Capítulo 12

Cuerdas atadas

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En este capítulo

image El violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo, la base de la orquesta

image ¿Cómo se las arreglan los músicos para mover sus arcos de forma sincronizada?

image El arpa, la guitarra y otros instrumentos de cuerda menos frecuentes

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Una cuerda tensionada que vibra puede crear algunos de los sonidos más arrebatadores jamás escuchados por una persona. En un concierto orquestal, las cuerdas que vibran prestan su voz al violín, la viola, el violonchelo, el contrabajo, el arpa, la guitarra y en cierta medida al piano, aunque como en éste el sistema para hacer sonar esa cuerda es diferente. Te lo explicaremos en el capítulo 16.

Pídele a un gran violinista que te deje tocar unas pocas notas en su violín. Lo más probable es que ante tal petición el músico retroceda lentamente, con el violín detrás y sin perderte de vista hasta que esté lo suficientemente lejos como para echar a correr. La razón es que existen unas 175 maneras de romper un violín antes de tocarlo. Los violines, como todos los instrumentos de cuerda, son en extremo delicados.

Esculpidos con exquisita finura a partir de piezas de madera muy delgadas, barnizadas y horneadas a la perfección, tienen muchos elementos pequeños, como las clavijas y los puentes, que pueden rajarse, romperse o desintegrarse. Si llega a ocurrir un desastre parecido, el dueño del instrumento también se romperá y colapsará.

El violín

El violín ha desempeñado un papel prominente en toda la música orquestal, desde los comienzos de la música clásica. De hecho, la sección de violines de una orquesta tiene a su cargo la mayor parte de las melodías de una obra de música clásica.

image Mientras que el piano tiene 88 grupos de cuerdas, el violín tiene sólo cuatro. Las cuerdas están tensionadas a lo largo del instrumento, sujetas arriba por las clavijas y abajo por la cola. Desde las clavijas, en la parte superior, las cuerdas hacen un largo viaje sobre una pequeña pieza de madera llamada cejilla, pasan por el diapasón, luego sobre otra pieza de madera parecida a un puente (llamada, lógicamente, puente) hasta llegar a la casa de la abuela: la cola (para que te quede todo más claro, mira la figura 12-1).

image Originalmente las cuerdas se hacían de tripa de gato, como el encordado de algunas raquetas de tenis. La razón es que la cuerda de tripa de gato, tensionable a longitudes diferentes, produce un sonido agradable, maravilloso, que le gusta a todo el mundo (menos, claro, a la familia superviviente del gato).

En nuestros días muy pocos ejecutantes utilizan la tripa de gato, en parte porque su sonido no es lo suficientemente fuerte para las modernas salas de concierto, y también a causa de la Sociedad Protectora de Animales. De modo que, hoy por hoy, las cuerdas de metal son cosa común en los violines.

El arco

Además de las cuerdas, un violín requiere de otra pieza esencial: el arco. El violinista pasa el arco sobre las cuerdas del instrumento, frotándolas, para producir sonidos musicales. Se llama arco por una razón histórica muy sencilla: antes era más curvo, parecido al que se emplea en el tiro con arco.

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Figura 12-1: Violín con arco.

image Entre los extremos del arco de madera se estira una mecha de crin de caballo. (Queda claro que los antiguos fabricantes de instrumentos no se preocupaban demasiado por el buen trato hacia los animales.) Las crines de caballo tienen la propiedad de extraer un bello sonido de una cuerda de tripa de gato. ¿Cómo ha sido capaz la especie humana de determinar este hecho? La respuesta sobrepasa nuestra imaginación. Baste con decir que, en el apartado de las combinaciones estimulantes, las crines de caballo y la tripa de gato ocupan un lugar junto al chocolate y los pasteles de crema.

Para dar a los arcos de violín mayor fricción adhesiva sobre las cuerdas, los violinistas frotan regularmente las crines con resina de trementina. Esta resina es un polvo gredoso que viene en forma de bloque circular de color ámbar. La resina incrementa en gran manera el sonido que un violín puede producir. No encontrarás a ningún violinista sin su resina.

Fabricar un violín de calidad superior requiere casi una mágica combinación de materiales, habilidad, barniz, horneado, envejecimiento y suerte. En consecuencia, los buenos violines son costosos hasta el absurdo. Muchos músicos deben escoger entre comprar un violín o adquirir una casa. Los mejores violines, fabricados hace trescientos años por los famosos artesanos italianos Stradivari y Guarneri, cuestan millones de euros. Una barbaridad, por lo que a veces sus propietarios reales son bancos o millonarios melómanos que le prestan el instrumento a algún solista realmente bueno para que lo toque en sus conciertos.

