32 Ya saben los estudiosos: cuando quieran hallar el origen de la resistencia y la obstinación y absoluta concentración y dedicación con que Fidel se mantiene en el poder 40 años después de haberlo capturado. Tiene un exhaustivo conocimiento de causa y de efecto de lo que pasa con los vencidos y prisioneros a partir de los códigos de tratamiento instaurados por él mismo al triunfo de la Revolución Cubana. Que, de escapar del paredón, tienen que ser reducidos a una condición eterna: de vencidos y prisioneros de por vida. Desde luego, no vayan a creer los reos destinados, al fusilamiento que por el hecho de hacerlos pasar por ese mal momento de que los ejecuten, en un episodio en el que casi siempre se les va a estar revolcando con la muerte durante un buen rato antes de recibir la orden de que les disparen, ya sea porque los pasean delante de sus propios ataúdes, aún vacíos, que son angostos y de madera barnizada a la carrera, a los que se le ha recostado la tapa y adentro de los cuales espera un sólido martillo y los clavos, o porque les peguen las espaldas a unos postes embadurnados de la sangre de los compañeros anteriores, o porque ven otros cadáveres, colocados en el área de proyección de las luces frontales de la camioneta de Medicina Legal, que los ilumina, los va a liberar del escarnio permanente de haber sido derrotados por Fidel Castro. Aunque en sus casos se producirá por omisión: las leyes revolucionarias prohíben que sobre las tumbas de los fusilados sean levantadas lápidas o inscripciones sobre la piedra con los nombres de los ejecutados, y la colocación de flores u otras ofrendas de esa clase está totalmente proscrita.<<