9.
Christopher se despertó sobresaltado. Había escuchado un llanto de alguien. Se levantó rascándose la cabeza y se asomó a la ventana de su habitación pero fuera no se oía nada, es más, ya no se oía ningún llanto.
¿Lo habría soñado?
Ese llanto le sonaba bastante, ¿dónde lo habría oído antes? Se parecía mucho a los de Jaelle. Un sonido que tenía bien grabado en su mente ya que él había sido su pañuelo de lágrimas durante mucho tiempo.
Apoyó las manos en el alfeizar e inspiró el húmero aire nocturno con los ojos cerrados. Los abrió y miró hacia la dirección donde estaba la casa de Jaelle.
De repente volvió a escuchar ese llanto lo que le hizo mirar a las casas colindantes a la suya pero parecía como si ese sonido saliese de su cabeza.
No, no podía ser. Quizás sólo eran imaginaciones suyas. Sí, seguramente se trataría de eso.
Sin darle más vueltas, el joven volvió a su cama y se acostó a dormir aunque le costó un poco conciliar el sueño.
Kyle estuvo toda la noche despierto. Se pasó toda la noche sentado en el sillón al lado de Jaelle que se había quedado profundamente dormida después de haber llorado bastante rato.
Sus ojos estaban rojos y algo hinchados.
El chico cerró los ojos suspirando.
“Vaya, ¿tampoco puedes dormir? Parece que algo te angustia…”
“Al parecer tú tampoco puedes dormir… ah claro, lo olvidaba, los vampiros no duermen de noche si no de día…”
“Déjate de bromas absurdas, perrito, no sé si recuerdas que todo lo que tú sientas puedo sentirlo yo también… así que tengo derecho a saber lo que pasa”
“Creía que ya lo sabías…”
“Saber ¿el qué? Maldita sea, no entiendo por qué te andas con tanto misterio… ¿qué es lo que tengo que saber?”
“Uno de los tuyos ha atacado hoy a Jaelle y a otra de las nuestras… ha estado a punto de matarlas…”
Hubo unos minutos de silencio en los que Kyle pudo sentir el asombro de la vampiresa.
“¿Qué? Pero ¿cómo es posible? ¿Cómo fue? Explícamelo todo…”
Kyle le explicó todo lo que sabía sobre el ataque en el que el vampiro casi mata a Belinda asfixiándola con sus manos y que tenía pensado matarlas a las dos. También le contó la frase que el vampiro dijo.
“Al parecer les dijo que eso era para que vieran que no todos estaban de acuerdo con la alianza…”
“Entonces fue uno de los vampiros antiguos… pero ¿quién?” se preguntó cavilando en busca de posibles candidatos.
“Solo las chicas y el novio de la otra saben cómo es ese tipo… yo no puedo darte más información”
“Un momento… ¿a qué hora ocurrió eso?”
“Pues por la tarde”
“Que yo sepa nadie salió de aquí hoy… lo único es que… mierda… ¡Logan! Seguro que fue él quien hizo esto…”
“¿Logan?”
“Sí, un vampiro que tuvo un pequeño altercado con mi amigo y se fue sin decir nada de aquí pero de eso hace ya varios días y aún no ha vuelto… estaba buscándolo. Estoy segura de que planeó esto para que no confiarais en nosotros…”
Kyle sabía que le decía la verdad, ella no había tenido nada que ver en ese ataque a las chicas. Podía notarlo, notaba cómo su asombro se transformaba en cólera por lo que ese vampiro había hecho.
Allegra estaba realmente furiosa.
“Ellas están bien ¿verdad?”
“Sí, se repondrán…”
“Quiero hablar con Jaelle cuanto antes, debo explicarle que no tuve nada que ver en esto y cuando encuentre a ese malnacido de Logan, me encargaré de él personalmente… no volverá a atacar a nadie más en su miserable vida…”
“Bueno, Yandrack estaría dispuesto a acabar con él así que si quieres ayuda, me avisas que yo se lo digo…”
“¿Es que piensas contarle a ese tipo que has sufrido imprimación con una vampiresa? Sorprendente, primero no estabas de acuerdo y ahora se lo quieres contar así como si nada…”
“No pensaba decírselo, buscaría una forma de comunicárselo sin tener que decir que estoy conectado a una chupasangre…”
La vampiresa ignoró ese comentario y no le habló más en toda la noche, algo que fastidió un poco a Kyle.
Se removió inquieto en el sillón y Jaelle gimió ante el ruido porque el chico tiró algún objeto al suelo sin darse cuenta. La joven abrió los ojos y lo miró.
El chico sonrió levemente.
-¿Cómo te sientes?
