CARTA DEL PAPA PÍO XII

CUANDO ERA SECRETARIO DE ESTADO, AL AUTOR

Reverendo señor profesor:

El Padre Santo ha recibido con satisfacción el ejemplar de su obra "Paulus - Ein Heldenleben im Dienste Christi", que V. le ha regalado con fiel rendimiento por mediación del editor, y ha encargado al que suscribe expresarle su benévola gratitud por los sentimientos manifestados. En la figura singular del Apóstol de las Gentes y en la original obra de su vida están encerrados, para los hombres de todos los tiempos y latitudes, valores que incitan siempre de nuevo a ponerlos de manifiesto y utilizarlos de una manera que corresponda lo más posible a las circunstancias y necesidades de la actualidad. El número inmenso de los libros sobre san Pablo es una prueba elocuente de la fuerza de atracción eternamente joven, como también de lo inagotable de este tema verdaderamente sublime. Nadie puede esforzarse por entender a san Pablo sin crecer en el conocimiento y amor de Cristo, cuya gracia omnipotente eligió y habilitó precisamente al perseguidor de su reino para que fuese el que con más felices éxitos lo acrecentase. En un tiempo en que la repetición de la gracia de Damasco para tantos que desconocen y persiguen el Evangelio y la Iglesia de Cristo pertenece al número de las más caras intenciones de la oración del Padre de la cristiandad, es un mérito especial hacer que se dirija la mirada a la figura secular del que, librado por la gracia de Dios de la estrechez de heredados prejuicios, ha ascendido a ser Doctor de las Gentes.

Mientras, puedo comunicarle que el Padre Santo, como prenda de la gracia de Cristo para su trabajo sacerdotal, le da de corazón la suplicada Bendición Apostólica, me incumbe también a mí expresarle mi más obsequioso agradecimiento por el ejemplar para mí destinado.

Con la más señalada estima soy de Vuestra Reverencia adictísimo