El que tiene el estómago lleno rechaza la miel; pero al hambriento, hasta la comida amarga le sabe dulce.
8 El que se aleja de su hogar es como el ave que se aleja de su nido.
9 El perfume y el incienso alegran el corazón, y el dulce consejo de un amigo es mejor que la confianza propia.
10 Nunca abandones a un amigo, sea tuyo o de tu padre. Cuando ocurra la calamidad, no tendrás que pedirle ayuda a tu hermano. Mejor es recurrir a un vecino que a un hermano que vive lejos.
11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón. Entonces podré responder a los que me critican.
12 El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón sigue adelante a ciegas y sufre las consecuencias.
13 Al que salga fiador por la deuda de un desconocido, pídele una garantía. Exígele un depósito como garantía si lo hace por extranjeros[au].
14 Un saludo alegre y en voz alta temprano en la mañana, ¡será considerado una maldición!
15 Una esposa que busca pleitos es tan molesta como una gotera continua en un día de lluvia.
16 Poner fin a sus quejas es como tratar de detener el viento o de sostener algo con las manos llenas de grasa.
17 Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo.
18 Como a los que cuidan de la higuera se les permite comer del fruto, así serán recompensados los empleados que protegen los intereses de su patrón.
19 Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es.
20 Así como la Muerte y la Destrucción[av] nunca se sacian, el deseo del hombre nunca queda satisfecho.
21 El fuego prueba la pureza del oro y de la plata, pero la persona es probada por las alabanzas que recibe[aw].
22 Es imposible separar al necio de su necedad, aunque lo muelas como al grano en un mortero.
23 Mantente al tanto del estado de tus rebaños y entrégate de lleno al cuidado de tus ganados,
24 porque las riquezas no duran para siempre, y tal vez la corona no pase a la próxima generación.
25 Cuando se haya cosechado el heno y aparezca la nueva cosecha y se recojan las hierbas de los montes,
26 tus ovejas proveerán la lana para vestirte, y tus cabras servirán para comprar un campo.
27 Y tendrás suficiente leche de cabra para ti, para tu familia y para tus criadas.
28
1 Los perversos huyen aun cuando nadie los persigue, pero los justos son tan valientes como el león.
2 Cuando hay corrupción moral en una nación, su gobierno se desmorona fácilmente. En cambio con líderes sabios y entendidos viene la estabilidad.
3 El pobre que oprime a los pobres es como la lluvia torrencial que destruye la cosecha.
4 Rechazar la ley es enaltecer a los perversos, obedecer la ley es luchar contra ellos.
5 Los malvados no comprenden la justicia, pero los que siguen al SEÑOR la entienden a la perfección.
6 Es mejor ser pobre y honesto que ser rico y deshonesto.
7 Los jóvenes que obedecen la ley son sabios, los que tienen amigos desenfrenados traen vergüenza a sus padres[ax].
8 Los ingresos que se obtienen por cobrar altos intereses terminarán en el bolsillo del que trata bien a los pobres.
9 Dios detesta la oración del que no hace caso de la ley.
10 El que lleva a la gente buena por mal camino caerá en su propia trampa, pero los honrados heredarán cosas buenas.
11 Los ricos se creen sabios, pero no pueden engañar a un pobre que tiene discernimiento.
12 Cuando los justos triunfan, todo el mundo se alegra. Cuando los perversos toman el control, todos se esconden.
13 Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia.
14 Benditos los que tienen temor de hacer lo malo[ay]; pero los tercos van directo a graves problemas.
15 Para los pobres, un gobernante malvado es tan peligroso como un león rugiente o un oso a punto de atacar.
16 Un gobernante sin entendimiento oprimirá a su pueblo, pero el que odia la corrupción tendrá una larga vida.
17 La conciencia atormentada del asesino lo llevará a la tumba. ¡No lo protejas!
18 Los intachables serán librados del peligro, pero los corruptos serán destruidos de repente.
19 El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en abundancia, pero el que persigue fantasías termina en la pobreza.
20 La persona digna de confianza obtendrá gran recompensa, pero el que quiera enriquecerse de la noche a la mañana, se meterá en problemas.
21 Nunca es bueno mostrar parcialidad, incluso algunos hacen lo malo por un simple pedazo de pan.
22 Los avaros tratan de hacerse ricos de la noche a la mañana, pero no se dan cuenta que van directo a la pobreza.
23 A fin de cuentas, la gente aprecia la crítica sincera mucho más que la adulación.
24 El que roba a su padre y a su madre, y dice: ¿Qué tiene de malo?, es igual que un asesino.
25 La avaricia provoca pleitos; confiar en el SEÑOR resulta en la prosperidad.
26 Los que confían en su propia inteligencia son necios, pero el que camina con sabiduría está a salvo.
27 Al que ayuda al pobre no le faltará nada, en cambio, los que cierran sus ojos ante la pobreza serán maldecidos.
28 Cuando los perversos toman el control, todos se esconden. Cuando los perversos caen en la calamidad, los justos prosperan.
