40 Es seguro que desde esta misma reunión Fidel haya visto una vinculación de propósitos entre Valdés-Vivó y el sudeste asiático. Pero, ni siquiera, Vietnam del Norte. No. Lo entronizó con el sur, allá abajo, donde la guerra. ¿No se había referido a Diem? Pues, unos tres años más tarde tenemos a Valdés-Vivó designado ¡embajador de Cuba ante el Gobierno Provisional de Vietnam del Sur! El único embajador del mundo vivaqueando en las selvas y los arrozales del delta del Mekong y vecindades. Y ni uniforme de milicias cubanas ni guayabera habanera. El mismo pijama negro y las sandalias de metededos «Ho Chi-Minh» del resto del Vietcong. Es fácil imaginar que con los puñados de arroz crudo sin sal atragantados bajo las interminables lluvias y vientos de los monzones y, en posición fetal, ovillado en las cuevas de ratas de los refugios antiaéreos, secudiéndose de arañas y serpientes, que se desprendían de los techos bajo el efecto de las oleadas de bombardeos, Valdés-Vivó haya tenido oportunidad de reparar alguna vez en aquella noche aciaga en que le insinuara a Fidel que no le diera más la vuelta a la noria con el guiso de Kennedy, a quien, por otra parte, él —Fidel— se había cansado de llamar «la gatica de María Ramos», en alusión a un viejo refrán sobre las personas que eluden sus culpas —«la gatica de María Ramos, tira la piedra y esconde la mano». Blas, sin embargo, se permitió mantener el empaque. Como quiera que en cualquier momento iba a necesitarse una constitución del país, porque no se podía seguir metiendo el cuento de que la constitución cubana eran los discursos del Comandante, el mismo Comandante optó por decirle a Blas que fuera escribiendo «ese mamotreto». Diez años. La tarea le duró 10 años a Blas. Hasta que, por referéndum, se aprobó el dichoso documento. Quedó de lo más bueno, decía Fidel. Comenzaba por un párrafo de gratitud a la Unión Soviética. Era la tercera constitución de la historia de Cuba, pero la primera de inspiración eslava. Bueno, muchos decían que era una constitución búlgara. O que de ahí había sido la traducción.<<