SI ESCUCHASE A LOS QUE DAN CONSEJOS…
Si ahora escuchase a los que dan consejos,
se reirían de mí y pensarían:
«Cedió a nuestras razones porque nos temía, el loco.
Y no habría sacado ningún provecho de ellas…
………………………………
¡Cantad, temibles dioses del destino!
¡Que vuestro canto, presagio de desgracias,
no deje de sonar en mis oídos!
Sé que sucumbiré a vuestros golpes, pero antes
quiero pertenecerme y alcanzar vida y gloria.