MUSEO DE LA ALIMENTACIÓN

Hemos hecho un recorrido ficticio de los alimentos a través de nuestro supermercado, con diferentes valoraciones, y les hemos dado una categoría y una posición más o menos relevante a todos. A la vista de esto y evidentemente también de forma ficticia, hemos recibido una oferta de una galería de arte prestigiosa para hacer un Museo de la alimentación con carácter permanente. Quieren exhibir un cuadro de cada alimento importante para, de esa forma, rendir a todos ellos un homenaje por los millones de años que llevan proporcionándonos energía para vivir.

Nos han encargado que gestionemos esto y que hagamos la asignación proporcionada por alimento o grupo de alimentos, y que la importancia y propiedad sean las que marquen el grado de individualidad y personalidad de cada uno.

El proyecto nos ha gustado mucho porque de esa forma podemos ofrecer a los futuros visitantes del museo una información fundamental sobre la alimentación en general, y de paso reivindicar el valor de muchos productos que, como llevan con nosotros millones de años, les hemos dejado de dar valor. La cosa ha quedado así.

— Cada fruta y todos sus familiares directos tienen su cuadro individual, de forma que hay uno para la manzana y familia; y otro para el plátano, naranja, aceitunas, melón, sandía, nísperos, etc. Son más de cincuenta cuadros con todas las variedades por países y hemos sido especialmente cuidadosos de que no faltara ninguno.

— De igual modo, las verduras y las hortalizas tienen el suyo individual. Son otros casi cincuenta cuadros en los que destacan, al igual que en la fruta, los coloridos y la brillantez de las pinturas.

— Hemos dedicado unos quince cuadros a los frutos secos y frutas desecadas, entre los que destacan el cuadro de las nueces y el de las almendras.

— Hay un cuadro gigantesco y espectacular para el agua, que como no tiene parientes naturales le hemos dedicado una habitación del museo solo para ella. Toda su historia y un especial recorrido por su ciclo en el planeta.

— Las grasas por la importancia que tienen también tienen su espacio en el que, por supuesto, destaca un cuadro precioso para el aceite de oliva, que representa de paso a las grasas insaturadas. Y no nos hemos olvidado del colesterol bueno.

— Las carnes tienen cuatro: uno para las rojas; otro para las blancas, y hemos querido tener una deferencia con el jamón serrano y le hemos dedicado uno, al igual que a los embutidos, a los que, a pesar de que en realidad podían haber estado incluidos en el cuadro de la carne roja, por sus variedades y matices culturales, les hemos asignado otro diferente.

— Igualmente hay uno solo para todos los tipos de huevos.

— Los pescados tienen otros cuatro cuadros: uno para los pescados blancos, otro para los azules, uno más para los mariscos y otro para los moluscos.

— Los lácteos tienen dos: uno para la leche y derivados lácteos y, aunque también es un derivado de la leche, ya que le hemos dedicado un cuadro al jamón, le hemos asignado otro al queso.

— Las legumbres tienen uno para todas.

— También tiene solo uno los tubérculos.

— Los cereales, al igual que los dos anteriores, solamente tienen un cuadro con todas sus variedades.

— Las infusiones y tisanas están en uno en el que caben todas.

— Y después de pensarlo y de quedar excluido en una primera selección, únicamente por tradición cultural le hemos dedicado uno a algunos vinos, pero advirtiendo de su contenido en alcohol.

Para terminar, hemos realizado un folleto informativo que se entrega a los visitantes en la entrada del museo con una ruta explicativa de cada cuadro y, de paso, de lo importante que es en su alimentación personal. La mayoría de las personas que lo visitan entiende el sentido y el mensaje que se quiere expresar, pero siempre hay alguien, muy pocos en realidad, que echa de menos algo en concreto. Le explicamos que el museo no se ha creado en función de gustos personales y sí del valor y de la utilidad objetiva. Algunos se convencen y otros no. Como en la vida misma.

Este ejemplo museístico puede servir de introducción para considerar cuáles serían los criterios para conseguir que la alimentación fuera sana de una vez por todas y se mantuviera así toda la vida.

Aprende a comer y a controlar tu peso
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