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Laura se estaba levantando de su mesa, se iba directa a la tienda. Como empezaba a ser habitual, se había entretenido y ya no le daba tiempo a comer más que un sándwich en el bar frente a la tienda.
Mientras cogía su bolso, vio como Tanya colgaba el teléfono bruscamente y escondía la cabeza entre las manos. Se acercó al despacho a ver qué le pasaba a su amiga. Llamó suavemente a la puerta y la abrió. Tanya levantó la cabeza y le mostró una gran sonrisa, aunque sus ojos no expresaban lo mismo.
—¿Estás bien? —Laura se encontraba sujetando la puerta entornada, medio dentro, medio fuera, del despacho. Tanya asintió.
—Sí, Laura. Muchas gracias por tu preocupación. —A Tanya le brillaban los ojos.
—Por cierto, mañana, como es el primer programa de ‘Decoración para todos’, bueno, ya sabes, el primero de la temporada, y el primero en el que aparezco yo. —Tanya asintió levemente con la cabeza—. Nos vamos a juntar algunos amigos en casa de Jose, mi novio, por si quieres venirte. —Tanya la miró extrañada. Normalmente, la gente era muy amable con ella, al fin y al cabo era la esposa del presidente de la compañía donde todos trabajaban, pero nunca nadie se había molestado en invitarla a ningún sitio. La amabilidad para con ella nunca era real.
Como tardaba rato en contestar, Laura continuó. —Bueno, supongo que tendrás planes para ver el programa con tu marido o la familia—. Tanya negó inmediatamente.
—No. Lorenzo me acaba de llamar para decirme que se iba este fin de semana a Puerto Banús. —Laura no ocultó su sorpresa—. Por negocios, ya sabes. —Laura asintió como si lo entendiera perfectamente—. Por lo que no tengo planes. Me encantaría ver el primer programa contigo y tus amigos. —Tanya se había animado con la perspectiva.
—Perfecto. —Sonrió Laura. Se acercó a la mesa de Tanya donde con toda libertad cogió un post–it de los que tenía al lado del teléfono, y un bolígrafo del cubilete, y anotó la dirección de Jose—. La gente empezará a llegar sobre las cinco. Pásate cuando quieras. Estaremos en casa.
Laura ya estaba saliendo del despacho, cuando oyó a Tanya decir con voz suave. —Gracias.