Capítulo 14
Vientos de timbre metálico
En este capítulo
Trompetas, trompas, trombones, tubas y demás familia
¿Cómo
es posible que cinco metros de tubo metálico suenen tan bien?
Una
buena selección de músicas para disfrutar de estos instrumentos
Por el solo hecho de soplar, los intérpretes de los instrumentos de la familia de los metales, o simplemente los metales, producen algunos de los más sostenidos y poderosos sonidos de todo el universo, sin contar el magnificente órgano (si no puedes esperar a saber más de él, salta al capítulo 16).
Paradójicamente, los ejecutantes de estos instrumentos suelen tener el mejor sentido del humor en comparación con los de cualquier otro grupo. Son corpulentos, de fuerte personalidad, y más abiertos y divertidos que otros músicos de la orquesta.
Conocemos cuatro muy buenas razones que explican estas tendencias. ¿Quieres conocerlas tú también?:
Así, resulta correcto afirmar que el ejecutante típico de uno de los metales es, en general, más equilibrado que cualquier otra persona en el mundo, con la posible excepción de aquellos que practican el surf, los dalái lamas o los agentes de ventas de Saturno.
Quejas metálicas
Los intérpretes de los instrumentos de metal reciben dos observaciones por parte de los directores de orquesta:
Los buenos ejecutantes consideran que deben compensar este retraso anticipándose, tocando antes, para que el sonido se produzca justo a tiempo. Esta situación no es muy cómoda, porque exige una rara combinación de constante cálculo mental y de conciencia de la curvatura del tiempo.
¿Cómo funcionan los instrumentos de metal?
Lo que distingue a los instrumentos de metal de las maderas no es el hecho de que sean de metal. Después de todo, el saxofón se fabrica en metal, pero pertenece a la familia de las maderas porque su sistema de lengüeta y su digitación son parecidos a los del clarinete. No. Lo que distingue a los instrumentos de metal es la manera como producen el sonido.
Los instrumentos de metal tienen boquillas, fabricadas por lo regular en metal, que parecen pequeños megáfonos de 2 pulgadas. Los intérpretes emplean un tiempo considerable experimentando con varias boquillas hasta que encuentran la que mejor se adapta a sus propias condiciones.
Para tocar un instrumento de metal hay que colocar los labios firmemente contra la boquilla y producir un zumbido dentro de ella, soplando una muy delgada, pero intensa, corriente de aire. Los labios actúan como una lengüeta doble y su vibración se transmite a la columna de aire que se extiende por toda la longitud del tubo.
Soplar
en una boquilla para producir un sonido bello es un arte cuyo
dominio exige años de estudio. Inténtalo, si puedes, alguna vez.
Verás entonces que primero no obtienes ningún sonido, pero después
de algunas semanas de práctica eres ya capaz de imitar el barrito
de un elefante bebé a punto de morir de agotamiento. Finalmente,
con mucha dedicación, ejercicio y un buen profesor comenzarás a
producir algunas notas con sentido.
Para obtener las notas graves en uno de los instrumentos de metal hay que mantener los labios relativamente relajados; para tocar las notas altas los labios se aprietan considerablemente. Eso hace que algunos ejecutantes sean mejores en las notas altas y otros en las notas bajas.
Dicho esto, creemos que ya es hora de que te presentemos a los miembros principales de esta metálica familia. Son los siguientes:
Estos cuatro son presencia habitual en una orquesta sinfónica, sobre todo a partir del Romanticismo, cuando entraron en ella como miembros de pleno derecho. (Repasa el capítulo 4 si quieres saber más sobre ese apasionante período.)
La trompa
La trompa es el instrumento de metal con el sonido más noble: pleno, redondo y oscuro, a la vez que poderoso y elegante. Su origen cabe buscarlo en aquellos antiguos y rudimentarios cuernos de caza que aparecen en muchas películas, de ahí que en muchos idiomas se la conozca todavía con el nombre de “cuerno”, como pasa en francés (cor), en inglés y alemán (horn) y en italiano (corno)... En castellano puedes también encontrarte alguna vez el nombre corno francés, del inglés French horn, pero no es ni mucho menos lo más frecuente. Por qué francés precisamente es ya algo que no sabemos decirte.