Toca afinar

El violín se afina dando vuelta a las cuatro clavijas de la parte superior, las cuales ajustan la tensión de las cuerdas. A mayor tensión es más agudo el sonido producido. Al disminuir la tensión se logran sonidos más graves. (La mayoría de las cuerdas tiene, además, un tornillito en la parte de la cola para la afinación fina.)

Para afinar las cuerdas de su violín debes oír primero la nota la perfecta, tocada por un diapasón, un aparato electrónico para afinar o cualquier otro instrumento ya afinado. En una orquesta corresponde al primer oboe tocar la nota para todos los músicos, un la. Si quieres repasar el proceso de afinación de una orquesta, vuelve al capítulo 10.

Usando este la perfecto y tu oído, no menos excelente, puedes afinar una de las cuerdas, de manera que su sonido coincida con la nota la. Luego afinas las otras tres, según tres notas distintas, empleando la cuerda ya afinada con el la como referencia.

Y nada, ¡ahora el violín ya está listo para tocar!

Cómo tocar el violín

Ahora bien, ¿cómo tocarlo?

Imagínate ahora en el escenario de una sala de conciertos repleta de gente, bañado en una brillante luz, vestido de ceremonia, con tu instrumento bien afinado y listo para tocar la Sonata para violín y piano n.o 9 en La mayor “Kreutzer” de Beethoven, acompañado nada menos que por el mítico pianista Vladimir Horowitz, hecho doblemente asombroso en vista de que 1) nunca has recibido antes una clase de violín y 2) Vladimir Horowitz murió hace ya tiempo. Muchas pesadillas comienzan así.

En este momento la pregunta que te atormenta probablemente sea la siguiente: “¿Cómo se toca esto?”.

La prueba de la goma

image Para que entiendas cómo se toca un instrumento de cuerda nos gustaría que hicieras un sencillo experimento. En primer lugar consigue una goma elástica.

Sujeta la goma a las puntas de los pies y tensiónala. Estira tu brazo y pulsa la goma. Fíjate en la altura del sonido producido.

Ahora coge la goma firmemente por la mitad, exactamente en medio de la distancia entre un pie y el otro. Con la otra mano vuelve a pulsar cualquiera de las dos mitades. Verás que la goma produce la misma nota, pero más aguda, ¿no es cierto? De hecho, la segunda nota es una octava más aguda que la primera. (Sobre las octavas y las notas de la escala, encontrarás más información en el capítulo 19.)

¿Cómo es posible? Imagínate que estás asistiendo a un partido de fútbol. (Dicho sea entre paréntesis, el que a uno le guste la música clásica ¡no está reñido con que sea también futbolero! Fíjate en el caso del compositor ruso Dmitri Shostakóvich, quien en su ballet La edad de oro narró las peripecias de un equipo de fútbol soviético en la decadente y capitalista Europa occidental...) Antes de que comience el juego, todo el mundo canta el himno del club. Todos cantan las mismas notas al tiempo, al unísono.

Consideremos una nota en particular: los hombres la cantan bajo, las mujeres más alto y los niños más alto aún. Se trata de la misma nota, pero cantada en alturas diferentes. Como se dice en la jerga musical, suena en octavas diferentes. Hombres, mujeres y niños pueden cantar la nota la, pero las mujeres la cantan en una octava superior a la de los hombres.

image ¿Qué significa, pues, exactamente la palabra octava? Una octava es la distancia que hay entre un la y el siguiente, o entre un si y el próximo si, y así sucesivamente. Al contar el número de teclas blancas de un piano, desde un la hasta el siguiente, inclusive, verás que hay ocho teclas blancas. De ahí la palabra octava, que tiene el mismo prefijo que octógono (ocho lados) y octópodo (ocho brazos).

Pero volvamos a la goma elástica: si la sujetas en tensión para que sólo la mitad de ella vibre, el sonido producido es exactamente una octava más alto que el sonido original, producido con toda la longitud de la goma. Y lo mismo pasa con el violín.

