Números

1

Registro de las tropas de Israel

1 Un año después de la salida de Israel de Egipto, el SEÑOR le habló a Moisés en el tabernáculo[a] en el desierto de Sinaí. El primer día del segundo mes[b] de ese año le dijo:

2 Registren los nombres de todos los guerreros de toda la comunidad de Israel, por sus clanes y sus familias. Anoten en la lista a todos los hombres

3 que tengan veinte años o más y que sean aptos para la guerra. Tú y Aarón anoten a las tropas

4 con la ayuda de un jefe de familia por cada tribu.

5 Estas son las tribus y los nombres de los jefes que te ayudarán:

Tribu

Jefe

Rubén

Elisur, hijo de Sedeur

6

Simeón

Selumiel, hijo de Zurisadai

7

Judá

Naasón, hijo de Aminadab

8

Isacar

Natanael, hijo de Zuar

9

Zabulón

Eliab, hijo de Helón

10

Efraín, hijo de José

Elisama, hijo de Amiud

Manasés, hijo de José

Gamaliel, hijo de Pedasur

11

Benjamín

Abidán, hijo de Gedeoni

12

Dan

Ahiezer, hijo de Amisadai

13

Aser

Pagiel, hijo de Ocrán

14

Gad

Eliasaf, hijo de Deuel

15

Neftalí

Ahira, hijo de Enán

16 Estos son los jefes escogidos de la comunidad, jefes de sus tribus patriarcales, cabezas de los clanes de Israel.

17 Entonces Moisés y Aarón convocaron a los jefes elegidos

18 y reunieron a toda la comunidad de Israel ese mismo día[c]. Se anotó a toda la gente según su descendencia por sus clanes y sus familias. Los varones de Israel de veinte años o más fueron anotados uno por uno,

19 tal como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. Así que Moisés registró sus nombres mientras estaban en el desierto de Sinaí.

20-21 Este es el número de los hombres de veinte años o más que eran aptos para la guerra, como quedaron escritos en el registro según su propio clan y su familia[d]:

Tribu

Número

Rubén (el hijo mayor de Jacob[e])

46.500

22-23

Simeón

59.300

24-25

Gad

45.650

26-27

Judá

74.600

28-29

Isacar

54.400

30-31

Zabulón

57.400

32-33

Efraín, hijo de José

40.500

34-35

Manasés, hijo de José

32.200

36-37

Benjamín

35.400

38-39

Dan

62.700

40-41

Aser

41.500

42-43

Neftalí

53.400

44 Moisés, Aarón y los doce jefes de Israel anotaron a estos hombres, agrupados de acuerdo a su familia patriarcal.

45 Todos los hombres de Israel que tenían veinte años o más y que eran aptos para la guerra fueron registrados por familias.

46 En total sumaban 603.550.

47 Pero este total no incluía a los levitas,

48 porque el SEÑOR le había dicho a Moisés:

49 No incluyas a la tribu de Leví en la lista. No los cuentes con el resto de los israelitas.

50 Pon a los levitas a cargo del tabernáculo del pacto[f], así como del mobiliario y sus accesorios. Cuando ustedes viajen, los levitas transportarán el tabernáculo junto con todo su mobiliario, lo cuidarán y acamparán a su alrededor.

51 Cuando sea tiempo de trasladar el tabernáculo, los levitas lo desarmarán, y cuando sea tiempo de detenerse, ellos lo armarán nuevamente. Sin embargo, cualquier persona no autorizada que se acerque al tabernáculo será ejecutada.

52 Cada tribu de Israel acampará en un área designada y bajo su propio estandarte;

53 pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del pacto para proteger a la comunidad de Israel del enojo del SEÑOR. Los levitas son responsables de permanecer en guardia alrededor del tabernáculo.

54 Así que los israelitas hicieron todo tal como el SEÑOR le había ordenado a Moisés.

2

Organización del campamento de Israel

1 Entonces el SEÑOR les dio las siguientes instrucciones a Moisés y a Aarón:

2 Cuando los israelitas armen el campamento, a cada tribu se le asignará su propio lugar. Las tribus acamparán bajo su propio estandarte a los cuatro costados y a cierta distancia del tabernáculo[g].

3-4 Las divisiones de Judá, Isacar y Zabulón acamparán hacia la salida del sol, al costado oriental del tabernáculo, cada una bajo su estandarte. Estos son los nombres de las tribus, sus jefes y el número de tropas registradas:

Tribu

Jefe

Número

Judá

Naasón, hijo de Aminadab

74.600

5-6

Isacar

Natanael, hijo de Zuar

54.400

7-8

Zabulón

Eliab, hijo de Helón

57.400

9 Así que el total de las tropas en el campamento del lado de Judá es de 186.400. Estas tres tribus irán al frente, cada vez que los israelitas viajen hacia un nuevo lugar para acampar.

10-11 Las divisiones de Rubén, Simeón y Gad acamparán en el costado sur del tabernáculo, bajo su estandarte. Estos son los nombres de las tribus, sus jefes y el número de tropas registradas:

Tribu

Jefe

Número

Rubén

Elisur, hijo de Sedeur

46.500

12-13

Simeón

Selumiel, hijo de Zurisadai

59.300

14-15

Gad

Eliasaf, hijo de Deuel[h]

45.650

16 Así que el total de las tropas en el campamento del lado de Rubén es de 151.450. Estas tres tribus ocuparán el segundo lugar cada vez que los israelitas viajen.

17 Luego el tabernáculo, llevado por los levitas, saldrá de en medio del campamento. Todas las tribus marcharán en el mismo orden en que acampan, cada una en su posición, bajo el estandarte que les corresponde.

18-19 Las divisiones de Efraín, Manasés y Benjamín acamparán en el costado occidental del tabernáculo, bajo su estandarte. Estos son los nombres de las tribus, sus jefes y el número de tropas registradas:

Tribu

Jefe

Número

Efraín

Elisama, hijo de Amiud

40.500

20-21

Manasés

Gamaliel, hijo de Pedasur

32.200

22-23

Benjamín

Abidán, hijo de Gedeoni

35.400

24 Así que el total de las tropas en el campamento del lado de Efraín es de 108.100. Estas tres tribus ocuparán el tercer lugar cada vez que los israelitas viajen.

25-26 Las divisiones de Dan, Aser y Neftalí acamparán en el costado norte del tabernáculo, bajo su estandarte. Estos son los nombres de las tribus, sus jefes y el número de tropas registradas:

Tribu

Jefe

Número

Dan

Ahiezer, hijo de Amisadai

62.700

27-28

Aser

Pagiel, hijo de Ocrán

41.500

29-30

Neftalí

Ahira, hijo de Enán

53.400

31 Así que el total de las tropas en el campamento del lado de Dan es de 157.600. Estas tres tribus ocuparán el último lugar y marcharán bajo sus estandartes cada vez que los israelitas viajen.

32 En resumen, las tropas de Israel anotadas por sus familias sumaron 603.550,

33 pero no se incluyó a los levitas en esta lista, tal como el SEÑOR les había ordenado.

34 Entonces el pueblo de Israel hizo todo como el SEÑOR le ordenó a Moisés. Cada clan y cada familia establecía su campamento y marchaba bajo sus estandartes tal como el SEÑOR les había indicado.

3

Nombramiento de los levitas

1 Esta es la descendencia de Aarón y de Moisés como quedó registrada cuando el SEÑOR le habló a Moisés en el monte Sinaí.

2 Los nombres de los hijos de Aarón eran Nadab (el mayor), Abiú, Eleazar e Itamar.

3 Estos hijos de Aarón fueron ungidos y ordenados para ministrar como sacerdotes.

4 Pero Nadab y Abiú murieron en la presencia del SEÑOR, en el desierto de Sinaí, cuando quemaron ante el SEÑOR una clase de fuego diferente a la que él había ordenado. Ya que ellos no tuvieron hijos, sólo Eleazar e Itamar quedaron para ministrar como sacerdotes junto con su padre Aarón.

5 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

6 Llama a los de la tribu de Leví, que pasen adelante y preséntalos al sacerdote Aarón para que sean sus ayudantes.

7 Servirán a Aarón y a toda la comunidad en el desempeño de sus deberes sagrados dentro y alrededor del tabernáculo[i].

8 También cuidarán de todo el mobiliario de la carpa sagrada[j] y servirán en el tabernáculo en representación de todos los israelitas.

9 Designa a los levitas como ayudantes de Aarón y de sus hijos porque de entre todo el pueblo de Israel ellos fueron dedicados para este propósito.

10 Nombra a Aarón y a sus hijos para que lleven a cabo los deberes del sacerdocio. Pero toda persona no autorizada que se acerque al santuario será ejecutada.

11 El SEÑOR le dijo a Moisés:

12 Mira, yo he escogido de entre los israelitas a los levitas para que sirvan como sustitutos de todo primer hijo varón del pueblo de Israel. Los levitas me pertenecen a mí

13 porque todos los primeros hijos varones son míos. El día que herí de muerte al primer hijo varón de cada familia egipcia, aparté para mí a todo primer nacido de Israel, tanto de personas como de animales. Ellos son míos. Yo soy el SEÑOR.

Registro de los levitas

14 El SEÑOR le habló de nuevo a Moisés en el desierto de Sinaí y le dijo:

15 Registra los nombres de los miembros de la tribu de Leví, por sus familias y clanes. Anota en una lista a cada varón de un mes o más.

16 Entonces Moisés los anotó, tal como el SEÑOR le había ordenado.

17 Leví tenía tres hijos llamados Gersón, Coat y Merari.

18 Los clanes descendientes de Gersón llevaban el nombre de dos de sus descendientes, Libni y Simei.

19 Los clanes descendientes de Coat llevaban el nombre de cuatro de sus descendientes, Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.

20 Los clanes descendientes de Merari llevaban el nombre de dos de sus descendientes, Mahli y Musi. Estos eran los clanes de los levitas, anotados según sus grupos de familia.

21 Los descendientes de Gersón estaban constituidos por los clanes descendientes de Libni y Simei.

22 Entre los gersonitas había siete mil quinientos varones de un mes o más.

23 Se les asignó el área occidental del tabernáculo para su campamento.

24 El jefe de los clanes gersonitas era Eliasaf, hijo de Lael.

25 Estos dos clanes eran responsables de cuidar el tabernáculo: la carpa sagrada con sus cubiertas y la cortina de la entrada,

26 las cortinas del atrio que rodeaban el tabernáculo y el altar, la cortina a la entrada del atrio, las cuerdas y todos los accesorios relacionados con su uso.

27 Los descendientes de Coat estaban constituidos por los clanes descendientes de Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.

28 Entre los coatitas había ocho mil seiscientos varones de un mes o más[k]. Ellos eran responsables de cuidar el santuario,

29 y se les asignó el área sur del tabernáculo para su campamento.

30 El jefe de los clanes coatitas era Elizafán, hijo de Uziel.

31 Estos cuatro clanes eran responsables de cuidar el arca, la mesa, el candelabro, los altares, los diferentes objetos utilizados en el santuario, la cortina interior y todos los accesorios relacionados con su uso.

32 Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, era el administrador principal a cargo de todos los levitas, con la responsabilidad particular de la supervisión del santuario.

33 Los descendientes de Merari estaban constituidos por los clanes descendientes de Mahli y Musi.

34 Entre los meraritas había seis mil doscientos varones de un mes o más.

35 Se les asignó el área norte del tabernáculo para su campamento. El jefe de los clanes meraritas era Zuriel, hijo de Abihail.

36 Estos dos clanes eran responsables de cuidar la estructura que sostenía el tabernáculo, los travesaños, los postes, las bases y todos los accesorios relacionados con su uso.

37 También eran responsables de los postes del atrio y de todas sus bases, estacas y cuerdas.

38 Delante del tabernáculo, hacia el oriente por donde sale el sol[l], estaba el área reservada para las carpas de campaña de Moisés y las carpas de campaña de Aarón y sus hijos. Ellos tenían la máxima responsabilidad sobre el santuario en nombre del pueblo de Israel. Todo el que no fuera sacerdote o levita y se acercara al santuario, sería ejecutado.

39 Cuando Moisés y Aarón, por orden del SEÑOR, contaron los clanes de los levitas, el número total de varones de un mes o más de edad llegó a veintidós mil.

Rescate del primer hijo varón

40 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: Ahora cuenta a todos los primeros hijos varones que hay en Israel de un mes o más y anota sus nombres en una lista.

41 Los levitas tienen que ser apartados para mí, como sustitutos de todo primer hijo varón de Israel. Yo soy el SEÑOR. Los animales de los levitas también serán apartados para mí, como sustitutos de la primera cría de los animales de la nación entera de Israel.

42 Entonces Moisés contó a los primeros hijos varones del pueblo de Israel, tal como el SEÑOR le había ordenado.

43 El número de los primeros hijos varones de un mes o más llegó a 22.273.

44 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

45 Toma a los levitas como sustitutos de los primeros hijos varones del pueblo de Israel. Toma también los animales de los levitas como sustitutos de las primeras crías de los animales del pueblo de Israel. Los levitas me pertenecen a mí. Yo soy el SEÑOR.

46 Los primeros hijos varones de Israel superan al número de levitas por doscientos setenta y tres. Para rescatar a esos primeros hijos varones que exceden,

47 recoge cinco piezas de plata por cada uno de ellos (cada pieza pesa lo mismo que el siclo del santuario, que equivale a veinte geras)[m].

48 Entrega la plata a Aarón y a sus hijos como precio de rescate de los primeros hijos varones que exceden al número de levitas.

49 Entonces Moisés recogió la plata por el rescate de los primeros hijos varones de Israel que superaron al número de levitas.

50 Reunió 1365 piezas de plata como pago por los primeros hijos varones de Israel (cada pieza pesa lo mismo que el siclo del santuario)[n].

51 Así que Moisés les dio la plata del rescate a Aarón y a sus hijos, tal como el SEÑOR le había ordenado.

4

Deberes del clan de los coatitas

1 Entonces el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:

2 Registren los nombres de los miembros de la división coatita de la tribu de Leví por clanes y familias.

3 Anoten en una lista a todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplan los requisitos necesarios para servir en el tabernáculo[o].

4 Las responsabilidades de los coatitas en el tabernáculo tendrán que ver con los objetos más sagrados.

5 Cuando el campamento sea trasladado, Aarón y sus hijos deben ser los primeros en entrar al tabernáculo para bajar la cortina interior y con ella cubrir el arca del pacto[p].

6 Luego cubrirán la cortina interior con cuero de cabra de la mejor calidad y por encima del cuero pondrán una sola pieza de tela azul. Por último, colocarán las varas en su lugar para trasladar el arca.

7 Luego extenderán una tela azul por encima de la mesa en la que se exhibe el pan de la Presencia y sobre la tela pondrán los tazones, las cacerolas, los frascos, las jarras y el pan especial.

8 Después extenderán por encima de todo esto una tela escarlata y, finalmente, sobre la tela escarlata una cubierta de cuero de cabra de la mejor calidad. Luego colocarán las varas para transportar la mesa.

9 Después cubrirán el candelabro con una tela azul, junto con sus lámparas, las despabiladeras de las lámparas, las bandejas y los frascos especiales para el aceite de oliva.

10 Luego pondrán por encima de los candelabros y sus accesorios, un cuero de cabra de la mejor calidad y montarán todo el bulto sobre una estructura para transportarlo.

11 Luego extenderán una tela azul por encima del altar de oro para el incienso y recubrirán la tela con cuero de cabra de la mejor calidad. Después colocarán las varas para transportar el altar.

12 Tomarán todo el mobiliario restante del santuario y lo envolverán en una tela azul, lo cubrirán con un cuero de cabra de la mejor calidad y lo montarán sobre la estructura para transportarlo.

13 Quitarán las cenizas del altar para los sacrificios y lo cubrirán con una tela púrpura.

14 Colocarán todos los utensilios del altar —los braseros, los tenedores para la carne, las palas, los tazones y todos los recipientes— sobre la tela y los cubrirán con un cuero de cabra de la mejor calidad. Finalmente, colocarán en su sitio las varas para transportarlo.

15 El campamento estará listo para trasladarse cuando Aarón y sus hijos hayan terminado de cubrir el santuario y todos los objetos sagrados. Entonces los coatitas vendrán y transportarán todo esto al siguiente destino, pero no deberán tocar los objetos sagrados, pues morirán. Así que, estos son los artículos del tabernáculo que los coatitas deben transportar.

16 Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, será responsable del aceite del candelabro, el incienso aromático, la ofrenda diaria de grano y el aceite de la unción. Es más, Eleazar será responsable de todo el tabernáculo y de todo lo que hay en él, incluso del santuario y su mobiliario.

17 Entonces el SEÑOR les dijo a Moisés y Aarón:

18 ¡No permitan que los clanes de Coat lleguen a ser exterminados de entre los levitas!

19 Hagan lo siguiente para que ellos no mueran cuando se acerquen a los objetos más sagrados: Aarón y sus hijos siempre deben entrar con los coatitas y se le asignará a cada uno lo que deba hacer o cargar.

20 Los coatitas jamás deben entrar en el santuario a mirar los objetos sagrados ni por un instante, sino morirán.

Deberes del clan de los gersonitas

21 El SEÑOR le dijo a Moisés:

22 Registra los nombres de los miembros de la división gersonita de la tribu de Leví por clanes y familias.

23 Anota en una lista a todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplan los requisitos necesarios para servir en el tabernáculo.

24 Los clanes de los gersonitas serán responsables del servicio en general y de transportar cargas.

25 Llevarán las cortinas del tabernáculo, el tabernáculo en sí junto con sus cubiertas, el revestimiento exterior de cuero de cabra de la mejor calidad y la cortina de la entrada del tabernáculo.

26 También transportarán las cortinas de las paredes del atrio que rodean el tabernáculo y el altar, la cortina de la entrada del atrio, las cuerdas y todos los accesorios relacionados con su uso. Los gersonitas son responsables de todos estos objetos.

27 Aarón y sus hijos dirigirán a los gersonitas en todos sus deberes, ya sea en el traslado de los accesorios o en otros trabajos. También asignarán a los gersonitas la responsabilidad de lo que deberán transportar.

28 Estos son los deberes asignados a los clanes gersonitas en el tabernáculo. Ellos serán responsables ante Itamar, hijo del sacerdote Aarón.

Deberes del clan de los meraritas

29 Ahora registra los nombres de los miembros de los clanes y familias de la división de los meraritas de la tribu de Leví.

30 Anota en una lista a todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplan los requisitos necesarios para servir en el tabernáculo.

31 Su única responsabilidad en el tabernáculo será transportar cargas. Ellos llevarán los soportes del tabernáculo, los travesaños, los postes y las bases;

32 asimismo los postes para las paredes del atrio con sus bases, estacas y cuerdas; y los accesorios y todo lo necesario relacionado con su uso. Asígnale a cada hombre por nombre lo que debe transportar.

33 Estos son los deberes de los clanes meraritas en el tabernáculo. Ellos son responsables ante Itamar, hijo del sacerdote Aarón.

Resumen del registro

34 Así que Moisés, Aarón y los demás jefes de la comunidad anotaron en una lista a los miembros de la división coatita por sus clanes y familias.

35 La lista incluyó a todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplían los requisitos necesarios para servir en el tabernáculo.

36 El número total sumó a 2750.

37 Este fue el total de hombres de los clanes coatitas que cumplían los requisitos para servir en el tabernáculo. Moisés y Aarón los anotaron, tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés.

38 También anotaron a la división de los gersonitas por sus clanes y familias.

39 La lista incluyó a todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplían los requisitos necesarios para servir en el tabernáculo.

40 El número total sumó a 2630.

41 Este fue el total de hombres de los clanes gersonitas que cumplían los requisitos para servir en el tabernáculo. Moisés y Aarón los anotaron, tal como el SEÑOR lo había ordenado.

42 También anotaron a la división de los meraritas por sus clanes y familias.

43 La lista incluyó a todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplían los requisitos necesarios para el servicio en el tabernáculo.

44 El número total sumó a 3200.

45 Este fue el total de hombres de los clanes meraritas que cumplían los requisitos necesarios para servir. Moisés y Aarón los anotaron, tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés.

46 Entonces Moisés, Aarón y los jefes de Israel anotaron en una lista a todos los levitas por sus clanes y familias.

47 Todos los hombres de entre treinta y cincuenta años que cumplían los requisitos necesarios para servir en el tabernáculo y para transportarlo

48 sumaban 8580.

49 Cuando registraron sus nombres, a cada hombre se le asignó su tarea y se le dijo lo que debía transportar, tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés. Así se completó el registro, tal como el SEÑOR le había ordenado a Moisés.

5

Pureza en el campamento de Israel

1 El SEÑOR dio las siguientes instrucciones a Moisés:

2 Ordena al pueblo de Israel que saque del campamento a toda persona que tenga una enfermedad de la piel[q] o un flujo, o a quien haya quedado ceremonialmente impuro por tocar un cadáver.

3 Esta orden debe aplicarse de la misma manera a hombres y a mujeres. Sácalos para que no contaminen el campamento donde yo habito en medio de ellos.

4 Entonces los israelitas hicieron lo que el SEÑOR le había ordenado a Moisés y sacaron a tales personas del campamento.

5 Así que el SEÑOR le dijo a Moisés:

6 Da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: si alguien del pueblo —sea hombre o mujer— traiciona al SEÑOR al hacerle mal a otra persona, esta persona es culpable.

