APORTACIÓN DE LA GASTRONOMÍA
En nuestra evolución hemos tenido una aportación magnífica, la gastronomía. No cabe duda de que todo empezó con el control del fuego, sometiendo la carne y otros alimentos al contacto del mismo, facilitando de este modo su consumo. Posteriormente, aprendimos a cultivar granos y molerlos para obtener harinas, y así con un inmenso etcétera hasta nuestros días.
Podemos afirmar que la gastronomía nos hizo humanos, y que su presencia ha sido decisiva en nuestra evolución física y mental. Nos amplió la perspectiva y amplitud de la dieta, nos incrementó la gama de sabores y nos introdujo en un mundo nuevo en relación con la alimentación. Por tanto, la gastronomía, como tal, ha sido fundamental y constituye un arte que maneja al mismo tiempo la variedad de alimentos y el sentido del gusto, y, con ello, la capacidad de percepción de millones de sabores.
Pero no debemos ignorar que el sentido último de la alimentación es introducir en el organismo moléculas que intervienen de forma decisiva en la salud; por eso, la gastronomía no puede olvidar y debe tener presente —e incluso ser prioritario— el concepto de ser una vía de salud en su finalidad y no permanecer en el estado primario, metabólicamente hablando, de aportar solo sabores.