El secreto está en la longitud de la cuerda

image Supón ahora que pasas el arco sobre la cuerda de la, produciendo, claro está, un la perfecto. Si deseas que esa nota la suene una octava más alta que el la original, debes, como en el experimento de la goma, colocar firme el dedo sobre la cuerda, exactamente en la mitad de la distancia entre un extremo y el otro. Esta posición divide efectivamente por dos la longitud de la cuerda. Sólo vibra la parte comprendida entre el puente y tu dedo al pasar el arco sobre la cuerda. Voilà! Ya tienes un sonido una octava más agudo.

Si no deseas una nota tan alta, lo que debes hacer es acortar la cuerda: en lugar de colocar el dedo en la mitad de la cuerda, ponlo más cerca de las clavijas y más lejos del puente, de modo que sólo los dos tercios de la cuerda vibren al pasar el arco. Esta posición produce una nota distinta, para el caso un mi perfecto.

Todas las notas del violín, y las de los demás instrumentos de cuerda, se producen de este modo. Acortas efectivamente la cuerda, con los dedos de tu mano izquierda, de manera que las longitudes libres correspondan a notas más altas. Y con la mano derecha pasas el arco. Los violinistas aprenden, durante años de práctica, las posiciones exactas de los dedos de la mano izquierda que producen todas las notas.

Ahora bien, es posible tocar más de una nota a la vez en el violín, empleando varias cuerdas simultáneamente. Pero, como te imaginarás, la digitación necesaria para lograr esto no es cosa sencilla, en especial si se quiere tocar en tres o cuatro cuerdas al tiempo. Los maestros del violín lo logran, pero a base de una complicada gimnasia digital.

El vibrato

Cuando un violinista coloca un dedo de su mano izquierda sobre una cuerda, para tocar una nota, y pasa el arco con su mano derecha, no deja el dedo en una sola posición mientras dura la nota, sino que lo balancea rápidamente sobre la cuerda. La vibración crea una variación apenas audible en la altura de la nota. Este efecto, que agrega una maravillosa calidez al sonido del instrumento, se denomina vibrato. El vibrato le da al sonido producido la más preciada cualidad en la música clásica: la de simular la calidad de la voz humana.

Todos los buenos violinistas usan el vibrato. En términos generales, cuanto más romántica y sentida es la música, más vibrato emplean los ejecutantes. La próxima vez que asistas a un concierto, observa la mano izquierda de los músicos de la sección de cuerdas: verás cómo vibra y se balancea.

La insoportable levedad del arco

Si te fijas de nuevo en la sección de violines de una orquesta, verás que los músicos mueven el arco en dos direcciones: golpe de arco hacia arriba o golpe de arco hacia abajo. Decidir si se toca hacia arriba o hacia abajo, y con qué parte del arco es todo un arte. Los ejecutantes se explayan sobre el problema de lograr el mejor movimiento para cada situación. Si desean un sonido increíblemente ligero y etéreo, como si no viniera de ninguna parte, es muy probable que usen la punta del arco. Por el contrario, si el sonido requerido es pesado y robusto, emplearán la parte cercana al talón del arco (el extremo por donde se coge).

Observarás también que todos los arcos de cada sección de las cuerdas se mueven en la misma dirección siempre. Esto no es producto del azar. Los líderes de cada sección han escrito toda esta información en las partituras. Son ellos quienes la determinan, y hacen marquitas en las partituras para cada nota en cada una de las hojas de música que tocan.

Si alguna vez adviertes falta de precisión entre los ejecutantes de una de las secciones de cuerdas es porque ha ocurrido alguna de las siguientes cosas:

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¿Y por qué no dar libertad a los arcos?

Esa misma pregunta se hacía el director de orquesta Leopold Stokowski (1882-1977), a quien seguramente conocerás si has visto la película Fantasía, de Walt Disney. Era un auténtico mago del sonido y un día pensó que la sección de cuerdas sonaría aún mejor si cada ejecutante tenía libertad de escoger el movimiento de arco que más le convenía. Así que, a mediados del siglo pasado, los arcos de su Orquesta de Filadelfia se movían al tiempo en todas direcciones. Este método libre fue uno de los componentes del rico y pletórico “sonido de Filadelfia”, conocido en todo el mundo.

Pero el método tiene sus inconvenientes.

En primer lugar, es difícil lograr, con este manejo del arco por parte de una sección de cuerdas, una interpretación homogénea. Además, para el observador, todos esos arcos moviéndose unos contra otros producen una sensación de desbarajuste. Y para el mismo músico no deja de ser también un problema, pues si tú estás tocando con el arco hacia arriba y tu vecino de atril lo hace con el arco hacia abajo es probable que haya un choque entre ambos.

