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Alberto últimamente también le ha ocultado información. O por lo menos ha dejado de ser aquella criatura transparente que se lo contaba todo. Alguna intuición le dice que la escuela de especialistas tiene parte de la culpa, pero es imposible decir de qué manera o por qué. Las intuiciones de las madres no son demostrables de forma empírica ni gozan de ningún prestigio, pero existen. Habrá que encontrar la forma de demostrarlo.
Busca en Internet la página de la escuela. En la foto de la presentación —«¿Te gustaría trabajar como especialista de cine?»— se ve un edificio en llamas del que salen cuatro personas a pie. Las cuatro con la ropa ardiendo. Cuatro antorchas andantes. La foto le da escalofríos, no por las dificultades técnicas de prender fuego a la gente sin que sufra daños, sino por la posibilidad real de que su hijo haya hecho alguna vez algo así.
Revisa una por una todas las pestañas de información. Matrícula, Quiénes somos, Calendario, Profesores, Vídeos, Galería… No encuentra en ninguna parte un teléfono de contacto. Qué manía esta de hacerlo todo por escrito, cuanto más impersonal, mejor, como si el contacto con otros seres humanos nos diese más miedo que quemarnos vivos. Tampoco hay ningún correo electrónico. Solo una dirección del polígono industrial de una población cercana a Barcelona a la cual no tiene ninguna posibilidad de ir.
Vuelve a Quiénes somos. Le ha parecido ver un nombre en el que quiere detenerse. Fundadora, directora y propietaria. Breve semblanza personal. Después de años trabajando como extra de cine en producciones tanto nacionales como extranjeras, y de llegar a ser una de las profesionales mejor valoradas de su sector, decidió retirarse para dar a los jóvenes intérpretes la posibilidad de aprender de su experiencia. Fue así como Esther Parra fundó la escuela de especialistas, que en pocos años se convirtió en un centro de referencia para todo el país en la formación de profesionales de las artes escénicas y cinematográficas.
Esther Parra.
Esther.
No hay fotografía.
Reina escribe en el buscador: Esther Parra.
La primera noticia que aparece: Especialista sufre un accidente durante el rodaje de…
No le suena el nombre de la película, no sabe si la ha visto, pero recuerda la noticia, más o menos.
Lee: Durante el rodaje de una de las escenas más arriesgadas de la superproducción tal, una especialista de larga trayectoria profesional, de nombre Esther Parra, sufrió un gravísimo accidente de tráfico mientras conducía una moto de gran cilindrada por un circuito cerrado. Aunque se recuperó de las lesiones sufridas, días más tarde anunció su retirada por motivos personales. Lo hizo público en un comunicado que envió a la prensa especializada, donde aprovechó para despedirse de sus fans.
Echa un vistazo al apartado de Vídeos. Todos parecen publicidad de la escuela. Le da pereza abrirlos. Va a la pestaña Galería.
Aparecen, multiplicadas unas cuantas veces, las imágenes de una mujer atlética, rubia, delgada y atractiva. En algunas parece muy joven: tienen esa pátina del paso del tiempo. En las últimas, las que corresponden a su etapa como directora de la escuela Risky Shot, como mínimo tiene cuarenta años.
No, no puede ser.
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