La trompa natural
En el
pasado, el tipo más común de trompa era la trompa natural.
Consistía en un tubo estrecho y largo, enrollado hasta terminar,
por un extremo, en un pabellón abierto, y por el otro, en una
boquilla. No tenía ni válvulas ni llaves, por lo que el ejecutante
podía producir un número limitado de notas, y para ello tenía sólo
un recurso: variar la presión de los labios y la fuerza del
soplo.
Esta disposición funcionaba bien si no se necesitaban más que unas 16 notas. Pero ¿qué hacer si había que tocar alguna melodía demasiado compleja, por ejemplo El vuelo del moscardón, de Nikolái Rimski-Kórsakov?
Pues no quedaba otra que recurrir a una trompa distinta durante los 17 nanosegundos que quedaban libres entre una nota y otra...
Como alternativa, cabía la posibilidad de insertar en el tubo una extensión, que alteraba la longitud de la columna de aire del instrumento proporcionando un segundo conjunto de 16 notas. ¡Muy cómodo, por cierto!
A pesar de esas limitaciones, compositores como Wolfgang Amadeus Mozart escribieron no sólo sinfonías y óperas, sino también maravillosos conciertos para esa trompa natural.
La moderna y traicionera trompa
La tecnología moderna ha resuelto, por fortuna, la pesadilla del ejecutante de trompa, que en la actualidad no necesita extensiones. Las trompas modernas tienen válvulas alternas, como se muestra en la figura 14-1. Estas válvulas se accionan con los dedos de la mano izquierda y agregan o sustraen longitud a la columna de aire modificando así la afinación del instrumento.
Las
válvulas, sin embargo, no disminuyen la responsabilidad de los
labios del ejecutante. Tanto en la trompa natural como en la de
llaves los labios deben buscar y ejercer la presión adecuada, entre
muchas posibles. A medida que las notas son más altas, los mayores
niveles de presión hacen que los labios estén más próximos entre
sí; así que el ejecutante de trompa debe distinguir estas
diferencias infinitesimales de presión para poder producir las
notas requeridas.
Figura 14-1: La trompa moderna.
Es algo como estar horneando un pastel, haciendo la declaración de la renta y leyendo en Braille, todo con los labios. De modo que encontrar las notas exactas en una trompa es tarea difícil.
Ésta es la razón por la que dar una nota falsa en una trompa es en realidad muy sencillo, y también por la que hay que admirar a los ejecutantes que siempre dan las notas correctas.
Para escuchar la trompa
En
las grabaciones que puedes encontrar en la página www.paradummies.es hay algunos magníficos
pasajes para trompa. En primer lugar, para una deslumbrante
fanfarria, escucha la Música acuática de Haendel (pista 1,
en 0:23). De ahí pasa luego a la célebre llamada de la trompa de la
Sinfonía n.o 5
de Beethoven (pista 4, en 0:44). En el tercer movimiento de la
Sinfonía n.o 4
de Brahms hay también una breve pero lírica y encantadora melodía
para la trompa (pista 5, en 3:11), y lo mismo en la Sinfonía
n.o 6 “Patética” de
Chaikovski, en la que el instrumento tiene un pasaje en un registro
muy bajo (pista 7, en 6:17). Finalmente, el último movimiento de
La mer de Debussy contiene un magnífico pasaje en forma de
coral para todas las trompas (pista 8, en 3:29).
Pero
como seguro que quieres conocer más, aquí tienes unos cuantos
conciertos escritos expresamente para la trompa:
Y no debes tampoco perderte las siguientes obras de cámara:
La trompa tiene también grandes momentos en obras orquestales, como las siguientes:
No te quepa duda que con estas obras tendrás una imagen certera de lo que es la trompa y del importante lugar que ocupa en la orquesta.
La trompeta
Con su claro timbre, la trompeta es el más sonoro de los instrumentos de metal. Como tiene el mayor registro entre todos los metales, se destaca sobre toda la orquesta. Algo que a los trompetistas les encanta, pues les da su momento de gloria, pero que al mismo tiempo puede jugarles malas pasadas, pues por esa misma razón sus notas falsas son las que más se notan.