7 Deberá confesar su pecado, restituir completamente el daño hecho más un veinte por ciento adicional y darlo a la persona que perjudicó.

8 Pero si la persona perjudicada está muerta y no hay ningún pariente cercano a quien pagarle el daño, el pago le pertenece al SEÑOR y deberá dárselo al sacerdote. Además, el culpable llevará un carnero como sacrificio por el pecado y será purificado y hecho justo ante el SEÑOR[r].

9 Todas las ofrendas sagradas que los israelitas lleven a un sacerdote le pertenecen a él.

10 Cada sacerdote puede quedarse con todos los donativos sagrados que reciba.

Protección contra la infidelidad matrimonial

11 El SEÑOR le dijo a Moisés:

12 Da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: supongamos que la esposa de un hombre se descarría y le es infiel a su marido,

13 y tiene relaciones sexuales con otro hombre sin que lo sepa su esposo ni nadie más. Ella se contaminó aunque no hubo testigos y no fue sorprendida en el acto.

14 Si su esposo siente celos, y sospecha de ella y necesita saber si ella se ha contaminado o no,

15 el esposo debe llevarla al sacerdote. También presentará por ella una ofrenda de dos kilos[s] de harina de cebada. No debe mezclarse con aceite de oliva ni incienso, porque se trata de una ofrenda de celos para demostrar si ella es o no culpable.

16 Entonces el sacerdote la presentará delante del SEÑOR para que sea juzgada.

17 Pondrá un poco de agua santa en un recipiente de barro y mezclará polvo que tomó del piso del tabernáculo.

18 Una vez que el sacerdote haya presentado a la mujer delante del SEÑOR, le desatará el cabello y colocará en las manos de ella la ofrenda de prueba, es decir la ofrenda de celos, para discernir si las sospechas de su esposo son justificadas. El sacerdote se pondrá frente a ella y sostendrá el recipiente de agua amarga que trae una maldición para quienes son culpables.

19 Enseguida el sacerdote pondrá a la mujer bajo juramento y le dirá: «Si ningún otro hombre ha tenido relaciones sexuales contigo y no te has descarriado ni te has contaminado mientras has estado bajo la autoridad de tu esposo, que seas inmune a los efectos de esta agua amarga que trae la maldición.

20 Pero si te has descarriado siendo infiel a tu marido y te has contaminado teniendo relaciones sexuales con otro hombre…».

21 En este momento el sacerdote pondrá a la mujer bajo juramento al decir: «Que el pueblo sepa que la maldición del SEÑOR cayó sobre ti cuando él te haga estéril al causar que tu útero se encoja[t] y tu abdomen se hinche.

22 Ahora, que esta agua que trae la maldición entre en tu cuerpo y cause que tu abdomen se hinche y tu útero se encoja»[u]. A la mujer se le exigirá decir: «Sí, que así sea».

23 Entonces el sacerdote escribirá estas maldiciones en un trozo de cuero y luego las lavará para que caigan dentro del agua amarga.

24 Hará que la mujer beba el agua amarga que trae la maldición. Cuando el agua entre en su cuerpo, si ella es culpable, le causará un sufrimiento amargo.

25 Después el sacerdote tomará la ofrenda de celos de la mano de la mujer y la alzará ante el SEÑOR y la llevará al altar.

26 Tomará un puñado de harina como porción simbólica, la quemará en el altar y le exigirá a la mujer que beba el agua.

27 Si ella se ha contaminado siendo infiel a su marido, el agua que trae la maldición le producirá un sufrimiento amargo. Su abdomen se hinchará y su útero se encogerá[v], y su nombre se volverá una maldición entre su pueblo.

28 Pero si ella no se ha contaminado y es pura, entonces saldrá ilesa y todavía podrá tener hijos.

29 Esta es la ley ritual para lidiar con los celos. Si una mujer se descarría y se contamina mientras está bajo la autoridad de su marido,

30 o si un hombre siente celos y sospecha que su esposa le fue infiel, el marido debe presentar a su esposa delante del SEÑOR y el sacerdote aplicará esta ley ritual en su totalidad.

31 El marido será inocente de toda culpa en este caso, pero su esposa será responsable por su propio pecado.

6

Leyes para los nazareos

1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: Da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones:

2 si alguien del pueblo, sea hombre o mujer, hace el voto especial de nazareo, consagrándose al SEÑOR de manera especial,

3 dejará el vino y otras bebidas alcohólicas. No usará vinagre hecho de vino ni de otras bebidas alcohólicas, no beberá jugo de uva fresca ni comerá uvas o pasas.

4 Mientras esté obligado por su voto de nazareo, no se le permite comer o beber productos derivados de la vid, incluidas las semillas y la cáscara de uva.

5 Durante todo el tiempo que dure su voto, esta persona no se cortará el cabello, porque es santa y apartada para el SEÑOR. Se dejará crecer el cabello hasta que se cumpla el tiempo de su voto.

6 Y no se acercará a ningún cadáver durante todo el tiempo de su voto al SEÑOR.

7 Aun cuando la persona muerta sea su propio padre, madre, hermano o hermana, no debe contaminarse, porque el cabello que lleva sobre su cabeza es símbolo de su consagración a Dios.

8 Este requisito se aplica mientras esté consagrado al SEÑOR.

9 Si alguien cae muerto a su lado, el cabello dedicado quedará contaminado. Tiene que esperar siete días y después se afeitará la cabeza. Entonces quedará limpio de su contaminación.

10 En el octavo día llevará al sacerdote, a la entrada del tabernáculo[w], dos tórtolas o dos pichones de paloma.

11 El sacerdote ofrecerá una de las aves como ofrenda por el pecado y la otra como ofrenda quemada. De esta manera él lo purificará[x] de la culpa recibida mediante el contacto con el cadáver. Luego el nazareo reafirmará su compromiso y dejará que su cabello empiece a crecer de nuevo.

12 Los días cumplidos de su voto, anteriores a la contaminación, no se tomarán en cuenta. Deberá dedicarse nuevamente al SEÑOR como nazareo por todo el tiempo de su promesa y deberá presentar un cordero de un año como ofrenda por la culpa.

13 Esta es la ley ritual para el nazareo. Al terminar el tiempo de consagración deberá ir a la entrada del tabernáculo

14 y ofrecer sus sacrificios al SEÑOR: un cordero de un año sin defecto como ofrenda quemada, una cordera de un año sin defecto como ofrenda por el pecado, un carnero sin defecto como ofrenda de paz,

15 una cesta de pan preparado sin levadura —panes de harina selecta mezclados con aceite de oliva y obleas untadas con aceite de oliva— junto con las ofrendas obligatorias de grano y de líquido.

16 El sacerdote presentará estas ofrendas ante el SEÑOR: primero la ofrenda por el pecado y la ofrenda quemada;

17 enseguida el carnero como ofrenda de paz, junto con la cesta de pan preparado sin levadura. El sacerdote también presentará al SEÑOR las ofrendas obligatorias de grano y de líquido.

18 Después el nazareo se afeitará la cabeza en la entrada del tabernáculo. Tomará el cabello que dedicó y lo pondrá en el fuego, debajo del sacrificio de la ofrenda de paz.

19 Después de que el nazareo se afeite la cabeza, el sacerdote tomará una espaldilla hervida del carnero; también tomará de la cesta un pan y una oblea preparados sin levadura, y los pondrá en las manos del nazareo.

20 Entonces el sacerdote los levantará ante el SEÑOR como ofrenda especial. Estas son las porciones santas para el sacerdote, junto con el pecho de la ofrenda especial y el muslo de la ofrenda sagrada que se levanta ante el SEÑOR. Después de esta ceremonia el nazareo podrá volver a beber vino.

21 Esta es la ley ritual de los nazareos que juran llevar estas ofrendas al SEÑOR. Si está a su alcance también pueden llevar ofrendas adicionales. Deben asegurarse de cumplir con todo lo que juraron cuando se apartaron como nazareos.

Bendición sacerdotal

22 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

23 Diles a Aarón y a sus hijos que bendigan al pueblo de Israel con la siguiente bendición especial:

24 «Que el SEÑOR te bendiga y te proteja.

25 Que el SEÑOR sonría sobre ti y sea compasivo contigo.

26 Que el SEÑOR te muestre su favor y te dé su paz».

27 Cada vez que Aarón y sus hijos bendigan al pueblo de Israel en mi nombre, yo los bendeciré.

7

Ofrendas para la dedicación

1 El día en que Moisés levantó el tabernáculo, lo ungió y lo apartó como santo. También ungió y apartó todo el mobiliario y el altar con sus utensilios.

2 Después los líderes de Israel —los jefes de las tribus que habían registrado las tropas— llegaron con sus ofrendas.

3 Juntos llevaron seis carretas grandes y doce bueyes —una carreta por cada dos jefes y un buey por cada jefe— y los presentaron al SEÑOR delante del tabernáculo.

4 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés:

5 Recibe sus ofrendas y usa estos bueyes y carretas para transportar el tabernáculo[y]. Repártelos entre los levitas según el trabajo de cada uno.

6 Así que Moisés tomó las carretas y los bueyes y los entregó a los levitas.

7 Le dio dos carretas y cuatro bueyes a la división gersonita para su trabajo

8 y le dio a la división merarita cuatro carretas y ocho bueyes para su trabajo. Todo el trabajo se realizó bajo el liderazgo de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.

9 Pero a la división coatita no le entregó carretas ni bueyes, porque se les requería que hicieran el traslado de los objetos sagrados del tabernáculo sobre sus hombros.

10 Los jefes también presentaron las ofrendas de dedicación para el altar cuando lo ungieron. Cada uno puso sus ofrendas ante el altar.

11 El SEÑOR le dijo a Moisés: Que cada día un jefe lleve su ofrenda para la dedicación del altar.

12 En el primer día presentó su ofrenda Naasón, hijo de Aminadab, jefe de la tribu de Judá.

13 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos[z] (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

14 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos[aa], lleno de incienso.

15 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

16 y un chivo como ofrenda por el pecado.

17 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Naasón, hijo de Aminadab.

18 En el segundo día presentó su ofrenda Natanael, hijo de Zuar, jefe de la tribu de Isacar.

19 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

20 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

21 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

22 y un chivo como ofrenda por el pecado.

23 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Natanael, hijo de Zuar.

24 En el tercer día presentó su ofrenda Eliab, hijo de Helón, jefe de la tribu de Zabulón.

25 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

26 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

27 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

28 y un chivo como ofrenda por el pecado.

29 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Eliab, el hijo de Helón.

30 En el cuarto día presentó su ofrenda Elisur, hijo de Sedeur, jefe de la tribu de Rubén.

31 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

32 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

33 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

34 y un chivo como ofrenda por el pecado.

35 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Elisur, el hijo de Sedeur.

36 En el quinto día presentó su ofrenda Selumiel, hijo de Zurisadai, jefe de la tribu de Simeón.

37 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

38 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

39 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año para una ofrenda quemada,

40 y un chivo como ofrenda por el pecado.

41 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Selumiel, hijo de Zurisadai.

42 En el sexto día presentó su ofrenda Eliasaf, hijo de Deuel, jefe de la tribu de Gad.

43 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

44 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

45 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

46 y un chivo como ofrenda por el pecado.

47 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Eliasaf, hijo de Deuel.

48 En el séptimo día presentó su ofrenda Elisama, hijo de Amiud, jefe de la tribu de Efraín presentó su ofrenda.

49 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

50 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

51 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

52 y un chivo como ofrenda por el pecado.

53 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Elisama, hijo de Amiud.

54 En el octavo día presentó su ofrenda Gamaliel, hijo de Pedasur, jefe de la tribu de Manasés.

55 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

56 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

57 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

58 y un chivo como ofrenda por el pecado.

59 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Gamaliel, hijo de Pedasur.

60 En el noveno día presentó su ofrenda Abidán, hijo de Gedeoni, jefe de la tribu de Benjamín.

61 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

62 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

63 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

64 y un chivo como ofrenda por el pecado.

65 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Abidán, hijo de Gedeoni.

66 En el décimo día presentó su ofrenda Ahiezer, hijo de Amisadai, jefe de la tribu de Dan.

67 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

68 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

69 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

70 y un chivo como ofrenda por el pecado.

71 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Ahiezer, hijo de Amisadai.

72 En el onceavo día presentó su ofrenda Pagiel, hijo de Ocrán, jefe de la tribu de Aser.

73 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

74 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

75 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

76 y un chivo como ofrenda por el pecado.

77 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Pagiel, hijo de Ocrán.

78 En el doceavo día presentó su ofrenda Ahira, hijo de Enán, jefe de la tribu de Neftalí.

79 Su ofrenda consistía de una bandeja de plata que pesaba un kilo y medio y un tazón de plata que pesaba ochocientos gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). Los dos contenían ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva.

80 También llevó un recipiente de oro que pesaba ciento catorce gramos, lleno de incienso.

81 Llevó un becerro, un carnero y un cordero de un año, para una ofrenda quemada,

82 y un chivo como ofrenda por el pecado.

83 Como ofrenda de paz llevó dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda que llevó Ahira, hijo de Enán.

84 Estas fueron las ofrendas de dedicación que los jefes de Israel llevaron cuando se ungió el altar: doce bandejas de plata, doce tazones de plata y doce recipientes de oro con incienso.

85 Cada bandeja de plata pesaba un kilo y medio y cada tazón de plata, ochocientos gramos. El peso total de la plata fue veintisiete kilos[ab] y medio (calculado según el peso del siclo del santuario).

86 Cada uno de los doce recipientes de oro, que contenían el incienso, pesaba ciento catorce gramos (calculado según el peso del siclo del santuario). El peso total del oro fue un kilo con cuatrocientos gramos[ac].

87 Se donaron doce becerros, doce carneros y doce corderos de un año para las ofrendas quemadas, junto con las ofrendas obligatorias de grano. Llevaron doce chivos para las ofrendas por el pecado.

88 Se donaron veinticuatro toros, sesenta carneros, sesenta chivos y sesenta corderos de un año como ofrendas de paz. Esa fue la ofrenda para la dedicación del altar después de haber sido ungido.

89 Cada vez que Moisés entraba en el tabernáculo para hablar con el SEÑOR, Moisés oía la voz que le hablaba de entre los dos querubines que estaban sobre la tapa del arca —el lugar de la expiación— que está sobre el arca del pacto[ad]. Desde ahí el SEÑOR le hablaba a Moisés.

8

Preparación de las lámparas

1 El SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Da las siguientes instrucciones a Aarón: cuando pongas las siete lámparas en el candelabro, hazlo de manera que la luz alumbre hacia adelante, en frente del candelabro.

3 Y así lo hizo Aarón; instaló las siete lámparas para que reflejaran su luz hacia adelante, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés.

4 Todo el candelabro —desde su base hasta el decorado floral— estaba hecho de oro labrado. Se fabricó conforme al diseño exacto que el SEÑOR le había mostrado a Moisés.

Dedicación de los levitas

5 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés:

6 Ahora bien, separa a los levitas de los demás israelitas y hazlos ceremonialmente puros.

7 Para hacerlo, rocíalos con el agua de la purificación y haz que se afeiten todo el cuerpo y que laven su ropa. Entonces quedarán ceremonialmente puros.

8 Haz que lleven un becerro y una ofrenda de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva, junto con un segundo becerro para la ofrenda por el pecado.

9 Después reúne a toda la comunidad de Israel y presenta a los levitas a la entrada del tabernáculo[ae].

10 Cuando presentes a los levitas delante del SEÑOR, el pueblo de Israel pondrá sus manos sobre ellos.

11 Con las manos en alto, Aarón presentará a los levitas ante el SEÑOR como una ofrenda especial del pueblo de Israel; así los dedicará al servicio del SEÑOR.

12 Enseguida los levitas pondrán sus manos sobre la cabeza de los becerros. Presenta un becerro como ofrenda por el pecado y el otro como ofrenda quemada al SEÑOR, para purificar a los levitas y hacerlos justos ante el SEÑOR[af].

13 Luego haz que los levitas se pongan de pie delante de Aarón y sus hijos y levanta tus manos y preséntalos como una ofrenda especial al SEÑOR.

14 De ese modo apartarás a los levitas del resto del pueblo de Israel, y los levitas me pertenecerán a mí.

15 Así ellos podrán entrar en el tabernáculo para realizar su trabajo, porque los purificaste y los presentaste como una ofrenda especial.

16 De todo el pueblo de Israel, los levitas están apartados para mí. Yo los he tomado para mí en lugar de los primeros hijos varones de los israelitas; he tomado a los levitas como sustitutos.

17 Pues todo primer nacido de entre el pueblo de Israel es mío, tanto de personas como de animales. Yo los aparté para mí el día que herí de muerte a todos los primeros hijos varones de los egipcios.

18 Es cierto, yo tomé a los levitas en lugar de todos los primeros hijos varones de Israel;

19 y de todos los israelitas, yo he designado a los levitas para Aarón y sus hijos. Ellos servirán en el tabernáculo en nombre de los israelitas y harán sacrificios para purificar[ag] al pueblo, de modo que ninguna plaga los azote cuando se acerquen al santuario.

20 Así que Moisés, Aarón y toda la comunidad de Israel dedicaron a los levitas, siguiendo cuidadosamente todas las instrucciones del SEÑOR a Moisés.

21 Los levitas se purificaron del pecado y lavaron sus ropas, y Aarón los presentó al SEÑOR como una ofrenda especial. Aarón ofreció entonces un sacrificio para purificarlos y para hacerlos justos delante del SEÑOR[ah].

22 Después los levitas entraron en el tabernáculo para cumplir con sus responsabilidades de ayudar a Aarón y a sus hijos. Así se llevó a cabo todo lo que el SEÑOR le ordenó a Moisés con respecto a los levitas.

23 El SEÑOR le dio otras instrucciones a Moisés:

24 Los levitas seguirán esta regla: empezarán su servicio en el tabernáculo a la edad de veinticinco años

25 y se jubilarán a los cincuenta años.

26 Después de su jubilación podrán ayudar a sus compañeros levitas como guardias en el tabernáculo, pero no podrán oficiar en las ceremonias. Así es como asignarás los deberes a los levitas.

9

La segunda Pascua

1 Un año después que Israel saliera de Egipto, el SEÑOR le habló a Moisés en el desierto de Sinaí. El primer mes[ai] de ese año le dijo:

2 Di a los israelitas que celebren la Pascua en el tiempo establecido:

3 al atardecer del día catorce del primer mes[aj]. Asegúrate de seguir todos mis decretos y todas mis ordenanzas acerca de esta celebración.

4 Entonces Moisés le dijo al pueblo que celebrara la Pascua

5 en el desierto de Sinaí, al atardecer del día catorce del primer mes. Allí celebraron el festival, así como el SEÑOR le había ordenado a Moisés.

6 Sin embargo, algunos hombres estaban ceremonialmente impuros por haber tocado un cadáver, y por eso no podían celebrar la Pascua aquel día. Así que ese mismo día se acercaron a Moisés y a Aarón

7 y les dijeron: —Hemos quedado ceremonialmente impuros por tocar un cadáver. Pero ¿por qué se nos debe impedir presentar la ofrenda del SEÑOR en la debida fecha con el resto de los israelitas?

8 Moisés les contestó: —Esperen aquí hasta que yo reciba del SEÑOR las instrucciones para ustedes.

9 Esta fue la respuesta del SEÑOR a Moisés:

10 Da las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: si alguien del pueblo, ya sea ahora o en las generaciones futuras, está ceremonialmente impuro en la fecha establecida para la Pascua por tocar un cadáver, o si está de viaje y no puede estar presente en la ceremonia, aun así podrá celebrar la Pascua del SEÑOR.

11 Esta persona ofrecerá el sacrificio de la Pascua un mes después, al atardecer del día catorce del segundo mes[ak]. Comerá el cordero de la Pascua con pan sin levadura y hierbas amargas.

12 No dejará nada del cordero para el día siguiente, ni quebrará ninguno de sus huesos, y debe seguir todas las ordenanzas de rigor acerca de la Pascua.

13 Aquellos que no estén ceremonialmente impuros ni anden de viaje pero aun así dejen de celebrar la Pascua en la fecha establecida, serán excluidos de la comunidad de Israel. Si no presentan la ofrenda del SEÑOR en la fecha debida, sufrirán las consecuencias de su culpa.

14 Y si el extranjero que vive entre ustedes quiere celebrar la Pascua del SEÑOR, debe seguir estos mismos decretos y ordenanzas. Las mismas leyes se aplican tanto a los israelitas de nacimiento como a los extranjeros que viven entre ustedes.

La nube de fuego

15 El día que se armó el tabernáculo, la nube lo cubrió[al]. Pero desde la tarde hasta el amanecer la nube que cubría el tabernáculo tomaba la apariencia de una columna de fuego.

16 De esta manera ocurría siempre: por la noche la nube que cubría el tabernáculo tomaba la apariencia de fuego.

17 Cada vez que la nube se elevaba de la carpa sagrada, el pueblo de Israel levantaba el campamento y la seguía; donde la nube se detenía, el pueblo de Israel armaba el campamento.

18 De esta manera los israelitas viajaban y acampaban por orden del SEÑOR, donde él les indicaba que fueran. Permanecían en el campamento todo el tiempo que la nube se quedaba encima del tabernáculo.

19 Si la nube se quedaba por largo tiempo sobre el tabernáculo, los israelitas permanecían allí y llevaban a cabo sus deberes ante el SEÑOR.