A causa de estos inconvenientes la idea de Stokowski perdió su atractivo para la mayoría de las orquestas. Hoy se usa sólo en determinadas circunstancias, cuando se requiere un sonido particularmente rico, lleno y continuo. O bien, como pasa en algunas partituras modernas, cuando el compositor deja que cada cual improvise a su aire un pasaje, si bien entonces los músicos no tocan lo mismo, sino cosas diferentes, con lo que se logra un caos absoluto, pero deliberado.

El pizzicato

Existe una manera de tocar el violín (o cualquier otro instrumento de cuerda) sin necesidad de emplear el arco. Este método recibe el nombre de pizzicato, que significa “punteado”. El sonido de un violín punteado es muy agradable, bien sea solo o en combinación con el resto de la sección. Se pueden obtener melodías con las cuerdas punteadas. El ejemplo más famoso es el tercer movimiento de la Sinfonía n.o 4 de Chaikovski, en el cual los ejecutantes no utilizan para nada el arco durante todo el movimiento. Y vale también mucho la pena escuchar la imaginativa Pizzicato-Polka de los hermanos Johann y Josef Strauss, una de esas piezas que nunca faltan en el tradicional Concierto de Año Nuevo de Viena.

image Si deseas escuchar el sonido de un violín punteado ahora mismo, sólo tienes que entrar en www.paradummies.com y acceder a los archivos musicales de este libro. En el corte 9 hay un fragmento de La consagración de la primavera de Stravinski: en 3:05 escucharás los violines alegremente punteados, por completo ignorantes de que el infierno está a punto de desencadenarse acto seguido.

Para escuchar el violín

image Si has encontrado en el sonido del violín renovadas razones para vivir, tenemos algunas obras para ti. La siguiente lista, en absoluto exhaustiva, te ofrece una muestra de los más célebres conciertos:

¿Notas alguna similitud? Muchos compositores utilizan la tonalidad de re en sus conciertos para violín, por la sencilla razón de que presenta extraordinarias posibilidades para un instrumento que, entre otras cosas, tiene una notable cuerda en re.

Por supuesto, muchos otros músicos han escrito y siguen escribiendo conciertos en otras tonalidades, pero esas tonalidades suelen corresponder a las otras cuerdas del violín: sol, la y mi. Así, por ejemplo, en las siguientes obras:

Y ahora una pareja de hermosas sonatas para violín y piano:

Y además, algunas obras para violín sólo para que veas todo lo que el instrumento puede hacer:

Con cualquiera de estas obras vas a disfrutar plenamente del violín en papeles de solista.

Otros instrumentos de cuerda

Todo lo que hemos dicho sobre el violín es válido para los otros instrumentos de la familia orquestal de las cuerdas: la viola, el violonchelo y el contrabajo.

Las principales diferencias entre dichos instrumentos y el violín residen en el tamaño y la tesitura musical, es decir, en la altura de los sonidos que producen.

Como los instrumentos son más grandes, sus cuerdas son más largas y, por consiguiente, los sonidos más graves. El violín produce notas muy altas; la viola, notas intermedias; el violonchelo, notas bajas, y el contrabajo, notas muy pero que muy bajas.

Si te parece bien, vamos a verlos de uno en uno, porque aunque básicamente sean lo mismo, son también diferentes y con un sonido muy propio e intransferible.

La viola

Mira una viola. ¿Qué diferencias ves respecto a un violín? Te ayudamos un poco:

La viola es el instrumento de cuerdas más difícil de tocar. Como es de mayor tamaño que el violín, los dedos del ejecutante deben estirarse más para dar las notas que toca. Las contorsiones que debe hacer un violista son increíbles, y la gimnasia digital se intensifica.

Para escuchar la viola

Los violistas pasan la mayor parte del tiempo en la orquesta tocando acompañamientos para las melodías de los violines. Por esta razón los conciertos para viola son raros y los violistas que pueden hacerlos son aún más raros. (¡Es una broma!)

image Aquí están algunos de ellos:

Los dos últimos conciertos recomendados pertenecen a la clasificación “Para avanzados”, pues presentan melodías y armonías que no son las que estamos acostumbrados a escuchar habitualmente. ¡Es lo que tiene la música moderna! Pero si está bien escrita (y ésta lo está) puede acabar enganchando.