Los
ejecutantes de trompeta viven para la gran música compuesta desde
el siglo XIX hasta el presente. No vayas a creer por eso que antes
no se usara la trompeta en la orquesta. Por supuesto estaba, pero
ocupaba una posición más subalterna, pues
también el instrumento, como le pasaba a la trompa, era mucho más
limitado que el actual. La trompeta original, la de antes de la
invención de las llaves, podía producir sólo unas pocas notas
diferentes. Piensa en la corneta de las bandas militares, una vieja
especie de trompeta natural sin llaves, que interpreta dianas y
toques de silencio de sólo cuatro notas, siempre las mismas.
La trompeta moderna es mucho más versátil. Viene en diferentes tamaños y los labios solos pueden producir ya en ella una afinación del instrumento. Pero la mayoría de las trompetas tienen llaves de pistones, en lugar de válvulas alternas, que funcionan algo diferente (puedes verlo en la figura 14-2). Las llaves permiten a los dedos, como en la trompa moderna, cambiar las notas que se ejecutan.
Un
ejemplo representativo de todo lo que una trompeta moderna puede
dar de sí es la llamada inicial de la Sinfonía
n.o 5 de Gustav
Mahler, 12 largos y gloriosos compases en los que el instrumento
toca sin que su discurso sea interferido por ningún otro de la
orquesta. Momentos como éste producen en los trompetistas accesos
de crispada excitación. Pero no son los únicos: cualquier obra de
ese mismo compositor, o de Richard Wagner, Richard Strauss o Anton
Bruckner les produce un embeleso similar. Todos ellos supieron
explotar al máximo el brillo de la trompeta.
Pero no sólo su brillo es lo que atrae a los compositores. La trompeta se distingue también por ser es el más ligero y ágil de los instrumentos de metal. Puede ejecutar pasajes rápidos en forma impresionante e intervalos en un simple salto.
Las sordinas
Una de las formas que los instrumentistas y compositores han ideado para cambiar el sonido de cualquier instrumento de metal consiste en introducir una sordina en el pabellón. Se trata de un adminículo parecido a un tapón y que transforma radicalmente el sonido, y no sólo su volumen, apagándolo, sino también sus características tímbricas, volviéndolo más estridente, suave o incisivo. El tipo de sordina más común de trompeta hace que el sonido parezca venir de muy muy lejos. También existe la sordina wah, wah, muy usada en la música de jazz. Apostaríamos a que, nada más viendo su nombre, ya sabes a qué se parece su sonido.
La sordina se usa más en la trompeta que en cualquier otro instrumento, pero, aun así, puedes encontrarte sordinas para tubas de un tamaño tan descomunal como el propio instrumento.
Para oír la trompeta
En la
pista 1, en 0:16, de los audios que puedes encontrar en la web de
este libro (ya sabes, www.paradummies.es) hay una breve pero bella
fanfarria de la Música acuática de Haendel. También puedes
escuchar un maravilloso pasaje de la trompeta
en La consagración de la primavera de Stravinski (pista 9,
6:33).
Si le
gusta el sonido de la trompeta, con sordina o sin ella, escucha
estos conciertos:
Y no dejes de escuchar tampoco las siguientes obras orquestales, donde hay muy destacados pasajes para la trompeta:
¿A qué esperas para descubrir todas estas músicas?
El trombón
El instrumento por excelencia de los desfiles es el trombón. Ninguna banda de música puede considerarse completa sin él. Se trata de un potente instrumento de metal que produce sonidos graves. Pero ésta es sólo una de sus muchas características. También puede sacar bellos y nobles tonos.
El
diseño básico del trombón no ha cambiado mucho en los últimos
quinientos años. Sorprende que los trombonistas del Renacimiento
tocaran básicamente el mismo instrumento que usamos hoy. Pero
entonces, y por razones demasiado complicadas como para detenernos
en ellas, se llamaba sacabuche. Y no, no nos estamos
inventando nada, ¡ése era su nombre!
La vara deslizante
La
diferencia entre el trombón y los demás instrumentos de metal salta
a la vista: la vara deslizante. Para explicar cómo funciona,
supongamos que la vara está completamente dentro, como se muestra
en la figura 14-3. En esta posición el
trombón es corto. La llamaremos primera posición.