20 Algunas veces la nube se detenía por pocos días sobre el tabernáculo; entonces el pueblo se quedaba por pocos días, como el SEÑOR ordenaba. Luego, por orden del SEÑOR, levantaban el campamento y se ponían en marcha.

21 Algunas veces la nube se detenía sólo por la noche y se elevaba a la mañana siguiente; pero fuera de día o de noche, cuando la nube se elevaba, el pueblo levantaba el campamento y se ponía en marcha.

22 Si la nube permanecía sobre el tabernáculo por dos días, un mes o un año, el pueblo de Israel acampaba y no se ponía en marcha; pero en cuanto se elevaba, ellos levantaban el campamento y se ponían en marcha.

23 Así que acampaban o viajaban bajo las órdenes del SEÑOR y obedecían todo lo que el SEÑOR les decía por medio de Moisés.

10

Las trompetas de plata

1 El SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Haz dos trompetas de plata labrada a martillo para convocar a la comunidad a reunirse y dar la señal de levantar el campamento.

3 Al toque de ambas trompetas, todos deben reunirse ante ti a la entrada del tabernáculo[am];

4 pero si se toca sólo una trompeta, entonces sólo los líderes —los jefes de los clanes de Israel— tendrán que presentarse ante ti.

5 Cuando hagas sonar la señal para continuar el viaje, las tribus acampadas en el lado oriental del tabernáculo levantarán el campamento y avanzarán.

6 Cuando hagas sonar la señal por segunda vez, las tribus acampadas en el lado sur, las seguirán. Haz sonar toques cortos como señal de ponerse en marcha,

7 pero cuando convoques al pueblo a asamblea, toca las trompetas de manera diferente.

8 Únicamente los sacerdotes, los descendientes de Aarón, podrán tocar las trompetas. Esta es una ley perpetua para ustedes y tendrá que cumplirse de generación en generación.

9 Cuando lleguen a su propia tierra y vayan a la guerra contra sus enemigos que los atacan, darán la alarma con las trompetas. Entonces el SEÑOR su Dios los recordará y los rescatará de sus enemigos.

10 También hagan sonar las trompetas en tiempos de alegría, en sus festivales anuales y al principio de cada mes. Además, toquen las trompetas cuando entreguen las ofrendas quemadas y las ofrendas de paz. Las trompetas le recordarán al SEÑOR su Dios el pacto que hizo con ustedes. Yo soy el SEÑOR su Dios.

Los israelitas dejan el Sinaí

11 Durante el segundo año después que Israel saliera de Egipto, el día veinte del segundo mes[an], la nube se elevó del tabernáculo del pacto[ao].

12 Entonces los israelitas salieron del desierto de Sinaí y viajaron de un lugar a otro hasta que la nube se detuvo en el desierto de Parán.

13 Cuando el pueblo salió por primera vez, siguiendo las instrucciones que el SEÑOR había dado por medio de Moisés,

14 las tropas de Judá iban delante. Estas marchaban detrás de su estandarte, y su líder era Naasón, hijo de Aminadab.

15 Las siguieron las tropas de la tribu de Isacar, dirigidas por Natanael, hijo de Zuar,

16 y también las tropas de la tribu de Zabulón, dirigidas por Eliab, hijo de Helón.

17 Después se desarmó el tabernáculo, y las siguientes en ponerse en marcha fueron las divisiones gersonitas y meraritas, de los levitas, llevando consigo el tabernáculo.

18 Las tropas de Rubén fueron las próximas en salir y marchaban tras su estandarte. Su líder era Elisur, hijo de Sedeur.

19 Las siguieron las tropas de la tribu de Simeón, dirigidas por Selumiel, hijo de Zurisadai,

20 y también las tropas de la tribu de Gad, dirigidas por Eliasaf, hijo de Deuel.

21 Luego salió la división coatita de los levitas, que llevaba consigo los objetos sagrados del tabernáculo. El tabernáculo debía estar ya instalado en su nueva ubicación antes de que ellos llegaran al próximo lugar de campamento.

22 Las tropas de Efraín marcharon a continuación, detrás de su estandarte. Su líder era Elisama, hijo de Amiud.

23 Las siguieron las tropas de la tribu de Manasés, dirigidas por Gamaliel, hijo de Pedasur,

24 y también las tropas de la tribu de Benjamín, dirigidas por Abidán, hijo de Gedeoni.

25 Las últimas en salir fueron las tropas de Dan que marchaban tras su estandarte, a la retaguardia de todos los campamentos tribales. Su líder era Ahiezer, hijo de Amisadai.

26 Se le unieron las tropas de la tribu de Aser, dirigidas por Pagiel, hijo de Ocrán,

27 y también las tropas de la tribu de Neftalí, dirigidas por Ahira, hijo de Enán.

28 En ese orden marchaban los israelitas, división por división.

29 Un día Moisés le dijo a su cuñado Hobab, hijo de Reuel, el madianita: —Vamos en camino al lugar que el SEÑOR nos prometió, porque él nos dijo: «Yo se lo daré a ustedes». Ven con nosotros y te trataremos bien, porque el SEÑOR ha prometido maravillosas bendiciones para Israel.

30 —No, no iré —respondió Hobab—. Debo regresar a mi propia tierra y a mi familia.

31 —Por favor no nos dejes —rogó Moisés—. Tú conoces los lugares del desierto donde debemos acampar. Ven, sé nuestro guía.

32 Si vienes con nosotros, compartiremos contigo todas las bendiciones que el SEÑOR nos dará.

33 Así que después de salir del monte del SEÑOR, marcharon por tres días; y el arca del pacto del SEÑOR iba delante de ellos para indicarles dónde detenerse y descansar.

34 Cada día, mientras continuaban su viaje, la nube del SEÑOR se mantenía en el aire sobre ellos.

35 Siempre que el arca salía, Moisés gritaba: ¡Levántate, oh SEÑOR y que se dispersen tus enemigos! ¡Que huyan ante ti!;

36 y cuando el arca se ponía en tierra, Moisés decía: ¡Vuelve, oh SEÑOR, a los incontables millares de Israel!

11

El pueblo se queja ante Moisés

1 Poco después el pueblo comenzó a quejarse de las privaciones que enfrentaba, y el SEÑOR oyó todo lo que decían. Entonces el enojo del SEÑOR se encendió contra ellos y envió un fuego que ardió entre ellos y destruyó a algunos en las afueras del campamento.

2 Así que el pueblo pidió ayuda a gritos a Moisés, y cuando él oró al SEÑOR, el fuego se apagó.

3 Después, ese lugar fue conocido como Tabera (que significa el lugar que arde), porque el fuego del SEÑOR ardió allí entre ellos.

4 Entonces la gentuza extranjera que viajaba con los israelitas comenzó a tener fuertes antojos por las cosas buenas de Egipto. Y el pueblo de Israel también comenzó a quejarse: ¡Oh, si tuviéramos un poco de carne! —exclamaban.

5 Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto y teníamos todos los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos que queríamos.

6 ¡Pero ahora lo único que vemos es este maná! Hasta hemos perdido el apetito.

7 El maná era parecido a pequeñas semillas de cilantro, y era de un color amarillo claro como goma de resina.

8 La gente salía a recogerlo del suelo. Con el maná se hacía harina en los molinos de mano o se machacaba en un mortero. Luego se hervía en una olla para hacer panes planos que sabían a pastelitos horneados con aceite de oliva.

9 Durante la noche, el maná caía sobre el campamento juntamente con el rocío.

10 Entonces Moisés escuchó los lloriqueos de las familias a la entrada de sus carpas y el SEÑOR se enfureció. Moisés también estaba muy molesto,

11 y le dijo al SEÑOR: —¿Por qué me tratas a mí, tu servidor, con tanta dureza? ¡Ten misericordia de mí! ¿Qué hice para merecer la carga de todo este pueblo?

12 ¿Acaso yo los engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en mis brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la tierra que juraste dar a sus antepasados?

13 ¿De dónde se supone que voy a conseguir carne para toda esta gente? No dejan de quejarse conmigo diciendo: «¡Danos carne para comer!».

14 ¡Solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡La carga es demasiado pesada!

15 Si esta es la manera como piensas tratarme, sería mejor que me mataras. ¡Hazme ese favor y ahórrame esta miseria!

Moisés selecciona setenta líderes

16 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: —Reúne delante de mí a setenta hombres que sean reconocidos como ancianos y jefes de Israel. Llévalos al tabernáculo[ap] para que permanezcan junto a ti.

17 Yo descenderé y allí hablaré contigo. Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también. Llevarán la carga del pueblo junto contigo, y de esa manera no tendrás que soportarla tú solo.

18 También dile al pueblo: «Purifíquense, porque mañana tendrán carne para comer. Ustedes gemían y el SEÑOR oyó sus quejidos: “¡Oh, un poco de carne! ¡Estábamos en mejores condiciones en Egipto!”. Ahora, el SEÑOR les dará carne y tendrán que comérsela.

19 Y no será sólo un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni aun veinte.

20 La comerán durante un mes entero, hasta que les produzca náuseas y estén hartos de tanta carne. Pues han rechazado al SEÑOR que está aquí entre ustedes y han lloriqueado diciendo: «¿Por qué dejamos Egipto?»».

21 Entonces Moisés respondió al SEÑOR: —¡Hay seiscientos mil soldados de infantería aquí conmigo y aun así dices: «Yo les daré carne durante un mes entero»!

22 Aunque matáramos a todos nuestros rebaños y manadas, ¿podría eso satisfacerlos? O si pescáramos todos los peces del mar, ¿alcanzaría?

23 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: —¿Acaso mi brazo ha perdido su poder? ¡Ahora verás si mi palabra se cumple o no!

24 Así que Moisés salió y comunicó al pueblo las palabras del SEÑOR. Juntó a los setenta ancianos y los colocó alrededor del tabernáculo[aq].

25 Después el SEÑOR descendió en la nube y le habló a Moisés. Entonces les dio a los setenta ancianos del mismo Espíritu que estaba sobre Moisés; y cuando el Espíritu se posó sobre ellos, los ancianos profetizaron; pero esto nunca volvió a suceder.

26 Sin embargo, dos hombres, Eldad y Medad, se habían quedado en el campamento. Ellos estaban incluidos en la lista de los ancianos, pero no se presentaron en el tabernáculo. Aun así, el Espíritu también se posó sobre ellos y profetizaron allí en el campamento.

27 Un joven corrió y le informó a Moisés: ¡Eldad y Medad están profetizando en el campamento!

28 Entonces Josué, hijo de Nun, que era ayudante de Moisés desde su juventud, protestó: —Moisés, mi señor, ¡detenlos!

29 Pero Moisés respondió: —¿Estás celoso por mí? Ya quisiera que todos los del pueblo del SEÑOR fueran profetas y que el SEÑOR pusiera su Espíritu sobre todos.

30 Entonces Moisés regresó al campamento con los ancianos de Israel.

El SEÑOR envía codornices

31 Ahora bien, el SEÑOR envió un viento que trajo codornices desde el mar y las dejó caer por todo el campamento. Las codornices volaban por kilómetros en todas las direcciones a la altura de un metro sobre la superficie de la tierra[ar].

32 Así que el pueblo salió y atrapó codornices todo ese día, a lo largo de la noche y también todo el día siguiente. ¡Nadie recogió menos de dos mil kilos[as]! Entonces las pusieron a secar por todo el campamento.

33 Pero mientras se saciaban de carne —cuando aún estaba en sus bocas— el enojo del SEÑOR se encendió contra el pueblo y los castigó con una plaga muy grave.

34 Así que ese lugar fue llamado Kibrot-hataava (que significa tumbas de glotonería) porque allí enterraron a la gente que codiciaba la carne de Egipto.

35 Después, los israelitas viajaron de Kibrot-hataava a Hazerot, donde se quedaron por algún tiempo.

12

Quejas de Miriam y Aarón

1 Mientras estaban en Hazerot, Miriam y Aarón criticaron a Moisés porque se había casado con una cusita.

2 Dijeron: ¿Ha hablado el SEÑOR solamente por medio de Moisés? ¿Acaso no ha hablado también a través de nosotros? Y el SEÑOR los oyó.

3 (Ahora bien, Moisés era muy humilde, más que cualquier otra persona en la tierra).

4 Así que, el SEÑOR llamó de inmediato a Moisés, a Aarón y a Miriam y les dijo: ¡Vayan los tres al tabernáculo[at]!; y los tres fueron allí.

5 Entonces el SEÑOR descendió en la columna de nube y se detuvo en la entrada del tabernáculo[au]. ¡Aarón y Miriam!, llamó él. Ellos dieron un paso al frente

6 y el SEÑOR les habló: Escuchen lo que voy a decir: Si hubiera profetas entre ustedes, yo, el SEÑOR, me revelaría en visiones; les hablaría en sueños.

7 Pero no con mi siervo Moisés. De toda mi casa, él es en quien confío.

8 Yo le hablo a él cara a cara, ¡con claridad y no en acertijos! Él ve al SEÑOR como él es. ¿Entonces, por qué no tuvieron temor de criticar a mi siervo Moisés?

9 El SEÑOR estaba muy enojado con ellos y se fue.

10 Cuando la nube dejo de estar encima del tabernáculo, allí estaba Miriam, con su piel tan blanca como la nieve, leprosa[av]. Cuando Aarón vio lo que había pasado con ella,

11 clamó a Moisés: ¡Oh, mi señor! ¡Por favor no nos castigues por este pecado que tan neciamente cometimos!

12 No dejes que ella sea como un bebé que nace muerto y que ya está en descomposición.

13 Entonces Moisés clamó al SEÑOR: —¡Oh Dios, te suplico que la sanes!

14 Pero el SEÑOR le dijo a Moisés: —Si el padre de Miriam tan sólo la escupiera en la cara, ¿no duraría su contaminación siete días? Por lo tanto, mantenla fuera del campamento durante siete días y después podrá ser aceptada de nuevo.

15 Así que Miriam permaneció fuera del campamento durante siete días, y el pueblo esperó hasta que la trajeron para continuar su viaje.

16 Fue entonces cuando salieron de Hazerot y acamparon en el desierto de Parán.

13

Doce espías exploran Canaán

1 El SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Envía hombres a explorar la tierra de Canaán, la tierra que les daré a los israelitas. Envía a un jefe de cada una de las doce tribus de sus antepasados.

3 Entonces Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó y envió a doce hombres desde el campamento en el desierto de Parán, todos jefes de las tribus de Israel.

4 Estas eran las tribus y los nombres de sus jefes:

Tribu

Jefe

de Rubén

Samúa, hijo de Zacur

5

de Simeón

Safat, hijo de Hori

6

de Judá

Caleb, hijo de Jefone

7

de Isacar

Igal, hijo de José

8

de Efraín

Oseas, hijo de Nun

9

de Benjamín

Palti, hijo de Rafú

10

de Zabulón

Gadiel, hijo de Sodi

11

de Manasés, hijo de José

Gadi, hijo de Susi

12

de Dan

Amiel, hijo de Gemali

13

de Aser

Setur, hijo de Micael

14

de Neftalí

Nahbi, hijo de Vapsi

15

de Gad

Geuel, hijo de Maqui

16 Estos son los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar la tierra. (A Oseas, hijo de Nun, Moisés le dio el nombre de Josué).

17 Moisés envió a los hombres a explorar la tierra y les dio las siguientes instrucciones: Vayan al norte a través del Neguev hasta la zona montañosa.

18 Fíjense cómo es la tierra y averigüen si sus habitantes son fuertes o débiles, pocos o muchos.

19 Observen cómo es la tierra en que habitan. ¿Es buena o mala? ¿Viven en ciudades amuralladas o sin protección, a campo abierto?

20 El terreno, ¿es fértil o estéril? ¿Abundan los árboles? Hagan todo lo posible por traer muestras de las cosechas que encuentren. (Era la temporada de la cosecha de las primeras uvas maduras).

21 Así que subieron y exploraron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, cerca de Lebo-hamat.

22 Yendo al norte, atravesaron el Neguev y llegaron a Hebrón donde vivían Ahimán, Sesai y Talmai, todos descendientes de Anac. (La antigua ciudad de Hebrón fue fundada siete años antes de la ciudad egipcia de Zoán).

23 Cuando llegaron al valle de Escol, cortaron una rama con un solo racimo de uvas, tan grande, ¡que tuvieron que transportarlo en un palo, entre dos! También llevaron muestras de granadas e higos.

24 A ese lugar se le llamó el valle de Escol (que significa racimo) por el racimo de uvas que los israelitas cortaron allí.

Informe de los espías

25 Después de explorar la tierra durante cuarenta días, los hombres regresaron

26 a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de Israel en Cades, en el desierto de Parán. Informaron a toda la comunidad lo que vieron y les mostraron los frutos que tomaron de la tierra.

27 Este fue el informe que dieron a Moisés: Entramos en la tierra a la cual nos enviaste a explorar y en verdad es un país sobreabundante, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Aquí está la clase de frutos que allí se producen.

28 Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac!

29 Los amalecitas viven en el Neguev y los hititas, los jebuseos y los amorreos viven en la zona montañosa. Los cananeos viven a lo largo de la costa del mar Mediterráneo[aw] y a lo largo del valle del Jordán.

30 Pero Caleb trató de calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés. —¡Vamos enseguida a tomar la tierra! —dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla!

31 Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo: —¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros!

32 Entonces comenzaron a divulgar entre los israelitas el siguiente mal informe sobre la tierra: La tierra que atravesamos y exploramos devorará a todo aquel que vaya a vivir allí. ¡Todos los habitantes que vimos son enormes!

33 Hasta había gigantes[ax], los descendientes de Anac. ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos!

14

El pueblo se rebela

1 Entonces toda la comunidad empezó a llorar a gritos y así continuó toda la noche.

2 Sus voces se elevaron en una gran protesta contra Moisés y Aarón: ¡Si tan sólo hubiéramos muerto en Egipto o incluso aquí en el desierto! —se quejaban—

3 ¿Por qué el SEÑOR nos está llevando a esta tierra sólo para que muramos en batalla? ¡A nuestras esposas y a nuestros hijos se llevarán como botín! ¿No sería mejor volvernos a Egipto?

4 Entonces conspiraron entre ellos: ¡Escojamos a un nuevo líder y regresemos a Egipto!

5 Entonces Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra ante toda la comunidad de Israel.

6 Dos de los hombres que exploraron la tierra, Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, se rasgaron la ropa

7 y dijeron a todo el pueblo de Israel: ¡La tierra que atravesamos y exploramos es maravillosa!

8 Si el SEÑOR se agrada de nosotros, él nos llevará a salvo a esa tierra y nos la entregará. Es una tierra fértil, donde fluyen la leche y la miel.

9 No se rebelen contra el SEÑOR y no teman al pueblo de esa tierra. ¡Para nosotros son como presa indefensa! ¡Ellos no tienen protección, pero el SEÑOR está con nosotros! ¡No les tengan miedo!

10 Sin embargo, toda la comunidad comenzó a decir que apedrearan a Josué y a Caleb. Entonces la gloriosa presencia del SEÑOR se apareció a todos los israelitas en el tabernáculo[ay].

11 Y el SEÑOR le dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Nunca me creerán, aun después de todas las señales milagrosas que hice entre ellos?

12 Negaré que son míos y los destruiré con una plaga. ¡Luego te convertiré en una nación grande y más poderosa que ellos!

Moisés intercede por el pueblo

13 Pero Moisés respondió: —¿Qué pensarán los egipcios cuando oigan acerca de esto? —le preguntó al SEÑOR—. Ellos saben muy bien cómo demostraste tu poder cuando rescataste a tu pueblo de Egipto.

14 Si ahora los destruyes, entonces los egipcios lo informarán a los habitantes de esta tierra, los cuales ya escucharon que vives en medio de tu pueblo. Ellos saben, SEÑOR, que te apareciste a tu pueblo cara a cara y que tu columna de nube se mantiene en el aire sobre ellos. Saben que de día vas delante de ellos en la columna de nube y por la noche en la columna de fuego.

15 Así que si ahora matas a todo el pueblo de un solo golpe, las naciones que han oído acerca de tu fama dirán:

16 «Como el SEÑOR no pudo llevarlos a la tierra que juró darles, los mató en el desierto».

17 Por favor Señor, demuestra que tu poder es tan grande como lo has declarado. Como lo has dicho:

18 «El SEÑOR es lento para enojarse y está lleno de amor inagotable y perdona toda clase de pecado y rebelión; pero no absuelve al culpable. Extiende los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia se ve afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación».

19 En conformidad con tu magnífico e inagotable amor, por favor, perdona los pecados de este pueblo, así como lo has perdonado desde que salió de Egipto.

20 Entonces el SEÑOR le dijo: —Los perdonaré como me lo pides.

21 Pero tan cierto como que yo vivo y tan cierto como que la tierra está llena de la gloria del SEÑOR,

22 ni uno solo de este pueblo entrará jamás en esa tierra. Todos vieron mi gloriosa presencia y las señales milagrosas que realicé, tanto en Egipto como en el desierto, pero vez tras vez me han probado, rehusando escuchar mi voz.

23 Ni siquiera verán la tierra que juré dar a sus antepasados. Ninguno de los que me trataron con desdén la verá.

24 Sin embargo, mi servidor Caleb tiene una actitud diferente a los demás. Él se ha mantenido fiel a mí, por lo tanto yo lo llevaré a la tierra que él exploró. Sus descendientes tomarán posesión de la porción de la tierra que les corresponde.

