VANINI
¿Te llamaban el perjuro? ¿Te abrumaban
con su maldición? Ellos te encadenaron
y arrojaron a las llamas, a ti, el piadoso.
¡Ah, y bajaste del cielo en el relámpago
para castigar a los impíos
y atraer sobre ellos la borrasca
que disipó en el viento las cenizas
de los bárbaros,
echándolos de la tierra, del país natal!
Pero tu amada viva, la que te recibiera
moribundo en su seno, la sacra Naturaleza,
olvida la obra del hombre, y tus enemigos
volvieron como tú al antiguo reposo.