-Ya no me duele… pero sigo pensando lo mismo de antes… no merezco ser la jefa de la manada… quizás la de esa leyenda sea otra…
-Jaelle, no hay ninguna otra joven que tenga tus mismas características… esa joven de la leyenda eres tú.
-Pero es que yo no sirvo para esto… no soy una buena jefa, ni siquiera soy una buena loba… me transformo cuando menos me lo espero y no logro controlarla de ninguna manera… hago todos los entrenamientos y parece que nada me sirve.
-Tienes que ir poco a poco, no puedes pretender hacerlo todo de una vez ¿no? Mira, Jaelle, lo que realmente te pasa es que tienes miedo pero todo es cuestión de tiempo… y este tiempo deberías emplearlo en descansar, así que cierra los ojos y duerme un rato más.
El silencio se hizo un poco largo antes de que Jaelle se atreviera a preguntar.
-Kyle, ¿conoces algo de la imprimación?
El chico abrió los ojos, sorprendido y miró a la chica.
-¿Qué has dicho?
-Que si conoces algo de la imprimación…
“Maldición, ¿por qué viene ahora con esta pregunta?” pensó el chico mirando al frente.
“¿Qué te han preguntado? ¿Acaso te preguntaron de donde vienen los niños? Esa pregunta es muy fácil de responder, hombre… todo el mundo sabe que los niños vienen de París aunque esas pobres mujeres… tenerlas que separar de todos sus hijos… es algo que no me explico… ¿tú qué opinas, perrito?”
“Creía que estabas de mal humor por lo que te conté…”
“Y lo estoy pero ya he puesto a algunos de los míos a buscar a ese bastardo… por lo que ahora me divierto un poco contigo…”
“¿No crees que estamos un poco lejos para divertirnos juntos?”
Jaelle miró al chico y como no le contestaba, le tocó la rodilla a ver si le respondía.
-¿Kyle?
“Sabes que no me refería a ese tipo de diversión, idiota…”
-Kyle, ¿pasa algo?
El chico salió de su ensimismamiento y miró a la chica.
-¿Qué? ¿Qué decías? Ah sí, la imprimación… esto… es algo difícil de explicar, la verdad. Verás, tu lobo, movido por el instinto, busca alguien con quien compartir su vida, alguien con quien te sientas a gusto, aunque no siempre es así…- murmuró esto último para sí- cuando lo encuentras y sufres la imprimación, todo tu ser conecta con el de esa persona y viceversa, claro, puedes oír sus pensamientos, saber cómo se siente, ver lo que el otro ve si les pasa algo, parecido a lo que le pasó hoy a Yandrack que vio la cara de ese vampiro a través de los ojos de Belinda.
-¿Y puedes sufrirla sin ser un lobo? Es decir, antes de la Transformación.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Bueno, quería saber si se podría sufrir la imprimación cuando eres pequeño, por ejemplo.
-¿Por qué lo preguntas?
La joven se calló y miró al chico. ¿Debía contárselo o no? Quizás sería mejor callarse.
-Curiosidad, era lo que comentábamos Belinda y yo cuando nos atacó ese vampiro.
-Entiendo… bueno, ahora que lo mencionas, es posible que sí se produzca porque los niños se mueven más por instinto que por raciocinio lo que podría entender que es posible que se sufra la imprimación.
-Ya veo…
“Relájate, hombre, no creo que poniéndote tenso vayas a conseguir nada… no eres muy buen actor por lo que se ve…”
“Cállate, Allegra, de verdad que eres una entrometida”
“Ahí viene el burro hablando de orejas. Te recuerdo que te has metido en mi mente y no sales para nada, tengo que soportar tus pensamientos aparte de los míos que no son pocos… los vampiros antiguos pretenden hacer un motín para arrebatarme el mando…”
“Quizás te preocupas por nada…”
“¡Ja! ¿Eso crees? Deberías venir a ver cómo me miran los vampiros antiguos, nunca les gustó que mi padre me cediera el poder. De ahí mi odioso apelativo: la Princesa de los Vampiros”
Kyle miró a Jaelle que había vuelto a quedarse dormida y se levantó para ir a la nevera a por algo de comer.
“Princesa de los Vampiros… ¿por qué no Reina de los Vampiros? Tu padre fue el Rey ¿o me equivoco?” preguntó el chico cogiendo un bote de zumo y lo que parecían los restos de un pollo que calentó en el microondas.
“Sí, mi padre era el Rey… ellos me dicen la Princesa porque no soy una vampiresa completa… soy mitad humana aunque siempre he vivido entre vampiros. Mi madre murió al darme a luz. Mi padre decía que yo era igual a ella… pero ¿qué hago contándote todo esto?”
El microondas se apagó y el chico sacó el pollo para comérselo pero al coger el plato, se quemó, lo que le hizo soltar el plato.