25 Ahora bien, den la vuelta y no sigan hacia la tierra donde habitan los amalecitas y los cananeos. Mañana deberán partir al desierto en dirección del mar Rojo[az].

El SEÑOR castiga a los israelitas

26 Entonces el SEÑOR les dijo a Moisés y Aarón:

27 ¿Hasta cuándo debo tolerar a esta perversa comunidad y sus quejas en mi contra? Sí, he oído las quejas que los israelitas tienen contra mí.

28 Ahora bien, díganles lo siguiente: tan cierto como que yo vivo, declara el SEÑOR, haré con ustedes precisamente lo que les oí decir.

29 ¡Todos caerán muertos en este desierto! Ya que se quejaron en contra de mí, cada uno de los registrados que tiene veinte años o más, morirá.

30 No entrarán a ocupar la tierra que yo juré darles, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.

31 Ustedes dijeron que sus niños serían llevados como botín. Pues bien, yo me ocuparé de que entren a salvo a esa tierra y que disfruten lo que ustedes despreciaron.

32 Pero en cuanto a ustedes, caerán muertos en este desierto.

33 Sus hijos serán como pastores que vagarán por el desierto durante cuarenta años y de esa manera, ellos pagarán por la infidelidad de ustedes, hasta que el último de ustedes caiga muerto en el desierto.

34 Puesto que sus hombres exploraron la tierra durante cuarenta días, ustedes andarán vagando en el desierto por cuarenta años —un año por cada día— y así sufrirán las consecuencias de sus pecados. Entonces sabrán lo que es tenerme como enemigo.

35 ¡Yo, el SEÑOR, he hablado! Sin falta, haré todas estas cosas a cada miembro de la comunidad que conspiró contra mí. ¡Serán destruidos en este desierto, y aquí morirán!

36 Entonces los diez hombres que Moisés envió a explorar la tierra —que por sus malos informes incitaron la rebelión contra el SEÑOR

37 fueron heridos de muerte por una plaga delante del SEÑOR.

38 De los doce que exploraron la tierra, sólo Josué y Caleb siguieron vivos.

39 Después, cuando Moisés comunicó las palabras del SEÑOR a todos los israelitas, se llenaron de profundo dolor.

40 Así que a la mañana siguiente se levantaron temprano y subieron a la parte alta de las colinas. ¡Vamos! —dijeron—. Reconocemos que hemos pecado, pero ahora estamos listos para entrar a la tierra que el SEÑOR nos prometió.

41 Pero Moisés les dijo: ¿Por qué desobedecen ahora las órdenes del SEÑOR de volver al desierto? No les dará resultado.

42 No suban ahora a la tierra. Lo único que sucederá es que sus enemigos los aplastarán porque el SEÑOR no está con ustedes.

43 Cuando enfrenten a los amalecitas y a los cananeos en batalla, serán masacrados. El SEÑOR los abandonará porque ustedes lo abandonaron a él.

44 Sin embargo, el pueblo avanzó con insolencia hacia la zona montañosa, aunque ni Moisés ni el arca del pacto del SEÑOR salieron del campamento.

45 Entonces los amalecitas y los cananeos que vivían en las montañas descendieron, los atacaron y los vencieron, haciéndolos huir hasta Horma.

15

Leyes acerca de las ofrendas

1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Da las siguiente instrucciones al pueblo de Israel: cuando finalmente se establezcan en la tierra que les doy,

3 presentarán ofrendas especiales como un aroma agradable al SEÑOR. Estas ofrendas se pueden presentar en varias formas: como ofrenda quemada, como sacrificio para cumplir un voto, como ofrenda voluntaria o como ofrenda en cualquiera de sus festivales anuales, y las pueden tomar del ganado o de sus rebaños de ovejas y cabras.

4 Cuando presenten estas ofrendas, también deben dar al SEÑOR una ofrenda de grano de dos kilos[ba] de harina selecta mezclada con un litro[bb] de aceite de oliva.

5 Por cada cordero presentado como ofrenda quemada o como sacrificio especial, deben también presentar un litro de vino como ofrenda líquida.

6 Si el sacrificio es un carnero, entreguen una ofrenda de grano de cuatro kilos[bc] de harina selecta mezclada con un litro y tercio[bd] de aceite de oliva,

7 y un litro y tercio de vino como ofrenda líquida. Será un aroma agradable al SEÑOR.

8 Cuando presenten un becerro como ofrenda quemada, como sacrificio para cumplir un voto o como ofrenda de paz al SEÑOR,

9 deben también dar una ofrenda de grano de seis kilos[be] de harina selecta mezclada con dos litros[bf] de aceite de oliva,

10 y dos litros de vino como ofrenda líquida. Esta será una ofrenda especial, un aroma agradable al SEÑOR.

11 Cada sacrificio, ya sea un toro, un carnero, un cordero o un cabrito, se preparará de la manera indicada.

12 Sigan estas instrucciones con cada ofrenda que presenten.

13 Todo israelita de nacimiento tiene que seguir estas instrucciones cuando presente una ofrenda especial como un aroma agradable al SEÑOR.

14 Si algún extranjero los visita o vive entre ustedes y quiere presentar una ofrenda especial como un aroma agradable al SEÑOR, tiene que seguir estos mismos procedimientos.

15 Los Israelitas de nacimiento y los extranjeros son iguales ante el SEÑOR y están sujetos a los mismos decretos. Esta es una ley perpetua para ustedes; tendrá que cumplirse de generación en generación.

16 Las mismas instrucciones y ordenanzas se aplicarán tanto a ustedes como a los extranjeros que vivan entre ustedes.

17 Además, el SEÑOR le dijo a Moisés:

18 Da las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: cuando lleguen a la tierra donde los llevo

19 y coman de los cultivos que crecen allí, separarán una parte de ellos como ofrenda sagrada al SEÑOR.

20 De la primera harina molida, presenten un pan y sepárenlo como ofrenda sagrada, como lo hacen con el primer grano del campo de trillar.

21 En todas las generaciones venideras, cada año, presentarán una ofrenda sagrada al SEÑOR de la primera harina molida.

22 Pero supongamos que ustedes, sin intención, no llevan a cabo todos estos mandatos que el SEÑOR les dio por medio de Moisés.

23 Y supongamos que en el futuro sus descendientes no hacen todo lo que el SEÑOR les ordenó por medio de Moisés.

24 Si el error se cometiera involuntariamente y la comunidad no se diera cuenta de ello, toda la comunidad presentará un becerro como ofrenda quemada, como un aroma agradable al SEÑOR. Esta ofrenda se ofrecerá juntamente con la ofrenda obligatoria de grano y la ofrenda líquida, y con un chivo como ofrenda por el pecado.

25 Con esta ofrenda, el sacerdote purificará a toda la comunidad de Israel; de esa manera los hará justos ante el SEÑOR[bg] y quedarán perdonados. Pues fue un pecado sin intención y lo corrigieron con sus ofrendas al SEÑOR: la ofrenda especial y la ofrenda por el pecado.

26 Toda la comunidad de Israel será perdonada, incluidos los extranjeros que vivan entre ustedes, porque todo el pueblo estaba involucrado en el pecado.

27 Si un individuo comete un pecado involuntariamente, la persona culpable llevará una cabra de un año como ofrenda por el pecado.

28 El sacerdote la sacrificará para purificar[bh] a la persona culpable ante el SEÑOR, y la persona será perdonada.

29 Estas mismas instrucciones se aplican tanto a los israelitas de nacimiento como a los extranjeros que viven entre ustedes.

30 Sin embargo, aquellos que descaradamente violen la voluntad del SEÑOR, sean israelitas de nacimiento o extranjeros, blasfeman contra el SEÑOR y deben ser excluidos de la comunidad.

31 Puesto que trataron la palabra del SEÑOR con desdén y desobedecieron su mandato de manera deliberada, deben ser completamente excluidos y sufrirán el castigo por su pecado.

Castigo por quebrantar el día de descanso

32 Cierto día, mientras el pueblo de Israel estaba en el desierto, descubrieron a un hombre que recogía madera durante el día de descanso.

33 Los que lo encontraron lo llevaron ante Moisés, Aarón y el resto de la comunidad.

34 Lo mantuvieron bajo vigilancia, pues no sabían qué hacer con él.

35 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: ¡El hombre debe ser ejecutado! Toda la comunidad lo apedreará fuera del campamento.

36 Así que la comunidad entera sacó al hombre del campamento y lo apedrearon a muerte, tal como el SEÑOR le había ordenado a Moisés.

Borlas en la ropa

37 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

38 Da las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: en todas las generaciones venideras harán borlas al borde de su ropa y las atarán con un cordón azul.

39 Cuando vean las borlas, recordarán y obedecerán todos los mandatos del SEÑOR, en lugar de seguir sus propios deseos y contaminarse, tal como es su tendencia.

40 Las borlas los ayudarán a recordar que deben obedecer todos mis mandatos y ser santos a su Dios.

41 Yo soy el SEÑOR su Dios que los sacó de la tierra de Egipto para ser su Dios. ¡Yo soy el SEÑOR su Dios!

16

Rebelión de Coré

1 Cierto día, Coré, hijo de Izhar, quien era descendiente de Coat, hijo de Leví, conspiró con Datán y Abiram, hijos de Eliab, junto con On, hijo de Pelet de la tribu de Rubén.

2 Ellos provocaron una rebelión contra Moisés junto con otros doscientos cincuenta jefes de la comunidad, quienes eran miembros prominentes de la asamblea.

3 Todos se unieron contra Moisés y Aarón y les dijeron: —¡Ustedes han ido demasiado lejos! El SEÑOR santificó a la comunidad entera de Israel y él está con todos nosotros. ¿Qué derecho tienen ustedes para actuar como si fueran superiores al resto del pueblo del SEÑOR?

4 Cuando Moisés oyó lo que decían, cayó rostro en tierra.

5 Entonces les dijo a Coré y a sus seguidores: —Mañana por la mañana el SEÑOR nos mostrará quién le pertenece a él[bi] y quién es santo. El SEÑOR permitirá la entrada a su presencia sólo a quienes él elija.

6 Coré, tú y tus seguidores preparen sus recipientes para quemar incienso.

7 Mañana enciendan fuego en ellos y quemen incienso ante el SEÑOR. Entonces veremos a quién elige el SEÑOR como su santo. ¡Ustedes, levitas, son los que han ido demasiado lejos!

8 Moisés le habló de nuevo a Coré: ¡Ahora escuchen, levitas!

9 ¿Les parece de poca importancia que el Dios de Israel los escogiera de entre toda la comunidad para estar cerca de él de manera que sirvan en el tabernáculo del SEÑOR y que estén delante de los israelitas para ministrarles?

10 Coré, él ya les dio este ministerio especial a ti y a tus hermanos levitas. ¿Ahora también reclaman el sacerdocio?

11 ¡En realidad es contra el SEÑOR que tú y tus seguidores se rebelan! Pues, ¿quién es Aarón para que se quejen de él?

12 Luego Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, los hijos de Eliab, pero ellos respondieron: ¡Rehusamos presentarnos ante ti!

13 ¿No te basta que nos sacaste de Egipto, una tierra donde fluyen la leche y la miel, para matarnos aquí en este desierto, y que además ahora nos trates como a tus súbditos?

14 Es más, no nos has llevado a una tierra donde fluyen la leche y la miel. Ni nos has dado una nueva patria con campos y viñedos. ¿Intentas engañar a estos hombres[bj]? ¡Nosotros no iremos!

15 Entonces Moisés se enojó mucho y le dijo al SEÑOR: ¡No aceptes sus ofrendas de grano! Yo no les he quitado ni siquiera un burro, ni jamás he lastimado a ninguno de ellos.

16 Y Moisés le dijo a Coré: Tú y tus seguidores deberán venir aquí mañana y presentarse ante el SEÑOR. Aarón también estará presente.

17 Tú y cada uno de tus doscientos cincuenta seguidores deberán preparar un incensario y ponerle incienso para que todos puedan presentarlos ante el SEÑOR. Aarón también llevará el suyo.

18 Así que cada hombre preparó un recipiente para quemar incienso, lo encendió y le puso incienso. Después se presentaron a la entrada del tabernáculo[bk] con Moisés y Aarón.

19 Mientras tanto, Coré había incitado a toda la comunidad contra Moisés y Aarón, y todos se reunieron a la entrada del tabernáculo. Entonces la gloriosa presencia del SEÑOR se apareció ante toda la comunidad.

20 Y el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:

21 —¡Aléjense de todas estas personas para que pueda destruirlas en el acto!

22 Pero Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra y rogaron: —¡Oh Dios, tú eres el Dios que da aliento a todas las criaturas! ¿Tienes que enojarte con todo el pueblo cuando sólo un hombre peca?

23 Y el SEÑOR le dijo a Moisés:

24 —Entonces dile a todo el pueblo que se aleje de las carpas de campaña de Coré, Datán y Abiram.

25 Así que Moisés se levantó y fue a toda prisa hasta las carpas de campaña de Datán y Abiram, seguido por los ancianos de Israel.

26 ¡Rápido! —le dijo a la gente—, aléjense de las carpas de estos hombres perversos y no toquen ninguna de sus pertenencias. De lo contrario, serán destruidos por el pecado de ellos.

27 Entonces todo el pueblo se alejó de las carpas de Coré, Datán y Abiram. Pero Datán y Abiram salieron y esperaron de pie a la entrada de sus carpas, junto con sus esposas, sus hijos y sus pequeños.

28 Y Moisés les dijo: Esta es la manera en que sabrán que el SEÑOR me ha enviado a realizar todas estas cosas, pues no las he hecho por mi propia cuenta.

29 Si estos hombres mueren de muerte natural o si nada fuera de lo común les sucede, entonces el SEÑOR no me ha enviado;

30 pero si el SEÑOR hace algo totalmente nuevo y la tierra abre su boca y se los traga con todas sus pertenencias y descienden vivos a la tumba[bl], entonces ustedes sabrán que estos hombres mostraron desprecio por el SEÑOR.

31 Apenas Moisés terminó de decir estas palabras, la tierra repentinamente se abrió debajo de ellos.

32 La tierra abrió la boca y se tragó a los hombres, junto con todos los de su casa y todos sus seguidores que estaban junto a ellos y todo lo que poseían.

33 Así que descendieron vivos a la tumba, junto con todas sus pertenencias. La tierra se cerró encima de ellos y desaparecieron de entre el pueblo de Israel;

34 y toda la gente que los rodeaba huyó cuando oyeron sus gritos. ¡La tierra nos tragará a nosotros también!, exclamaron.

35 Entonces un fuego ardiente salió del SEÑOR y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían incienso.

36 [bm] El SEÑOR le dijo a Moisés:

37 Dile a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que saque todos los incensarios del fuego, porque son santos. También dile que esparza los carbones encendidos.

38 Toma los incensarios de estos hombres que pecaron a costa de sus vidas, y de ese metal elabora láminas a martillo para recubrir el altar. Como estos incensarios se usaron en la presencia del SEÑOR, ya son santos. Que sirvan como advertencia al pueblo de Israel.

39 Así que Eleazar, el sacerdote, recuperó los doscientos cincuenta incensarios de bronce usados por los hombres que murieron en el fuego y de ellos elaboró una lámina a martillo para recubrir el altar.

40 Esta lámina serviría de advertencia a los israelitas para que nadie que no fuera autorizado —nadie que no fuera descendiente de Aarón— entrara jamás a la presencia del SEÑOR para quemar incienso. Si alguien lo hiciera, le sucedería lo mismo que a Coré y a sus seguidores. Entonces cumplieron las instrucciones que el SEÑOR le dio a Moisés.

41 Sin embargo, tan pronto como la mañana siguiente, toda la comunidad de Israel comenzó de nuevo a murmurar contra Moisés y Aarón diciendo: ¡Ustedes mataron al pueblo del SEÑOR!

42 Cuando la comunidad se congregaba para protestar contra Moisés y Aarón, la gente se dio vuelta hacia el tabernáculo y vio que la nube lo había cubierto y que había aparecido la gloriosa presencia del SEÑOR.

43 Entonces Moisés y Aarón fueron al frente del tabernáculo,

44 y el SEÑOR le dijo a Moisés:

45 ¡Aléjate de toda esta gente para que la destruya inmediatamente! Pero Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra.

46 Y Moisés le dijo a Aarón: Rápido, toma un recipiente para quemar incienso y ponle carbones encendidos del altar. Agrégale incienso y llévalo entre el pueblo para purificarlos y hacerlos justos ante el SEÑOR[bn]. El enojo del SEÑOR ya arde contra ellos y la plaga ha comenzado.

47 Entonces Aarón hizo como Moisés le dijo y corrió entre el pueblo. La plaga ya había comenzado a matar a la gente, pero Aarón quemó el incienso y purificó[bo] al pueblo.

48 Se puso entre los vivos y los muertos y se detuvo la plaga.

49 Aun así, 14.700 personas murieron por esa plaga, además de los que habían muerto por la rebelión de Coré.

50 Entonces, debido a que la plaga se detuvo, Aarón regresó donde estaba Moisés a la entrada del tabernáculo.

17

La vara de Aarón brota

1 [bp] Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Dile a los israelitas que te traigan doce varas de madera, una por cada jefe de las tribus de los antepasados de Israel, y escribe el nombre de cada jefe en su propia vara.

3 Escribe el nombre de Aarón sobre la vara de la tribu de Leví, pues debe haber una vara por cada jefe de tribu patriarcal.

4 Coloca las varas en el tabernáculo delante del arca que contiene las tablas del pacto[bq], donde me encuentro contigo.

5 Entonces, de la vara del hombre que yo elija saldrán brotes y finalmente pondré fin a las murmuraciones y a las quejas de este pueblo en contra de ustedes.

6 Así que Moisés dio las instrucciones al pueblo de Israel, y cada uno de los doce jefes de las tribus, incluido Aarón, llevó una vara a Moisés;

7 Entonces Moisés colocó las varas en la presencia del SEÑOR en el tabernáculo del pacto[br].

8 Al día siguiente, cuando Moisés entró en el tabernáculo del pacto, encontró que la vara de Aarón, que representaba a la tribu de Leví, ¡había retoñado, echado brotes, florecido y producido almendras maduras!

9 Después que Moisés sacó todas las varas de la presencia del SEÑOR, las mostró al pueblo y cada hombre tomó su propia vara.

10 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: Pon la vara de Aarón permanentemente delante del arca del pacto[bs] para que sirva de advertencia a los rebeldes. Esto deberá poner fin a las quejas contra mí y evitará más muertes.

11 Y Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó.

12 Entonces el pueblo de Israel le dijo a Moisés: ¡Estamos perdidos! ¡Moriremos! ¡Estamos arruinados!

13 Cualquiera que tan siquiera se acerque al tabernáculo del SEÑOR morirá. ¿Acaso estamos todos condenados a morir?

18

Deberes de los sacerdotes y de los levitas

1 Luego el SEÑOR le dijo a Aarón: Tú, tus hijos y tus parientes de la tribu de Leví serán los responsables de cualquier ofensa relacionada con el santuario; pero sólo tú y tus hijos serán los responsables de las faltas relacionadas con el sacerdocio.

2 Trae a tus parientes de la tribu de Leví —tu tribu patriarcal— para que te ayuden, a ti y a tus hijos, a realizar los deberes sagrados delante del tabernáculo del pacto[bt].

3 Sin embargo, cuando los levitas realicen los deberes asignados en el tabernáculo, deberán tener cuidado de no acercarse a los objetos sagrados ni al altar. Si lo hacen, tanto tú como ellos morirán.

4 Los levitas te ayudarán con el cumplimiento de sus responsabilidades del cuidado y el mantenimiento del tabernáculo[bu], pero no podrá ayudarte ninguna persona que no esté autorizada.

5 Ustedes realizarán los deberes sagrados dentro del santuario y en el altar. Si siguen estas instrucciones, el enojo del SEÑOR nunca jamás se encenderá contra el pueblo de Israel.

6 Yo mismo escogí a tus hermanos levitas de entre los israelitas para que sean tus ayudantes especiales. Ellos son un regalo para ti, dedicados al SEÑOR para servir en el tabernáculo;

7 pero tú y tus hijos, los sacerdotes, deben llevar a cabo, personalmente, todos los rituales sacerdotales relacionados con el altar y con todo lo que está detrás de la cortina interior. Yo te doy el sacerdocio como un privilegio de servicio. Cualquier persona que se acerque al santuario sin estar autorizada, será ejecutada.

Sustento para los sacerdotes y los levitas

8 El SEÑOR le dio más instrucciones a Aarón: Yo mismo te he puesto a cargo de todas las ofrendas sagradas que me trae el pueblo de Israel. A ti y a tus hijos les he dado todas estas ofrendas consagradas como su porción perpetua.

9 A ti te corresponde la porción de las ofrendas sumamente santas que no se quema en el fuego. Esta porción de todas las ofrendas sumamente santas —las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa— será sumamente santa y te pertenece a ti y a tus hijos.

10 La comerás como una ofrenda sumamente santa. Todo varón puede comer de ella y deben tratarla como sumamente santa.

11 También te pertenecen todas las ofrendas sagradas y las ofrendas especiales que los israelitas me presenten al levantarlas ante el altar. Yo te las he dado a ti y a tus hijos e hijas como tu porción perpetua. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estas ofrendas.

12 También te doy las ofrendas de la cosecha que el pueblo presenta al SEÑOR: lo mejor del aceite de oliva y del vino nuevo y del grano.

