Capítulo 16
Renacimiento, farang (por si acaso te lo estás preguntando): Te encuentras holgazaneando en una magnífica terraza abierta al cielo estrellado y suena una música divina con una perfección tan exquisita que apenas puedes soportarlo cuando, de golpe y porrazo, ocurre algo terrible: los sonidos mágicos se descomponen para formar una obscena cacofonía. ¿Qué está ocurriendo? ¿Te estás muriendo? Podrías decirlo así. Ese horrible sonido es el primer grito de un niño: tú. Has nacido en un cuerpo humano en el que se integran todas y cada una de las transgresiones de la última vez que estuviste por aquí y ahora debes pasar los próximos setenta años abriéndote camino como puedas de nuevo hasta la música. No es de extrañar que lloremos.