“Maldita sea, ya me he quemado… yo creo que me lo has contado porque necesitas contarle esto a alguien y ahora mismo sólo me tienes a mí… Por lo que veo tu padre quería a tu madre… lo noté en tu forma de decirlo si es lo que me vas a preguntar”
“¿Crees que necesito hablar con alguien de mi pasado? Realmente estás loco”
“Puedo notar el gran peso que guardas así que tenemos toda la noche por delante”
Hubo unos segundos de silencio en los que ella sopesó las opciones hasta que habló:
“Sí, estaba muy enamorado de ella”
El chico asintió y la escuchó mientras se comía el pollo.
Al amanecer, Belinda abrió los ojos y miró a su alrededor. A su lado, Yandrack dormía plácidamente, La joven sonrió con ternura. Le acarició la mejilla y luego se levantó para ir al baño.
Allí se miró en el espejo y vio las marcas producidas por la mano de aquel vampiro. Tenían un aspecto muy feo aunque al menos estaba viva. Tras esto, la joven volvió a la habitación y cerró la puerta despacio.
Cuando se giró, vio ante sí una cajonera que tenía algunas fotos sobre este. La mayoría eran de ellos dos juntos pero había una que llamó su atención. En él había una hermosa mujer de cabello largo oscuro y ojos ambarinos. Al parecer estaba embarazada cuando le hicieron la foto. ¿Quién podría ser esta mujer?
Casi sin darse cuenta, el retrato desapareció de sus manos. Se giró y encontró frente a sí a Yandrack con el retrato en la mano, parecía un poco molesto.
-¿Qué hacías?- preguntó él.
-Fui al baño y al volver vi estas fotos nuestras. Luego vi la de esa mujer… ¿es tu madre? Os parecéis un poco.
-Ella no es mi madre- dijo guardando el retrato en uno de los cajones.
-Entonces, ¿por qué tenías esa foto ahí?
-Por nada. Ahora vuelve a la cama.
-Estoy bien, ya he recuperado la respiración y las marcas desaparecerán con el tiempo.
El chico se quitó la camiseta para ponerse otra limpia. Luego salió de allí para dirigirse a la cocina.
Belinda lo vio marcharse y luego miró a la cajonera. ¿Qué le había pasado? Sin comprender nada, salió y se dirigió al salón. Miró hacia el sofá donde Jaelle aún dormía. En cambio, Kyle parecía haber estado toda la noche despierto. Su mirada andaba perdida en algún punto de la ventana.
Se acercó y le tocó el hombro, lo que hizo que él se sobresaltara.
-¿Qué pasa?- le preguntó a modo de saludo.
-Hola- dijo él y la miró, centrando su mirada en el cuello- ¿cómo estás?
La chica se llevó la mano a las marcas y sonrió levemente.
-No me duele que ya es algo…
Jaelle se removió en el sofá hasta que se despertó. Miró a su alrededor y cuando vio a Belinda se levantó súbitamente para ir a abrazarla.
-¡Belinda! Estás bien, menos mal.
La joven correspondió a su abrazo.
-Sabías que me iba a poner bien. Los chicos llegaron a tiempo y nuestro cuerpo tiene la habilidad de curarnos más rápidamente que un humano normal.
-Ya pero me asusté mucho… espero que puedas perdonarme por no ayudarte.
-Olvida eso- dijo mirando a la chica a los ojos- te quedaste cuando debiste huir.
Kyle se levantó y miró a las chicas mientras se estiraba.
-Mira a ver si puedes convencerla de que no deje la manada.
Belinda miró a la joven, sorprendida ante la revelación del chico. Jaelle bajó la mirada.
-¿Qué? No puedes hacer algo semejante, lo que ha pasado fue porque tuvo que pasar, te bloqueaste, sí pero no te lo reprocho, si yo hubiese estado en tu lugar quizás hubiera reaccionado igual.
-No creo que pueda cuidar de la manada.
-Hazlo por mí, no quiero ser la causa de que dejes esto por favor.
Jaelle miró a la chica.
-Lo siento, Belinda, lo siento.
Sin decir más, la chica corrió hasta el baño donde se encerró y se sentó sobre la tapa del váter, llorando. No podía seguir al cargo de la manada.
Tocaron en la puerta antes de abrirla. Se trataba de Dreck que al parecer traía noticias.
-Allegra, han encontrado a Logan. Está en el salón principal.
La vampiresa, que estaba semiacostada en la cama leyendo un libro, se incorporó y sacó los pies de la cama para ponerse unas bailarinas de color oscuro que usaba cuando estaba en la mansión. Siguió al vampiro hasta el salón donde todos los vampiros se congregaron y dos de ellos sujetaban a Logan, el cual forcejeaba para escapar.
