3
En 1919, poco después de la guerra, el almirante Penistone (joven que ha llegado a esa situación mediante rápidas promociones, por sus brillantes hazañas en el servicio activo) se ve envuelto en un grave desorden ocurrido en una casa de mala reputación de Hong Kong. En mérito a sus servicios en la guerra, el Almirantazgo le permite presentar su dimisión, en lugar de someterlo a consejo de guerra. Otros tres ingleses estuvieron igualmente complicados en aquel alboroto: (1) Walter Fitzgerald, joven de carácter débil, en lucha con el alcohol y los estupefacientes; (2) su amigo y socio en una empresa comercial, Vanyke, hombre de más edad; (3) Holland, otro comerciante. En el tumulto, Fitzgerald es asesinado por unos chinos, pero esto lo ignoran las autoridades navales cuando se las entienden con Penistone.
Holland, enterado del testamento del viejo Fitzgerald, extorsiona a Penistone, poniendo como precio «la mano de su sobrina Elma». Ésta, que es una mujer de naturaleza espasmódicamente apasionada, experimenta por un tiempo un frenético amor hacia Holland, pero se enfría, y en el momento en que se inicia la historia, se dispone a romper su compromiso.
Ésa es la verdadera causa del enojo del almirante contra su sobrina.
Elma está ahora tendiendo sus redes al vicario, hombre robusto y de buena planta, aunque frisa en la cincuentena. En la noche del crimen lo ha persuadido a realizar con ella una romántica excursión río arriba, cuando todos la supongan de regreso a su casa. Así lo hacen, y la impresión del vicario al enterarse de las noticias se debe en gran parte al temor de que trascienda demasiado su aventura.
Después de cerrar el cobertizo de los botes, y tras haber fumado su cigarro al aire libre, Penistone vuelve a su estudio, donde es asesinado por Emery, el mayordomo. Emery es en realidad Vanyke, quien cree a Penistone moral, si no materialmente, responsable de la muerte de su «pobre y joven amigo Walter». Emery viste el cadáver con el sobretodo de Penistone, para sugerir que el crimen se ha cometido afuera.
El periódico (que es el ejemplar entregado en la casa a las 9 p.m.) tiene manchas de sangre, y se lo mete en el bolsillo por la misma razón.
A las 2.30 de la madrugada transporta el cadáver al cobertizo, abre éste con las llaves del almirante, rema hasta el embarcadero de la Vicaría, arroja el cuerpo en el bote del vicario (donde éste dejó olvidado su sombrero en su viaje sentimental), y lo suelta para que flote a la deriva. (Esto lo hace para sugerir que el crimen ha sido perpetrado en la Vicaría o, por lo menos, para dejar una pista falsa.)
Como propone P. C. Hempstead, el bote fue soltado durante la estoa, y volvió con el reflujo de la marea.
Emery limpió el bote de Rundel Croft por temor de que hubiesen quedado manchas de sangre.
Elma se dirigió probablemente a Londres para entrevistarse con sus abogados. Los zapatos y el vestido pudieron haber sido escondidos por Emery con el principal objeto de complicar la solución.
Es probable que Neddy Ware supiera algo sobre el incidente de Hong Kong.