Y aquí van algunas bellas sonatas para viola:

Finalmente, podrás percibir la espléndida calidad del sonido de la viola utilizada adecuadamente en las siguientes obras orquestales, en las cuales hay extensos y bellos solos a cargo de este instrumento:

Con todo este repertorio, no te extrañe si la viola acaba gustándote más que el violín, que tiene fama de ser el rey de las cuerdas, pero también un sonido mucho más histriónico y caprichoso. Todo lo contrario que la muy humana viola.

El violonchelo

¡Oh!, el violonchelo. No podemos escribir sobre este instrumento sin suspirar. ¡Qué hermoso, rico y cantante es su sonido! De todos los instrumentos de cuerda, el violonchelo es el que produce un sonido más parecido al de la voz humana. Puedes ver cómo es en la figura 12-2.

La palabra “violonchelo” viene del italiano violoncello, o sea “pequeño contrabajo”. El chelo, como también se le llama familiarmente, es el único instrumento de cuerda que sólo se puede tocar sentado, como notarás rápidamente si miras una orquesta. Observarás que el chelo es demasiado grande como para colocarlo debajo del mentón, como el violín o la viola, pero muy pequeño para tocar de pie, como el contrabajo.

El violonchelo tiene una tesitura más baja que el violín y la viola a causa de su tamaño. Por esta razón casi nunca toca la melodía en una orquesta sinfónica. Durante siglos los compositores lo relegaron, junto con el contrabajo, a tocar las notas bajas, base sobre la cual se construyen las melodías para el violín.

En el cuarteto de cuerda, formado por dos violines, una viola y un violonchelo, éste acostumbra tocar las notas bajas, entre otras cosas porque es el único de los cuatro instrumentos que puede darlas. (Puedes repasar lo que se dice en el capítulo 9 sobre esta forma, la reina de la música de cámara.)

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Figura 12-2: El violonchelo: instrumento de cuerdas cuyo sonido es el más parecido al de la voz humana.

Por fortuna, un día los compositores (entre ellos Luigi Boccherini, a quien te presentamos en el capítulo 3) descubrieron la belleza del sonido del chelo y ello estimuló su imaginación. Comenzaron entonces a escribir obras en las que el chelo ocupaba el centro de la escena, acompañado por otros instrumentos. Las sonatas y conciertos escritos para este instrumento son encantadores y muy expresivos.

Los violonchelistas son de la gente más feliz que conocemos, quizá por su contacto físico diario con este hermoso y vibrante instrumento. Y cuando, en el curso de una ejecución orquestal, los violonchelos tienen la rara oportunidad de tocar una melodía, vale la pena observarlos porque lo hacen con pasión y convicción absolutas.

Para escuchar el violonchelo

image Si buscas conciertos para violonchelo no te defraudarán los siguientes:

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Compendio de chistes sobre la viola

Como la viola es tan difícil de tocar, hay muy pocos violistas destacados en el mundo. Otra razón puede ser que muchos violinistas que no son demasiado hábiles, al considerar sus escasas posibilidades en el competitivo mundo de los conciertos, cambian de instrumento, pensando que la viola puede darles mayores oportunidades de conseguir trabajo.

La combinación de estos dos factores ha convertido a la viola y a sus ejecutantes en el blanco de más bromas y chistes que los que hay sobre cualquier otro instrumento. Los músicos de todo tipo, incluyendo a los violistas, los relatan con frecuencia.

Los chistes sobre la viola son crudos, ofensivos, y no debería gastarse papel en imprimirlos. Pero con mucho gusto te presentamos algunos a continuación.

P: ¿Cuál es la diferencia entre un violín y una viola?

R: Una viola arde durante más tiempo.

P: ¿Cuál es la diferencia entre una viola y una cebolla?

R: Uno no llora cortando una viola.

P: ¿Cómo se hace para que tres violistas toquen perfectamente afinados?

R: Hay que matar a dos de ellos.

P: ¿Cómo se sabe si una viola está desafinada?

R: Porque el arco se está moviendo.

Recientemente un amigo nuestro decidió entablar conversación, durante un vuelo, con su vecina de asiento. “Sé un excelente chiste sobre la viola —comenzó nuestro amigo—. ¿Le gustaría escucharlo?”

“Primero me gustaría que supiera que soy violista”, replicó la vecina.

