10 Algunos espíritus inquietos aún situados en La Habana, que han querido reconstruir la historia en mi provecho, sostienen la tesis de que Ochoa estuvo preso varias veces desde abril: Pero la información no es buena, y lo que tiene lugar es una confusión: están confundiendo la secuencia de las indecisas reuniones de Raúl Castro con Ochoa a fin de determinar si acababa de nombrarlo como jefe del Ejército Occidental y no los arrestos propiamente dichos, que tuvieron lugar después y que fueron dos, uno de los cuales permanece aún como «reservado» por el Gobierno cubano y del que no se conoce una palabra en el extranjero e —incluso en Cuba— fuera de los círculos más íntimos de Fidel y Raúl, o algún esporádico personal interesado, como gente del grupo nuestro, y que —hasta donde alcanza mi conocimiento— es en este libro la primera vez que se le menciona públicamente. Pero ¿quizá deba dejarse el campo abierto en beneficio de la duda? Si lo que se quiere es acumular información, acumulen. En una de mis entrevistas telefónicas grabadas desde Miami (circa 12/97) con uno de mis contactos en La Habana (y utilizando allí un teléfono supuestamente «limpio»), el ex primer teniente de Tropas Especiales Guillermo Julio Cowley, «Wyllie», al lado del que me habrían de capturar mientras intentábamos —¡una vez más!— fugarnos de Cuba en balsa unos 4 años después de este proceso (y que había sido uno de los oficiales más cercanos a Ochoa, incluso al nivel de haber participado junto a él en una que otra sesión de sexo en grupo), después de referirnos a la participación de Ochoa en la guerrilla venezolana de mediados de los sesenta —en lenguaje figurado, por supuesto, ya que nada garantiza en Cuba que un teléfono supuestamente «limpio», esté verdaderamente «limpio»—, y luego de una pausa acentuada, para entrar en otro tema, se escucha que digo lo siguiente:
[NF] ¿Tú sabias que él había estado detenido antes?
[Wyllie Cowley) SI.
[NF] Como una semanita.
|Cowley] Muchas veces.
[NF] ¿Sí?
|Cowley] Muchas veces.
[NF] ¿Muchas?
[Cowley] Sí.
[NF] ¿Más de una?
(Cowley] Sí. Más de una.
[NF] Fue una, la primera semana, ¿no? La semana anterior.
[Cowley] Eh, oye. Voy a... eh. Fue muchas veces.
[NF] Sí.
[Cowley] Anteriores, desde el principio de arto.
[NF] ¿Desde principios de año?
[Cowley] Sí.
[NF] ¿Pero en esas condiciones?
[Cowley] Bueno, realmente, en condiciones ya así, sí, después de abril.
[NF] ¿Después de abril?
[Cowley] Sí.
|NF] ¿Pero presón presón presón [una forma rápida de buscar la gradación de Ochoa prisionero]?
[Cowley] Emm... Sí. Asimismo. Bueno sin las cammm... con características más nobles, ¿no?
[NF] Sí.
[Cowley] ¿Me entiendes? Con una cara más linda.
[NF] O sea, ¿ésa no había sido la primera vez?
[Cowley] No.
[NF] ¿La de la... la semana anterior?
[Cowley] No.
Conservo la grabación. Material útil para escuchar el miedo. Un tipo como Wyllie, tartamudeando, dando rodeos, como si estuviera revelando los emplazamientos de misiles nucleares, y no hechos que han sido noticias y en los que han participado, y por los que fue encarcelado y ha cumplido condena. La decisión de corroborar ciertos detalles con viejos compañeros llegados al exilio o aún en Cuba, es para cerrar brechas de duda. El margen de error puede ser del 1.5 % al 3 %, lo cual al autor le parece más que razonable en una obra de esta especie. Pero sólo lo concede como una posibilidad en extremo remota, puesto que se ha trabajado con la ambición de tener menor porcentaje de error que el de los sistemas de navegación de los Jumbo 747.<<