CAPITULO IX
Lo cierto es que tales cosas no las había yo hecho de estar completamente solo. Este es, Señor, el vivo recuerdo de mi memoria en tu presencia: de haber andado solo no habría cometido tal hurto, ya que no me interesaba la cosa robada sino el hurto mismo y no habría de cierto hallado gusto en ello sin una compañia. ¡Oh enemiga amistad,seducción incomprensible de la mente! ¡Avidez de dañar por burla y por juego, cuando no hay en ello ganancia alguna ni deseo de venganza de satisfacer! Es, simplemente, el momento en que se dice: "Vamos a hacerlo" y, si alguna verguenza se tiene, es la de no hacer algo vergonzoso.