“¡Excelente! Se lo contaré bien despacio.”

Y para solos para chelo, con acompañamiento de piano, busca estas obras:

Y a pelo, sin acompañamiento de ningún tipo, apunta estas otras:

No podemos dejar de mencionar, por supuesto, los más bellos pasajes para chelo en el repertorio orquestal:

El contrabajo

El instrumento que produce sonidos más bajos entre todos los de las cuerdas es el contrabajo; enorme, mayor que la estatura promedio de un hombre (mira la figura 12-3), este instrumento es capaz de dar notas más bajas que las que cualquiera puede cantar, y proporciona el fundamento del sonido de la orquesta. En una orquesta los contrabajos están casi siempre ubicados atrás y hacia la derecha del escenario. Los contrabajistas tocan el instrumento sentados en unos bancos altos, cuando no directamente de pie.

Para escuchar el contrabajo

image Las obras para contrabajo solo son raras, pero dignas de escuchar. Si los conciertos para contrabajo tensionan tus cuerdas, escucha las siguientes piezas:

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Figura 12-3: El contrabajo, abuelo de todos los de la sección de cuerdas, produce las notas más bajas.

Las siguientes sonatas son, también, dignas de oír:

Para finalizar, escuche los más famosos pasajes para contrabajo de toda la música clásica:

Y ya está, ya puedes decir que has escuchado a los miembros principales de la familia de cuerdas de una orquesta. Lo que no significa que conozcas a todos los instrumentos de cuerda... Si quieres conocerlos, sigue leyendo.

El arpa

El arpa produce un efecto mágico en todos los que la oyen. Su sonido es argentino, tierno y amable. Una súbita entrada del arpa en una obra orquestal añade siempre un color mágico al sonido.

image El arpa tiene 47 cuerdas (fíjate en la figura 12-4). Como otros instrumentos de cuerda, tiene que afinarse antes de cada ensayo y de cada concierto. Por ello, el arpista debe llegar al ensayo por lo menos 47 minutos antes que los demás, sólo para afinar cada una de las 47 cuerdas.

Para realizar tamaña tarea el arpista utiliza una llave especial que encaja en un conjunto de clavijas que se extiende por toda la parte superior del marco del instrumento. Cada clavija puede girarse, en forma análoga a las del piano, para tensionar o distensionar una cuerda en particular.

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Figura 12-4: El arpa, con sus 47 cuerdas.

Mientras afina cada cuerda, el arpista oye por un audífono conectado a un pequeño adminículo para afinar, parecido a uno de aquellos vetustos walkman. El aparato le da la nota requerida, y su oficio es lograr que la altura del sonido de la cuerda coincida con el de la nota de referencia.

Pero con la afinación del instrumento no han terminado los retos para el arpista. Ponte por un momento en su lugar: tienes 47 cuerdas; ¿cómo haces para distinguirlas?

image Respuesta: Si un día tienes posibilidad de acercarte a una arpa verás que ¡las cuerdas tienen colores! Todas las cuerdas que dan el do son rojas, y todas las del fa son azules. Los arpistas identifican las otras cuerdas en términos de su distancia a partir de un do o de un fa. Dicho así ¡parece incluso fácil! Pero no lo es en absoluto.

Para complicarlo más, el arpa, además de las 47 cuerdas, tiene 7 pedales, que cambian la altura de los sonidos producidos por las cuerdas mientras el arpista toca. Cada pedal corresponde a una nota de la escala. Hay un pedal de la, otro de si, uno más de do, y así sucesivamente. Además, cada uno tiene tres muescas que lo fijan en otras tantas posiciones: superior, intermedia e inferior. Los pedales están provistos de resortes. Uno puede, con el pie, bajarlos o subirlos, haciéndolos entrar en cada una de las muescas.

image Si todos los pedales están colocados en la posición intermedia, las 47 cuerdas del arpa producen exactamente las mismas notas que las teclas blancas de un piano: do, re, mi, fa, sol, la, si y seis y media octavas hacia arriba. Eso funciona perfecto si alguien quiere tocar una de estas notas.

Pero ¿cómo se hace para tocar una nota intermedia?

Supongamos, por ejemplo, que deseas tocar un la sostenido (nota intermedia entre la y si). Entonces debes presionar con el pie derecho el pedal de la y llevarlo a la posición inferior. Esta acción tensiona un poco más todas las cuerdas del arpa, de modo que todas den el la sostenido. (Sobre el papel de estas notas intermedias puedes saber más cosas en el capítulo 19.)