13 Todas las primeras cosechas de la tierra que el pueblo presente al SEÑOR te pertenecen. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estos alimentos.

14 Todo lo que en Israel haya sido consagrado especialmente para el SEÑOR[bv] también te pertenece.

15 Todo primer nacido, sea humano o animal, que se ofrece al SEÑOR, será tuyo; pero siempre tendrán que redimir a los primeros hijos varones y a las primeras crías de los animales ceremonialmente impuros.

16 Los rescatarán al mes de haber nacido. El precio de rescate es cinco piezas de plata[bw] (calculado según el peso del siclo del santuario, que equivale a veinte geras).

17 Sin embargo, no podrán redimir las primeras crías del ganado, de las ovejas o de las cabras. Éstas están consagradas y han sido apartadas para el SEÑOR: rocía su sangre en el altar y quema su grasa como ofrenda especial de aroma agradable al SEÑOR.

18 La carne de estos animales será tuya, así como el pecho y el muslo derecho que se presentan al levantarlos como una ofrenda especial ante el altar.

19 Así es, te doy todas estas ofrendas sagradas que el pueblo de Israel lleva al SEÑOR. Son para ti y tus hijos e hijas, para que las coman como su porción perpetua. Este es un pacto eterno e inquebrantable[bx] entre tú y el SEÑOR y también se aplica a tus descendientes.

20 El SEÑOR le dijo a Aarón: Ustedes, los sacerdotes, no recibirán ninguna asignación de tierra ni porción de terreno entre el pueblo de Israel. Yo soy tu porción y tu asignación.

21 En cuanto a la tribu de Leví, tus parientes, los recompensaré por su servicio en el tabernáculo. En lugar de una asignación de tierra, les daré los diezmos de toda la tierra de Israel.

22 De ahora en adelante, ningún israelita, con excepción de los sacerdotes o los levitas, podrá acercarse al tabernáculo. Si alguien se acerca, será declarado culpable y morirá.

23 Únicamente los levitas podrán servir en el tabernáculo y serán los responsables de toda ofensa cometida contra el tabernáculo. Esta es una ley perpetua para ustedes, y tendrá que cumplirse de generación en generación. Los levitas no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas,

24 porque yo les he dado los diezmos del pueblo de Israel, que han sido entregados como ofrendas sagradas al SEÑOR. Esta será la porción de los levitas. Por eso les he dicho que no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas.

25 El SEÑOR también le dijo a Moisés:

26 Da las siguientes instrucciones a los levitas: cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he asignado como su porción, entreguen una décima parte de ellos —un diezmo de los diezmos— al SEÑOR como ofrenda sagrada.

27 El SEÑOR contará esta ofrenda de ustedes como una ofrenda de cosecha, como si fuera el primer grano de su propio campo de trillar o el vino de su propio lagar.

28 La décima parte de los diezmos que reciben de los israelitas, tendrán que presentarla como ofrenda sagrada para el SEÑOR. Esta es la porción sagrada del SEÑOR y tienen que presentarla al sacerdote Aarón.

29 De todas las ofrendas recibidas, asegúrense de dar lo mejor al SEÑOR.

30 Da también las siguientes instrucciones a los levitas: cuando presenten la mejor parte como su ofrenda, esta será considerada como si viniera de su propio campo de trillar o de su lagar.

31 Levitas, ustedes y sus familias podrán comer este alimento donde quieran, porque constituye su recompensa por servir en el tabernáculo.

32 No serán considerados culpables por aceptar los diezmos ofrecidos al SEÑOR, si dan la mejor porción a los sacerdotes. Sin embargo, tengan cuidado de no considerar las ofrendas sagradas del pueblo de Israel como si fueran algo ordinario. Si lo hacen, morirán.

19

Agua para la purificación

1 El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:

2 Este es otro requisito legal ordenado por el SEÑOR: díganle al pueblo de Israel que traigan una novilla de color rojizo, un animal perfecto sin defectos y al que nunca se le haya colocado un yugo para el arado.

3 Entréguenla al sacerdote Eleazar, para que sea llevada fuera del campamento y matada en su presencia.

4 Entonces Eleazar tomará con el dedo un poco de la sangre y la rociará siete veces hacia el frente del tabernáculo[by].

5 La novilla se quemará por completo —la piel, la carne, la sangre y el estiércol— en presencia de Eleazar.

6 Después, el sacerdote Eleazar tomará un palo de cedro[bz], una rama de hisopo y un poco de hilado de color escarlata y los arrojará en el fuego donde se quema la novilla.

7 Luego el sacerdote lavará su ropa y se bañará en agua. Después podrá volver al campamento, aunque permanecerá ceremonialmente impuro hasta el anochecer.

8 El hombre que queme el animal también lavará su ropa y se bañará en agua, y también permanecerá impuro hasta el anochecer.

9 Luego, alguien que esté ceremonialmente puro recogerá las cenizas de la novilla y las depositará fuera del campamento en un lugar ceremonialmente puro. Las conservarán allí para que la comunidad de Israel las use en el agua para la ceremonia de purificación. Esta ceremonia se realiza para quitar los pecados.

10 El hombre que recoja las cenizas de la novilla también lavará su ropa y quedará ceremonialmente impuro hasta el anochecer. Esta será una ley perpetua para los israelitas y para todo extranjero que viva entre ellos.

11 El que toque el cadáver de un ser humano quedará ceremonialmente impuro durante siete días.

12 Esta persona debe purificarse el tercer y el séptimo día con el agua de la purificación; entonces quedará purificada; pero si no lo hace el tercer y el séptimo día, quedará impura aun después del séptimo día.

13 El que toque un cadáver y no se purifique de la debida manera contamina el tabernáculo del SEÑOR y será excluido de la comunidad de Israel. Ya que no se roció con el agua de la purificación, su contaminación continúa.

14 La siguiente ley ritual se aplicará cuando alguien muera dentro de una carpa: todos los que entren en esa carpa y los que se encontraban en ella cuando la muerte ocurrió quedarán ceremonialmente impuros durante siete días.

15 Todo recipiente abierto en la carpa que no estaba cerrado con tapa también estará contaminado.

16 Y si alguien en el campo abierto toca el cadáver de alguien que mataron a espada o que murió de muerte natural, o si alguien toca un hueso de ser humano o una tumba, esa persona quedará contaminada durante siete días.

17 Para quitar la contaminación, pongan en un frasco parte de las cenizas de la ofrenda quemada de la purificación y echen agua fresca sobre ellas.

18 Después, alguien ceremonialmente puro tomará una rama de hisopo y la mojará en el agua. Esa persona debe rociar el agua sobre la carpa, sobre todos los muebles de la carpa y sobre las personas que estaban en ella; también sobre la persona que tocó un hueso humano o tocó a una persona que mataron o que murió de muerte natural o tocó una tumba.

19 La persona ceremonialmente pura rociará el agua sobre los que quedaron contaminados el tercer y el séptimo día. Después, el séptimo día, las personas en proceso de purificación deben lavar sus ropas y bañarse. Entonces esa noche quedarán limpios de su contaminación.

20 Pero los que se contaminen y no se purifiquen serán excluidos de la comunidad, porque han contaminado el santuario del SEÑOR. Ya que el agua de la purificación no se ha rociado sobre ellos, quedarán contaminados.

21 Esta será una ley perpetua para el pueblo. Aquellos que rocíen el agua de la purificación deben lavar sus ropas después de hacerlo, y todo el que toque el agua usada para la purificación quedará contaminado hasta el anochecer.

22 Toda cosa o toda persona que toque a alguien contaminado, quedará ceremonialmente impura hasta el anochecer.

20

Moisés golpea la roca

1 El primer mes del año[ca], toda la comunidad de Israel llegó al desierto de Zin y acampó en Cades. Mientras estaban allí, Miriam murió y la enterraron.

2 Ya que en ese lugar no había agua para que el pueblo bebiera, la gente se rebeló contra Moisés y Aarón.

3 El pueblo culpó a Moisés y dijo: ¡Si tan sólo hubiéramos muerto con nuestros hermanos delante del SEÑOR!

4 ¿Por qué trajiste a la congregación del pueblo del SEÑOR a este desierto para morir, junto con todos nuestros animales?

5 ¿Por qué nos obligaste a salir de Egipto y nos trajiste a este terrible lugar? ¡Esta tierra no tiene grano ni higos ni uvas ni granadas ni agua para beber!

6 Entonces Moisés y Aarón se apartaron del pueblo y fueron a la entrada del tabernáculo[cb], donde cayeron rostro en tierra. Allí la presencia gloriosa del SEÑOR se les apareció,

7 y el SEÑOR le dijo a Moisés:

8 Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales.

9 Así que Moisés hizo lo que se le dijo. Tomó la vara del lugar donde se guardaba en la presencia del SEÑOR.

10 Luego él y Aarón mandaron a llamar al pueblo a reunirse frente a la roca. ¡Escuchen, ustedes rebeldes! —gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?

11 Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.

12 Sin embargo, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: ¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!

13 Por eso este lugar se conoce como las aguas de Meriba (que significa pelea) porque allí el pueblo de Israel peleó con el SEÑOR y allí él demostró su santidad entre ellos.

Edom le niega el paso a Israel

14 Mientras Moisés estaba en Cades, envió embajadores al rey de Edom con el siguiente mensaje: Esto es lo que dicen tus parientes, los israelitas: tú sabes todas las dificultades por las que hemos pasado.

15 Nuestros antepasados bajaron a Egipto y allí vivimos un largo tiempo. Los egipcios nos maltrataron brutalmente, tanto a nosotros como a nuestros antepasados;

16 pero cuando clamamos al SEÑOR, él nos oyó y envió a un ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos acampando en Cades, la ciudad en la frontera de tu territorio.

17 Por favor, permítenos atravesar tu territorio. Tendremos cuidado de no pasar por tus campos y viñedos, ni siquiera beberemos el agua de tus pozos. Seguiremos derecho por el camino real, sin desviarnos hasta que hayamos atravesado tu territorio.

18 Sin embargo, el rey de Edom dijo: ¡Quédense fuera de mi territorio o saldré a su encuentro con mi ejército!

19 Entonces los israelitas le contestaron: Nos mantendremos en el camino principal. Si nuestros animales beben de tu agua, te la pagaremos. Sólo permítenos atravesar tu territorio; es todo lo que pedimos.

20 Aun así, el rey de Edom respondió: ¡Quédense fuera! Ustedes no pueden pasar por nuestra tierra. Dicho esto movilizó su ejército y salió contra ellos con una fuerza imponente.

21 Y como Edom no le permitió a los israelitas atravesar su país, se vieron obligados a regresar.

Muerte de Aarón

22 Toda la comunidad israelita partió de Cades y llegó al monte Hor.

23 Allí, en la frontera de la tierra de Edom, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:

24 Ha llegado el momento en que Aarón se reúna con sus antepasados al morir. Él no entrará a la tierra que le daré al pueblo de Israel, porque ustedes dos se rebelaron contra mis instrucciones con respecto al agua en Meriba.

25 Lleva a Aarón y a su hijo Eleazar y suban al monte Hor.

26 Ahí le quitarás las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las pondrás a su hijo Eleazar. Aarón morirá allí y se reunirá con sus antepasados.

27 Así que Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó. Los tres subieron juntos al monte Hor, mientras toda la comunidad observaba.

28 En la cumbre, Moisés le quitó las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las puso a Eleazar, hijo de Aarón. Entonces Aarón murió en la cima de la montaña y Moisés y Eleazar descendieron.

29 Cuando el pueblo se dio cuenta de que Aarón había muerto, todo Israel lo lloró por treinta días.

21

Victoria sobre los cananeos

1 El rey cananeo de Arad que vivía en el Neguev oyó que los israelitas se acercaban por el camino que atraviesa Atarim. Así que atacó a los israelitas y tomó a algunos como prisioneros.

2 Entonces Israel hizo un voto al SEÑOR: Si entregas a este pueblo en nuestras manos, destruiremos[cc] por completo todas sus ciudades.

3 El SEÑOR oyó la petición de los israelitas y les dio la victoria sobre los cananeos. Así que los israelitas los destruyeron por completo junto con sus ciudades y desde entonces ese lugar se conoce como Horma[cd].

La serpiente de bronce

4 Luego el pueblo de Israel salió del monte Hor y tomó el camino hacia el mar Rojo[ce] para bordear la tierra de Edom; pero el pueblo se impacientó con tan larga jornada

5 y comenzó a hablar contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos sacaron de Egipto para morir aquí en el desierto? —se quejaron—. Aquí no hay nada para comer ni agua para beber. ¡Además, detestamos este horrible maná!

6 Entonces el SEÑOR envió serpientes venenosas entre el pueblo y muchos fueron mordidos y murieron.

7 Así que el pueblo acudió a Moisés y clamó: Hemos pecado al hablar contra el SEÑOR y contra ti. Pide al SEÑOR que quite las serpientes. Así pues, Moisés oró por el pueblo.

8 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: Haz la figura de una serpiente venenosa y átala a un poste. Todos los que sean mordidos vivirán tan sólo con mirar la serpiente.

9 Así que Moisés hizo una serpiente de bronce y la ató a un poste. ¡Entonces los que eran mordidos por una serpiente miraban la serpiente de bronce y sanaban!

Viaje de Israel a Moab

10 Después, los israelitas viajaron a Obot y acamparon allí.

11 Luego siguieron a Ije-abarim, en el desierto situado en la frontera oriental de Moab.

12 De allí viajaron al valle del arroyo Zered y armaron el campamento.

13 Después partieron y acamparon en el otro lado del río Arnón, en el desierto junto al territorio amorreo. El río Arnón forma la frontera que divide a los moabitas de los amorreos.

14 Por esta razón El libro de las guerras del SEÑOR habla de la ciudad de Vaheb en la región de Sufa, de los barrancos del río Arnón,

15 y de los barrancos que se extienden hasta los asentamientos de Ar en la frontera de Moab.

16 De allí los israelitas viajaron a Beer[cf], el pozo donde el SEÑOR le dijo a Moisés: Reúne al pueblo y yo les daré agua.

17 Allí los israelitas entonaron el siguiente canto: ¡Brota, oh pozo! ¡Sí, canten sus alabanzas!

18 Canten de este pozo, que príncipes excavaron, que grandes líderes abrieron con sus cetros y varas. Luego los israelitas salieron del desierto y pasaron por Mataná,

19 Nahaliel y Bamot.

20 Después fueron al valle en Moab donde está la cima del monte Pisga, con vista a la tierra baldía[cg].

Victoria sobre Sehón y Og

21 Después los israelitas enviaron embajadores a Sehón, rey de los amorreos, con el siguiente mensaje:

22 Permítenos atravesar tu territorio. Tendremos cuidado de no pasar por tus campos y viñedos, ni siquiera beberemos agua de tus pozos. Seguiremos derecho por el camino real hasta que hayamos atravesado tu territorio.

23 Sin embargo, el rey Sehón rehusó permitirles atravesar su territorio. En cambio, movilizó a todo su ejército y atacó a Israel en el desierto y peleó con ellos en Jahaza.

24 Así que los israelitas los masacraron a filo de espada y ocuparon su tierra, desde el río Arnón hasta el río Jaboc. Avanzaron sólo hasta los límites de los amonitas porque su frontera estaba fortificada[ch].

25 De manera que Israel tomó todas las ciudades amorreas y se estableció en ellas, incluida la ciudad de Hesbón y sus aldeas vecinas.

26 Hesbón había sido la capital de Sehón, rey de los amorreos. Él había derrotado al rey moabita anterior y se había apoderado de toda su tierra hasta el río Arnón.

27 Por eso los poetas antiguos escribieron lo siguiente sobre él: ¡Vengan a Hesbón y que sea reconstruida! Que la ciudad de Sehón sea restaurada.

28 Un fuego ardiente salió de Hesbón, un incendio de la ciudad de Sehón. Quemó la ciudad de Ar en Moab; destruyó a los gobernantes de las alturas de Arnón.

29 ¡Qué aflicción te espera, oh pueblo de Moab! ¡Están acabados, oh adoradores de Quemos! Quemos dejó a sus hijos como refugiados, a sus hijas como cautivas de Sehón, el rey amorreo.

30 Los hemos destruido por completo, desde Hesbón hasta Dibón. Los hemos exterminado por completo, hasta lugares tan lejanos como Nofa y Medeba[ci].

31 Así pues, el pueblo de Israel ocupó el territorio de los amorreos.

32 Después que Moisés envió a hombres a explorar la región de Jazer, tomaron todas las ciudades de la región y expulsaron a los amorreos que vivían allí.

33 Luego volvieron y se marcharon por el camino que se dirige a Basán, pero Og, rey de Basán, los atacó con todo su pueblo en Edrei.

34 El SEÑOR le dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque yo te lo he entregado junto con toda su gente y su tierra. Haz con él lo mismo que hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que gobernó en Hesbón.

35 Así que Israel mató al rey Og, a sus hijos y a todos sus súbditos; no quedó nadie con vida. Entonces Israel ocupó su territorio.

22

Balac envía por Balaam

1 Luego el pueblo de Israel viajó a las llanuras de Moab y acampó al oriente del río Jordán, frente a Jericó.

2 Balac, hijo de Zipor, el rey moabita, había visto todo lo que los israelitas hicieron a los amorreos.

3 Entonces cuando el pueblo de Moab vio que los israelitas eran muchos, se aterró.

4 El rey de Moab dijo a los ancianos de Madián: ¡Esta muchedumbre devorará todo lo que esté a la vista, como un buey devora el pasto en el campo! Entonces Balac, rey de Moab,

5 envió mensajeros para llamar a Balaam, hijo de Beor, que vivía en Petor[cj], su tierra natal, cerca del río Éufrates[ck]. Su mensaje decía: Mira, una inmensa multitud que cubre la faz de la tierra ha llegado de Egipto y me amenaza.

6 Ven, por favor, maldíceme a este pueblo, porque es demasiado poderoso para mí. De esa manera quizás yo pueda conquistarlos y expulsarlos de la tierra. Yo sé que sobre el pueblo que tú bendices, caen bendiciones y al pueblo que tú maldices, caen maldiciones.

7 Entonces los mensajeros de Balac y los ancianos de Moab y de Madián, partieron con el dinero para pagarle a Balaam a fin de que maldijera a Israel[cl]. Llegaron donde estaba Balaam y le transmitieron el mensaje de Balac.

8 Quédense aquí esta noche —dijo Balaam—, y en la mañana les diré lo que me indique el SEÑOR. Así que los funcionarios de Moab se quedaron con Balaam.

9 Esa noche Dios vino a Balaam y le preguntó: —¿Quiénes son estos hombres que te visitan?

10 Balaam le dijo a Dios: —Balac, hijo de Zipor, rey de Moab, me envió este mensaje:

11 «Mira, una inmensa multitud que cubre la faz de la tierra ha llegado de Egipto. Ven y maldíceme a este pueblo. De esa manera quizás podré hacerles frente y expulsarlos de esta tierra».

12 Pero Dios le dijo a Balaam: —No vayas con ellos ni maldigas a este pueblo, ¡porque es bendito!

13 A la mañana siguiente, Balaam se levantó y les dijo a los funcionarios de Balac: ¡Regresen a casa! El SEÑOR no me dejará ir con ustedes.

14 Entonces los oficiales moabitas regresaron al rey Balac y le informaron: Balaam se negó a venir con nosotros.

15 Así que Balac intentó de nuevo. Esta vez envió a un mayor número de funcionarios, aún más distinguidos que los que envió la primera vez.

16 Llegaron donde estaba Balaam y le transmitieron el siguiente mensaje: Esto dice Balac, hijo de Zipor: «Por favor, no permitas que nada te impida venir a ayudarme.

17 Te pagaré muy bien y haré todo lo que me pidas. ¡Solamente ven y maldíceme a este pueblo!».

18 Entonces Balaam les respondió a los mensajeros de Balac: Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del SEÑOR mi Dios.

19 Pero quédense aquí una noche más y veré si el SEÑOR tiene algo más que decirme.

20 Esa noche Dios vino a Balaam y le dijo: Ya que estos hombres vinieron por ti, levántate y ve con ellos, pero sólo haz lo que yo te indique.

Balaam y su burra

21 A la mañana siguiente Balaam se levantó, ensilló su burra y salió con los funcionarios moabitas;

22 pero Dios se enojó porque Balaam iba con ellos. Así que envió al ángel del SEÑOR a pararse en medio del camino para impedirle el paso. Mientras Balaam y dos de sus sirvientes iban montando,

23 la burra de Balaam vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino, con una espada desenvainada en su mano. La burra se apartó del camino y se desbocó hacia un campo, pero Balaam la golpeó y la obligó a regresar al camino.

24 Entonces el ángel del SEÑOR se detuvo en un lugar donde el camino se hacía estrecho entre las paredes de dos viñedos.

25 Cuando la burra vio al ángel del SEÑOR, trató de pasar pero aplastó el pie de Balaam contra la pared. Así que Balaam la golpeó de nuevo.

26 Entonces el ángel del SEÑOR se adelantó y se plantó en un lugar tan estrecho que la burra no podía pasar del todo.

27 Esta vez cuando la burra vio al ángel, se echó al suelo con Balaam encima. Entonces Balaam, furioso, volvió a golpear al animal con su vara.

28 Así que el SEÑOR le dio a la burra la capacidad de hablar. —¿Qué te he hecho para merecer que me pegues tres veces? —le preguntó a Balaam.