29
1 Quien se niega tercamente a aceptar la crítica será destruido de repente sin poder recuperarse.
2 Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.
3 El hombre que ama la sabiduría hace feliz a su padre, pero si anda con prostitutas, desperdicia su fortuna.
4 El rey que hace justicia da estabilidad a su nación, pero uno que exige sobornos la destruye.
5 Adular a un amigo es tenderle una trampa para los pies.
6 La gente malvada queda atrapada por el pecado, pero los justos escapan con gritos de alegría.
7 Los justos se preocupan por los derechos del pobre; al perverso no le importa en absoluto.
8 Los burlones pueden alborotar a toda una ciudad, pero los sabios calman los ánimos.
9 Si un sabio lleva a un necio a juicio habrá alboroto y burlas pero no se solucionará nada.
10 Los sanguinarios odian a las personas intachables, pero los honrados procuran ayudarlas[az].
11 Los necios dan rienda suelta a su enojo, pero los sabios calladamente lo controlan.
12 Si un gobernante presta atención a los mentirosos, todos sus consejeros serán perversos.
13 El pobre y el opresor tienen esto en común: el SEÑOR les da la vista a ambos.
14 Si un rey juzga al pobre con justicia, su trono perdurará para siempre.
15 Disciplinar a un niño produce sabiduría, pero un hijo sin disciplina avergüenza a su madre.
16 Cuando los perversos están en autoridad, el pecado abunda, pero los justos vivirán para verlos caer.
17 Disciplina a tus hijos, y te darán tranquilidad de espíritu y alegrarán tu corazón.
18 Cuando la gente no acepta la dirección divina, se desenfrena. Pero el que obedece la ley es alegre.
19 No sólo con palabras se disciplina a un sirviente; podrá entender las palabras, pero no hará caso.
20 Hay más esperanza para un necio que para la persona que habla sin pensar.
21 El sirviente mimado desde pequeño se volverá un rebelde.
22 La persona enojada comienza pleitos; el que pierde los estribos con facilidad comete todo tipo de pecados.
23 El orgullo termina en humillación, mientras que la humildad trae honra.
24 Si ayudas a un ladrón, sólo te perjudicas a ti mismo; juras decir la verdad, pero no testificarás.
25 Temer a la gente es una trampa peligrosa, pero confiar en el SEÑOR significa seguridad.
26 Muchos buscan el favor del gobernante, pero la justicia proviene del SEÑOR.
27 Los justos desprecian a los injustos; los perversos desprecian a los justos.
30
Los dichos de Agur
1 Los dichos de Agur, hijo de Jaqué, contienen el siguiente mensaje[ba]. Cansado estoy, oh Dios; cansado, oh Dios, y agotado[bb].
2 Soy demasiado torpe para ser humano y me falta el sentido común.
3 No he dominado la sabiduría humana, ni conozco al Santo.
4 ¿Quién sino Dios sube a los cielos y desciende de ellos? ¿Quién retiene el viento en sus puños? ¿Quién envuelve los océanos en su manto? ¿Quién ha creado el mundo entero? ¿Cuál es su nombre? ¿Y el nombre de su hijo? ¡Dime, si los sabes!
5 Toda palabra de Dios demuestra ser verdadera. Él es un escudo para todos los que buscan su protección.
6 No agregues nada a sus palabras, o podría reprenderte y ponerte al descubierto como un mentiroso.
7 Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera.
8 Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame sólo lo suficiente para satisfacer mis necesidades.
9 Pues si me hago rico, podría negarte y decir: ¿Quién es el SEÑOR? Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios.
10 Nunca difames al empleado ante su patrón, porque te maldecirá, y sufrirás las consecuencias.
11 Algunas personas maldicen a su padre y no son agradecidos con su madre.
12 Se consideran puros en su propia opinión, pero están sucios y no se han lavado.
13 Contemplan a su alrededor con soberbia y miran a otros con desdén.
14 Tienen los dientes como espadas y los colmillos como cuchillos. Devoran al pobre de la tierra y a los necesitados de entre la humanidad.
15 La sanguijuela tiene dos bocas que chupan, y gritan: ¡Más, más[bc]! Hay tres cosas que nunca se sacian; no, son cuatro las que nunca dicen ¡basta!:
16 la tumba[bd], la matriz estéril, el desierto árido, y el fuego abrasador.