En esta primera posición el trombón es capaz de producir unas cuantas notas sólo con la presión de los labios, lo mismo que la trompa natural. Por ejemplo, un si bemol.
Pero ¿y si deseas oír la nota inferior, un la? En esta posición esa nota es imposible. Entonces, ¿qué hacer?
Pues no hay problema, sacas un poco la vara, sólo un poco, hasta alcanzar la segunda posición. Ahora el instrumento es un poco más grande. Y lo es porque al sacar la vara has aumentado su longitud, de manera que la longitud de la columna de aire es algo mayor. Ya sabes que una columna de aire más larga produce una nota más baja (en el capítulo 13 te hablamos más detenidamente de esto al tratar la flauta). Siempre que saques la vara hasta la siguiente posición, el trombón producirá una nota medio tono más baja.
Existen siete posiciones de la vara. Con ésta completamente afuera estamos en la séptima posición.
Las siete posiciones permiten obtener cualquier nota. Los trombonistas se vuelven expertos en encontrar la posición precisa de la vara y en ejercer la adecuada presión de los labios para cada nota.
El trombón es único entre los instrumentos de metal, a causa de la vara deslizante, y ello por varios aspectos. Por ejemplo, si mueves con suavidad la vara deslizante entre una posición y la siguiente, mientras mantienes un flujo constante de aire, puedes hacer que el sonido se deslice entre las dos notas.
Posiblemente ya hayas oído este cómico efecto, que se llama
glissando (palabra italiana que significa literalmente
deslizando). El mayor glissando posible es el que
se obtiene moviendo la vara de un extremo al otro, a saber entre la
primera y la séptima posición o, viceversa. Es un efecto realmente
impresionante, usado en el jazz y en la música para películas de
dibujos animados mucho más que en la música clásica.
Para escuchar el trombón
Los conciertos para trombón son extremadamente raros, lo que no deja de ser una injusticia, dada la nobleza y versatilidad del instrumento. Por suerte, y a instancias de los instrumentistas, los compositores del siglo XX y lo que llevamos de XXI se han dado cuenta de ello, y por eso hoy el trombón cuenta con un repertorio más extenso.
Aquí tienes algunos buenos ejemplos de obras que le ceden al trombón todo el protagonismo:
No te pierdas tampoco los pasajes de virtuosismo a cargo de los trombones en las siguientes grandes obras orquestales:
Como puedes ver, a pesar de todo hay donde escoger.
La tuba
Richard Wagner fue el primero en imaginar cómo sería el sonido de la tuba baja de hoy. De hecho, Wagner inventó un grupo de tubas de diferentes tamaños, pero las más pequeñas casi no se usan en la actualidad. El gran compositor alemán deseaba obtener un sonido similar al de la trompa, pero con notas graves muy poderosas. Estas notas bajas, o “bajos”, sirven de soporte a toda la sección de los metales en una orquesta o banda.
El estereotipo del ejecutante de tuba fornido tiene una base real. Nunca hemos visto un tuba diminuto, por la misma razón que los cantantes de ópera son a veces corpulentos. Tocar la tuba requiere un soporte increíble en la respiración. No hay más que mirar el tamaño del instrumento. ¡Es enorme! ¡Y se requiere mantenerlo lleno de aire continuamente para que suene!
En cuanto a su funcionamiento se refiere, la tuba es similar a la trompa. Está provista de una boquilla y de cuatro o cinco válvulas que ayudan a modificar la altura del sonido. Un tuba virtuoso es increíblemente ágil y puede tocar muy rápido para sorpresa nuestra.
Para escuchar la tuba
Los
conciertos para tuba son tan escasos como los de trombón, por no
decir que son aún más infrecuentes. Vale la pena que conozcas los
siguientes:
Y no deberías quedarte ahí, pues hay varias obras orquestales con memorables solos de tuba:
Y si prefieres escuchar la tuba en el repertorio de cámara, una obra de lo más curioso:
De este modo llegamos al final de este recorrido por la familia de los metales. Pero ¡no te creas que la orquesta ya está completa! Pasa página, que te presentaremos la familia más exótica de todas, la de las percusiones.