A DIÓTIMA
¡Bella vida! Como una endeble flor de invierno,
vives aislada y sola en un mundo caduco.
Quisieras desplegar tu amor, entibiarte al sol,
en la primaveral luz donde buscas la juventud del mundo.
Tu sol, el sol del hermoso tiempo, se ha puesto,
y en la noche glacial el huracán ruge.