17 El ojo que se burla de su padre y desprecia las instrucciones de su madre será arrancado por los cuervos del valle y devorado por los buitres.
18 Hay tres cosas que me asombran; no, son cuatro las que no comprendo:
19 cómo planea el águila por el cielo, cómo se desliza la serpiente sobre la roca, cómo navega el barco en el océano, y cómo ama el hombre a la mujer.
20 La mujer adúltera devora al hombre, luego se limpia la boca y dice: ¿Qué hice de malo?
21 Hay tres cosas que hacen temblar la tierra; no, son cuatro las que no puede soportar:
22 al esclavo que llega a ser rey, al necio autoritario que prospera,
23 a la mujer amargada que finalmente encuentra marido, y a la criada que toma el lugar de su señora.
24 Hay cuatro cosas sobre la tierra que son pequeñas pero extraordinariamente sabias:
25 las hormigas no son fuertes pero almacenan su alimento todo el verano.
26 Los damanes[be] no son poderosos pero construyen su hogar entre las rocas.
27 Las langostas no tienen rey pero marchan en fila.
28 Las lagartijas son fáciles de atrapar pero se encuentran hasta en los palacios reales.
29 Hay tres cosas que caminan con paso firme y majestuoso; no, son cuatro las que se dan aires al andar:
30 el león, rey de los animales, que no retrocede ante nada,
31 el gallo que se pavonea, el macho cabrío, y el rey al frente de su ejército.
32 Si como un necio has sido orgulloso o has tramado el mal, tapa tu boca de vergüenza.
33 Así como al batir la crema se obtiene mantequilla y al golpearse la nariz sale sangre, al provocar el enojo surgen peleas.
31
Los dichos del rey Lemuel
1 Los dichos del rey Lemuel contienen el siguiente mensaje[bf], que le enseñó su madre.
2 Oh hijo mío, oh hijo de mi vientre, oh hijo de mis votos,
3 no desperdicies tu vigor con mujeres, ésas que arruinan a los reyes.
4 No es para los reyes, oh Lemuel, beber mucho vino. Los gobernantes no deberían ansiar bebidas alcohólicas.
5 Pues si beben, podrían olvidarse de la ley y no harían justicia a los oprimidos.
6 Las bebidas alcohólicas son para los que se están muriendo, y el vino para los que sufren angustias amargas.
7 Que beban para olvidar su pobreza y nunca más se acuerden de sus problemas.
8 Habla a favor de los que no pueden hablar por sí mismos; garantiza justicia para todos los abatidos.
9 Sí, habla a favor de los pobres e indefensos, y asegúrate de que se les haga justicia.
La esposa de carácter noble
10 [bg] ¿Quién podrá encontrar una esposa virtuosa y capaz? Es más preciosa que los rubíes.
11 Su marido puede confiar en ella, y ella le enriquecerá en gran manera la vida.
12 Esa mujer le hace bien y no mal, todos los días de su vida.
13 Ella encuentra lana y lino y laboriosamente los hila con sus manos.
14 Es como un barco mercante que trae su alimento de lejos.
15 Se levanta de madrugada y prepara el desayuno para su familia y planifica las labores de sus criadas.
16 Va a inspeccionar un campo y lo compra; con sus ganancias planta un viñedo.
17 Ella es fuerte y llena de energía y es muy trabajadora.
18 Se asegura de que sus negocios tengan ganancias; su lámpara está encendida hasta altas horas de la noche.
19 Tiene sus manos ocupadas en el hilado, con sus dedos tuerce el hilo.
20 Tiende la mano al pobre y abre sus brazos al necesitado.
21 Cuando llega el invierno, no teme por su familia, porque todos tienen ropas abrigadas[bh].
22 Ella hace sus propias colchas. Se viste con túnicas de lino de alta calidad y vestiduras de color púrpura.
23 Su esposo es bien conocido en las puertas de la ciudad, donde se sienta junto con los otros líderes del pueblo.
24 Confecciona vestimentas de lino con cintos y fajas para vender a los comerciantes.
25 Está vestida de fortaleza y dignidad, y se ríe sin temor al futuro.
26 Cuando habla, sus palabras son sabias, y da órdenes con bondad.
27 Está atenta a todo lo que ocurre en su hogar, y no sufre las consecuencias de la pereza.
28 Sus hijos se levantan y la bendicen. Su marido la alaba:
29 Hay muchas mujeres virtuosas y capaces en el mundo, ¡pero tú las superas a todas!
30 El encanto es engañoso, y la belleza no perdura, pero la mujer que teme al SEÑOR será sumamente alabada.
31 Recompénsenla por todo lo que ha hecho. Que sus obras declaren en público su alabanza.