29 —¡Me has dejado en ridículo! —gritó Balaam—. ¡Si tuviera una espada, te mataría!

30 —Pero yo soy la misma burra que has montado toda tu vida —le contestó la burra—. ¿Alguna vez te he hecho algo así? —No —admitió Balaam.

31 Entonces el SEÑOR abrió los ojos de Balaam y vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino con una espada desenvainada en su mano. Balaam se inclinó y cayó rostro en tierra ante él.

32 —¿Por qué le pegaste a tu burra tres veces? —le preguntó el ángel del SEÑOR—. Mira, he venido a impedirte el paso porque con terquedad te me opones.

33 Tres veces la burra me vio y se apartó del camino; si no, te aseguro que te habría matado a ti y habría dejado a la burra con vida.

34 Entonces Balaam le confesó al ángel del SEÑOR: —He pecado. No comprendí que tú estabas parado en el camino para impedirme el paso. Volveré a casa si te opones a mi viaje.

35 Pero el ángel del SEÑOR le dijo a Balaam: —Ve con estos hombres, pero habla sólo lo que yo te diga. Así que Balaam siguió con los funcionarios de Balac.

36 Cuando el rey Balac supo que Balaam estaba en camino, salió a su encuentro a una ciudad moabita, situada en el río Arnón, en la frontera más distante de su tierra.

37 —¿No era urgente la invitación que te envié? ¿Por qué no viniste enseguida? —le preguntó Balac a Balaam—. ¿No me creíste cuando te dije que te honraré con una generosa recompensa?

38 —Mira —contestó Balaam—, ya he venido pero no está en mis manos decir lo que yo quiera. Hablaré únicamente el mensaje que Dios ponga en mi boca.

39 Luego Balaam acompañó a Balac a Quiriat-huzot.

40 Allí el rey sacrificó ganado y ovejas, y envió porciones de la carne a Balaam y a los oficiales que estaban con él.

41 A la mañana siguiente Balac subió con Balaam a un lugar llamado Bamot-baal y desde allí se podía ver parte del pueblo de Israel.

23

Balaam bendice a Israel

1 Entonces Balaam le dijo al rey Balac: Constrúyeme aquí siete altares y prepara siete becerros y siete carneros para que los sacrifique.

2 Balac siguió sus instrucciones y los dos sacrificaron un becerro y un carnero en cada altar.

3 Entonces Balaam le dijo a Balac: Quédate aquí con tus ofrendas quemadas y yo iré a ver si el SEÑOR me responde. Entonces te diré lo que él me revele. Así que Balaam fue solo a la cima de una colina sin vegetación

4 y allí se reunió Dios con él. Balaam le dijo: —Preparé siete altares y sacrifiqué un becerro y un carnero en cada altar.

5 El SEÑOR le dio a Balaam un mensaje para el rey Balac y después le dijo: —Regresa donde está Balac y dale mi mensaje.

6 Así que Balaam volvió y encontró al rey de pie, al lado de sus ofrendas quemadas, con todos los funcionarios de Moab.

7 Este es el mensaje que Balaam transmitió: Balac me mandó a llamar desde Aram; el rey de Moab me trajo de las colinas del oriente. «¡Ven —me dijo—, maldíceme a Jacob! Ven y anuncia la ruina de Israel».

8 Pero ¿cómo puedo maldecir a quienes Dios no ha maldecido? ¿Cómo puedo condenar a quienes el SEÑOR no ha condenado?

9 Desde las cimas del precipicio los veo; los miro desde las colinas. Veo a un pueblo que vive aislado, apartado de las otras naciones.

10 ¿Quién puede contar a los descendientes de Jacob, tan numerosos como el polvo? ¿Quién puede contar siquiera a una cuarta parte del pueblo de Israel? Permíteme morir como los justos; deja que mi vida acabe como la de ellos.

11 Entonces el rey Balac le reclamó a Balaam: —¿Qué me has hecho? Te traje para maldecir a mis enemigos. ¡En cambio, los has bendecido!

12 Pero Balaam respondió: —Yo hablaré sólo el mensaje que el SEÑOR ponga en mi boca.

Segundo mensaje de Balaam

13 Entonces el rey Balac le dijo: —Ven conmigo a otro lugar. Allí verás otra parte de la nación de Israel, aunque no a todos. ¡Maldice por lo menos a esa parte!

14 Así que Balac llevó a Balaam a la meseta de Zofim en la cima del monte Pisga. Allí construyó siete altares y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

15 Entonces Balaam le dijo al rey: —Quédate aquí con tus ofrendas quemadas mientras yo voy allá a encontrarme con el SEÑOR.

16 Entonces el SEÑOR se reunió con Balaam y le dio un mensaje. Le dijo: Regresa con Balac y dale mi mensaje.

17 Balaam volvió y encontró al rey de pie junto a sus ofrendas quemadas, con todos los funcionarios de Moab. —¿Qué dijo el SEÑOR? —preguntó Balac ansiosamente.

18 Este es el mensaje que Balaam transmitió: ¡Levántate, Balac, y escucha! Óyeme, hijo de Zipor.

19 Dios no es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir?

20 Escucha, yo recibí la orden de bendecir; ¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo!

21 Ninguna desgracia está en su plan para Jacob; ningún problema espera a Israel. Pues el SEÑOR su Dios está con ellos; él ha sido proclamado su rey.

22 Dios los sacó de Egipto; para ellos, él es tan fuerte como un buey salvaje.

23 Ninguna maldición puede tocar a Jacob; ninguna magia ejerce poder alguno contra Israel. Pues ahora se dirá de Jacob: «¡Qué maravillas ha hecho Dios por Israel!».

24 Este pueblo se levanta como una leona, como un majestuoso león que se despierta. Ellos se niegan a descansar hasta que hayan devorado su presa, ¡y beben la sangre de los que han matado!

25 Entonces Balac le dijo a Balaam: —Está bien si no los maldices, ¡pero al menos no los bendigas!

26 Así que Balaam le respondió a Balac: —¿No te dije que sólo podía hacer lo que el SEÑOR me indicara?

Tercer mensaje de Balaam

27 Entonces el rey Balac le dijo a Balaam: —Ven, te llevaré a un lugar más. Quizá esto agrade a Dios y te permita maldecirlos desde allí.

28 Así que Balac llevó a Balaam a la cima del monte Peor, con vista a la tierra baldía[cm].

29 Allí Balaam le dijo de nuevo a Balac: —Constrúyeme siete altares y prepara siete becerros y siete carneros para que yo los sacrifique.

30 Entonces Balac hizo lo que Balaam le pidió y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

24

1 Finalmente Balaam comprendió que el SEÑOR estaba decidido a bendecir a Israel, así que no recurrió a la adivinación como antes. En cambio se dio vuelta y miró hacia el desierto

2 donde vio al pueblo de Israel acampado por tribus. Entonces el Espíritu de Dios vino sobre él

3 y le dio el siguiente mensaje: Este es el mensaje de Balaam, hijo de Beor, el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,

4 el mensaje del que oye las palabras de Dios, del que ve una visión que proviene del Todopoderoso, y se inclina con los ojos abiertos:

5 ¡Qué hermosas son tus carpas, oh Jacob; qué bellos son tus hogares, oh Israel!

6 Se extienden ante mí como arboledas de palmeras[cn], como jardines por la ribera. Son como altos árboles plantados por el SEÑOR, como cedros junto a las aguas.

7 Agua fluirá de sus cántaros; su descendencia tendrá toda la que necesite. Su rey será más grande que Agag; su reino será exaltado.

8 Dios los sacó de Egipto; para ellos él es tan fuerte como un buey salvaje. Él devora a las naciones que se le oponen, quiebra sus huesos en pedazos y las atraviesa con flechas.

9 Como un león, Israel se agazapa y se tiende; como a una leona, ¿quién se atreve a despertarla? Bendito todo el que te bendice, oh Israel, y maldito todo el que te maldice.

10 Entonces el rey Balac se enfureció contra Balaam y en señal de enojo palmeó las manos y gritó: —¡Yo te llamé para maldecir a mis enemigos! En cambio, los has bendecido tres veces.

11 ¡Fuera de aquí ahora mismo! ¡Vuelve a tu casa! Te prometí una generosa recompensa, pero el SEÑOR te ha impedido que la recibieras.

12 Balaam le dijo a Balac: —¿No recuerdas lo que expliqué a tus mensajeros? Dije:

13 «Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del SEÑOR». ¡Te advertí que únicamente podría decir lo que el SEÑOR me dijera!

14 Ahora me regreso a mi propia gente, pero primero, déjame decirte lo que los israelitas harán a tu pueblo en el futuro.

Últimos mensajes de Balaam

15 Balaam dio el siguiente mensaje: Este es el mensaje de Balaam, el hijo de Beor, el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,

16 el mensaje del que oye las palabras de Dios, del que tiene conocimiento dado por el Altísimo, del que ve una visión que proviene del Todopoderoso, y se inclina con los ojos abiertos:

17 Lo veo a él, pero no aquí ni ahora. Lo percibo, pero lejos, en un futuro distante. Una estrella se levantará de Jacob; un cetro surgirá de Israel. Aplastará la frente del pueblo de Moab, y partirá el cráneo de la gente de Set.

18 Tomará posesión de Edom y a Seir, su enemigo, lo conquistará, mientras Israel marcha adelante en triunfo.

19 Un gobernante se levantará en Jacob que destruirá a los sobrevivientes de Ar.

20 Luego Balaam miró hacia el pueblo de Amalec y dio este mensaje: Amalec fue la más importante de las naciones, ¡pero su destino es la destrucción!

21 Después miró hacia los ceneos y transmitió el siguiente mensaje: Su casa está segura; su nido está entre las rocas.

22 Pero los ceneos serán destruidos cuando Asiria[co] los lleve cautivos.

23 Balaam concluyó sus mensajes con estas palabras: ¡Ay!, ¿quién puede sobrevivir a menos que Dios lo disponga?

24 Naves vendrán de las costas de Chipre[cp]; y oprimirán a Asiria y afligirán a Heber, pero ellos también serán destruidos por completo.

25 Entonces Balaam y Balac regresaron cada uno a su casa.

25

Moab seduce a Israel

1 Mientras los israelitas acampaban en la arboleda de Acacias[cq], algunos hombres se contaminaron al tener[cr] relaciones sexuales con las mujeres moabitas del lugar.

2 Estas mujeres los invitaron a los sacrificios a sus dioses, así que los israelitas festejaron con ellas y rindieron culto a los dioses de Moab.

3 De ese modo Israel se unió al culto a Baal de Peor, lo cual encendió el enojo del SEÑOR contra su pueblo.

4 Entonces el SEÑOR le dictó a Moisés la siguiente orden: Detén a todos los cabecillas y ejecútalos delante del SEÑOR, a plena luz del día, para que su ira feroz se aleje del pueblo de Israel.

5 Así que Moisés les ordenó a los jueces de Israel: Cada uno de ustedes debe quitarle la vida a los hombres bajo su autoridad que se han unido a rendir culto a Baal de Peor.

6 En ese momento, mientras todos lloraban a la entrada del tabernáculo[cs], un israelita llevó a una madianita a su carpa ante los ojos de Moisés y de todo el pueblo.

7 Cuando Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, los vio, se levantó de un salto y salió de la asamblea. Fue y tomó una lanza

8 y corrió detrás del hombre hasta su carpa. Con la lanza, Finees atravesó el cuerpo del hombre y perforó hasta el estómago de la mujer. Entonces se detuvo la plaga contra los israelitas,

9 pero ya habían muerto veinticuatro mil personas.

10 Así que el SEÑOR le dijo a Moisés:

11 Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, alejó mi enojo de los israelitas porque demostró entre ellos el mismo celo que yo. Así que dejé de destruir a todo Israel, como pensaba hacerlo a causa del enojo de mi celo.

12 Ahora dile que establezco con él mi especial pacto de paz,

13 por medio del cual doy a él y a sus descendientes el derecho perpetuo al sacerdocio. Pues en su celo por mí, su Dios, purificó al pueblo de Israel, y los hizo justos ante mí[ct].

14 El israelita que murió con la madianita se llamaba Zimri, hijo de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón.

15 La mujer se llamaba Cozbi, hija de Zur, jefe de un clan madianita.

16 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

17 Ataca a los madianitas y destrúyelos,

18 porque los agredieron con artimañas y los engañaron para que rindieran culto a Baal de Peor, y también por causa de Cozbi, hija de un jefe madianita, que murió durante la plaga debido a lo que ocurrió en Peor.

26

Segundo registro de las tropas de Israel

1 Una vez que pasó la plaga, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón:

2 Registren por familias los nombres de los guerreros de toda la comunidad israelita. Anoten en una lista a todos los hombres de veinte años o más y que sean aptos para la guerra.

3 Así que, allí en las llanuras de Moab, junto al río Jordán, frente a Jericó, Moisés y el sacerdote Eleazar dieron las siguientes instrucciones a los jefes de Israel:

4 Anoten en una lista a todos los hombres de Israel de veinte años o más, así como el SEÑOR le ordenó a Moisés. Este es el registro de todos los descendientes de Israel que salieron de Egipto.

Tribu de Rubén

5 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Rubén, el hijo mayor de Jacob[cu]: el clan enoquita, nombrado así por su antepasado Enoc, el clan faluita, nombrado así por su antepasado Falú,

6 el clan hezronita, nombrado así por su antepasado Hezrón, el clan carmita, nombrado así por su antepasado Carmi.

7 Esos eran los clanes de Rubén. Sus tropas registradas sumaron 43.730 hombres.

8 Falú fue el antepasado de Eliab,

9 y Eliab fue el padre de Nemuel, Datán y Abiram. Datán y Abiram, son los mismos jefes de la comunidad que conspiraron contra Moisés y Aarón, junto con Coré, cuando se rebelaron contra el SEÑOR.

10 Pero la tierra abrió su boca y se los tragó juntamente con Coré, y el fuego devoró a doscientos cincuenta de sus seguidores. Esto sirvió de advertencia a la nación entera de Israel.

11 Sin embargo, los hijos de Coré no murieron ese día.

Tribu de Simeón

12 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Simeón: el clan jemuelita, nombrado así por su antepasado Jemuel[cv], el clan jaminita, nombrado así por su antepasado Jamín, el clan jaquinita, nombrado así por su antepasado Jaquín,

13 el clan zojarita, nombrado así por su antepasado Zohar[cw], el clan saulita, nombrado así por su antepasado Saúl.

14 Esos eran los clanes de Simeón. Sus tropas registradas sumaron 22.200 hombres.

Tribu de Gad

15 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Gad: el clan zefonita, nombrado así por su antepasado Zefón, el clan haguita, nombrado así por su antepasado Hagui, el clan sunita, nombrado así por su antepasado Suni,

16 el clan oznita, nombrado así por su antepasado Ozni, el clan erita, nombrado así por su antepasado Eri,

17 el clan arodita, nombrado así por su antepasado Arodi[cx], el clan arelita, nombrado así por su antepasado Areli.

18 Esos eran los clanes de Gad. Sus tropas registradas sumaron 40.500 hombres.

Tribu de Judá

19 Judá tenía dos hijos, Er y Onán, que murieron en la tierra de Canaán.

20 Estos eran los clanes descendientes de los hijos sobrevivientes de Judá: el clan selaíta, nombrado así por su antepasado Sela, el clan faresita, nombrado así por su antepasado Fares, el clan zeraíta, nombrado así por su antepasado Zera.

21 Estos eran los subclanes descendientes de los faresitas: los hezronitas, nombrados así por su antepasado Hezrón, los hamulitas, nombrados así por su antepasado Hamul.

22 Esos eran los clanes de Judá. Sus tropas registradas sumaron 76.500 hombres.

Tribu de Isacar

23 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Isacar: el clan tolaíta, nombrado así por su antepasado Tola, el clan funita, nombrado así por su antepasado Fúa[cy],

24 el clan jasubita, nombrado así por su antepasado Jasub, el clan simronita, nombrado así por su antepasado Simrón.

25 Esos eran los clanes de Isacar. Sus tropas registradas sumaron 64.300 hombres.

Tribu de Zabulón

26 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Zabulón: el clan seredita, nombrado así por su antepasado Sered, el clan elonita, nombrado así por su antepasado Elón, el clan jahleelita, nombrado así por su antepasado Jahleel.

27 Esos eran los clanes de Zabulón. Sus tropas registradas sumaron 60.500 hombres.

Tribu de Manasés

28 Dos clanes descendían de José mediante Manasés y Efraín.

29 Estos eran los clanes descendientes de Manasés: el clan maquirita, nombrado así por su antepasado Maquir, el clan galaadita, nombrado así por su antepasado Galaad, hijo de Maquir.

30 Estos eran los subclanes descendientes de los galaaditas: los jezeritas, nombrados así por su antepasado Jezer, los helequitas, nombrados así por su antepasado Helec,

31 los asrielitas, nombrados así por su antepasado Asriel, los siquemitas, nombrados así por su antepasado Siquem,

32 los semidaítas, nombrados así por su antepasado Semida, los heferitas, nombrados así por su antepasado Hefer.

33 (Zelofejad, uno de los descendientes de Hefer, no tuvo hijos, pero los nombres de sus hijas eran Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa).

34 Esos eran los clanes de Manasés. Sus tropas registradas sumaron 52.700 hombres.

Tribu de Efraín

35 Estos fueron los clanes descendientes de los hijos de Efraín: el clan sutelaíta, nombrado así por su antepasado Sutela, el clan bequerita, nombrado así por su antepasado Bequer, el clan tahanita, nombrado así por su antepasado Tahán.

36 Este era el subclan descendiente de los sutelaítas: los eranitas, nombrados así por su antepasado Erán.

37 Esos eran los clanes de Efraín. Sus tropas registradas sumaron 32.500 hombres. Todos los clanes de Manasés y Efraín eran los descendientes de José.

Tribu de Benjamín

38 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Benjamín: el clan belaíta, nombrado así por su antepasado Bela, el clan asbelita, nombrado así por su antepasado Asbel, el clan ahiramita nombrado así por su antepasado Ahiram,

39 el clan sufamita, nombrado así por su antepasado Sufam[cz], el clan hufamita, nombrado así por su antepasado Hufam.

40 Estos eran los subclanes descendientes de los belaítas: los arditas, nombrados así por su antepasado Ard[da], los naamitas, nombrados así por su antepasado Naamán.

41 Esos eran los clanes de Benjamín. Sus tropas registradas sumaron 45.600 hombres.

Tribu de Dan

42 Este era el clan descendiente de los hijos de Dan: el clan suhamita, nombrado así por su antepasado Súham.

43 Esos eran los clanes suhamitas de Dan. Sus tropas registradas sumaron 64.400 hombres.

Tribu de Aser

44 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Aser: el clan imnita, nombrado así por su antepasado Imna, el clan isuita, nombrado así por su antepasado Isúi, el clan de beriaíta, nombrado así por su antepasado Bería.

45 Estos eran los subclanes descendientes de los beriaítas: los heberitas, nombrados así por su antepasado Heber, los malquielitas, nombrados así por su antepasado Malquiel.

46 Aser también tenía una hija llamada Sera.

47 Esos eran los clanes de Aser. Sus tropas registradas sumaron 53.400 hombres.

Tribu de Neftalí

48 Estos eran los clanes descendientes de los hijos de Neftalí: el clan jahzeelita, nombrado así por su antepasado Jahzeel, el clan gunita, nombrado así por su antepasado Guni,

49 el clan jezerita, nombrado así por su antepasado Jezer, el clan silemita, nombrado así por su antepasado Silem.

50 Esos eran los clanes de Neftalí. Sus tropas registradas sumaron 45.400 hombres.

Resultados del registro

51 En resumen, las tropas registradas de todo Israel sumaron 601.730.

52 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

53 Reparte la tierra entre las tribus y distribuye las porciones de tierra de acuerdo a la población de las tribus, conforme al número de los nombres en la lista.

54 Da una mayor porción de tierra a las tribus más numerosas y una menor a las más pequeñas, de modo que cada una reciba una porción de tierra en proporción al tamaño de su población.

55 Sin embargo, asigna la tierra por sorteo y dale a cada tribu patriarcal su porción según el número de nombres en la lista.

56 Cada porción de tierra se asignará por sorteo entre las tribus más grandes y las más pequeñas.

La tribu de Leví

57 Este es el registro de los levitas enumerados según sus clanes: el clan gersonita, nombrado así por su antepasado Gersón, el clan coatita, nombrado así por su antepasado Coat, el clan merarita, nombrado así por su antepasado Merari.

58 Los libnitas, los hebronitas, los mahlitas, los musitas y los coreítas eran subclanes de los levitas. Coat fue el antepasado de Amram;

59 la esposa de Amram se llamaba Jocabed. Ella también era descendiente de Leví, nacida entre los levitas en la tierra de Egipto. Amram y Jocabed eran los padres de Aarón, Moisés y su hermana Miriam.

60 Los hijos de Aarón eran Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

61 Pero Nadab y Abiú murieron cuando en la presencia del SEÑOR quemaron una clase de fuego diferente al que él había ordenado.

62 Los hombres de los clanes levitas de un mes o más sumaron 23.000. Pero no se incluyó a los levitas en el registro del resto del pueblo porque a ellos no se les repartió una asignación de tierra cuando fue dividida entre los israelitas.

63 Esos son los resultados del registro del pueblo de Israel que Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron en las llanuras de Moab, al lado del río Jordán, frente a Jericó.

