MAS QUEDA TODAVÍA ALGO POR DECIR…
Mas queda todavía
algo por decir. Pues casi
demasiado súbita vino hasta mí
esta felicidad, lo solitario,
y yo, sin comprender mi riqueza,
me volví hacia una sombra.
Y ya que a los mortales
has enviado, para tentarlos,
una aparición divina,
¿para qué una palabra? Y casi
la melancolía
mató en mis labios
al canto.
Sin duda, desde siempre,
los poetas han sugerido
que ellos fueron
quienes arrebataron la fuerza divina,
pero nosotros arrebatamos
a la desdicha sus despojos
para ofrecerlos al dios de la victoria,
el que libera. Por eso
nos rodeaste de enigmas.
Los dioses radiantes
son sagrados, mas cuando los Celestiales
se muestran diariamente
y el milagro se vuelve común,
y cuando los Titanes se apoderan,
como raptando,
de los dones de su Madre,
Uno superior acudiría en su ayuda.