Casi nadie sabe realmente que subyace detrás del mito del vampiro. Se presume más que nada su conexión con las Ars Magna, pero un velado misterio envuelve los ojos del profano y oculta al adepto. No se pretende en estas páginas desvelar tanto secreto pero si esclarecer algunos puntos. Pero para ello debemos penetrar en el mundo del símbolo. Será necesario comprender bien cuanto aquí se diga para poder alcanzar aquello que tantos ensayistas y no pocos psiquiatras han intentado esclarecer.

El hombre en su infrenable lucha por la supervivencia de su identidad ha establecido o identificado diversos símbolos. Algunos, como el Cielo y la Tierra, se remontan a la antigüedad. El Génesis comienza diciendo: «Al principio creó Dios el Cielo y la Tierra». Así pues la división entre Cielo y Tierra, Arriba y Abajo es remotamente ancestral y parece asociada a la propia realidad física del hombre.