CAPÍTULO 11
DESPACHO DEL TENIENTE CORONEL
MUELLER - BURGOS
25 DE JULIO DE 1938 - 06:47 HORAS
Mariana Monsanto se acercó al escritorio del teniente coronel Mueller y le extendió las seis hojas mecanografiadas:
—Aquí tiene, coronel —dijo—. Es una traducción completa. Está confirmado que se trata de una gran ofensiva republicana. Pretenden conquistar territorio y recuperar el rumbo de la guerra, supongo.
El oficial colgó el teléfono y tomó los documentos.
A pesar del ajetreo de la oficina, consiguió centrarse en ella. Era de gran ayuda, siempre dispuesta a colaborar. Traducía perfectamente y era altamente eficaz. Apreciaba y valoraba su trabajo. De hecho, la consideraba una de sus mejores colaboradores.
—Gracias, Mariana. Es lo que me temía. Están jugando su última carta, y aunque pierdan saben que tienen que hacerlo.
—¿Por qué?
—Quieren atraer la atención internacional.
—¿Con un coste tan alto de vidas y de sacrificios?
—Eso parece.
Mueller echó una ojeada al fajo de hojas con expresión preocupada.
Después, miró por la ventana.
Al fondo, una escuadrilla de aviones acababa de despegar mientras otra estaba a punto de aterrizar. Esta vez la ofensiva republicana les estaba dando mucho trabajo.
—Hay que dar un informe al general Franco que le haga comprender la gravedad de la situación. Creo que todavía hay algunos oficiales que no tienen conciencia de lo que significa este ataque, y lo importante que es atajarlo rápidamente.
Un suboficial se acercó y dejó un lote de fotografías sobre la mesa.
—Son recientes, mi coronel. Son las fuerzas del Ebro. Acaban de revelarlas.
—Gracias —dijo Mueller al hombre, que siguió su camino sin apenas detenerse.
Mueller contempló las fotos.
La expresión de su rostro cambió completamente.
Era el primero en ver aquello.
Fotos de hacía menos de dos horas, tomadas desde sus propios aviones.
—Esto puede significar que son decenas de miles… —musitó el oficial.
Mariana le observó sin atreverse a decir nada.
Mueller levantó la vista.
—Esto puede durar meses —dijo—. Necesitamos más información.
Mariana asintió.
Tenían que hacer algo.