64 Nadie en esta lista aparecía en el registro anterior hecho por Moisés y Aarón en el desierto de Sinaí.

65 Pues el SEÑOR había dicho acerca de ellos: Todos morirán en el desierto. Ninguno de ellos sobrevivió excepto Caleb, hijo de Jefone y Josué, hijo de Nun.

27

Las hijas de Zelofehad

1 Cierto día las hijas de Zelofehad —Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa— presentaron una petición. Zelofehad, su padre, era descendiente de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, hijo de José.

2 Estas mujeres acudieron a Moisés, al sacerdote Eleazar, a los jefes de las tribus y a toda la comunidad, a la entrada del tabernáculo[db].

3 Ellas dijeron: Nuestro padre murió en el desierto, pero no por estar entre los seguidores de Coré que se rebelaron contra el SEÑOR, sino que murió debido a su propio pecado y no tuvo hijos varones.

4 ¿Por qué debería desaparecer el nombre de nuestro padre de entre su clan sólo porque no tuvo hijos varones? Dennos una porción de terreno entre el resto de nuestros parientes.

5 Entonces Moisés presentó el caso ante el SEÑOR.

6 Y el SEÑOR le contestó a Moisés:

7 La petición de las hijas de Zelofehad es legítima. Así que dales una porción de terreno junto con los parientes de su padre. Asígnales la porción de terreno que se hubiera dado a su padre.

8 Y da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: si un hombre muere sin dejar hijo varón, entonces se le dará su herencia a sus hijas.

9 Y si tampoco tiene hijas, su herencia se transferirá a sus hermanos.

10 Si no tiene hermanos, entrega su herencia a los hermanos de su padre.

11 Y si su padre no tiene ningún hermano, entonces entrega su herencia al pariente más cercano dentro de su clan. Este es un requisito legal para el pueblo de Israel, tal como el SEÑOR le ordenó a Moisés.

Josué elegido para dirigir a Israel

12 Cierto día el SEÑOR le dijo a Moisés: —Sube a una de las montañas al oriente del río[dc], y contempla la tierra que le he dado al pueblo de Israel.

13 Después de verla, al igual que tu hermano Aarón, morirás;

14 pues los dos se rebelaron contra mis instrucciones en el desierto de Zin. Cuando los israelitas se rebelaron, ustedes no les demostraron mi santidad junto a las aguas.(Estas son las aguas de Meriba en Cades[dd] en el desierto de Zin).

15 Entonces Moisés le dijo al SEÑOR:

16 —Oh SEÑOR, tú eres el Dios que da aliento a todas las criaturas. Por favor nombra a un nuevo hombre como líder de la comunidad.

17 Dales a alguien que los guíe dondequiera que vayan y que los conduzca en batalla, para que la comunidad del SEÑOR no ande como ovejas sin pastor.

18 El SEÑOR le respondió: —Toma a Josué, hijo de Nun, en quien está el Espíritu, y pon tus manos sobre él.

19 Preséntalo al sacerdote Eleazar ante toda la comunidad y públicamente encárgale que dirija al pueblo.

20 Entrégale de tu autoridad para que toda la comunidad de Israel lo obedezca.

21 Cuando se necesite dirección del SEÑOR, Josué se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien usará el Urim —uno de los sorteos sagrados que se hacen ante el SEÑOR— para determinar su voluntad. De esta manera Josué y el resto de la comunidad de Israel decidirán todo lo que deben hacer.

22 Así que Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó y presentó a Josué ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad.

23 Luego Moisés impuso sus manos sobre él y le entregó el cargo de dirigir al pueblo, tal como el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés.

28

Ofrendas diarias

1 El SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Da al pueblo de Israel estas instrucciones: las ofrendas especiales que ustedes presentan son un aroma agradable para mí; son mi pan. Asegúrense de que sean llevadas en el tiempo indicado y ofrecidas de acuerdo a mis instrucciones.

3 Dile a los israelitas: esta es la ofrenda especial que deberán presentar al SEÑOR como ofrenda quemada diaria. Ofrezcan dos corderos de un año, que no tengan ningún defecto.

4 Sacrifiquen un cordero por la mañana y otro al atardecer.

5 Con cada cordero entreguen una ofrenda de grano de dos kilos[de] de harina selecta mezclada con un litro[df] de aceite puro de olivas prensadas.

6 Esta es la ofrenda quemada habitual, instituida en el monte Sinaí, como ofrenda especial, un aroma agradable al SEÑOR.

7 Junto con la ofrenda quemada presenten la ofrenda líquida apropiada de un litro de bebida fermentada por cada cordero y derrámenla en el Lugar Santo como ofrenda al SEÑOR.

8 Ofrezcan el segundo cordero al atardecer, con la misma ofrenda de grano y ofrenda líquida. También es una ofrenda especial, un aroma agradable al SEÑOR.

Ofrendas del día de descanso

9 En el día de descanso[dg] sacrifiquen dos corderos de un año, sin defecto, junto con una ofrenda de grano de cuatro kilos[dh] de harina selecta humedecida con aceite de oliva y una ofrenda líquida.

10 Esta es la ofrenda quemada que se presentará cada día de descanso, además de la ofrenda quemada habitual y su correspondiente ofrenda líquida.

Ofrendas mensuales

11 El primer día de cada mes presenten al SEÑOR una ofrenda quemada adicional de dos becerros, un carnero y siete corderos de un año, todos sin defecto.

12 Estas ofrendas deben ser acompañadas de ofrendas de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva, seis kilos[di] por cada becerro, cuatro kilos por cada carnero,

13 y dos kilos por cada cordero. Esta ofrenda quemada será especial, un aroma agradable al SEÑOR.

14 Ofrezcan también una ofrenda líquida con cada sacrificio: dos litros[dj] de vino por cada becerro, un litro y medio[dk] por cada carnero y un litro[dl] por cada cordero. Presenten esta ofrenda quemada el primer día de cada mes, durante todo el año.

15 El primer día de cada mes ofrezcan también al SEÑOR un chivo como sacrificio por el pecado además de la ofrenda quemada habitual y su correspondiente ofrenda líquida.

Ofrendas para la Pascua

16 Deben celebrar la Pascua del SEÑOR el día catorce del primer mes[dm].

17 El siguiente día —el día quince del mes— se iniciará un festival jubiloso de siete días, pero no comerán pan preparado con levadura.

18 El primer día del festival será un día oficial para celebrar una asamblea santa y no harán ningún trabajo habitual.

19 Como ofrenda especial presenten al SEÑOR una ofrenda quemada: dos becerros, un carnero y siete corderos de un año, todos sin defecto.

20 Estas serán acompañadas de las ofrendas de grano de harina selecta humedecidas con aceite de oliva: seis kilos con cada becerro, cuatro kilos con el carnero,

21 y dos kilos con cada uno de los siete corderos.

22 Ofrezcan también un chivo como ofrenda por el pecado, para purificarse y hacerse justos ante el SEÑOR[dn].

23 Estas ofrendas las presentarán además de la ofrenda quemada habitual de cada mañana.

24 Este es el procedimiento que deberán seguir —en cada uno de los siete días del festival— cuando preparen la comida que presenten como ofrenda especial, un aroma agradable al SEÑOR. Estas las ofrecerán además de las ofrendas quemadas habituales y de las ofrendas líquidas.

25 El séptimo día del festival será otro día especial para celebrar una asamblea santa, y ese día no harán ningún trabajo habitual.

Ofrendas para el Festival de la Cosecha

26 Durante el Festival de la Cosecha[do], cuando presenten al SEÑOR lo primero de su nuevo grano, convoquen un día oficial para una asamblea santa y ese día no harán ningún trabajo habitual.

27 Ese día, presenten una ofrenda quemada especial como un aroma agradable al SEÑOR, compuesta de dos becerros, un carnero y siete corderos de un año.

28 Estas serán acompañadas de las ofrendas de grano de harina selecta humedecidas con aceite de oliva: seis kilos con cada becerro, cuatro kilos con el carnero

29 y dos kilos con cada uno de los siete corderos.

30 Ofrezcan también un chivo para purificarse y hacerse justos ante el SEÑOR.

31 Preparen estas ofrendas quemadas especiales, junto con sus ofrendas líquidas, además de la ofrenda quemada habitual y su correspondiente ofrenda de grano. Asegúrense de que los animales que sacrifiquen no tengan ningún defecto.

29

Ofrendas para el Festival de las Trompetas

1 Cada año, el primer día del mes señalado, al principio del otoño[dp], celebren el Festival de las Trompetas. Convoquen un día oficial para una asamblea santa y no hagan ningún trabajo habitual.

2 Ese día deben presentar una ofrenda quemada, como aroma agradable al SEÑOR: un becerro, un carnero y siete corderos de un año, todos sin defecto.

3 Estas deben ser acompañadas de las ofrendas de grano de harina selecta humedecidas con aceite de oliva: seis kilos[dq] con el becerro, cuatro kilos[dr] con el carnero

4 y dos kilos[ds] con cada uno de los siete corderos.

5 Además sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado, para purificarse y hacerse justos ante el SEÑOR[dt].

6 Estos sacrificios especiales, junto con sus ofrendas obligatorias de grano y las ofrendas líquidas, son además de las ofrendas quemadas habituales, mensuales y diarias. Se las presenta como ofrenda especial al SEÑOR, aroma agradable a él.

Ofrendas para el Día del Perdón

7 Diez días después, el día diez del mismo mes[du], convoquen otra asamblea santa. Ese día, el Día del Perdón, el pueblo no debe comer ni hacer ningún trabajo habitual.

8 Deberán presentar una ofrenda quemada como aroma agradable al SEÑOR: un becerro, un carnero y siete corderos de un año, todos sin defecto.

9 Estas ofrendas deben ser acompañadas por las ofrendas obligatorias de grano de harina selecta humedecidas con aceite de oliva: seis kilos de harina selecta con el becerro, cuatro kilos de harina selecta con el carnero

10 y dos kilos de harina selecta con cada uno de los siete corderos.

11 Sacrifiquen también un chivo como ofrenda por el pecado. Esta es además de la ofrenda por el pecado para el perdón y además de la ofrenda quemada diaria habitual, junto con su ofrenda de grano y sus correspondientes ofrendas líquidas.

Ofrendas para el Festival de las Enramadas

12 Cinco días después, el día quince del mismo mes[dv], convoquen otra asamblea santa de todo el pueblo y ese día no hagan ningún trabajo habitual. Ese día es el comienzo del Festival de las Enramadas[dw], un festival de siete días al SEÑOR.

13 El primer día del festival presenten, como ofrenda especial, una ofrenda quemada como aroma agradable al SEÑOR: trece becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto.

14 Cada una de estas ofrendas deben ser acompañadas por una ofrenda de grano de harina selecta humedecida con aceite de oliva: seis kilos para cada uno de los trece becerros, cuatro kilos para cada uno de los dos carneros

15 y dos kilos para cada uno de los catorce corderos.

16 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

17 El segundo día de este festival de siete días, sacrifiquen doce becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto.

18 Cada una de estas ofrendas de becerros, carneros y corderos deben ser acompañadas por su ofrenda obligatoria de grano y su ofrenda líquida.

19 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

20 El tercer día del festival, sacrifiquen once becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto.

21 Cada una de estas ofrendas de becerros, carneros y corderos deben ser acompañadas por su ofrenda obligatoria de grano y su ofrenda líquida.

22 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

23 El cuarto día del festival, sacrifiquen diez becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto.

24 Cada una de estas ofrendas de becerros, carneros y corderos deben ser acompañadas por su ofrenda obligatoria de grano y su ofrenda líquida.

25 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

26 El día quinto del festival, sacrifiquen nueve becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto.

27 Cada una de estas ofrendas de becerros, carneros y corderos deben ser acompañadas por su ofrenda obligatoria de grano y su ofrenda líquida.

28 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

29 El sexto día del festival, sacrifiquen ocho becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto.

30 Cada una de estas ofrendas de becerros, carneros y corderos deben ser acompañadas por su ofrenda obligatoria de grano y su ofrenda líquida.

31 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

32 El séptimo día del festival, sacrifiquen siete becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, todos sin defecto.

33 Cada una de estas ofrendas de becerros, carneros y corderos deben ser acompañadas por su ofrenda obligatoria de grano y su ofrenda líquida.

34 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

35 El octavo día del festival, proclamen otro día santo. No hagan ningún trabajo habitual en ese día.

36 Presenten una ofrenda quemada como regalo especial, aroma agradable al SEÑOR, de un becerro, un carnero y siete corderos de un año, todos sin defecto.

37 Cada una de estas ofrendas deben ser acompañadas por su ofrenda obligatoria de grano y su ofrenda líquida.

38 También sacrifiquen un chivo como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada habitual con su correspondiente ofrenda de grano y ofrenda líquida.

39 Presenten estas ofrendas al SEÑOR durante sus festivales anuales. Estas ofrendas son además de los sacrificios y las ofrendas que presentan en relación con votos o como ofrendas voluntarias, ofrendas quemadas, ofrendas de grano, ofrendas líquidas u ofrendas de paz.

40 [dx] Así que Moisés dio al pueblo de Israel todas estas instrucciones, tal como el SEÑOR le había ordenado.

30

Leyes acerca de votos

1 [dy] Moisés mandó llamar a los jefes de las tribus de Israel y les dijo: Esto es lo que el SEÑOR ha ordenado:

2 un hombre que hace un voto al SEÑOR o una promesa bajo juramento, jamás deberá faltar a su palabra. Tiene que cumplir exactamente con lo que dijo que haría.

3 Si una mujer joven hace un voto al SEÑOR o una promesa bajo juramento, mientras todavía vive en la casa de su padre,

4 y su padre se entera del voto o de la promesa y éste no se opone, entonces todos sus votos y todas sus promesas siguen en pie.

5 Sin embargo, si su padre, el día que se entera, se niega a darle permiso para que cumpla el voto o la promesa, quedarán anulados todos sus votos y todas sus promesas. El SEÑOR la perdonará porque su padre no le permitió cumplirlos.

6 Ahora bien, supongamos que una joven hace un voto o se compromete a sí misma al hacer una promesa impulsiva y luego se casa.

7 Si su marido llega a saber de su voto o de su promesa y no se opone el día que se entera, sus votos y sus promesas siguen en pie.

8 Sin embargo, si su marido se niega a aceptar su voto o promesa impulsiva el día que se entera, sus compromisos quedarán anulados y el SEÑOR la perdonará.

9 Pero si se trata de una viuda o de una divorciada, esta persona deberá cumplir con todos sus votos y todas sus promesas.

10 Ahora bien, supongamos que una mujer está casada y vive en casa de su esposo cuando ella hace un voto o se compromete a sí misma con una promesa.

11 Si su marido se entera y no se opone, entonces su voto o su promesa sigue en pie.

12 Pero si su marido se niega a aceptarlo el día que se entera, entonces su voto o su promesa quedará anulado y el SEÑOR la perdonará.

13 Su marido puede confirmar o anular todo voto o toda promesa que haya hecho para negarse a sí misma.

14 Pero si no se opone el día que se entera, esto significa que está de acuerdo con todos sus votos y todas sus promesas.

15 Si él espera más de un día y entonces intenta anular un voto o una promesa, él recibirá el castigo por la culpa de ella.

16 Estas son las ordenanzas que el SEÑOR le dio a Moisés acerca de las relaciones entre el hombre y su esposa y entre el padre y su hija joven que todavía vive en su casa.

31

Conquista de los madianitas

1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

2 En nombre del pueblo de Israel, toma venganza en contra de los madianitas por haber conducido a mi pueblo a la idolatría. Después morirás y te reunirás con tus antepasados.

3 Así que Moisés le dijo al pueblo: Escojan a algunos hombres y ármenlos para pelear la guerra de venganza del SEÑOR contra Madián.

4 De cada tribu de Israel envíen mil hombres a la batalla.

5 Entonces escogieron a mil hombres de cada tribu de Israel, en total reunieron a doce mil hombres armados para la batalla.

6 Así que Moisés envió a mil hombres de cada tribu, y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, los dirigió en la batalla. Llevaban los objetos sagrados del santuario y las trompetas para dar la orden de ataque.

7 Así que atacaron a Madián, tal como el SEÑOR le había ordenado a Moisés, y mataron a todos los hombres.

8 Los cinco reyes madianitas —Eví, Requem, Zur, Hur y Reba— murieron en la batalla. También mataron a espada a Balaam, hijo de Beor.

9 El ejército israelita capturó a las mujeres y a los niños madianitas y tomó como botín el ganado y los rebaños y toda su riqueza.

10 Quemaron todas las ciudades y las aldeas donde los madianitas habían vivido.

11 Después que reunieron el botín y a los cautivos, tanto personas como animales,

12 llevaron todo a Moisés, al sacerdote Eleazar y a toda la comunidad de Israel que acampaba en las llanuras de Moab, al lado del río Jordán frente a Jericó.

13 Entonces Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los jefes de la comunidad salieron a su encuentro afuera del campamento.

14 Pero Moisés se enfureció con los generales y los capitanes[dz] que volvieron de la batalla.

15 ¿Por qué dejaron con vida a las mujeres? —les reclamó.

16 Precisamente son ellas las que, siguiendo el consejo de Balaam, incitaron al pueblo de Israel a rebelarse contra el SEÑOR en el monte Peor. Son ellas las que causaron la plaga que hirió al pueblo del SEÑOR.

17 Así que maten a todos los niños varones y a todas las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales.

18 Dejen con vida únicamente a las niñas vírgenes; pueden quedarse con ellas.

19 Y todos ustedes, los que hayan matado a alguien o hayan tocado un cadáver deben permanecer fuera del campamento durante siete días. Purifíquense ustedes y sus prisioneros en el tercer día y en el séptimo.

20 Purifiquen también toda su ropa y todo lo que está hecho de cuero, pelo de cabra o madera.

21 Entonces el sacerdote Eleazar les dijo a los hombres que participaron en la batalla: El SEÑOR le ha dado a Moisés este requisito legal:

22 todo lo que está hecho de oro, plata, bronce, hierro, estaño o plomo,

23 es decir, todos los metales resistentes al fuego, deberán ser pasados por el fuego para que queden ceremonialmente puros. Además deben purificar estos objetos de metal con el agua de la purificación. Pero todo lo que no es resistente al fuego lo purificarán únicamente con el agua.

24 El séptimo día laven su ropa y quedarán purificados, entonces podrán regresar al campamento.

Distribución del botín

25 Después el SEÑOR le dijo a Moisés:

26 Tú, el sacerdote Eleazar y los jefes de las familias de cada tribu, hagan una lista de todo el botín tomado en la batalla, incluidos la gente y los animales.

27 Luego dividan el botín en dos partes y den la mitad a los hombres que lucharon en la batalla y la otra mitad al resto del pueblo.

28 De lo que le pertenece al ejército, entreguen primero la porción del botín que le corresponde al SEÑOR: uno de cada quinientos prisioneros, así como del ganado, de los burros, de las ovejas y de las cabras.

29 Esta porción de lo que le corresponde al ejército, entrégasela al sacerdote Eleazar como ofrenda al SEÑOR.

30 De la mitad que pertenece al pueblo de Israel, toma uno de cada cincuenta de los prisioneros y del ganado, de los burros, de las ovejas, de las cabras y otros animales. Entrega esta porción a los levitas, que están encargados del cuidado del tabernáculo del SEÑOR.

31 Así que Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron lo que el SEÑOR ordenó a Moisés.

32 El botín que quedó de todo lo que los hombres de guerra habían tomado sumó 675.000 ovejas y cabras,

33 72.000 cabezas de ganado,

34 71.000 burros

35 y 32.000 muchachas vírgenes.

36 La mitad del botín se entregó a los hombres de guerra. El total sumó 337.500 ovejas y cabras,

37 de las cuales 675 eran la porción para el SEÑOR;

38 36.000 cabezas de ganado, de las cuales 72 eran la porción para el SEÑOR;

39 30.500 burros de los cuales 61 eran la porción para el SEÑOR;

40 y 16.000 muchachas vírgenes de las cuales 32 eran la porción para el SEÑOR.

41 Moisés le dio al sacerdote Eleazar la porción del SEÑOR, tal como el SEÑOR lo había ordenado.

42 La mitad del botín pertenecía al pueblo de Israel, y Moisés la separó de la mitad que pertenecía a los hombres de guerra.

43 El total entregado a los israelitas sumó 337.500 ovejas y cabras,

44 36.000 cabezas de ganado,

45 30.500 burros,

46 16.000 muchachas vírgenes.

47 De la mitad entregada al pueblo, Moisés tomó uno de cada cincuenta prisioneros y animales y los dio a los levitas que cuidaban el tabernáculo del SEÑOR. Todo se realizó como el SEÑOR le había ordenado a Moisés.

48 Después los generales y los capitanes vinieron a Moisés

49 y le dijeron: Nosotros, tus servidores, contamos a todos los hombres que salieron a la batalla bajo nuestras órdenes; ¡no falta ninguno de nosotros!

50 Así que, de nuestra porción del botín, presentamos como ofrenda al SEÑOR los artículos de oro que tomamos: brazaletes, pulseras, anillos, aretes y collares. Esto purificará nuestras vidas ante el SEÑOR y nos hará justos ante él[ea].

51 Entonces Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de todos los comandantes del ejército, que consistía en todo tipo de joyas y artículos artesanales.

52 El oro que los generales y los capitanes presentaron como ofrenda al SEÑOR pesaba aproximadamente ciento noventa kilos[eb].

