Años cincuenta: mientras recorre la Polonia profunda, un Kapuściński aprendiz de reportero vive obsesionado con cruzar la frontera. No viaja a Checoslovaquia, pero, a cambio, la redacción del diario en el que trabaja lo envía a… la India. El flamante corresponsal parte con un sólo libro, la Historia de Heródoto, que resultará decisivo para la formación (profesional y personal) del futuro gran autor. Viajes con Heródoto se revela como un libro de difícil clasificación. ¿Es un reportaje? A ratos. ¿Un estudio etnográfico-antropológico? En parte sí. ¿Un libro de viajes? También lo es. ¿Un homenaje al Heródoto protorreportero y a la calidad de su prosa? Desde luego. Y todo plasmado en magníficas historias no ficticias en las que los soldados de Salamina conviven con un niño sin zapatos en la Varsovia de 1942, Jerjes con Dostoievski, Creso con Louis Armstrong. Y el maestro Heródoto con su discípulo Kapuściński, el mejor reportero de nuestro tiempo y un grandísimo escritor.