Capítulo II

El Oriente en el año 800 a. C.

DOS SIGLOS han pasado por el Oriente, y a primera vista parece como si no hubiera ocurrido ningún cambio radical en su condición social o política. Ningún poder extranjero ha entrado en él; y sólo ha surgido un nuevo estado de importancia, el frigio. Los pueblos que eran los más importantes en el año 1000 son todavía los más importantes en el año 800: los asirios, los babilonios, los mushki de Capadocia, los tribeños de Urartu, los arameos de Damasco, los fenicios comerciantes de la costa siria y los griegos comerciantes de la costa de Anatolia. El Egipto ha permanecido detrás de su frontera, excepción hecha de una correría en Palestina aproximadamente el año 925 a. C., de la cual trajo Sheshonk, el libio, tesoros del templo de Salomón para aumentar el esplendor de Amón. Arabia no ha empezado a destacarse. Ha habido, claro está, progreso, pero a lo largo de viejos lineamientos. Se han alterado los valores relativos de los estados: algunos se han vuelto más decisivamente los superiores de otros, en relación a lo que eran doscientos años atrás; pero son aquellos cuyo crecimiento estaba previsto. ¿Dónde está, pues, la gran diferencia? Porque indudablemente las cosas han cambiado. No se necesita hurgar mucho para percibir el cambio, y quien mire con cuidado no sólo advertirá ciertos cambios, sino que percibirá en ciertos sectores señales y advertencias de un estado de cosas venidero que no se soñaba en el año 1000 a. C.