53 Todos los hombres de guerra habían tomado para sí parte del botín.

54 Así que Moisés y el sacerdote Eleazar aceptaron los regalos de los generales y capitanes y llevaron el oro al tabernáculo[ec] como recordatorio al SEÑOR de que el pueblo de Israel le pertenece.

32

Tribus al oriente del Jordán

1 Las tribus de Rubén y Gad poseían una enorme cantidad de animales. Así que cuando vieron que las tierras de Jazer y Galaad eran ideales para sus rebaños y manadas,

2 se acercaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los otros jefes de la comunidad y les dijeron:

3 —Observen las ciudades de Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sibma[ed], Nebo y Beón.

4 El SEÑOR conquistó todo este territorio para la comunidad de Israel y es ideal para todos nuestros animales.

5 Si contamos con su favor, permítannos ocupar esta tierra como nuestra propiedad en lugar de darnos tierra al otro lado del río Jordán.

6 —¿Significa esto que ustedes pretenden quedarse aquí mientras sus hermanos cruzan el río y combaten sin su apoyo? —preguntó Moisés a los hombres de Gad y de Rubén.

7 ¿Por qué quieren desalentar al resto del pueblo de Israel de cruzar a la tierra que el SEÑOR le ha dado?

8 Sus antepasados hicieron lo mismo cuando los envié de Cades-barnea a explorar la tierra.

9 Después que subieron al valle de Escol y exploraron la tierra, desanimaron al pueblo de Israel para que no entrara a la tierra que el SEÑOR le daba.

10 Por eso el SEÑOR se enojó mucho contra ellos y juró:

11 «De todos los que rescaté de Egipto, ninguno de veinte años o más verá jamás la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me han obedecido de corazón.

12 Las únicas excepciones son Caleb, hijo de Jefone el cenezeo, y Josué, hijo de Nun, porque ellos han seguido al SEÑOR de todo corazón».

13 El SEÑOR se enojó con los israelitas y los hizo vagar en el desierto durante cuarenta años hasta que murió la generación entera que había pecado a los ojos del SEÑOR.

14 ¡Pero ahora aquí están ustedes, raza de pecadores, haciendo exactamente lo mismo! Ustedes están provocando que el SEÑOR se enoje aún más con Israel.

15 ¡Si ustedes se alejan de él y él abandona nuevamente al pueblo en el desierto, ustedes serán responsables de la destrucción de la nación entera!

16 Pero ellos se acercaron a Moisés y le dijeron: —Nosotros simplemente queremos construir corrales para nuestros animales y ciudades fortificadas para nuestras esposas e hijos.

17 Después tomaremos las armas e iremos al frente de nuestros hermanos israelitas a la batalla, hasta que los llevemos seguros a su tierra. Mientras tanto, nuestras familias se quedarán en las ciudades fortificadas que construiremos aquí, para que no corran peligro de los ataques de la gente del lugar.

18 No volveremos a nuestras casas hasta que todo el pueblo de Israel haya recibido su porción de tierra.

19 Sin embargo, no reclamamos ninguna parte de la tierra del otro lado del Jordán. Preferimos vivir aquí, al oriente del Jordán y la aceptamos como nuestra porción de tierra.

20 Entonces Moisés les dijo: —Si ustedes cumplen su palabra y se preparan para ir a la batalla del SEÑOR,

21 y si sus tropas cruzan el Jordán y siguen en la lucha hasta que el SEÑOR expulse a sus enemigos,

22 entonces podrán volver cuando el SEÑOR haya conquistado la tierra. Habrán cumplido con su deber ante el SEÑOR y ante el resto del pueblo de Israel. Y la tierra al oriente del Jordán será su propiedad de parte del SEÑOR.

23 Pero si no cumplen su palabra, entonces habrán pecado contra el SEÑOR y estén seguros de que su pecado los alcanzará.

24 Adelante, entonces, construyan ciudades para sus familias y corrales para sus rebaños, pero cumplan con todo lo que prometieron.

25 Entonces los hombres de Gad y de Rubén respondieron: —Nosotros, tus servidores, seguiremos tus instrucciones al pie de la letra.

26 Nuestros hijos y nuestras esposas, los rebaños y el ganado permanecerán aquí en las ciudades de Galaad.

27 Pero todos los que puedan portar armas cruzarán del otro lado a fin de combatir para el SEÑOR, así como tú has dicho.

28 Así que Moisés dio las órdenes al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de los clanes de Israel

29 y dijo: Los hombres de Gad y de Rubén que están armados para la batalla deben cruzar el Jordán con ustedes y luchar para el SEÑOR. Si lo hacen, cuando terminen de conquistar la tierra denles la región de Galaad como su propiedad.

30 Pero si se niegan a armarse y a cruzar con ustedes, entonces estarán obligados a aceptar una porción de tierra en Canaán, con el resto de ustedes.

31 Entonces las tribus de Gad y de Rubén volvieron a decir: Nosotros somos tus servidores, ¡y haremos lo que el SEÑOR ha ordenado!

32 Cruzaremos el Jordán hacia Canaán bien armados a luchar para el SEÑOR, pero nuestra propiedad estará aquí en este lado del Jordán.

33 Moisés asignó tierra a las tribus de Gad y de Rubén y a la media tribu de Manasés, hijo de José. Les entregó el territorio de Sehón, rey de los amorreos, y la tierra de Og, rey de Basán, toda la tierra con sus ciudades y tierras vecinas.

34 Los descendientes de Gad construyeron las ciudades de Dibón, Atarot, Aroer,

35 Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha,

36 Bet-nimra y Bet-arán. Todas eran ciudades fortificadas con corrales para sus rebaños.

37 Los descendientes de Rubén construyeron las ciudades de Hesbón, Eleale, Quiriataim,

38 Nebo, Baal-meón y Sibma. Cambiaron los nombres de algunas de las ciudades que conquistaron y reconstruyeron.

39 Entonces los descendientes de Maquir, de la tribu de Manasés, fueron a Galaad, la conquistaron y expulsaron a los amorreos que vivían allí.

40 Moisés dio Galaad a los maquiritas, descendientes de Manasés, y ahí se establecieron.

41 El pueblo de Jair, otro clan de la tribu de Manasés, conquistó muchas de las ciudades de Galaad y cambió el nombre de esa región a Pueblos de Jair[ee].

42 Mientras tanto, un hombre llamado Noba conquistó el pueblo de Kenat y sus aldeas vecinas y a esa región le dio su propio nombre.

33

Recorrido de Israel

1 Esta es la ruta que los israelitas siguieron cuando salieron de Egipto bajo el liderazgo de Moisés y Aarón.

2 Por orden del SEÑOR, Moisés guardó un registro escrito del avance. Estas son las etapas de la marcha, identificadas por los diferentes lugares donde se detuvieron en la ruta.

3 Salieron de la ciudad de Ramsés, a comienzos de la primavera, el día quince del primer mes[ef], por la mañana después de la primera celebración de la Pascua. El pueblo de Israel marchó desafiante, a la vista de todos los egipcios.

4 Mientras tanto, los egipcios enterraban a todos sus primeros hijos varones, a los que el SEÑOR había matado la noche anterior. ¡Esa noche el SEÑOR derrotó a los dioses de Egipto, con grandes actos de juicio!

5 Después de dejar Ramsés, los israelitas armaron el campamento en Sucot.

6 Luego partieron de Sucot y acamparon en Etam en los límites del desierto.

7 Partieron de Etam y retrocedieron hacia Pi-hahirot, frente a Baal-zefón y acamparon cerca de Migdol.

8 Partieron de Pi-hahirot y cruzaron el mar Rojo[eg] para internarse en el desierto. Luego viajaron tres días por el desierto de Etam y acamparon en Mara.

9 Partieron de Mara y acamparon en Elim donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras.

10 Partieron de Elim y acamparon al lado del mar Rojo[eh].

11 Partieron del mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.

12 Partieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.

13 Partieron de Dofca y acamparon en Alús.

14 Partieron de Alús y acamparon en Refidim donde no había agua para que el pueblo bebiera.

15 Partieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.

16 Partieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot-hataava.

17 Partieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.

18 Partieron de Hazerot y acamparon en Ritma.

19 Partieron de Ritma y acamparon en Rimón-peres.

20 Partieron de Rimón-peres y acamparon en Libna.

21 Partieron de Libna y acamparon en Rissa.

22 Partieron de Rissa y acamparon en Ceelata.

23 Partieron de Ceelata y acamparon en el monte Sefer.

24 Partieron del monte Sefer y acamparon en Harada.

25 Partieron de Harada y acamparon en Macelot.

26 Partieron de Macelot y acamparon en Tahat.

27 Partieron de Tahat y acamparon en Tara.

28 Partieron de Tara y acamparon en Mitca.

29 Partieron de Mitca y acamparon en Hasmona.

30 Partieron de Hasmona y acamparon en Moserot.

31 Partieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán.

32 Partieron de Bene-jaacán y acamparon en Hor-haggidgad.

33 Partieron de Hor-haggidgad y acamparon en Jotbata.

34 Partieron de Jotbata y acamparon en Abrona.

35 Partieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber.

36 Partieron de Ezión-geber y acamparon en Cades en el desierto de Zin.

37 Partieron de Cades y acamparon en el monte Hor, en la frontera de Edom.

38 Mientras estaban al pie del monte Hor, el SEÑOR ordenó al sacerdote Aarón que subiera al monte y allí murió. Eso sucedió a mediados del verano, el primer día del mes quinto[ei], a los cuarenta años de la salida de Israel de Egipto.

39 Aarón tenía ciento veinte y tres años cuando murió en el monte Hor.

40 En esa ocasión el rey cananeo de Arad, que vivía en el Neguev, en la tierra de Canaán, oyó que el pueblo de Israel se acercaba a su tierra.

41 Mientras tanto, los israelitas dejaron el monte Hor y acamparon en Zalmona.

42 Partieron de Zalmona y acamparon en Punón.

43 Partieron de Punón y acamparon en Obot.

44 Partieron de Obot y acamparon en Ije-abarim en la frontera de Moab.

45 Partieron de Ije-abarim[ej] y acamparon en Dibón-gad.

46 Partieron de Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.

47 Partieron de Almón-diblataim y acamparon en las montañas al oriente del río[ek], cerca del monte Nebo.

48 Partieron de las montañas al oriente del río y acamparon en las llanuras de Moab junto al río Jordán, frente a Jericó.

49 Acamparon a lo largo del río Jordán desde Bet-jesimot hasta los prados de las Acacias[el], en las llanuras de Moab.

50 Mientras acampaban cerca del río Jordán, en las llanuras de Moab, frente a Jericó, el SEÑOR dijo a Moisés:

51 Dale las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: cuando crucen el río Jordán a la tierra de Canaán,

52 expulsen a todos los que viven allí. Destruyan todas las imágenes talladas y fundidas y derriben todos sus santuarios paganos.

53 Tomen posesión de la tierra y establézcanse allí, porque a ustedes se la he dado para que la ocupen.

54 Repartan la tierra entre los clanes por sorteo sagrado, en proporción a su tamaño. A los clanes más grandes se les entregará una porción más grande de tierra y a los clanes más pequeños, una porción menor. La decisión del sorteo sagrado es definitiva. De esta manera se hará la repartición de las porciones de tierra entre sus tribus patriarcales.

55 Sin embargo, si no expulsan a los habitantes de la tierra, los que se queden serán como astillas en sus ojos y espinas en sus costados. Los acosarán en la tierra que habitan;

56 y yo haré con ustedes lo mismo que había pensado hacer con ellos.

34

Límites del país

1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Da las siguientes instrucciones a los israelitas: cuando entren en la tierra de Canaán, la cual les doy como su preciada posesión, estos serán los límites.

3 La porción sureña de su país se extenderá desde el desierto de Zin, a lo largo del límite con Edom. La frontera sur empezará al oriente del mar Muerto[em],

4 y se extenderá hacia el sur, pasando por el paso de los Escorpiones[en] rumbo a Zin. El extremo sur será Cades-barnea y de allí seguirá a Hazar-adar hasta llegar a Asmón.

5 De Asmón, el límite girará hacia el arroyo de Egipto y terminará en el mar Mediterráneo[eo].

6 La frontera occidental será la costa del mar Mediterráneo.

7 La frontera norte empezará en el mar Mediterráneo y se extenderá hacia el oriente hasta el monte Hor

8 y luego a Lebo-hamat pasando por Zedad

9 y Zifrón hasta Hazar-enán. Esta será la frontera norte.

10 El límite oriental empezará en Hazar-enán y se extenderá al sur hasta Sefam

11 y bajará a Ribla al oriente de Aín. De allí la frontera descenderá a lo largo de la orilla oriental del mar de Galilea[ep],

12 y luego a lo largo del río Jordán hasta llegar al mar Muerto. Estos son los límites de su tierra.

13 Entonces Moisés les dijo a los israelitas: Este territorio es la patria que se repartirá por sorteo sagrado entre ustedes. El SEÑOR ordenó que la tierra sea repartida entre las nueve tribus y media restantes.

14 Las familias de las tribus de Rubén, de Gad y de la media tribu de Manasés ya recibieron sus porciones de tierra

15 al oriente del río Jordán, frente a Jericó hacia la salida del sol.

Jefes para repartir la tierra

16 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

17 El sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun, son los hombres designados para repartir las porciones de tierra entre el pueblo.

18 Además, recluta a un líder de cada tribu para que los ayude con la tarea.

19 Estas son las tribus y los nombres de los líderes:

Tribu

Líder

Judá.

Caleb, hijo de Jefone

20

Simeón

Semuel, hijo de Amiud

21

Benjamín

Elidad, hijo de Quislón

22

Dan

Buqui, hijo de Jogli

23

Manasés hijo de José

Haniel, hijo de Efod

24

Efraín hijo de José

Kemuel, hijo de Siftán

25

Zabulón

Elizafán, hijo de Parnac

26

Isacar.

Paltiel, hijo de Azán

27

Aser

Ahiud, hijo de Selomi

28

Neftalí

Pedael, hijo de Amiud

29 Estos son los hombres que el SEÑOR nombró para repartir las porciones de tierra en Canaán entre los israelitas.

35

Ciudades para los levitas

1 Mientras Israel acampaba junto al Jordán, en las llanuras de Moab, frente a Jericó, el SEÑOR le dijo a Moisés:

2 Ordena a los israelitas que, de las propiedades que recibieron, entreguen a los levitas algunas ciudades donde vivir, junto con los pastizales que las rodean.

3 Los levitas vivirán en esas ciudades y las tierras que las rodean proveerán pastura para su ganado, rebaños y otros animales.

4 Los pastizales alrededor de esas ciudades, asignados a los levitas, se extenderán por cuatrocientos sesenta metros[eq] a partir de las murallas de las ciudades en todas direcciones.

5 Midan novecientos veinte metros[er] afuera de las murallas de las ciudades en cada dirección —oriente, sur, occidente y norte— y la ciudad quedará en el centro. Esta área será otro pastizal, aún más grande para las ciudades.

6 Seis de las ciudades que entreguen a los levitas serán ciudades de refugio, adonde una persona que haya matado a alguien por accidente pueda huir y ponerse a salvo. Además entréguenles otras cuarenta y dos ciudades.

7 En total, darás a los levitas cuarenta y ocho ciudades con los pastizales que las rodean.

8 Estas ciudades las tomarán de las propiedades del pueblo de Israel. Las tribus más grandes darán más ciudades a los levitas, mientras que las tribus más pequeñas darán menos. Cada tribu dará terreno en proporción al tamaño de la tierra que recibió.

Ciudades de refugio

9 El SEÑOR le dijo a Moisés:

10 Dale las siguientes instrucciones al pueblo de Israel: cuando crucen el Jordán para entrar a la tierra de Canaán,

11 designen ciudades de refugio adonde una persona pueda huir si ha matado a alguien por accidente.

12 Estas ciudades servirán como lugares de protección contra los parientes de la víctima que quieran vengar la muerte. No se le quitará la vida al responsable de la muerte antes de que la comunidad lo juzgue.

13 Designen seis ciudades de refugio para ustedes mismos:

14 tres al oriente del río Jordán y tres al occidente, en la tierra de Canaán.

15 Estas ciudades servirán para proteger a los israelitas, a los extranjeros que vivan entre ustedes y a los comerciantes ambulantes. Cualquiera que mate a alguien por accidente podrá huir allí para ponerse a salvo.

16 Sin embargo, si alguien golpea y mata a otro con un objeto de hierro, comete homicidio y el asesino debe ser ejecutado.

17 Si alguien con una piedra en la mano golpea y mata a otro, comete homicidio y el asesino debe ser ejecutado.

18 Si alguien golpea y mata a otro con un objeto de madera, comete homicidio y el asesino debe ser ejecutado.

19 El pariente más cercano de la víctima es responsable de quitarle la vida al asesino. Cuando ellos se encuentren, el vengador debe quitarle la vida al asesino.

20 Así que, si alguien por odio empuja a otro o le lanza un objeto peligroso y este muere, comete homicidio.

21 O si alguien por odio golpea a otro con su puño y muere, comete homicidio. En tales casos, el vengador tiene que quitarle la vida al asesino cuando se encuentren.

22 Ahora bien, supongamos que alguien empuja a otro sin enemistad previa, o lanza algo que, sin intención, golpea a otro,

23 o por accidente deja caer una piedra grande sobre alguien y, aunque no eran enemigos, la persona muere.

24 Si esto llegara a suceder, la comunidad debe seguir las siguientes normas al juzgar entre el responsable de la muerte y el vengador, el pariente más cercano de la víctima.

25 La comunidad debe proteger al responsable de la muerte del vengador y debe escoltarlo para que regrese a vivir en la ciudad de refugio a la que huyó. Allí permanecerá hasta la muerte del sumo sacerdote, que fue ungido con el aceite sagrado.

26 Sin embargo, si el responsable de la muerte alguna vez sale de los límites de la ciudad de refugio,

27 y el vengador lo encuentra fuera de la ciudad y lo mata, su muerte no será considerada homicidio.

28 El responsable de la muerte debió haber permanecido dentro de la ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote; pero después de la muerte del sumo sacerdote, el responsable de la muerte podrá volver a su propia tierra.

29 Estos son requisitos legales y tendrán que cumplirse de generación en generación, dondequiera que vivan.

30 Todos los asesinos deben ser ejecutados, pero sólo si las pruebas son presentadas por más de un testigo. No se puede condenar a muerte a nadie por el testimonio de un solo testigo.

31 Tampoco se aceptará el pago de rescate por la vida de alguien que haya sido juzgado y encontrado culpable de asesinato y condenado a muerte; siempre se debe ejecutar a los asesinos.

32 Nunca acepten el pago de rescate de alguien que haya huido a una ciudad de refugio, pues haría que el responsable de la muerte de alguien volviera a su tierra antes de la muerte del sumo sacerdote.

33 Esto garantizará que la tierra donde ustedes vivan no se contamine, pues el asesinato contamina la tierra. Y ningún sacrificio, salvo la ejecución del asesino, puede purificar la tierra del asesinato[es].

34 No deben manchar la tierra donde viven, porque yo mismo habito allí. Yo soy el SEÑOR que habito entre el pueblo de Israel.

36

Mujeres que heredan terreno

1 Luego los jefes de los clanes de Galaad —descendientes de Maquir, hijo de Manasés, hijo de José— se presentaron ante Moisés y los líderes de las familias de Israel con una petición.

2 Dijeron a Moisés: —El SEÑOR te dijo que repartieras la tierra entre el pueblo de Israel por sorteo sagrado. El SEÑOR te dijo que la porción de tierra que pertenece a nuestro hermano Zelofehad se la dieras a sus hijas.

3 Sin embargo, si ellas se casan con hombres de otra tribu, llevarán consigo sus porciones de tierra a la tribu de los hombres con quienes se casen. De esa manera, el área total de la tierra de nuestra tribu se reducirá.

4 Entonces cuando llegue el año de jubileo, esa porción de tierra se agregará a esa nueva tribu, y provocará que nuestra tribu patriarcal la pierda para siempre.

5 Así que Moisés les dio a los israelitas, de parte del SEÑOR, el siguiente mandato: —El reclamo de los hombres de la tribu de José es legítimo.

6 Esto es lo que el SEÑOR ordena acerca de las hijas de Zelofehad: permítanles casarse con quienes deseen, siempre y cuando sea alguien de su propia tribu patriarcal.

7 No se permite que ninguna tierra se transfiera de una tribu a otra, ya que toda la tierra asignada a cada tribu debe permanecer dentro de la tribu a la que inicialmente fue concedida.

8 Las hijas de todas las tribus de Israel que estén en línea para heredar la propiedad, deben casarse dentro de su propia tribu, de esta manera todos los israelitas conservarán sus propiedades patriarcales.

9 Ninguna porción de tierra puede pasar de una tribu a otra; cada tribu de Israel debe conservar la porción de tierra que le fue asignada.

10 Entonces las hijas de Zelofehad hicieron lo que el SEÑOR le ordenó a Moisés.

11 Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, todas se casaron con sus primos por parte de su padre

12 dentro de los clanes de Manasés, hijo de José. De este modo, su herencia de tierra permaneció dentro de su tribu patriarcal.

13 Estos son los mandatos y las ordenanzas que el SEÑOR le dio al pueblo de Israel por medio de Moisés mientras acampaban en las llanuras de Moab junto al río Jordán, frente a Jericó.

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