EL PONIENTE
¿Pero dónde estás? Mi alma enajenada sueña
confusamente con todas tus delicias,
ya que acabo de oír a lo lejos los acordes dorados
del adolescente solar, en toda su gracia,
que canta con lira celeste su canto crepuscular.
Alrededor, bosques y colinas le hacían eco.
Sin embargo, se fue a vivir muy lejos,
entre los pueblos que todavía lo veneran.