-¡Soltadme, traidores! ¡Sois unos traidores, aliaros con los licántropos, es de locos!
Allegra se colocó delante de Logan mirándolo fijamente.
-¿Puedo saber qué pretendías al intentar matar a dos chicas licántropo?- preguntó Allegra seriamente.
Logan entrecerró los ojos.
-Sabes muy bien por qué lo he hecho. Quería que los perros esos se vengaran pagándolo contigo… porque eres una asquerosa mestiza que subió al poder sin merecerlo… aunque claro… seguramente hiciste algo con tu padre para que te diera el puesto de mando como por ejemplo…
Logan no terminó la frase porque Allegra le había dado un fuerte bofetón que lo dejó mudo.
-Como vuelvas a mencionar a mi padre de esa forma, te encerraré en el sótano sin comer y te volverás loco por no poder tomar sangre, debilitándote hasta disecarte… Además, no deberías hablar de mí cuando tú eres incluso peor. No creo que hayas dejado a ninguna de mis vampiresas atrás, llevándolas a tu cama.
-Eso es mentira y lo sabes- argumentó Logan.
-Aunque parezca que no me entero de nada, lo sé todo sobre todos- dijo mirando al resto de vampiros que miraban la escena- todos ocultáis secretos de los que yo estoy enterada.
-Pretendes utilizar alguna de tus argucias conmigo y no te va a servir de nada.
-¿De verdad lo crees? Por si no lo sabéis, a Logan le gusta mucho usar la fuerza bruta para que todos, sobre todo las chicas, caigan en sus redes y hagan lo que él les diga…- algunas vampiresas asintieron, entre ellas, Destiny- precisamente, el motivo que le llevó a irse de aquí para intentar matar a dos chicas licántropo fue, en parte, porque una de mis vampiresas no estaba de acuerdo con él y le pegó. Sinceramente, me gustaría que te hicieran lo mismo, Logan. No es nada agradable que golpeen a uno sin razón alguna, ¿verdad? Destiny, ven aquí, por favor.
La joven vampiresa parpadeó, sorprendida, pero aún así se acercó lentamente y se puso al lado de Allegra.
-¿Qué deseas, Allegra?- preguntó la joven mirándola a la cara.
La vampiresa sonrió levemente. Destiny era de los pocos vampiros que la llamaban por su nombre y no por su apelativo.
-¿Es cierto que Logan te golpeó por no estar de acuerdo con su opinión?
-Sí, es cierto.
-También es verdad que de no ser por Dreck te hubiera dado una paliza o ¿me equivoco?
-No te equivocas.
-¿Te ha golpeado antes?
Logan miró fijamente a Destiny, intentando intimidarla pero no lo consiguió.
-Sí, lo hizo.
Allegra miró al resto de vampiros.
-Aquí tenéis la prueba… alguien como él merece ser castigado… propongo que lo llevemos hasta la ventana y que le dé un poquito el sol.
Dicho esto, Allegra le hizo una señal a los dos vampiros que sujetaban a Logan y lo llevaron hasta una ventana que tenía la cortina corrida. Lo dejaron allí y la vampiresa abrió la cortina donde entró la luz del sol a raudales, provocando que Logan no pudiese moverse ya que comenzó a disecarse muy lentamente.
El vampiro gritó de dolor ante la quemazón del sol sobre su piel pero entonces Allegra cerró la cortina y Logan cayó al suelo de rodillas, gimiendo dolorido, mirándose las manos resecas pero que poco a poco volvían a tomar su forma original provocándole un intenso dolor.
-¿Qué te pareció el castigo, Logan? Quizás he sido muy indulgente contigo después de todo lo que has hecho pero no soy tan mala como crees… quizás debería desterrarte para que aprendieras la lección. Tal vez sea una mala idea porque atacarás a los humanos para beber su sangre.
-¿No crees que ya me has humillado bastante?
-¿Bastante?- preguntó Allegra incrédula- esto es poco comparado con lo que te mereces… ahora desaparece, por ahora sólo quedas advertido, a la menor falta aplicaré un castigo que nadie olvidará…
Tras decir esto, Allegra salió del salón con la cabeza alta, esperando que Logan aprendiera la lección y no volviera a cometer otra estupidez como la que había hecho.
Entró en su habitación y suspiró con los ojos cerrados. Los abrió y volvió a la cama donde se sentó mirando al suelo.
Al fin ejercía su poder como debía. Había sido justa o al menos eso creía se decía mientras se recostaba y miraba al techo de la habitación. Sabía que ahora las cosas se ponían más difíciles y esperaba que eso no afectara a la futura alianza entre los licántropos y los vampiros.