Para volver al la original hay que accionar de nuevo el mismo pedal y llevarlo a la posición intermedia. Ahora, si mueves el pedal a la posición superior, las cuerdas pierden algo de tensión y producen un sonido más bajo: el la bemol.

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El efecto del arpa que todo el mundo espera

El efecto más conocido del arpa es el glissando. Esta palabra italiana significa simplemente “deslizando”. Aunque no te lo creas, has visto y oído este efecto muchas veces. El arpista desliza sus dedos sobre las cuerdas, de un extremo al otro del instrumento, en general de abajo hacia arriba, haciendo que todas las notas suenen en una escala precipitada.

Harpo, el mudo de los geniales hermanos Marx, fue un maestro del glissando en ambos sentidos: solía mover sus dedos de abajo hacia arriba y viceversa, en un floreo. Un glissando del arpa añade siempre una dramática belleza al mágico y variado significado de la música, o al inicio de una secuencia en televisión.

Por tal razón se ha abusado de este efecto, especialmente por parte de los compositores de música para películas cuando quieren resaltar una imagen particularmente celestial.

Para escuchar el arpa

image Si quieres que tu introducción al mundo del arpa sea aún más completa, escucha las siguientes obras:

En el universo de la música orquestal, busca estos célebres pasajes para arpa:

La guitarra

Entre todos los instrumentos de música clásica, la guitarra el más popular entre la gente de música no clásica. Uno encuentra guitarras en cualquier tienda de música, en todas las escuelas y, probablemente, en más casas que cualquier otro instrumento. Si no tienes una en tu armario, seguro que tu vecino tiene.

La guitarra clásica tiene seis cuerdas (y nada de electricidad). Las notas para afinar la guitarra no están igual de espaciadas, de modo que la afinación perfecta de una guitarra es asunto difícil. Por eso, tal vez, se oyen tantas guitarras desafinadas.

Los diapasones de violines, violas, violonchelos y contrabajos son lisos. Hay que adivinar (o aprender durante muchos años de práctica) dónde se coloca un dedo de la mano izquierda para producir una nota determinada. En la guitarra, por el contrario, esto es algo seguro porque tiene trastes. Los trastes son tiritas de metal distribuidas a lo largo del diapasón, que indican dónde poner los dedos para dar una nota (mira la figura 12-5).

En la música para guitarra no siempre se toca una sola nota. A veces hay que tocar varias notas simultáneamente. Para lograrlo es necesario contorsionar la mano izquierda para pisar, ¡así se dice!, varias cuerdas a la vez, por lo general en trastes diferentes.

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Figura 12-5: El diapasón de una guitarra tiene trastes.

Un violín suele dar una nota a la vez. Pero en la guitarra se tocan de ordinario varias notas al tiempo. En eso consiste el rasgueo. Casi nunca se rasguea un violín.

Para escuchar la guitarra

Hay quien afirma que la guitarra clásica es el instrumento más difícil de tocar bien, lo que se dice bien. Los guitarristas clásicos realmente virtuosos que conocemos forman una selecta y maravillosa especie. Si alguna vez tienes la oportunidad de escuchar a alguno de ellos, ¡no la dejes escapar!

image Algunos de los más finos sonidos jamás producidos por una guitarra se encuentran en las siguientes obras:

Y si la quieres escuchar a solo, aquí van algunas recomendaciones:

Esta última obra te descubrirá sonidos que nunca pensarías que puede llegar a dar una guitarra...

Otros instrumentos de cuerda

En este capítulo te hemos hablado de los instrumentos de cuerda más importantes que puedes encontrar en el universo de la música clásica. Pero ocasionalmente aparecen otros, la mayoría de las veces para crear efectos especiales en música poco común, exótica, o en la música moderna.

Si miras y escuchas con atención, puede que te encuentres con alguno de estos otros instrumentos:

Y, por supuesto, está la guitarra eléctrica, más conocida en el repertorio pop y roquero, pero a la que también se han acercado algunos compositores modernos, como el español David del Puerto.

Todos estos instrumentos tienen su repertorio que descubrir. Por tanto, ya ves que tienes mucho y bueno que investigar. Y espérate, ¡que de momento sólo has visto la familia de las cuerdas!

Pasa página, que los vientos te esperan.