EL OJEADOR - Y si pierdes a tu peor enemigo, y si no lo abres por donde tiene el hígado, ni tu migraña ni tu insomnio tendrán fin jamás. Yo sé por qué nunca has anhelado el rencor. Porque nunca tendrás la fuerza necesaria para poder abrirme el abdomen con un simple movimiento de la mano derecha.
KOSSI EFOUI, Que la tierra te resulte ligera