16 Cuando yo, en febrero de 1984, le di a leer el original de mi Hemingway en Cuba, se lo hice acompañar con una caja de más de 300 fotografías. Era un tesoro. Todas las fotografías que yo había reunido de todas las gavetas y escondrijos del propio Hemingway de su casa cubana, la Finca Vigía. Los originales de algunos de los más grandes fotógrafos desde el invento de la fotografía. Robert Capa, Earl Theisen, John Bryson, Lee Miller, Paul Radkai, Mark Kauffman, Lloyd Arnold, John Einstead, Hans Malmberg, Yousof Karsh, Joris Ivens, John Femó. En menos de tres días Fidel me llamó para devolverme el original con pequeñas y acuciosas notas. La caja de fotografías permanecía intacta. Le pregunté si no había tenido tiempo de echarle una ojeada. Ahí está Capa. El miliciano cayendo en Somosierra. Normandía. Respondió con un rápido gesto de asentimiento o de entendimiento o de que me había escuchado y entonces me preguntó por los cangrejos que Hemingway comía a bordo del «Pilar». Él pretendía que yo supiera qué clase de cangrejos eran ésos. Resultaría al final en una especie de graduación mía, antes sus ojos, como hemingwayólogo cubano de primer grado. Yo quería hablarle a Fidel Castro de Yousof Karsh y de Capa pero él sobreseía el tema mediante el recurso de sacarme de paso con la pregunta adecuada para que no volviera a abrir la boca. Indagando si los cangrejos que Hemingway se tragaba eran moros.<<